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EL SERMÓN DE LA MONTAÑA  (59)

Lectura guiada de Mateo capítulos 5 al 7

Vivir como el Hijo – Vivir como Hijos.

 

ASÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO 

 “Sólo en las modernas sociedades occidentales se ha desarrollado plenamente el hombre arreligioso” (Mircea Eliade)

 

“Aunque siempre hubo hombres irreligiosos, sólo en las sociedades occidentales modernas se ha desarrollado plenamente el hombre irreligioso” afirma Mircea Eliade, el más prestigioso historiador de las religiones. El hombre irreligioso vive en la tierra sin ninguna referencia a ningún cielo. Y en algunos casos, negando que haya ningún cielo al que hacer referencia.

En cambio, el hombre religioso, sea de la religión que sea, - afirma Mircea Eliade –“cualquiera que sea el contexto histórico en que esté inmerso, cree siempre que existe una realidad absoluta, lo sagrado, que trasciende este mundo, pero que se manifiesta en él y por lo mismo lo santifica y lo hace real” Esto es lo que Jesús va a realizar perfectamente en sí mismo. Va a ser el hombre que una en sí mismo la tierra y el cielo. Va a ser el hombre que viva ‘así en la tierra como en el cielo’. Según Mircea Eliada todo hombre religioso cree que la vida tiene un origen sagrado y que la existencia humana sobre la tierra se realiza plenamente en la medida en que es religiosa, es decir, en la medida en que participa de la realidad divina. Al reactualizar la historia sagrada, al imitar el comportamiento divino, el hombre se instala y se mantiene junto a los dioses, es decir, en lo real y significativo”. Eso que se encontraba ya en la religión natural en sus diversas formas y manifestaciones, alcanzó su perfección con la revelación del Hijo que propone imitar la perfección del Padre (Mt 5, 48). Y Jesús lo propone como el modo de vivir de sus discípulos.

Por el contrario, el hombre moderno arreligioso asume una nueva actitud existencial: se afirma como el único sujeto y agente de la Historia, y rechaza toda llamada a la trascendencia. No acepta ningún modelo de humanidad fuera de la misma condición humana. Considera que lo sagrado es un obstáculo para realizarse libremente y que debe desembarazarse de él desacralizándolo todo. Piensa que no será verdaderamente libre hasta no haber dado muerte al último dios. De hecho: al Padre. Mientras el cristiano místico desea plasmar el cielo en la tierra, el hombre moderno se esfuerza por vaciarse de toda referencia supraterrena. Pero así, en vez de vivir en la tierra “como en el cielo” termina viviendo “en la tierra como en un infierno”.

Hasta la próxima

Horacio Bojorge SJ

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