En
un operativo sorpresa, funcionarios municipales se escondieron
dentro de una torta y lograron comprobar el grado de
inseguridad que se vivía en el boliche “Acaponla”,
en pleno centro de la ciudad.
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TRIO
EN LA NOCHE. En el clímax de la fiesta, el
burro posaba sin sospechar su inminente detención. |
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Un
burro. La máxima sorpresa de los funcionarios,
fue hallar un burro mayor de edad que estaba consumiendo
bebidas alcohólicas y contando cuentos de Landriscina.
Al
no poder identificarse, el burro fue trasladado
a dependencias cercanas de la Dirección de Caballería,
donde mantuvo relaciones amistosas con dos yeguas del
lugar.
“Fue
una sorpresa – relató Aníbal Cartag,
inspector municipal – Nunca había visto
algo así" finalizó el inspector.
Las imágenes que acompañan esta nota son
elocuentes.
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DESPACITO.
Al salir intentó eludir las fotos. |
Consultado
por este medio, el dueño del local, el empresario
Atahualpa Jones, señaló que “el
burro es habitué y logró pasar los
controles porque tenía una tarjeta VIP. No
se puede andar persiguiendo a la gente que escoge
a un burro para una fiesta, ni a los burros que
escogen gente para una fiesta” culminó
enigmaticamente el empresario de la noche. |
Clausura y Libertad
Finalmente,
el local fue clausurado y la gente trasladada a una
fiesta que se realizaba en otro local, pero en Brandsen.
Al
término de esta edición, se comunicó
con este medio el representante legal del Burro, Dr.
Alberto Catrervich, y señaló que su cliente
recuperó la libertad, y que se presentará
en la Cartelera Porteña
en la Revista Musical “El Rey del Pedazo”,
junto con numeroso elenco.
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