LAS
FLORES NATIVAS
Textos
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El Secreto de las Flores:
Teniendo
en cuenta la interacción entre los animales y las flores ¿Cuál
es el significado biológico de tan formidable variedad de formas
y colores que presentan las flores?, ¿Cuáles son los mecanismos
que han actuado durante la evolución de las plantas que permitan
explicar la variedad de flores que observamos en la actualidad?
"Quillos
en flor"
Interacciones
mutualistas entre plantas y animales
Aspectos funcionales,
importancia para el hombre y pautas para su conservación, por Leonardo
Galetto
Las plantas con flores constituyen la mayor parte de los vegetales existentes
en todo el mundo. Este grupo tan exitoso de vegetales ya se encontraba
bien representado en la vegetación característica de la era
Mesozoica, unos 75 millones de años atrás. La particularidad
que lo separa del resto de los vegetales actuales o extintos es la presencia
de flores. Entre las partes constituyentes de una flor, el ovario y los
estambres, son los más importantes desde el punto de vista reproductivo
ya que contienen las gametas femenina (dentro del óvulo) y masculinas
(dentro del grano de polen), respectivamente. Por su parte, los ciclos
externos, conformados por pétalos y sépalos, con una inmensa
variedad de formas y tonalidades según la especie, constituyen usualmente
el principal atractivo visual de la flor.
Las flores han fascinado al hombre desde siempre y han llamado su atención
desde innumerables puntos de vista. Entre las preguntas que han movilizado
numerosos estudios desde un enfoque funcional y teniendo en cuenta la interacción
entre animales y las flores podemos mencionar ¿cuál es el
significado biológico de tan formidable variedad de formas y colores
que presentan las flores?, ¿cuáles son los mecanismos que
han actuado durante la evolución de las plantas que permitan explicar
la variedad de flores que observamos en la actualidad? Por otro lado, el
hombre ha prestado atención a los frutos y semillas desde siempre
ya que depende de éstos para su supervivencia al constituir la base
de su dieta. En resumen, el interés práctico y teórico
han impulsado una gran diversificación en los temas de investigación
que abordan distintos grupos de científicos en todo el mundo que
estudian la biología reproductiva de plantas.
Entre las interacciones más importantes entre plantas y animales,
se destacan la polinización y dispersión de frutos y semillas
por los animales. Si bien existen grupos de plantas que dependen del viento
o del agua para la producción de frutos o para la dispersión
de las semillas hacia sitios seguros donde éstas puedan germinar,
son los animales los que desempeñan un papel crucial para la supervivencia
de muchísimas especies.
Los
animales polinizadores son muy variados, desde numerosos grupos de insectos
y aves, hasta pequeños mamíferos como murciélagos,
roedores o monos; entre los dispersores de frutos y semillas encontramos
desde hormigas, aves, lagartos, zorros, hasta elefantes. Los polinizadores
resultan necesarios para la planta al realizar el traslado del polen de
una flor a otra y, de esta manera, asegurar su reproducción sexual.
Para que los animales actúen de "transportistas involuntarios" del
polen o semillas, las plantas deben ofrecerles algún beneficio para
que ellos se vean atraídos hacia sus flores o frutos y, en el intento
de obtener una recompensa (en general es un alimento: néctar, polen,
aceites, etc., en las flores para los polinizadores y frutos o semillas
carnosas ricas en carbohidratos, aceites, etc., para los dispersores),
realicen la transferencia de polen y dispersión de las semillas.
En este proceso de atracción mutua se conjugan numerosos factores
y caracteres de los organismos. En las plantas, adquieren importancia todos
los verticilos de la flor y las características de los frutos tanto
desde sus aspectos estructurales como funcionales y fisiológicos,
su disposición en el tiempo y en el espacio, la calidad y cantidad
de recompensa ofrecida a los visitantes, todo lo cual nos enfrenta con
un amplísimo espectro de estrategias reproductivas. Por su parte,
los animales han desarrollado distintas capacidades sensoriales, conductas
y estructuras corporales que aseguran su alimentación e, indirectamente,
la interacción con las plantas.
Esta interdependencia se la conoce con el nombre de “mutualismo”. Esto
quiere decir que ambos organismos se están beneficiando con la interacción.
La planta produce frutos y semillas que le permiten perpetuarse como especie,
mientras que los animales obtienen alimento que les permite crecer y reproducirse
asegurando, a su vez, nuevas generaciones. Cuanto más exitoso sea
el producto de la interacción planta-animal, más descendientes
quedarán en la próxima generación. Sobre este esquema
básico actúa la evolución a través de, fundamentalmente,
la reproducción diferencial de los organismos en un medio continuamente
cambiante. Sin embrago, no debemos dejar de considerar que las interacciones
dentro de una determinada comunidad son muy diversas y complejas, existiendo
numerosos factores adicionales (por ejemplo predadores de los polinizadores,
herbívoros, condiciones climáticas cambiantes, distintas
interacciones con otras especies de plantas y animales de la comunidad,
enfermedades, etc.) que influyen también sobre la evolución
de las especies mutualistas.
Los estudios que atienden este doble punto de vista -animal y vegetal-
y que consideran las relaciones mutualistas representadas en el paisaje,
se enmarcan dentro de lo que se denomina "ecología reproductiva
de plantas". Este enfoque trasciende lo meramente descriptivo, agregándole
la cuantificación de distintos parámetros y la puesta a prueba
de hipótesis a través de experimentos, lo cual permite contestar
preguntas cada vez más profundas y complejas. Asimismo, estas investigaciones
cobran mayor trascendencia cuando se tiene en cuenta la continua destrucción
de los hábitats naturales y la siempre creciente demanda de recursos
alimenticios, que en su mayor parte siguen proviniendo de las plantas.
En
casi todos los hábitats de nuestro planeta, miles de especies de
polinizadores y dispersores diurnos y nocturnos interactúan todos
los días y a toda hora con cientos de especies de plantas. En general,
el común de las personas no conoce demasiado sobre estos mutualismos;
por ejemplo, es bien conocida la interacción entre las plantas y
la abeja de la miel (Apis mellifera), que es una especie útil para
el hombre al producir miel, aunque pocos saben que fue introducida por
el hombre en América desde Europa y África. Que la abeja
doméstica sea común y exitosa no quiere decir necesariamente
que sea un polinizador eficiente para las plantas flores y cultivadas;
por el contrario, hay datos que indican que resulta un fuerte competidor
para los polinizadores nativos de América, lo cual determina una
disminución en la producción de frutos y semillas de muchas
plantas.
La polinización y la dispersión por animales son procesos
ecológicos amenazados. La devastación y degradación
de muchos ecosistemas terrestres naturales no sólo ha acabado con
la vegetación del lugar, sino también con los animales polinizadores
y dispersores nativos lo cual incide sobre la capacidad de perdurar en
el tiempo de lo que queda de nuestra flora. La fragmentación de
los hábitats naturales (es decir, el avance de la frontera agrícola
sobre sitios donde aún queda vegetación nativa determina
que vayan quedando “islas” sobre tierras rocosas o altas, poco aptas para
las actividades agrícolas) disminuye la diversidad de polinizadores
y dispersores y, consecuentemente, la producción de frutos y semillas.
Aún no hay estudios concluyentes, pero los datos disponibles nos
alertan sobre una paulatina extinción de polinizadores y dispersores
que está ocurriendo delante de nuestros ojos.
Además del compromiso ético de preservar sin distinciones
a todas las especies con las que compartimos este mundo, la pérdida
de polinizadores y dispersores representa una pérdida económica
potencial muy grande. Por otro lado, el beneficio de contar con el servicio
de estos animales raramente es considerado por agricultores o economistas
(como ejemplo, pensemos en la sistemática aplicación de insecticidas
y plaguicidas que no discrimina entre las especies perjudiciales y beneficiosas
que interactúan con un cultivo o un bosque nativo). Esta falta de
interés o desconocimiento sobre el papel de los polinizadores y
dispersores se debe, posiblemente, a que ellos no forman parte de nuestra
vida cotidiana. Sin embargo, estos animales no sólo son importantes
en la reproducción de la flora silvestre, sino también juegan
un papel fundamental en la producción de frutos y semillas de algunos
cultivos que posibilitan, a su vez, nuestra propia supervivencia. Es por
todo esto que hay que respetar, conocer y, con beneficios equitativos para
todas las partes involucradas, aprender a manejar un recurso vital: los
animales involucrados en las interacciones mutualistas con las plantas
que se están perdiendo.
En nuestro grupo de trabajo se desarrollan varias líneas de investigación
sobre estos temas, entre ellas: (a) obtener datos sobre los polinizadores
y dispersores de distintos ecosistemas de la Provincia de Córdoba,
(b) evaluar la vulnerabilidad de las interacciones planta-animal frente
a la disminución constante del área donde crecen las plantas
que definen el paisaje tan característico de nuestras sierras y
las consecuencias que podría ocasionar la pérdida de las
relaciones mutualistas, (c) aportar criterios que permitan delinear medidas
que posibiliten la conservación de animales y plantas flores.
En la actualidad, estos temas son intensamente debatidos por científicos
de todo el mundo, ya que las consecuencias de la degradación de
hábitat por el hombre es un tema recurrente y que se está
manifestando cada vez con mayor intensidad a cualquier escala que se lo
estudie. Los resultados del Proyecto brindarán información
sobre la presencia y distribución de los especies involucradas en
las interacciones mencionadas, contribuyendo al conocimiento de la biodiversidad
actual de áreas con distinto grado de fragmentación. Ello
permitiría inferir lo que podría perderse con el aumento
de la fragmentación del hábitat al avanzar la frontera agrícola,
y contar con datos muy valiosos para poder conservar los sistemas biológicos
nativos, para evaluar su vulnerabilidad y para diseñar medidas que
contemplen la recuperación de nuestros bosques o al menos que eviten
su desaparición total. La conservación de los recursos naturales
silvestres representa en este momento una prioridad aceptada por la comunidad
científica internacional, por diferentes razones de índole
económica, ética y estética. Pensemos por ejemplo
en nuestras serranías, cientos de miles de turistas eligen Córdoba
cada año por la belleza de sus paisajes que básicamente lo
definen las plantas.
Aunque se han incrementado durante la última década los estudios
sobre interacciones entre las plantas y animales, aún no tenemos
los conocimientos necesarios para manejar los recursos del planeta y mucho
menos para el caso particular de las comunidades naturales de Argentina.
Somos concientes de la importancia de contar con estos conocimientos y
nuestro país cuenta con gente capacitada para desarrollar estudios
que permitan vislumbrar un futuro mejor para los recursos naturales y,
en definitiva, para todos nosotros.
Leonardo
Galetto
http://secyt.unc.edu.ar/Temas/Tema6/galetto:PROYECTOS.htm
- CORDOBA
Fuente:
Internet
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