BIBLIA - CONFERENCIAS - DATOS DEL AUTOR - ESPIRITUALIDAD - ESPIRITUALIDAD IGNACIANA - FE Y POLÍTICA - LAICOS - MARÍAPARÁBOLAS Y FÁBULAS - POESÍA - RELIGIOSOS - TEOLOGÍA

 

 

 

 

 
Cristo Hoy
1. Vivir como el Hijo
2. Memoria y Esperanza
3. Una nueva humanidad
4. El sabor cristiano
5. Contagiar el amor
6. La nueva justicia
7. Hijos a conciencia
8. No hay otra alternativa
9. Camino de perfección
10. Enigma de comunión
11. Mirar como Hijos de Dios

12. Una lucha cotidiana

 

 

 

 

 

 

 

VII. EL SERMÓN DE LA MONTAÑA

Lectura guiada de Mateo capítulos 5 al 7

Vivir como el Hijo – Vivir como Hijos.

 

Querido Lector: te ofrezco, en esta séptima entrega, el comienzo de una división del Sermón de la Montaña en cuatro partes, que ayudan a comprender mejor las enseñanzas de Jesús acerca de nuestra condición filial. Si a ellas le sumamos lo visto hasta ahora, tenemos cinco partes, un número simbólico que evoca los cinco libros de la Ley o Pentateuco.

 

DIVISIÓN DEL SERMÓN DE LA MONTAÑA (1)

A partir de 5,20 hasta 7, 28, el Sermón de la Montaña se divide en cuatro partes que circunscriben la identidad filial. Los hijos se caracterizan por: A) una nueva conducta; B) una nueva conciencia. C) un nuevo corazón. Y D) es menester saber discernir la conducta filial de la que no lo es, lo pretenda o no.

Jesús describe el ser filial comenzando de lo más exterior y yendo a lo más íntimo. Comienza por el obrar, pasa por la conciencia y culmina en el corazón.

A) OBRAR LAS OBRAS DEL PADRE (5, 20-48): “Habéis oído que se dijo... pero yo os digo”... “Sed perfectos como vuestro Padre celestial”. La nueva justicia filial supera a la antigua llevándonos a la perfección del Padre. En esta primera sección, Jesús da siete ejemplos de cómo excede la justicia de los hijos a todas las anteriores. Culmina con el mandato de amar al enemigo para ser hechos hijos del Padre celestial.

B) VIVIR DE CARA AL PADRE: (6, 1-16) «Guardaos de practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos”. Tres veces repite Jesús en esta sección la advertencia de no hacer (6,2) no ser (6,5) no mostrarse tristes (6, 16) - como los hipócritas-, buscando ser honrados (6, 2) o ser vistos (6, 5) o advertidos por los hombres (6, 16). Los que viven buscando la gloria, la aprobación, que viene de los hombres, (o paralizados por el miedo de su desaprobación) tienen en esa gloria su propia y única recompensa. En cambio, los que viven de cara al Padre, y viven una vida "oculta con Cristo en Dios" (Col 3,3), son vistos por el Padre en lo secreto y engendrados por el Padre, de quien reciben un corazón filial como el Hijo. Ellos saben que nada son ni tienen que no hayan recibido del Padre (1 Corintios 4,7).

En esta sección se encuentra la oración del Padre Nuestro, que refleja lo que ha de ser la conciencia filial y fraterna de los hijos y el deseo de sus corazones, puesto enteramente en la gloria del Padre y en que se instale el Reino de los hijos de modo que todos cumplan gozosamente su voluntad.

En la próxima entrega seguiré explicándote el contenido global de los puntos C y D.

 

Hasta la próxima

Horacio Bojorge S.J.