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EL SERMÓN DE LA MONTAÑA (15) Lectura guiada de Mateo capítulos 5 al 7 Vivir como el Hijo – Vivir como Hijos. LOS
HIJOS DE DIOS NO JURAN. «Habéis oído también que se dijo a los antepasados: No perjurarás, sino que cumplirás al Señor tus juramentos. Pues yo os digo que no juréis en modo alguno: ni por el Cielo, porque es el trono de Dios, ni por la Tierra, porque es el escabel de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran rey. Ni tampoco jures por tu cabeza, porque ni a uno solo de tus cabellos puedes hacerlo blanco o negro. Sea vuestro lenguaje: `Sí, sí' `no, no': que lo que pasa de aquí viene del Maligno” (Mateo 5, 33-37). Los
Hijos de Dios: no juran. Son hombres veraces. De palabra. A medida que
crece nuestro espíritu filial, crece también nuestro respeto por la
verdad. Y me expongo incluso
a ser castigado o a padecer por decir la verdad, porque cuando la digo no
estoy buscando mi gloria, no me estoy buscando a mí mismo, sino la gloria
del Padre. Si como hijo pierdo el temor a perder gloria o reconocimiento
ajeno por decir la verdad, paralelamente me voy haciendo más libre de la
esclavitud de la opinión ajena. -
Pero si
es que yo digo esto, me van a venir inconvenientes -
Si sos
profeta ¿cómo vas a estar pasando la profecía, -es decir la verdad que
te inspira el Espíritu
del Padre, lo que te impulsa y te exige que digas-, ¿cómo lo vas a estar
pasando por el filtro de la conveniencia o inconveniencia propia; del
“qué dirán”, “qué pensarán” o de “qué me va a pasar”? Si
sos profeta (Mt 5, 11-12) tenés que decir lo que se te dice, sin censuras
previas. Y ateniéndote a que decir la verdad de la profecía te puede
traer inconvenientes. ¡Claro que sí! Mirá a Jesús, mirá a los
profetas. -
Pero
entonces ¿de dónde voy a sacar coraje para eso? ¡tantas ocasiones en
que siento que debo hablar y no me atrevo! ¡Pedí el corazón de hijo! Y lo demás viene solo. Porque estas cosas son difíciles de hacer. Son imposibles si no tengo corazón de hijo. El secreto de estas obras que exceden lo mandado en la ley, es el corazón filial. El amor al Padre. Por eso Jesús, el Hijo perfecto, no juró nunca. ¿Por qué? Te lo explico la vez que viene. Horacio Bojorge S.J. hbojorge@adinet.com.uy
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