Casi
como si fuera una jugada personal, no falta
aquel que rompa la rutina calzándose zapatillas
"todo-terreno" y anden de aquí para allá
caminando kilómetros y kilómetros entablando un
diálogo sólo con gaviotas y loros barraqueros.
Las paredes
desde la bajada hasta Playa Bonita –ubicada a 15
kilómetros hacia el puerto de San Antonio Este
está plagada de nidos constituyendo la principal
colonia del mundo de esta última especie.
Los más
cómodos suelen usar su vehículos cuatro por
cuatro o cuatriciclos para cubrir los trayectos,
en cuyas piedras se encuentran conchas marinas.
En ese
sector solitario se pueden observar numerosos
anclajes en los que suelen instalar trasmallos,
un arte de pesca constituido por redes como para
que queden enganchadas corvinas, pescadillas y,
en menor medida, lenguados.
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