BIBLIA - CONFERENCIAS - DATOS DEL AUTOR - ESPIRITUALIDAD - ESPIRITUALIDAD IGNACIANA - FE Y POLÍTICA - LAICOS - MARÍAPARÁBOLAS Y FÁBULAS - POESÍA - RELIGIOSOS - TEOLOGÍA

 

 

 

 

EL SERMÓN DE LA MONTAÑA  (37)   

Lectura guiada de Mateo capítulos 5 al 7

Vivir como el Hijo – Vivir como Hijos

   

LA ORACIÓN FILIAL: MODO Y LUGAR

 

 “Y cuando oréis, no seáis como los hipócritas, que gustan de orar en las sinagogas y en las esquinas de las plazas bien plantados para ser vistos de los hombres; en verdad os digo que ya reciben su paga. Tú, en cambio, cuando vayas a orar, entra en tu “cuartito” y, después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está allí, en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te dará de Sí” (Mateo 6,5-6)

 

Aquí Jesús trata del modo y del lugar de la oración filial..

Orar es un encuentro con el Padre. Es ponerse interiormente de cara al Padre, no de cara a los hombres, consultando de reojo su aprobación. Es cierto que en ciertos lugares y épocas donde los orantes y la oración son mal vistos, tampoco hay que avergonzarse de que nos vean orando. Este dicho de Jesús no va contra el culto público de la Iglesia, las procesiones y las misas en los templos o al aire libre donde la multitud de los hijos de Dios se reúne fraternalmente para dar culto al Padre.

El lugar del encuentro con el Padre lo traducen diversamente: “entra en tu aposento, tu habitación, tu recámara”. Como otras veces, intrigado, me fui a consultar el griego y me encontré que la palabra griega “tamieion” - que aparece solamente en este pasaje del Nuevo Testamento -  indica, no tanto el lugar donde se habita o se duerme sino la despensa, el taller, el depósito, la oficina, “el cuartito” o el altillo, donde uno guarda las cosas de su oficio bajo llave. Es el lugar del que uno es administrador y responsable y donde no deja entrar a nadie. El lugar privado del que uno sólo tiene la llave que no le confía a nadie. No es la misma habitación de que habla Jesús en otros pasajes: “En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones (Juan 14,2); “Vendremos y pondremos en él nuestra habitación dentro de él” (Juan 14,23). Por eso, mejor que “entra en tu habitación” sería “entra en tu local” o hasta  “entra en tu negocio” y cierra la puerta.

El Padre no es un Dios a quien uno encuentra sola y exclusivamente en el templo o en determinados lugares de culto. Él está siempre al alcance de la mano y podemos encontrarnos en el mismo lugar donde trabajamos o estamos todo el día. Hay quien, en los reducidos ambientes de los hogares modernos, se encierra en el baño para orar.

Jesús está describiendo aquí como ha de ser de íntima la oración de los hijos. Y qué accesible a ellos está siempre el Padre. Tenemos siempre línea directa con el Padre.

Hasta la próxima

Horacio Bojorge

http://www.oocities.org/ar/horaciobojorge/cristohoy.html