La Catedral Nuestra
Señora de la Merced, fue fundada
por Monseñor Antonio Espinasa,
provisor y vicario general del
Arzobispado de la Santísima
Trinidad de Buenos Aires un 24 de
abril de 1880, siendo su primer
cura vicario el Reverendo padre
Emilio Rizzo, sacerdote salesiano.
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Después
de la inundación de 1899
se derrumbó la segunda
iglesia que tuvo Viedma,
que estaba ubicada en el
mismo lugar de la actual;
esta ya estaba
deteriorada por haber
sufrido un voraz incendio
en 1884. Los
primeros propulsores de
construir una nueva
iglesia fueron el
gobernador Tello junto
con Mons. Cagliero y el
Padre Vacchina en los
años 1900. Los planos
fueron realizados por el
P. Juan Aceto y el
constructor fue DR.
Antonio Patriarca junto
con 20 presos de la
cárcel.
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Las
obras marcharon con
lentitud debido a la
escasez de personal, a lo
que se le agregaban las
rudimentarias técnicas
de construcción de la
época y la falta de
medios económicos.
Las cuatro
columnas de granito que están en
el interior, traídas de Italia
fueron donadas por Mons. Cagliero
junto con un grupo de "notables"
del pueblo. Se la quería
consagrar para el centenario de
la Revolución de Mayo, pero no
fue posible; recién el 2 de
junio de 1912 fue bendecida por
Mons. Costamagna, el primer
saleciano que llegó a la
Patagonia como capellán de Roca.
En la parte
superior del ábside se observa
la bandera italiana y una cruz
hechas con ladrillos de distintos
colores. Las torres fueron hechas
en el año 1979 siguiendo el
estilo románico, el atrio fue
agregado a la construcción por
expreso pedido de las damas de la
congregación. fueron terminadas
con motivo del bicentenario de la
fundación de Viedma.
Esta iglesia
es similar a la de Santa María
del Monte, ubicada en la plaza
España de la ciudad de Roma,
Italia. Actualmente la Catedral
guarda los restos del Cardenal
Cagliero y del obispo José
Borgatti.
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