La
Desaparición de los Bañados del Río Atuel
Un caso de acción
antrópica negativa
Ing. Walter Cazenave.
Secretaría de Recursos
Hídricos, Gobierno de la provincia de La Pampa.
Villa Mercedes, San Luis, 28/08/2004.

INTRODUCCIÓN
La cuenca del río Desaguadero
-también llamado Salado-Chadileuv&uaacute; y Curacó en sucesivos
tramos de su recorrido- es la más extensa de las que se desarrollan
íntegramente dentro de Argentina. Con 248.000 km2 de extensión
drena el frente oriental andino entre los 28 y los 35 grados de latitud
sur. En cada una de las confluencias
con sus cinco principales afluentes la pérdida de energía
cinética que sufren éstos, con la consiguiente disminución
de la capacidad de carga, ha creado zonas palustres, algunas de ellas de
gran extensión. Una de las dos mayores es la correspondiente al
río Atuel, cuyos derrames trascienden los límites de dos
provincias argentinas.
DATOS
El río Atuel es el afluente
más meridional de esta vasta cuenca. Nace en la cordillera de los
Andes, aproximadamente en los 34 grados 30 minutos y se une con el colector
a través de varias confluencias, ubicadas a lo largo de una diagonal
de más de 230 km. Su caudal medio es del orden de los 32 m3s. Toda
la zona que atraviesa, «desde el nacimiento hasta la confluencia
múltiple con el colector, está ubicada dentro de ,1a franja
árida de la Argentina (parte a su vez de la gran "Diagonal Árida
sudamericana) con lluvias del orden de los 350 mm e inferiores. De
ello se desprende que este sistema fluviopalustre constituía,
en su forma original, un oasis de notable magnitud.
Hacia los 35 grados 30 minutos de
latitud el río sufre una crisis
de pendiente y se divide en un sistema
de brazos anastomosados, con múltiples arroyos derivados de los
cursos principales formando islas. A partir de allí el sistema tiene
una extensión del orden de los 220 km de largo por un ancho mínimo
de 10, pero que en partes alcanza a los 60 km.
En su forma prístina el Atuel
funcionaba hidrográficamente con el río Diamante, que
le aportaba su caudal, con módulo de 36 m3s, a la altura de
su curso medio. En 1809 un comandante de frontera, en la intención
de acortar una travesía (vasta extensión desértica
y sin agua) desvió el Diamante hacia un nuevo recorrido, posiblemente
un antiguo paleocacuce. El balance hídrico general
de la cuenca no sufrió variaciones, ya que las
aguas llegaban igualmente al colector Desaguadero,
pero el funcionamiento hidrográfico e hidrológico del río
Atuel tuvo su primera merma de importancia, con caudales reducidos
prácticamente a la mitad.
Hacia 1914 el brazo principal del
río fue desviado en el sector de inicio de los bañados, alterándose
la geometría hidráulica del sistema, afectando un área
del orden de los 200 km2.
En las décadas
subsiguientes los sucesivos aprovechamientos, legales
o clandestinos de aguas arriba destinados a regadío (acordes con
el desarrollo del país argentino, en sentido norte-sur) fueron mermando
caudales y secando cauces, disminuyendo en
consecuencia el área palustre. En 1948, con la construcción
de un dique de embalse en el curso superior del río, dejó
de escurrir el único brazo activo, marcando la desaparición
definitiva de los escasos restos de bañados que quedaban
bajo la forma de galería
a lo largo del río.
CUADRO I.-
Cuadro cuantitativo de deterioro
físico.
Valores aproximados.

MÉTODO
Una formación
de ese tipo y magnitud dentro del ambiente
climático señalado tuvo, necesariamente, una enorme importancia
como particular nicho ecológico. Los testimonios históricos
coinciden en señalar que la vasta extensión conformada por
cauces principales, arroyos y brazos secundarios, lagunas, bañados
y humedales permitieron el desarrollo de una ecología muy particular
en medio del virtual desierto que rodeaba al fluvio. La riqueza de flora,
fauna, agua y leña en abundancia, sumadas a la dirección
de los cursos, determinaron también su funcionamiento como corredor
para las sucesivas e importantes migraciones y radicaciones humanas durante
la Prehistoria. Pese a su difícil transitabilidad, a través
de los escasos y estratégicos "pasos"
ubicados en el sector meridional
del área se desarrolló una de las más antiguas
vías de circulación interoceánica,
transitada por los cristianos desde fines del siglo XVI y por
los pueblos indígenas seguramente desde tiempos remotos.
La ausencia de registros de carácter
científico, o al menos de tipo sistemático, hace
difícil la exposición de aspectos
ecológicos anteriores al deterioro en forma cuantitativa,
obligando al análisis histórico como principal herramienta.
Como complemento espacial a dicho análisis la aerofotointerpretación
se convierte en una invalorable herramienta al permitir la reconstrucción
hidrográfica prácticamente hasta en sus menores detalles.
Asimismo la escasas imágenes satelitarias a gran escala disponibles
de la zona contribuyen a una efectiva visión de conjunto.
La existencia en archivos de los
primeros relevamientos catastrales de la zona, con más de un siglo
de antigüedad y divididos en lotes de 10.000 has cada uno, con observaciones
de los principales rasgos físicos y biológicos, permitió
armar un mapa de semidetalle al que puede atribuirse una razonable aproximación
al paisaje fitogeográfico zonal en la época de vigencia de
los escurrimientos.
De acuerdo a los testimonios de viajeros
de principios y mediadosdel siglo XIX la zona, que se mantuvo deshabitada
hasta alrededor de 1880, en época de escurrimientos normales abundaba
en lo que en las pampas se llama genéricamente "pastos tiernos",
localmente nombrados como gramilla, trébol de olor, aifilerillo,
lengua de vaca .., además de una maciega alta que permitía,
en general, una considerable carga animal. Esta circunstancia se tradujo,
a partir de la época de la colonización, circa 1880, en la
existencia de más de medio millón de ovejas en la mitad sur
de los bañados y mientras hubo mercado para la lana. La última
desaparición de caudales coincidió con una devastadora sequía
de nivel regional.
Con lo expuesto parece evidente que
el paulatino deterioro de la franja fluviopalustre, especialmente en lo
que hace a bañados y lagunas, motivó un progresivo deterioro
de la biota, con emigración y extinción de especies, especialmente
hidrófilas.
CUADRO II.-
Correpondencia entre geoformnas
y vegetales.
Interfluvios del río Atuel
- C. 1885.-

EVIDENCIA
Sin embargo se debe hacer constar
que, en lo referente a flora las
-escasas referencias existentes
no difieren demasiado, en cuanto a cantidad y calidad de especies,
de las existentes en la actualidad en aledaños de los cauces,
aunque sólo en esos sitios. Ello lleva a descartar una primera -y
tentadora- hipótesis relativa a un entorno vegetal variado y rico.
Parece evidente, en cambio, que la diversidad de los nichos ecológicos
de orden vegetal terminaba a escasos metros de la orilla del cauce o espejo
de agua, existiendo al margen de esa estrecha franja el mismo panorama
vegetal que hoy. Esta misma condición puede aplicarse a otros ríos
que atraviesan ambientes similares en la actualidad.
Muy distinto era,
sin embargo, el panorama faunístico,
especialmente en lo que respecta a las aves. Son contestes
los testimonios de que, a lo largo del corredor fluvial, abundaban hasta
el primer tercio del presente siglo enormes bandadas de flamencos, patos,
gallaretas, teros de distinta variedad, garzas, cisnes de cuelo blanco
y también de cuello negro, gansos...
La cadena alimentaria, que incluía
un eslabón de peces, permitía la presencia de algunos mamíferos
cuya vista en estado natural obliga hoy en día a desplazarse centenares
y aun miles de km. Tales el caso de las nutrias, el aguará o lobo
de las pampas, el jaguar y el carpincho. Sobre estos "impenetrables bañados"
-así los calificaba la cartograf&iaccute;a oficial todavía
a principios de siglo- la imaginación popular ubicaba algunos animales
mitológicos originados a partir de
leyendas y malas observaciones. Hoy en día persisten
en la zona zorros, pumas, gatos monteses y algunos cerdos montaraces.
Como se ha señalado
más arriba estas presencias están
mayoritariamente avaladas por testimonios históricos y tradiciones
lugareñas, que adoptan la forma de relatos, fábulas, etc.
Sin embargo en el caso del carpincho se cuenta con pruebas evidentes ante
la presencia de cueros de este animal usados como "peleros" (una prenda
de la montura gaucha) que han sido trasmitidos de padres a hijos, ya que
se trata de una pieza muy apreciada por los criollos de la llanura. Fuera
del área en consideración, y hasta llegar a las zonas húmedas
de 600 km más al oriente, los peleros de carpincho son casi inexistentes.
Toda la zona se encuentra sometida
a la acción de los fuertes vientos del SO provenientes de Patagonia,
fríos y secos, por lo que, ante la escasez o carencia de agua, la
erosión se acentuó notablemente, avanzando sobre algunas
áreas de cauces y lagunas bajo la forma de dunas, las que
alteraron sensiblemente la geomorfología fluvial y perjudicaron
el funcionamiento normal de los cada vez más escasos escurrimientos.
De hecho varios de los cauces secos quedaron obstruidos y enmascarados
al punto de ser reconocibles solamente en la fotografía aérea.
Asimismo la ausencia de crecientes
significativas (En el Atuel se demoraron treinta años) incentivó
la trasfornación de lagunas en salitrales ante la fuerte acción
solar, ya que se trata de una región con clima de tipo continental,
con altas temperaturas en verano.
Las áreas más
elevadas del terreno, especialmente las de
albardones, se destacaron siempre del resto de los terrenos adyacentes
por albergar una franja de bosque de algarrobos, atípica en su porte,
por ubicarse en una zona netamente
arbustiva. Estudios posteriores inducen a relacionar la existencia
de ese bosque con los suelos aluviales de mejor calidad. Actualmente se
deteriora por acción antrópica.
INTERPRETACION Y DISCUSIÓN
El paso del tiempo sin dar algún
tipo de regularidad a los escurrimientos acentúa la dificultad de
recuperación, siquiera parcial, de la antigua área de bañados.
Los hechos irreversibles de carácter antrópico producidos
en la cuenca alta y media -varias decenas de miles de has bajo
riego, abastecimiento a poblaciones, producción
de hidroenergía... dejan sin embargo resquicios técnicos
como para pensar en la disposición de caudales suficientes como
para restablecer el equilibrío fluvioecológico de los
cauces principales, junto con aprovechamientos para regadío
en las zonas ubicadas al sur del paralelo 36, hoy desecadas casi
absolutamente. Como se trata de un curso interprovincial, con el
consiguiente conflicto ante el problema, se procura implementar los acuerdos
jurídicos, sobre los que se basaría el restablecimiento fluvioecológico
y posterior y armónico aprovechamiento técnico.
TRABAJOS FUTUROS
Lo anterior presupone que,
en el mejor de los casos, podría recuperarse para fines fluvioecológicos
un corredor de unos 90 km de largo por dos o tres miles de metros de ancho.
El resto del área, por las razones que se explicó, quedará
condenado al estancamiento de la actual situación, con recuperaciones
temporarias durante las grandes crecidas, que se producen aproximadamente
en forma undecenal.
Para esas ocasiones seria de interés
una cuantificación de la biomasa -la original y la que se produzca
entonces- con vistas a la promoción y protección de las especies
durante el tiempo que duren los bañados. Asimismo realizar las imprescindibles
obras civiles que, sin alterar significativamente los equilibrios vigentes
en época anterior y posterior al desecamiento, permitan aprovechar
en forma efectiva las aguas, por ejemplo destinando parte de ellas
a abastecimiento de poblaciones, regadío, recreación y, sobre
todo, recarga de acuíferos.
RECONOCIMIENTOS
Mi especial reconocimiento
al profesor Pedro Cuello, de la Universidad
Nacional de La Pampa, y al agrimensor Edgar Morisoli, ambos por las observaciones
y sugerencias. El reconocimiento es extensivo a Ana Góndolo, por
el tipiado del trabajo y su corrección.
REFERENCIAS
Cazenave H.Wálter y Petit
de M. Roberto: Un intento de cálculo y
evaluación de los bañados
del Atuel (...). Inédito. 1985.
C.I.G.: Estudio integral de la cuenca
del Desaguadero. Edición oficial.
Santa Rosa,(LP). 1983.
C.O.P.D.R.I.P.: Una causa pampeana
, la cuenca de los ríos Atuel-
Salado-Chadileuvú. S.d.
Da la Cruz Luis: Viaje a su costa
(...). En Colección De Angelis. Plus
Ultra. Bs. As, 1969.
Instituto Gaográfioo Militar;
Hojas planialtimétricas San Rafael y
General Acha, (1;500.000)
y Santa Isabel (1:250.OQO). Bs. As. 1952,
1963, 1994.
Landsat, imágenes sateelitarias:
Zona confluencia ríos Atuel-Salado de
La Pampa. 1:500.000, 1975 - 1:1.000.000,
1985.
Urbiztondo Arturo: Fotointerpretación
en el área de los ríos Atuel-
Salado. 1975. (En CIG; Estudio integral...)
Varios»: Mensuras originales
del territorío nacional de la Pampa Central.
Libretas de campo. 1882-1892.
Inédito. Originales en Dirección de
Catastro de La Pampa.
Ing. Walter Cazenave
CURRICULUM VITAE (Resumido)
1.- Datos personales.
Apellido
y nombre: Walter Cazenave
Dirección:
25 de Mayo 45.(6300)Santa Rosa. La Pampa. Argentina.
E – mail:
hidrologia@cpenet.com.ar
2.- Titulos.
Universitario:
Ingeniero.
3.- Desempeño Actual.
Secretaría
de Recursos Hídricos, Gobierno de la provincia de La Pampa.
4.- Especialidad
.
Fundación Inti Cuyum
Domicilio: 9 de julio N°
634 – San Luis
Teléfono: 02652 –
434121
Mail: inticuyum@yahoo.com.ar
– guanacaches@yahoo.com.ar