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EL SERMÓN DE LA MONTAÑA  (23)    

Lectura guiada de Mateo capítulos 5 al 7

Vivir como el Hijo – Vivir como Hijos

 

Querido lector: Jesús nos ha llevado de sorpresa en sorpresa mostrándonos cómo debe superar nuestra justicia – si queremos vivir como hijos de Dios - a la justicia de los más piadosos de los hombres que había entonces sobre la tierra. Los escribas y fariseos ponían todo su empeño en guardar la ley de Moisés y ser fieles a la Alianza. Si queremos ser hijos de Dios, tenemos que vivir como hijos, y esa es la “justicia” de que habla Jesús, porque es la que vive y practica. La manera de ser justos ante el Padre es vivir como hijos, es decir cumplir su voluntad. No sólo no matar sino no encolerizarse. No sólo no adulterar sino no mirar lujuriosamente a la mujer. No sólo no adulterar, sino no poner a otro en ocasión de adulterio. No sólo no perjurar, sino no jurar sin debida necesidad, con verdad y reverencia. No sólo no devolver mal por mal, sino vencer al mal con el bien. No sólo no odiar al enemigo ser para ellos benéficos como el sol y la lluvia, como el arco iris pacífico que se prometió a Noé y se nos concedió en Jesús y en sus santos.

Y de revelación en revelación nos ha llevado, sobre la Montaña de las Bienaventuranzas, a la cumbre de todas ellas: configurarnos con la perfección del Padre, misericordioso y santo.

Nos ha mostrado Jesús todo esto con propia autoridad “Yo os digo”. Porque no ha habido otro hombre antes que él cuya autoridad pudiese invocar, ya que revela cosas nunca oídas, que estaban “ocultas desde la creación del mundo”  (Mt 13,35; Sal 78,2).

¿Pero cuál es el secreto que posibilita vivir así? ¿De dónde puede sacar un ser humano la capacidad para vivir como el Hijo? Oímos a menudo desentenderse del ejemplo de Jesús diciendo: “Bueno, claro, pero él era Dios”. Y algunos oyentes de esta explicación del Sermón han comentado que vivir así es imposible, salvo para algunos pocos, de los cuales se puede pensar si no están locos. Ciertamente, no son como todos. Eso ya lo dice Jesús, que para vivir como hijos, no se puede ser como todos: como los gentiles y ni siquiera como los escribas y fariseos.

¿Cuál es entonces el secreto que hace posible vivir como el Hijo, vivir como Hijos?

Eso es lo que Jesús va a explicar en lo que sigue del Sermón de la Montaña. Primero nos va a enseñar cómo es la conciencia de los hijos. Luego cómo es el corazón filial. De tales conciencias y tales corazones brota tal vida y conducta.

Por eso toda esa parte del sermón culmina en el versículo 5,48: mostrando que el secreto del vivir filial deriva del conocimiento y la imitación del Padre, de su perfección.

Hasta la próxima

Horacio Bojorge S.J.

hbojorge@adinet.com.uy