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Cristo Hoy
1. Vivir como el Hijo
2. Memoria y Esperanza
3. Una nueva humanidad
4. El sabor cristiano
5. Contagiar el amor
6. La nueva justicia
7. Hijos a conciencia
8. No hay otra alternativa
9. Camino de perfección
10. Enigma de comunión
11. Mirar como Hijos de Dios

12. Una lucha cotidiana

 

 

 

 

 

 

 

VI. EL SERMÓN DE LA MONTAÑA 

Lectura guiada de Mateo capítulos 5 al 7

Vivir como el Hijo – Vivir como Hijos.

 

Querido Lector: te ofrezco esta sexta entrega de la guía de meditación del Sermón de la Montaña en el que Jesús quiere enseñarnos a vivir como Hijos y a vivir y obrar para gloria del Padre celestial.

 

LA NUEVA JUSTICIA: VIVIR COMO HIJOS  (Mateo 5, 17-20)

No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento.  Os lo aseguro: mientras duren el cielo y la tierra, no dejará de estar vigente ni una i ni una tilde de la ley sin que todo se cumpla. Por tanto, el que traspase uno de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñe a los hombres, será el más pequeño en el Reino de los Cielos; en cambio, el que los observe y los enseñe, ése será grande en el Reino de los Cielos. Porque os digo que, si vuestra justicia no es mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el Reino de los Cielos”.

 

En este pasaje Jesús habla de la Ley y de dos justicias o modos de vivirla: la de los escribas y fariseos y la de los hijos. La justicia de los hijos no anula la Ley sino que la lleva a su perfección, haciendo a los hijos perfectos como lo es su Padre celestial porque obran lo mismo que obra el Padre (ver 5, 48).

La nueva justicia filial, superando y excediendo a la antigua, la lleva a la perfección del Padre.

De este modo, los hijos iluminan con su vida no solo a los paganos sino también al pueblo elegido

La Ley en cuanto manifestaba la voluntad de Dios sigue vigente, Jesús enseña a cumplirla perfectamente, como querer del Padre, con corazón de Hijo. Y por eso mismo, enseñará que si queremos ser verdaderos hijos del Padre debemos excederla para llevarla a su perfección.

La justicia de los Hijos debe superar a la de los escribas y fariseos que apuntaba al cumplimiento escrupuloso de la Ley. En eso consiste su grandeza ante el Padre: en exceder filialmente la guarda de la Ley no solamente por obedecerlo sino por complacerlo.

Jesús mide la grandeza o pequeñez de los hombres ante el Padre por su amor filial, expresado en su fidelidad a los mínimos mandamientos de la Ley. Esta nueva apreciación de la pequeñez o la grandeza que introduce Jesús,  contradice el concepto de grandeza y pequeñez que tenían los fariseos y los escribas.

El Reino de los Cielos, es el Reino del Padre y el Reino de los Hijos. No es algo distinto de la condición filial y fraterna. No entrar en el Reino es quedarse sin ser hijo, no llegar a serlo.

 

Hasta la próxima

Horacio Bojorge S.J.