Julian Meyer
El incesto de los dioses
tangos / poesía / cuentos / clásicos / pinturas / volver
Las prohibiciones y tabúes han ido mutando o cambiando de objeto con el transcurrir del tiempo. Pero resulta por lo menos muy curioso observar la presencia de una sola ley no escrita, no penada legalmente y ni siquiera especificada en las tablas de Moisés. La prohibición invisible del incesto atraviesa la historia de la humanidad. He aquí una antigua y sorprendente explicación de este misterio.
La leyenda a la que nos vamos a referir es muy antigua, atraviesa diversas
mitologías adquiriendo distintas peculiaridades narrativas y múltiples
senderos interpretativos. El relato que recogemos es la visión particular
que se narró en la antigua Tebas. La tradición oral, convertida
en mitos, fue en este caso acompañada por el hallazgo de algunos ideogramas.
Es probable que tanto los criptólogos como las trascripciones hayan "modernizado"
y adaptado el mito al lenguaje y comprensión occidental. La leyenda básicamente,
como todas las mitologías, cuenta la llegada de los dioses a la Tierra.
Utilizar la palabra "llegada" es lo que diferencia a esta versión
de las mitologías griegas o germanas más modernas y "purgadas".
En Tebas, los dioses son vistos como presencias extraterrestres aunque no en
la caricaturesca visualización de hoy día: no eran marcianos.
Carecían de materia o en todo caso su materialidad era de una sutileza
similar a la materialidad de la luz. Algunas alegorías los describen
como "seres mentales"(la descripción exacta del alemán
sería "uazet"), es decir, sin cuerpo. Este mito invierte la
tradición judeo cristiana (o quizá la manipulación cristiana
fue la que invirtió la alegoría) ya que los dioses se hicieron
"a imagen y semejanza de los monos". Concretamente, se instalaron
es sus mentes dominando todo el sistema nervioso. Usaron los cuerpos de los
monos como escafandras o robots para explorar este mundo a través de
sus aparatos perceptivos. Eligieron a los monos, supuestamente, porque lo consideraron
el animal más apto y "motrizmente inteligente". En este proceso,
los simios, mentalmente violados sintieron el dolor y la alteración de
aquello que los asumía que los hacía "Hablar" (es decir
agrupar de otra manera los sonidos que se emitían) e "Imaginar generando
proyecciones y cadenas asociativas que seguramente aterrorizaron al animal.
Paralelamente, los "Dioses" "extraños" no podían
controlar las funciones básicas de "alimentación" y
"satisfacción sexual del animal" sin perjudicarlos. Los sacerdotes
se Seth aseguran que los dioses se sintieron absorbidos y atraídos por
esas pulsiones y de ese deseo nació el desastre del mundo. Ese fue su
pecado. Según esta mitología, a diferencia de otras, no existían
sexualidades diferenciales en estos seres mentales pero si tendencias diferentes
que los hacían incorporarse al cuerpo de monos hembras o machos. Los
"extraños" que habitaban los cuerpos de monos hembras una vez
que eran poseídas por los machos interrumpían el proceso gestativo,
pero este control no podía realizarse sobre las nativas hembras. Además
del semen, el mono tripulado eyaculaba "uazet", es decir esencia divina,
ganes extraterrestres o como quiera llamárselos. De la cruza de dioses
con monos surge una nueva especie: El Hombre. El primer gran mestizo intercósmico.
Pero el proceso se hace más complejo y en un momento determinado surgen
distintas especies: los "Androides" (producto de la posterior unión
de un Hombre con un mono), los "Semi-dioses" (producto de la unión
de los hombres con los dioses). de la cruza entre un Dios y un Hombre), los
"Sub- hombres" (nacidos de la unión entre Semidioses con monos)
y los "Super- hombres" (unión de hombres con semidioses). Finalmente
(pero esto es teórico) cabe la posibilidad de que la unión entre
Dioses con Semidioses (hijos de dioses y hombres) haya surgido un Falso Dios,
que los egipcios llamaban "Apofis". Cuando los "extraños"
tomaron conciencia de este fenómeno ya era demasiado tarde. Surgieron
las primeras guerras de la historia. Androides y sub- hombres sometieron a los
monos e iniciaron una lucha contra el resto de las especies mestizas. Aquí
la leyenda se hace confusa. Y estas guerras merecen otra nota. Lo cierto fue
que los "extraños" decidieron retirarse (algunos sostienen
que no pudieron formar el "gestalt energético mental" con el
que viajaban, y que por tanto quedaron atrapados en este plano). Para evitar
la propagación de la peste implantaron en la memoria genética
de todas las especies contaminadas una ley invisible: El Tabú del Incesto.
Estos hechos legendarios habrían acaecido miles de años antes
de la civilización tebana. La inicial ley del incesto (que era más
abarcativa) intentó eliminar los cruces más peligrosos de pureza
"racial". Según esta mitología quedaron en este planeta
(descontando a los monos) tres especies diferentes bajo el apelativo de Seres
Humanos. a) LOS HOMBRES (con distintos grados de pureza) serían casi
divinos. Tienen poderes de proyección, de creación pero su inadaptabilidad
heredada por los dioses al cuerpo "simio" los inhibe en su conducta
social. Los tebanos contabilizaban un 10% de la humanidad. b) LOS SUB-HOMBRES
que son monos muy inteligentes, no son proyectivos pero dominan el mundo. Formarían
también un grupo aún más reducido que el de los hombres.
c) LOS ANDROIDES que forman el 85% de la humanidad y que son simios manipulables
que sólo heredaron los aspectos mecánicos de la "divinidad".
El tabú del incesto, desde ese punto de vista es hoy inútil. Sigue
funcionando mecánicamente porque la orden no ha sido borrada. En este
mito, el gran sufrimiento del hombre es que jamás podrá ser el
que era, no consigue ser el que es y tampoco logrará ser otro.
Textos consultados: "El libro de Ptah-Nun" "Los
portadores del Uazet" (Versión revisada de Salaman, Radclife y Carl
Sauer. Traducción desconocida).
Este artículo fue extraído de la revista "Cerdos y peces", del mes de noviembre de 1990.