BIBLIA - CONFERENCIAS - DATOS DEL AUTOR - ESPIRITUALIDAD - ESPIRITUALIDAD IGNACIANA - FE Y POLÍTICA - LAICOS - MARÍA - PARÁBOLAS Y FÁBULAS - POESÍA - RELIGIOSOS - TEOLOGÍA |
|
EL SERMÓN DE LA MONTAÑA (38)
Lectura
guiada de Mateo capítulos 5 al 7
Vivir como
el Hijo – Vivir como Hijos
“...Ora a tu Papi, que está allí, en lo secreto; y tu Papi, que ve en lo secreto, te dará de Sí” (Mt 6,6)
Jesús nos enseña que la oración cristiana va dirigida principalmente al Padre. También los hebreos veían a Dios como un Padre del Pueblo, (Deut. 32, 6) como un Pariente de los Patriarcas y de los justos (Isa 41,14). Pero la confianza cristiana con Dios al abordarlo como Papá, es una osadía nueva. Una osadía que ya no nos asombra porque estamos tan acostumbrados que nos parece natural. O porque aún no tenemos la confianza filial y no nos atrevemos del todo. En la liturgia se expresa esta osadía en la introducción al Padre Nuestro: “Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir: ¡Padre nuestro...!”. En realidad deberíamos atrevernos a más y decirle “¡Papá!”. San Pablo mantiene la palabra hebrea “Abbá” en algunos lugares significativos (Rom 8,15; Gal. 4,6 Ver Mc 14,36). No la traduce al griego. Es que el “patér” griego es equivalente al castellano “padre”. Mientras que el Abbá hebreo equivale a nuestro cercano “papá”. o “papi”.
Jesús nos invita a hacernos como niños (Mt 18,3; Lc 18,17) delante del Padre y a hablar con él con la confianza e intimidad de niños con su papi. Por más grandotes que seamos, una vez que entramos en lo secreto donde sólo nos ve el Padre, podemos confesarle con expresiones de niño nuestra indigencia, nuestra insuficiencia, nuestra necesidad de ser engendrados: “¡Upa! ¡Papá!”. Esa confianza, esa ternura, ese gemido inefable de amor filial no sólo es enseñado por Cristo, sino que es inspirado por el Espíritu Santo que nos hace hijos. Y es eso, pienso, lo que el Padre “nos da de Sí”. Se nos da por Padre ¿podemos pedir algo más?
La oración cristiana va, pues, dirigida al Padre. Aunque también oremos a veces a Cristo, al Espíritu Santo, puesto que son personas divinas. Pero los hijos oran al Padre, por el Hijo en el Espíritu Santo. Orar es pues como sumergirse en la comunión con las tres personas divinas. Y al orar al Padre en lo secreto es eso lo que el Padre “te dará de sí”. Te dará al Hijo y al Espíritu. Al Hijo como maestro de oración y al Espíritu Santo como impulso de oración. “Todos los que son conducidos por el espíritu de Dios, son hijos de Dios. Pues no recibisteis un espíritu de esclavos, para recaer en el temor; antes bien recibisteis un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace exclamar “¡Abbá, Papi!” (Rom 8, 14-15) “Porque no sabemos orar como conviene, pero el Espíritu Santo acude en nuestra ayuda e intercede por nosotros con gemidos inefables” (Rom 8, 26).: “¡Abbá! ¡Papi!”
Hasta la semana próxima
Horacio Bojorge S:J.
http://www.oocities.org/ar/horaciobojorge/cristohoy.html