El lunes último
naufragó frente a la costa del
Río Negro, el vapor chileno
Ludovico, a consecuencia de haber
sufrido averías en la máquina,
que lo puso en condiciones
de no poder con las olas.
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El
Ludovico, arrastrado por
el temporal que ese
día reinaba, fue a dar
contra la costa
pocos kilómetros más
al sud del faro del Río
Negro, estrellándose en
pocas horas. La
tripulación, dirigida
por su capitán, don
Ciríaco Uribe, pudo
salvarse toda y arribar a
Viedma, donde se
presentó a la
gobernación y en el acto
se le prodigaron los
cuidados que su estado de
fatiga reclamaba. |
Al conocerse el
suceso, prodújose
un movimiento generoso en el
comercio local con el fin de
socorrer a los náufragos. El
señor Manuel Marin , de la
tienda San Juan, proveyó de
vestuario completo a toda la
tripulación; además, los
señores Nazario Contin y Pablo
Fischer iniciaron una cuestión
pública con excelente resultado,
destinada a costear los gastos
que demandara la subsistencia de
los infelices náufragos. Art. de LA
NUEVA ERA 23 de julio de 1916.
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Una
gestión humanitaria:
Es conocida ya la odisea
de la náufragos del vapor
chileno Ludovico, de cuyo arribo
y peripecias dimos cuenta en la
edición del domingo
último pasado. La tripulación
del barco naufragado se componía
en su mayoría de españoles, y
la oficialidad, con excepción
del capitán, pertenecía a la
colectividad alemana. Estos
fueron socorridos y enviados a
Buenos Aires en los primeros
días de la semana, quedando la
marinería en Patagones, a
la espera de mejor suerte. Aquí
se organizó por iniciativa del
vice cónsul de España, señor
Otero, una función de
cinematógrafo para allegar
recursos con qué subvenir a las
necesidades mas apremiantes
de esos pobres náufragos. Por su
parte, el comisionado municipal,
señor Triaca, iniciaba y llevó
a buen término las gestiones
para su conducción a la
metrópoli, según informan los
telegramas y notas que a
continuación se transcriben:
Patagones,
julio 19 de 1916.- Jefe de
Policía, La Plata.-
Encuéntranse esta comunidad ocho
personas pertenecientes a
la tripulación del vapor
Ludovico, naufragado
recientemente en las costas del
río Negro. Seis de ellos son
españoles y dos chilenos.
Presididos por el señor
vicecónsul de España, y
sociedad de socorros mutuos han
celebrado algunos festejos con el
fin de reunir fondos y
auxiliarlos en su crítica
situación. Conociendo los
sentimientos altruistas del
señor Jefe, interpongo ante V.S.
mis modestos oficios, para
pedirle quiera disponer de la
Comisaría local expida ocho
pasajes de segunda hasta Buenos
Aires desde Estación Stroeder.
Agradeciéndole, salúdalo atte.
JOSE B. TRIACA, com.
Municipal.
La
Plata, julio 19 de 1916.-
Comisionado municipal, don José
B. Triaca, Patagones.- De acuerdo
con lo solicitado por Ud. En telegrama de
la fecha he ordenado al comisario local expida
pasajes para los náufragos que indica.
Salúdalo.-
H. BENAVIDES, Jefe interino”.
Señor
vicecónsul de España, don
Joaquín Otero.- Tengo el agrado
de dirigirme al señor
Vicecónsul, comunicándole que
el subscripto, en el deseo de
contribuir de la mejor manera
posible a aliviar la crítica
situación de la tripulación del
vapor Ludovico, naufragado en las
costas del río Negro, y como una
muestra de cariñosa
simpatía hacia la colectividad
española de este pueblo, ha
solicitado con fecha de ayer del
señor jefe de policía de la
provincia , dispusiera que por
intermedio del comisario de
policía locales proveyeran a
dichos náufragos de
pasajes de ferrocarril desde Est.
Stroeder hasta Bs. Aires, por
cuenta del S. Gobierno. Del
resultado de mis gestiones lo
enterarán las copias de los
telegramas que adjunto, y por
ellas verá que el señor jefe,
haciéndose intérprete de los
sentimientos nobles y
humanitarios que inspiran el
pedido de dichos pasajes, ha
ordenado en la fecha al comisario
de este partido, la entrega de
los ocho pasajes solicitados, que
me es grato acompañar a la
presente, que para por su
intermedio los haga llegar
a los mencionados náufragos,
contribuyendo en esa forma
a que su situación se haga
más desahogada.- Saluda al
vicecónsul con toda
consideración.-
JOSE B. TRIACA.-
RICARDO MORIONES,
secretario.
Patagones,
20 julio 1916.- Señor
Comisionado Municipal, don José
Triaca.- Distinguido señor: -Nunca
desconocí la caballerosidad
y nobles sentimientos que adornan
al señor Comisionado, pero en
los momentos actuales queda
demostrado con creces, por las
múltiples deferencias
dispensadas a mis protejidos
náufragos del vapor Ludovico,
incluyendo en estas atenciones la
ayuda eficaz por Ud.
prestada obteniendo pasajes
oficiales para aliviar sus
tribulaciones; y si a todo esto
se añade su espontánea
declaración de simpatía por la
colonia española de este
pueblo, no pudo menos que, al
hacerme intérprete fiel
del modo de sentir de mis
connacionales, exprese en su
nombre y en el mio propio,
sincero y profundo agradecimiento,
haciéndolo extensivo al señor
Jefe de la Policía de La Plata,
señor Benavides.- Dios guarde al
señor Comisionado muchos años.-
JOAQUIN OTERO, vicecónsul de
España.
Esta
gestión tan oportuna como
plausible del comisionado
municipal ha sido comentada con
elogio por la numerosa
colectividad española de
patagones, agradecida a la
solícita atención que ese
funcionario ha prestado a los
tripulantes del barco antes
nombrado.
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