"Trás muchas preocupaciones, molestias y la pérdida de valioso tiempo, asi como de un bote bueno como el que más, me encontré al cuidado de trés niños y sin ninguna perspectiva de recobrar el bote perdido...Algunos fueguinos en canoa se nos aproximaron esta mañana, al parecer deseoso de subir a bordo...y haciéndonos, sin resultado, signos en ese sentido..Reflexcioné, mientras Mr. Wilson los seguía, que contando con uno de ellos a bordo había la posibilidad de que aprendiera bastante inglés para servir de intérprete, y gracias a su intervención recobrar el bote perdido. En consecuencia, decidí apoderarme del más joven de ellos, por tener con toda verosimilitud lazos familiares menos fuertes que los mayores.Con tal propósito y arrastrando su canoa al lado de mi buque, dije al joven que subiera, lo que hizo sin mostrar temor y aparentemente satisfecho. Sus compatriotas nada dijeron ni a el ni a mí, pero echaron a remar puerto afuera lo más rápido que pudieron. Al parecer pertenecían a la misma tribu que los vistos anteriormente" .Capitán Robert Fitz Roy.

Fuegia Basket

Trés niños en su poder impidieron a los marinos permanecer inactivos. Era imposible depositar a las trés criaturas en una playa helada y desierta. Habiéndose aficionado el capitán al menor de ellos, de 8 años, envió a tierra los otros con el sufrido Dr. Murray. (...)

La niña de ocho años que decidieron guardar fue bautizada Fuegia Basket, y llegó a ser la favorita de a bordo, tanto de los hombres como del capitán. La vistieron con un pequeño uniforme de marino y conversaba alegremente pescando algunas palabras en inglés. Era extremadamente lista. Debe su nombre a la canasta flotante donde fue encontrada. Resultó ser la más brillante de sus compañeros. Servía el té y le agradaban los adornos y la conversación, aunque era demasiado joven para servir de utilidad en el campo del lenguaje. En una oportunidad se le contagió de una leve viruela para que generara antigérmenes, proceso muy utilizado en esos tiempos en el campo de la medicina.

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