Medicina que
respeta lo natural
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Revista Homeopatía para todos Nº 24

SUMARIO

1. Editoriales
2. Aftas a repetición o el sacrificio de comer – Dr. Jorge A. Casale
3. Las vacunas y sus mitos – Dr. Eduardo Yahbes
4. Sobrepeso y obesidad. ¿La “magia” o la acción? – Dra. Mugliaroli
5. Aquél médico de familia... – Dr. Mario Draiman
6. Verdaderos Homeópatas, Falsos Homeópatas – Dra. Mónica Prunell
7. La próstata y la homeopatía – Dr. Angel Oscar Minotti
8. Es verdad que hay amores que matan? – Dr. Eduardo Kaufmann
9. De dónde venimos y hacia dónde vamos – Dra. Silvia C. Mercado


EDITORIALES

Aceptando la invitación del nuevo Director nombrado por la comisión Directiva de la AMHA, Profesor Dr. Juan Carlos Tsuji, tengo el placer de comunicarme con ustedes dirigiéndoles unas palabras. Estos siete años han significado para mí una hermosa experiencia, como fue la de participar del nacimiento de Homeopatía para Todos, acompañar y disfrutar su crecimiento y los distintos cambios en su presentación, junto al apoyo creciente de colaboradores, pacientes y público en general, que reclaman con sincero interés la aparición de cada número. De tal manera que estas palabras finales son de agradecimiento a todos aquellos que han contribuido para que Homeopatía para Todos pudiera cumplir su misión, como órgano oficial de la AMHA, de difundir con simpleza y profundidad al mismo tiempo, los secretos de la Homeopatía Unicista Hahnemanniana. ¡Gracias, muchas gracias a todos! Además, con enorme placer, le deseo al Dr. Juan Carlos Tsuji, que ya ha tomado esta posta con el cariño y la responsabilidad que todos le reconocemos, que pueda transitar el mejor camino para comunicarse con ustedes con sabiduría. Si esto tiene forma de despedida lo es sólo desde la Dirección de la Revista, pues no podría dejar de seguir colaborando con este querido medio desde mi lugar en la AMHA Quisiera desearles a todos ustedes un buen año en el cual, a pesar de todo, anide en vuestros corazones la esperanza.

Dr. Eduardo Kaufmann Profesor Titular AMHA

Con este primer número del año 2001 de Homeopatía para Todos, se inicia mi tarea como director de la revista. Como todos los cambios, éste significa un movimiento, una alteración del orden anterior. Por eso mi primera comunicación con ustedes, los lectores, está destinada a asegurarles que el espíritu que animó a la publicación desde sus primeros días permanecerá intacto. Es la intención de este nuevo equipo continuar por el sendero trazado por el gestor y primer director de la revista, Prof. Dr. Eduardo Kaufmann. A lo largo de los años la revista Homeopatía para Todos fue ganando la amistad de los lectores y se fue transformando en una necesidad placentera luego de la consulta. Es así que la demanda por más ejemplares y por nuevos números fue cada vez más frecuente. Quiero agradecer a la Comisión Directiva de la AMHA que me confirió el honor de dirigir la revista. Sólo aspiro a poder cumplir con amor y sabiduría la tarea encomendada. La Humanidad tiene en la Homeopatía un poderoso instrumento para llegar a cumplir con el ideal de un mundo más sano. Quiera Dios y las oportunidades permitan, que desde Homeopatía para Todos podamos aportar nuestro granito de arena para ayudar a vivir en un mundo mejor. Dr. Juan Carlos Tsuji. Director Profesor Adjunto AMHA LA GRAN ARMONÍA.

Confucio (551-479 AC) Cuando prevalezca el Gran Principio, el mundo será una comunidad donde los funcionarios serán elegidos conforme a su sabiduría y capacidad, donde imperará la confianza y se promoverá la cordialidad en las relaciones humanas. En consecuencia, los hombres no sólo considerarán como padres a sus propios padres, ni como hijos tan sólo a sus propios hijos. Los ancianos recibirán atención hasta el fin de sus días. Los jóvenes serán criados con solicitud. Los viudos, las viudas y los huérfanos así como los enfermos y los inválidos, estarán bajo una protección conveniente. Todo hombre tendrá su empleo y toda mujer su hogar. No se aceptará la idea de que la riqueza permanezca inactiva, ni se usarán las energías sólo para provecho personal. En tal comunidad, no prosperarán los planes egoístas; no se producirán robos ni crímenes; y la gente no tendrá necesidad de acerrojar sus puertas. Esto se entiende por la Gran Armonía.


Aftas a repetición o el sacrificio de comer

Dr. Jorge A. Casale.
Profesor Titular AMHA


Tengo un paciente de 35 años, comerciante, que concurre a la consulta por aftas bucales que se reproducen casi continuamente. Lo cierto es que son muy dolorosas y ardientes cuando mastica y aún hablando, de manera que la satisfacción de la cena y la sobremesa se transforman en tortura y mal humor. En esta persona existe además una alternancia con eritemas en la piel, es decir que al tratar las aftas y mejorarlas aparecen erupciones rosadas en cara y cuello. Las aftas a la observación se ven pequeñas pero profundas, del tamaño de una lenteja y se asientan en el borde de la lengua y paredes de la boca. De fondo blanco con halo rosado, producen salivación constante, mal aliento y sangran con el simple contacto. Lo primero que se debe hacer en homeopatía para tratar las aftas, es “reconocer al paciente que sufre sus aftas” y a eso va dirigido el interrogatorio. Se trata de un ser reservado, colérico sin llegar a la violencia, y un tímido encubierto. Respetuoso, concienzudo en su trabajo, hasta llegar a la obsesión por el orden en la casa. En la alimentación observa la necesidad de sal sin probar la comida y no toma leche porque no le gusta. (Culturalmente una de las creencias más difundidas es que las aftas tienen su origen en la leche mal pasteurizada, quizás por su similitud con el muguet de los lactantes, aunque la etiología de ambas enfermedades no es la misma, por lo que la leche es sólo un detonante y no la causa). El paciente refiere falta de apetito, además de la molestia intensa que le provoca el ardor al comer cualquier alimento, en especial ácidos y bebidas calientes. Profundizando el interrogatorio sobre su vida, llegué a la conclusión de que las erupciones de la piel y las aftas comenzaron desde chico cuando sufrió dos mudanzas que le significaron el desprendimiento de sus amigos, el cambio de colegio y de ciudad, aparte de alejarse del afecto de sus abuelos más queridos. Con todos estos datos pude establecer que este hombre localizó su desorden emocional en las mucosas de la boca y en la piel, haciendo que cualquier circunstancia adversa impactara en ellas y despertara los síntomas. En este individuo en particular el medicamento que corresponde para su curación es Sodium Chloride por ser un remedio para muchos procesos patológicos surgidos como consecuencia de frustraciones, decepciones, resentimientos o pérdidas de afectos. Con esto quiero dejar sentado que el objetivo de todo tratamiento homeopático está dirigido a combatir la causa profunda generadora del mal en su acción psicosomática, a diferencia de los tratamientos locales desinflamantes que sólo tienen efecto sobre el síntoma objetivo que volverá a reaparecer una y otra vez. En la evolución de este paciente las aftas se fueron espaciando en el tiempo con un curso más rápido y menos doloroso, desapareciendo totalmente en pocos meses al igual que sus eritemas de piel; pero la respuesta al remedio fue mucho más amplia. Su esposa reconoce que además cambió su carácter, se volvió más sociable, menos “chinchudo” en la casa y sus enojos duran menos. Esto es lógico puesto que Sodium Chloride es un medicamento capaz de modificar energéticamente todo resabio de rencor, tristeza o desengaños pasados. Se curaron las aftas, pero sobre todo se curó el paciente con aftas, mejorando su calidad de vida. Una advertencia para quien lea esto sin estar avezado en homeopatía: no todas las aftas se curan con Sodium Chloride, ni tampoco los desengaños y rencores; cada paciente es distinto en sus características y en sus motivaciones y el remedio elegido tiene que responder a ellas. Muy buenos medicamentos, como Borax, Baptisia, Mercurius, Sulphuricum Acidum, Nux Vómica y una decena más, tienen su indicación en las aftas bucales, pero cada uno de ellos tienen distintas motivaciones psicosomáticas y responden sólo si concuerdan con las distintas sintomatologías, aspecto y modalidades del paciente. Lo cierto que nuestro paciente recuperó en pocos meses el placer de una buena comida, sin tener que padecer su molestia de años.

 


Las vacunas y sus mitos

Dr. Eduardo Yahbes.
Profesor Titular AMHA

Cuando reflexionamos acerca de la utilidad de las vacunas observamos actitudes antagónicas: por un lado los “fanáticos” de las vacunas y por otro lado aquellos que han tenido experiencias negativas y que en cierta forma necesitan conocer cuál fue la causa de esa experiencia. Es sabido que los profesionales de la salud se declaran fanáticos de las vacunas ya que la información que reciben es parcial y muchas veces desconocen las investigaciones realizadas en el mundo acerca de la tan mentada efectividad e inocuidad de las vacunas. En nuestro país como en muchos otros la mayoría de las vacunas son obligatorias por ley, pero es mi deber como médico informar a los padres que en el mundo se reportan anualmente miles de reacciones y cientos de muertes y de invalidez permanente como consecuencia de las vacunas.
Vamos a desarrollar los mitos que rodean a las vacunas.
1. Las vacunas son la razón principal de la baja en los índices de las enfermedades epidémicas De acuerdo a estudios realizados, la mortalidad por enfermedades infantiles en Estados Unidos e Inglaterra había disminuido en un 80 a 90 % antes de la vacunación debido fundamentalmente a las mejores condiciones sanitarias. Asimismo el pico epidémico de polio había declinado notablemente cuando se introdujo la vacunación, y enfermedades como varicela o escarlatina eran naturalmente menos virulentas que en sus comienzos. De modo que no podemos afirmar que las vacunas hayan hecho retroceder las epidemias sino mas bien que estas han tenido una involución natural.
2. Las vacunas son muy efectivas Hay muchos estudios realizados que documentan que esto es una falacia. Brotes de sarampión, paperas, varicela, polio, coqueluche han ocurrido en poblaciones vacunadas. En cuanto a la BCG, la OMS en la India reveló que esta vacuna no es efectiva contra la tuberculosis. La disminución del tétanos entre la primera y la segunda guerra mundial se debió más al cuidado de las heridas que a la vacunación. Por lo que se deduce que las vacunas tienen muy baja participación en la prevención de las enfermedades infecto contagiosas.
3. Las vacunas son seguras El Sistema de Reporte de Efectos Adversos de las Vacunas ( VAERS) recibe 11000 denuncias anuales de reacciones adversas y alrededor de 1% termina en la muerte. La mayoría de las muertes son debidas a la vacuna anticoqueluchosa que se administra como DPT ( difteria, coqueluche, tétanos). Las vacunas pueden causar el Síndrome de Muerte Súbita Infantil entre los 2 y 4 meses, que es cuando se inicia el plan de vacunación, así como incremento del autismo en niños genéticamente predispuestos. Se han descripto casos de Diabetes tipo I ( insulino dependiente) vinculadas a la vacuna contra la rubéola y paperas que aparecen entre 2 a 5 años después de aplicada la vacuna. La vacuna contra la hepatitis B puede determinar la aparición de artritis, daño muscular y nervioso, perdida de visión y memoria, síndrome de fatiga crónica y también el fallecimiento del bebe. En síntesis, las vacunas son causa de invalidez y de muerte.
4. Las enfermedades comunes de la infancia son extremadamente peligrosas En este momento las enfermedades de la infancia tiene pocas consecuencias, son benignas y autolimitadas. En general las complicaciones resultan del deficiente estado nutritivo y sanitario de la población. El peligro de las enfermedades infantiles está exagerado para atemorizar a los padres y lograr que vacunen a sus hijos.
5. Las vacunas tiene una sólida base teórica y práctica. El fundamento de las vacunas es estimular la producción de anticuerpos; lo que no queda claro es si esta producción de anticuerpos tiene una real cobertura inmunológica. En realidad las vacunas solo pueden generar inmunidad específica hacia los elementos que componen la vacuna haciendo que el receptor sea incapaz de reaccionar a una infección diferente. Por otro lado es mentira que no se pueden generar epidemias en poblaciones vacunadas; los informes así lo desmienten. Así la mayoría de los motivos que avalan el uso de las vacunas resultan falsos ante las evidencias recogidas.
6. El control de la polio fue un éxito debido a la acción de las vacunas En diferentes partes del mundo se registraron incrementos de polio posteriores a la vacunación. Se considera que de 34 países con vacunación a virus vivo, en 24 se incrementaron los casos de polio.
7. Si un niño no tuvo reacción inmediata a a vacuna no existe riesgo para él. Existe mucha documentación sobre los efectos adversos de las vacunas a largo plazo, están descriptos trastornos crónicos a nivel inmunológico y neurológico como autismo, hiperactividad, y desórdenes de atención, dislexias, alergias, cáncer y otras patologías que no existían antes de la vacunación. Los efectos a largo plazo de las vacunas han sido ignorados aunque se ha establecido correlación con muchas enfermedades crónicas. 8. Las vacunas son impuestas por ley y son obligatorias. Es importante saber que no todas las vacunas son obligatorias y existen excepciones médicas a las mismas. Por ejemplo niños con trastornos neurológicos o inmunológicos o que presentan reacciones adversas a las vacunas. Sería muy importante que los cuerpos legislativos revieran las obligatoriedad de algunas vacunas dada su ineficacia y los posibles efectos adversos de muchas de ellas.
9. Las vacunas son la única opción preventiva Debemos tener en cuanta que el germen no es el único elemento a considerar en una enfermedad infectocontagiosa: también son importantes las condiciones psico-sociales, el estado nutritivo, el medio ambiente, el contacto con insectos etc. Estos factores no solo pueden favorecer la aparición de una enfermedad infecto contagiosa sino condicionar su evolución y el desencadenamiento de complicaciones. Dentro de la medicina homeopática existen medicamentos que son capaces de prevenir algunas enfermedades infectocontagiosas y aun mejorar la resistencia y la respuesta inmunológica así como revertir en algunos enfermos los efectos adversos de las vacunas.
10. Los funcionarios de salud pública ponen a la salud por encima de todo. Muchos médicos, incluidos funcionarios sanitarios conocen los datos expuestos y los niegan poniendo en riesgo la salud psico-física de la población. Conclusión Cuando observamos las consecuencias de las vacunas, que van desde enfermedades leves hasta enfermedades crónicas o mortales se hace indispensable que las autoridades adviertan a los padres de los riesgos. No es posible que la política sanitaria se haga de acuerdo a la conveniencia de los laboratorios. Es necesario que las autoridades sanitarias consideren que en todo programa de inmunización los riesgos inherentes al mismo deben ser menores que los riesgos probables de la epidemia que se trata de controlar. En mi criterio las vacunas no deberían ser obligatorias y debieran prohibirse aquellas que no son efectivas o que provocan efectos adversos. Cada ciudadano tiene derecho de buscar información para tomar una decisión libre y responsable


 

SOBREPESO Y IBESIDAD.
¿La “magia” o la acción?

Dra. Claudia Mugliaroli.
Médica Homeópata AMHA

A lo largo del ejercicio de mi profesión, muchas personas me han consultado, y lo siguen haciendo en la actualidad debido a su problemática de sobrepeso y obesidad. En un comienzo como médica endocrinóloga, y luego sumando la homeopatía, mi concepto de recuperación y curación se modificó y por ende obviamente también cambió mi forma de tratar a mis pacientes. El tema de la obesidad es motivo de gran preocupación para muchas personas. Es además un buen barómetro de nuestro estado físico general. Aunque esta enfermedad representa, incuestionablemente un serio problema, lo inquietante es la tendencia a seguir dietas rigurosas en extremo, una práctica generalizada entre la gente joven, aún cuando no la necesitan. Hoy en día bajar de peso se ha convertido, para algunos en algo así como una obsesión. Este “afán de lograr una silueta esbelta” no es ajeno a la moda actual, que juntamente con los medios de comunicación, pone énfasis en una figura delgada, aún a costa de cualquier cosa. Ahora bien, ¿cuál es entonces, la causa de la obesidad? La causa directa es el exceso de comida y la mala calidad alimentaria del plan nutricional del obeso. Cuando la cantidad de energía calórica que uno incorpora es superior a su consumo, el excedente se almacena como depósito graso. La vida sedentaria es otro factor co-adyuvante importantísimo. En algunas ocasiones, la obesidad es también el reflejo de un desequilibrio hormonal. Otro factor a tener en cuenta es la herencia. Es preciso determinar la situación en que se halla cada persona al inicio del tratamiento. Algunos son obesos desde su infancia, otros ya han realizado tratamientos, hay quienes nunca han intentado adelgazar y quienes han pasado su vida probando dietas. La educación constituye un punto clave del proceso: aprender qué es la obesidad y en qué consisten los cambios en el estilo de vida y realizar su control médico periódico. ¿Cómo podemos regularizar nuestra dieta? ¿Cómo controlar la ansiedad que nos lleva a comer más de la cuenta? ¿Cómo adquirir la disciplina del buen comer? No existen formulas “milagrosas” para bajar de peso. Ni pastillas ni dietas mágicas. Existen ciertos profesionales inescrupulosos, que se anuncian como “homeópatas” prescribiendo cualquier cosa que nada tiene que ver con la homeopatía: diuréticos, sedantes, hormonas tiroideas, drogas que actúan sobre el circuito de la saciedad, etc. Asimismo existen pacientes que son muchas veces engañados cuando crédulamente concurren a este tipo de “homeópatas truchos”, los cuales aprovechan la situación del modo más lucrativo. También existe cierta comodidad cuando se piensa que se elige el camino aparentemente más fácil, sin realizar el proceso con una cuota de esfuerzo y constancia. Digo “aparentemente más fácil” ya que es posible que estos pacientes adelgacen, pero con la suspensión de este tipo de tratamientos, sobreviene un efecto rebote con el cual se recupera el peso perdido y se gana aún mas peso! Sin hablar además de los efectos tóxicos de este tipo de medicación. La única “magia” es nuestra decisión de ponernos en acción con un buen plan de alimentación vistiendo la armadura de la paciencia y la perseverancia. Nuestro camino es largo, difícil por momentos, y nuestro peor enemigo está dentro nuestro cuando sobreviene el desaliento…Pero si nos sobreponemos a esto y seguimos adelante concretaremos nuestro objetivo. La manera en que manejamos nuestros desafíos denota la fuerza de nuestra voluntad y la sabiduría que ponemos en ella. Es el verdadero médico y el verdadero médico homeópata quien acompaña y alienta a su paciente en su proceso de recuperación y curación. El verdadero beneficio esta justamente en poder recorrer ese camino, en esa lucha con nosotros mismos, ya que al ir atravesando diferentes obstáculos, nuestra vida se ira fortaleciendo, sentiremos que podemos y esa misma fortaleza vital se desplegará frente a las diferentes situaciones que nos toque enfrentar en nuestra vida. Adelgazar realmente es posible. Pero, como en otros problemas de salud, hacerlo depende de tomar el camino correcto. El camino del cambio profundo, en serio, de las actitudes y conductas. Un camino construido sobre la educación alimentaria y cambios en el estilo de vida. La Homeopatía unicista es un arma que nos ayuda en este proceso. Los síntomas que expresa cada persona (ansiedades, miedos, cólera, decepciones, etc.) que lo llevan a comer de más son expresión de un desequilibrio vital. Es a este nivel donde podemos actuar con la homeopatía que nos permite fortalecernos, a través de restablecer el equilibrio, y nos brinda ese “colchoncito vital” para poder defendernos mejor ante las circunstancias que tenemos que enfrentar cotidianamente. Podemos ver la vida más serenos, pero en acción, sacar esa voluntad de adentro nuestro que nos permitirá comenzar un buen plan de alimentación y ejercicios y perseverar en ello. No olvidemos que un viaje de mil millas comienza con el primer paso. (continuará en publicaciones posterior)


 

AQUÉL MÉDICO DE FAMILIA...

Dr. Mario Draiman.
Profesor Titular AMHA.

Quienes tienen algunos años suelen evocar con nostalgia aquél médico de familia, ese personaje singular, al cual acudíamos ante cualquier malestar que nos afectara. El venía, entraba en la casa sin llamar y se instalaba. Al verlo ya uno se sentía mejor, casi bien. Sabíamos que él estaba de nuestro lado para protegernos. Bastaba que nos dijera con tono paternalista “no es nada, te vas a curar rápido” para que una rara tranquilidad invadiera todo el ámbito familiar. Nos atendía de todo, desde que nacíamos, y conocía toda nuestra historia, participando con consejos y alientos en las situaciones difíciles. Conocíamos su manos tiernas con las cuales nos acariciaba en su meticulosa semiología clínica para llegar al diagnóstico ansiado. Nunca tenía apuro, nos escuchaba paciente y comprensivamente. Cuando se iba, independientemente de su prescripción, un extraño bienestar quedaba flotando en el hogar. La mayoría de las veces ni siquiera quería cobrarnos y solía despedirse diciendo: “mañana vuelvo a echarte un vistazo”. Era común que en algunos hogares pobres les dejara dinero para que pudieran comprar los medicamentos. Si necesitábamos un estudio o una consulta con algún especialista, nos decía: “veníte mañana al Hospital”, dónde trabajaba ad honorem para devolverle a la sociedad todo lo que ésta le había brindado, al haberle permitido llegar a ser médico para servir al prójimo. Esta raza de médicos se fue extinguiendo. La medicina se fue “socializando” con la aparición de las mutuales, las obras sociales y la empresas de medicina prepaga. El médico pasó a ser un empleado al servicio de aquéllas. Las necesidades pasaron a ser la reducción de costos y la de ver muchos pacientes en poco tiempo como manera de compensar las bajas retribuciones. Como un aluvión la tecnología fue reemplazando las manos del médico. Los exámenes abusivos y frecuentemente innecesarios y riesgosos, se fueron imponiendo en la fugaz consulta médica. La medicina se fue fragmentando en especialidades que atienden cada vez un pedazo más pequeño del organismo. Y esto fue también penetrando en la mente de la población como una realidad inobjetable. Si me presentan una persona y le digo que soy médico la pregunta obligada es: ¿y cuál es su especialidad?. Si les respondo: médico, queda desorientada. Cualquier sujeto con un dolor abdominal pide hoy por hoy, directamente por el gastroenterólogo. Para qué perder tiempo con el clínico. Como corolario la medicina se deshumanizó. Actualmente observamos la despersonalización de la relación médico-paciente, con su consecuente falta de contención emocional, de lazos afectivos, de su no involucrarse en el drama existencial del paciente. Este ya no habla de “su médico” sino del “médico de la prepaga”, el cual incluso es cambiante, hoy le toca uno, mañana otro, y al que además por supuesto, no se lo puede llamar fuera del horario de atención porque la urgencia le corresponde a cualquier otro de guardia. Antes, cuando el paciente iba a su médico salía reconfortado, casi curado, tranquilizado. Hoy cuando sale de la consulta se siente más angustiado, más inseguro, con una pila de estudios por hacer debajo del brazo y con la incertidumbre de un diagnóstico comprometido “que se debe descartar”. Por que ahora también el paciente se debe hacer cargo de las dudas y las limitaciones del médico. Tengo pacientes a los que frente a síntomas banales se les mencionó la posibilidad de cáncer, que luego fue absolutamente descartado. Sin embargo por su especial sensibilidad quedaron afectados y expectantes de la aparición de la tan temida enfermedad como si tuvieran una espada de Damócles sobre su cabeza, para siempre ... Hoy se habla de recrear nuevamente al médico de familia o al médico generalista, pero más para un control de costos que para implicarse humanamente en la persona sufriente y sus circunstancias. Afortunadamente, en nuestro medio, el médico homeópata guarda mucho de aquel extinguido médico de familia. Porque conserva el humanismo en el trato, porque se ocupa de su drama vivencial, porque es “su paciente”, porque se interesa, se ocupa e influye en su historia. Porque ante todo su enfermo es una persona y debe ser comprendida y atendida en su totalidad, para ayudarlo a crecer y vivir mejor. Lamentablemente aún poca gente puede acceder a una atención homeopática, por desconocimiento o por causas económicas, derivadas fundamentalmente de las condiciones en que se desenvuelve el sistema médico en nuestro país. Es de esperar que en este siglo que comienza se pueda resolver este intrincado problema en que se encuentra atrapada la Medicina Oficial. Mientras tanto, por lo menos, siguen vigentes los aportes de nuestra Medicina Homeopática.


 

VERDADEROS HOMEÓPATAS,
FALSOS HOMEÓPATAS

Dra. Mónica Prunell.
Docente Adscripta a Cátedra AMHA

En nuestro medio no se encuentra reglamentada la Medicina Homeopática como en Inglaterra, Francia, EEUU, donde sí lo está. La falta de límites oficiales hace posible la proliferación de médicos y no médicos que aprovechando el prestigio de la Homeopatía, se hacen pasar por “homeopáticos”, siendo en realidad totalmente falsos. De modo que una persona puede ser engañada en su buena fe y estar convencida de que el suyo es un tratamiento homeopático cuando dista mucho de serlo. Desde el punto de vista ético es una estafa al paciente y desde el punto de vista sanitario, una exposición al peligro del uso de drogas de mala calidad, usadas por gente inescrupulosa que tanto daño le hace a la Medicina Homeopática. Oportunamente a instancias de la Federación de Asociaciones Médicas Homeopáticas Argentinas, por Resolución Nº 1379/99, de fecha 16 de diciembre de 1999, de la Inspección General de Justicia, se obtuvo el reconocimiento del COLEGIO DE MÉDICOS HOMEÓPATAS, para funcionar en todo el territorio de la República Argentina. Dicho Colegio nucleará a los Homeópatas Unicistas de este país quienes obtendrán un número de registro con validez nacional, que les permitirá diferenciarse de los que no practican la verdadera homeopatía. La Federación de Asociaciones Médicas Homeopáticas Argentinas está constituida por: la Asociación Médica Homeopática Argentina; la Escuela Médica Homeopática Argentina Tomás Pablo Paschero; el Centro de Estudios Médicos Homeopáticos Hahnemanniano de Córdoba y el Instituto de Altos Estudios Homeopáticos James Tyler Kent. ¿Cómo reconocer un tratamiento no homeopático? Gran porcentaje de los pacientes que tenemos oportunidad de ver han concurrido a consultorios “homeopáticos”, y nos refieren que han sido vistos en un lapso de 10 minutos por un médico, muchas veces iriólogo, que luego del diagnóstico por el iris, le daba varios frasquitos con comprimidos, generalmente numerados (sin especificar la medicación en la etiqueta). Estos pacientes han ido a buscar en el falso homeópata lo que la medicina tradicional no puede darles y menos aún les dará el “homeópata de las pastillas” Pues este médico haciéndose pasar por homeópata, receta medicamentos alopáticos dando drogas, anfetaminas, polvos de tiroides, hormonas y diuréticos para adelgazar, sedantes para los nervios, corticoides para el reuma, etc.; a veces mezclados con medicamentos homeopáticos. Como no figura la fórmula de las drogas en el frasco ponen al paciente en riesgo potencial al hacerle creer que está ingiriendo medicamentos inofensivos. Se los puede reconocer porque emplean frasquitos con comprimidos, grageas, pastillas o cápsulas y también pomadas, cremas, óvulos, supositorios e inyectables, formas de presentación que la Homeopatía Unicista no usa casi nunca. Son los llamados “médicos golondrinas”, que saltan de barrio a barrio y de pueblo en pueblo atendiendo en garages, livings de casas de familia o en consultorios no habilitados, donde nunca se ve un diploma que lo avale como homeópata. Los pacientes concurren atraídos por propuestas mágicas (nada más alejado de la homeopatía como veremos), promesas de resultados rápidos y consultas presuntamente baratas, pero eso sí, la medicación resulta bien cara. En realidad son médicos tradicionales, alópatas que se autotitulan homeópatas. ¿Cuáles son los tratamientos o técnicas que no son homeopáticos? La medicina oficial es una medicina alopática, porque cura por lo diferente y por el contrario (inflamación/antinflamatorio), tratando de erradicar o mitigar el síntoma. Para lo cual utiliza fármacos muchas veces tóxicos, sintéticos químicos (no naturales), con efectos muchas veces no deseados, por poseer secundarismo, efectos colaterales y paradojales. Además no tiene en cuenta la idiosincrasia individual, en la cual una dosis recomendada por el laboratorio, puede resultar nociva. (Por ejemplo 500 mg. de aspirina generalmente solucionan una cefalea sin producir síntomas gástricos, pero más frecuentemente de lo que se cree, es capaz de producir úlceras y graves hemorragias digestivas). Un error muy frecuente es mezclar con la Homeopatía todas las terapéuticas que no correspenden a la medicina oficial. No son terapéuticas homeopáticas: las flores de Bach, de California, el naturismo, la herboristería, el diagnóstico por el iris (iridodiagnóstico), la acupuntura, la quiropraxia y la celuloterapia. Hay otro tema más complicado que es el de las desviaciones de la homeopatía, llamadas homeopatía complejista que utiliza varios medicamentos sucesivos a la vez en el mismo paciente y la homeopatía pluralista que utiliza varios seguidos para la misma patología, uno tras otro. Usar medicamentos homeopáticos no es suficiente para hacer verdadera homeopatía.

La Homeopatía Unicista se rige por cuatro principios fundamentales que deben respetarse en todos los casos, que son los siguientes:


1. La ley de la similitud
2. Las dosis infinitesimales
3. La experimentación en el hombre sano (patogenesia)
4. El medicamento único

¿Qué es la Homeopatía Unicista?

La Homeopatía Unicista es un sistema médico, ejercido por médicos egresados de Facultades de Medicina públicas o privadas, que luego de graduados, deciden hacer un curso de tres años de Homeopatía en escuelas debidamente reconocidas. Es una medicina humanista, personalizada y holística debido a que considera al ser humano una unidad psico-física y espiritual indivisible Es una ciencia y arte de curar que respeta la sabiduría del cuerpo, se sirve de medicinas que estimulan los propios mecanismos inmunitarios de cuerpo para iniciar el proceso de curación. Considera que los síntomas, son en realidad esfuerzos que el organismo efectúa para controlar el estrés o la infección. Por eso suprimir el síntoma no solo no cura al enfermo sino que puede producir una profundización del proceso patológico. La concepción de la física moderna ofrece un soporte a la noción de que los seres vivos tienen una capacidad inherente de autoregulación y autocuración. Este esfuerzo por mantener la homeostasis ha sido descrito por el físico Ylia Prigogine, premio Nobel de Química en 1977, Fritjof Capra y por Erich Jantsch. Estudios recientes han demostrado que la fiebre representa un esfuerzo del organismo por curarse, aumentando las sustancias antivíricas y la movilidad y actividad de los glóbulos blancos que intervienen en la lucha contra la infección.

UN POCO DE HISTORIA


La Homeopatía fue creada por el genial médico alemán Samuel Hahnemann (1755-1843) que en 1810 publicó su “Organón del Arte de Curar”. Aunque surge hace 200 años sigue siendo una nueva concepción de la medicina, debido a que integra en su sistema terapéutico al individuo en su totalidad. Encara la enfermedad a través del tratamiento del enfermo, siguiendo la máxima atribuida a Hipócrates, el padre de la Medicina:
NO HAY ENFERMEDADES, SINO ENFERMOS, porque cada individuo cuando se enferma presenta una sintomatología síquica, emocional y física propia y única, aunque padezca la misma enfermedad que otro. Considera que los síntomas exteriores del paciente ya sea asma bronquial, úlceras o erupciones en piel son manifestaciones de un desorden interno, es decir, de un desequilibrio de la energía vital (del principio que da vida) del individuo. Este desequilibrio interno se manifiesta por la totalidad de los síntomas tanto mentales, generales como físicos del paciente. La labor del médico homeópata es constatar dichos síntomas mediante la toma del caso de manera exhaustiva y prescribir un medicamento ya sea de origen vegetal, animal o mineral, en dosis infinitesimales (muy diluidas) utilizando el principio de similitud, con el fin de restablecer el equilibrio interno.
El PRINCIPIO DE SIMILITUD es la base de la homeopatía (homeos: similar, pathos: sufrimiento). Ya Hipócrates en el siglo IV a. de C. enuncia su célebre aforismo de que “ lo semejante a la enfermedad es capaz de curar dicha enfermedad.” Hahnemann retoma este concepto. La historia fue así: la quinina era utilizada en Perú para curar el paludismo (fiebre de los pantanos) y Hahnemann observó en 1790 que la intoxicación por la quina producía fiebres intermitentes, síntomas similares a los del paludismo. El tomó quina y experimentó los síntomas en su propio cuerpo, llegando a la conclusión de que una sustancia capaz de producir síntomas en un organismo sano, es capaz de curar esos mismos síntomas cuando aparecen en un enfermo. Existen dos mil sustancias homeopáticamente comprobadas mediante la EXPERIMENTACIÓN EN INDIVIDUOS SANOS, llamada patogenesias. Hahnemann recurrió a la medicina experimental humana (50 años antes que Claude Bernard), estudió la acción de un centenar de sustancias en voluntarios sanos, como acónito, arnica, bayas de San Ignacio, nuez vómica, anémona, opio etc. Para evitar los efectos tóxicos de las dosis ponderales (que se pueden cuantificar) probó con DOSIS INFINITESIMALES (muy diluidas) y comprobó que cuanto más dinamizado (más diluído y agitado vigorosamente) devenía el medicamento, más poder curativo adquiría. Por esto la Homeopatía no usa drogas; la acción del medicamento está basada en la estimulación por acción física y no química de la capacidad de respuesta del organismo. Desde la época de Hahnemann hasta nuestros días se vienen haciendo patogenesias, que nos permiten conocer el poder curativo de cada sustancia, mediante la recopilación de los síntomas que ellas producen en los experimentadores. Actualmente en la Asociación Médica Homeopática Argentina se están llevando a cabo patogenesias en voluntarios sanos. Por último la Medicina Homeopática es unicista, lo cual quiere decir que emplea UN ÚNICO MEDICAMENTO por vez, debido a que han sido experimentados individualmente y porque desconocemos las posibles interferencias que medicamento simultáneos podrían originar.

¿Cuáles son las pautas para saber que un médico es verdaderamente homeópata unicista?
1. Debe confirmar que practica la Medicina Homeopática Unicista.
2. Debe exhibir el diploma de médico de la Facultad que corresponda y el diploma de Médico Homeópata extendido por alguna entidad seria y reconocida como la Asociación Médica Homeopática Argentina.
3. La primera consulta es prolongada (alrededor de 1 hora), durante la cual el médico homeópata realiza el diagnóstico de la enfermedad clínica, el diagnóstico del enfermo determinando su individualidad de expresión sintomática, el diagnóstico biopatográfico y el diagnóstico del medicamento.
4. Durante la toma del caso es usual que el médico consulte un libro llamado Repertorio, que es un diccionario de síntomas, donde va corroborando los síntomas del paciente con los del medicamento.
5. Cuando llega a la conclusión terapéutica prescribe un medicamento por vez, porque cada sustancia ha sido experimentado individualmente en personas sanas.
6. Las formas más usuales de presentación de los medicamentos homeopáticos son : Glóbulos, papeles ( polvos de lactosa), gotas o tabletas, con la particularidad de que los glóbulos, polvos o tabletas son blancos como el azúcar húmedo, inodoros y las gotas incoloras y transparentes. Los medicamentos homeopáticos son económicos. Desarrollo de la entrevista médico-paciente El médico homeópata profundiza en el conocimiento de todos los aspectos personales del paciente, desde el motivo de consulta prestando atención a los malestares que lo aquejan, luego los antecedentes de enfermedades personales y familiares para conocer la predisposición genética y se vale de la anamnesis, el examen clínico ortodoxo y todos los estudios complementarios que considere necesarios, sean estos análisis de laboratorio, diagnóstico por imágenes, etc. utilizando todos los avances tecnológicos de la medicina moderna para llegar al diagnóstico nosológico (de enfermedad). Continúa el estudio de su personalidad, su carácter, su manera de ser, sentir y reaccionar, sus afectos y temores, los hechos movilizadores de su vida y la manera personal de expresar sus síntomas. Su forma general de reaccionar al clima, los sueños, la sexualidad, las menstruaciones, la sed, transpiración , deseos y aversiones alimentarias, etc. Es de suma importancia la historia biopatográfica que nos permite conocer la historia de vida del paciente, a través de los momentos difíciles de impacto emocional. Lo que importa no es la anécdota sino la particular manera de reaccionar y los cambios físicos o mentales que se hayan producido desde entonces y que persistan en el tiempo. Con todos estos elementos en la primera y en las sucesivas entrevistas, se va configurando “la totalidad sintomática característica” es decir el conjunto de síntomas mentales, generales y físicos que individualizan al paciente. El diagnóstico del medicamento se hace relacionando la totalidad de los síntomas del paciente con el medicamento que le corresponda por la similitud sintomática.

DIEZ CLAVES DE LA MEDICINA HOMEOPÁTICA

1. Es la única medicina que trata al ser humano en su totalidad: cuerpo y espíritu
2. Es una medicina con base científica
3. Es la única medicina que pone en práctica el axioma hipocrático: “no hay enfermedades sino enfermos”
4. No tiene contraindicaciones (se prescribe tanto en niños, adultos, gerontes y embarazadas)
5. Utiliza medicamentos diluidos y dinamizados sin efectos secundarios.
6. Sus medicamentos están basados en leyes naturales, no envejecen ni pasan de moda.
7. Sus medicamentos han sido experimentados en seres humanos, y no en animales de laboratorio.
8. El mayor inconveniente que puede producir un medicamento homeopático es no actuar, si ha sido elegido erróneamente.
9. Evita medicamentos drogales alopáticos que tienen efectos dañinos sobre algún sector del organismo.
10. Es una medicina cuyo objetivo es el “restablecimiento de la salud, de una manera rápida suave y permanente”

La Homeopatía Unicista, medicina holística toma en cuenta algo más que los síntomas del enfermo: pone el acento en la prevención y en la participación del individuo en su propia curación. El enfoque holístico está perfectamente expresado en las palabras del médico filósofo Albert Schweitzer (1875-1965) quien dijo: “En el interior de cada paciente habita un médico y nosotros en tanto tales, cumplimos con nuestra misión cuando ponemos a nuestros pacientes en contacto con el médico que llevan dentro” .


La próstata y la homeopatía

Dr. Angel Oscar Minotti
Profesor Titular AMHA

La próstata es una pequeña glándula del varón que se aloja en el cuello de la vejiga y que posee un conducto que permite que vierta su contenido en la uretra, que es el tubo que corre por el centro del pene y que partiendo de la vejiga desagota su contenido urinario. En el momento de la eyaculación el contenido de la próstata forma parte del semen, permitiendo que los espermatozoides se muevan con la velocidad necesaria.

Esta glándula tan pequeña se mantiene en su tamaño original hasta aproximadamente los 45 ó 50 años. A partir de esa edad invariablemente se va agrandando en todos los hombres hasta hacer-se tan grande en algunos casos, que comprime la uretra y no permite la salida del contenido de la vejiga. Cuando llega a comprimir la vejiga produce retención de orina y una micción frecuente, síntoma molesto que impide al hombre dormir plácidamente, ya que el intenso deseo de orinar puede despertarlo cada hora. La prostatitis, que es la inflamación de la próstata, ocasiona los mismos molestos síntomas debido al agrandamiento de la glándula, con la suma de otros malestares como dolores en la vejiga o en la uretra al orinar o después, y aún cuadros febriles. El agrandamiento de próstata senil está directamente determinado por las hormonas masculinas. Esta afección también se llama adenoma o hiperplasia y médicamente es un tumor benigno. El riesgo para el varón es que en esta glándula aparezca una zona de degeneración maligna, es decir, que se transforme en cáncer. Junto con el cáncer de recto e intestinos, el de próstata encabeza las estadísticas de casos de cáncer en hombres, solamente igualado por el cáncer de pulmón en fumadores. El hábito tabáquico y el alto consumo de grasas animales también favorecen el cáncer de próstata. Diagnosticado a tiempo, este cáncer puede ser curado por la radioterapia o por la cirugía. Infelizmente la extirpación total de la glándula puede traer impotencia sexual en casi el 50% de los casos. Se pierde además la eyaculación, que pasa a producirse en la vejiga y no hacia fuera, aunque luego el semen es eliminado con la orina. Esto significa esterilidad para el varón; es decir que no podrá procrear. Usted me dirá que a quién le interesa tener hijos a los 70 u 80 años. Le diré que he visto casos de cáncer de próstata en varones de 45 años y grandes tumoraciones benignas en hombres de 58 años, los cuales todavía podrían tener la oportunidad de ser papás. La Homeopatía puede hacer muchísimo en pos de la mejoría y a veces curación de las afecciones mencionadas. En el caso de la hiperplasia simple o el adenoma, poseemos eficacísimos remedios para disminuir el tamaño de la próstata y detener o retardar el crecimiento de la misma, de modo tal que el paciente dilate o evite el acto quirúrgico, que aunque se haga por resección endoscópica (método que consiste en extraer el centro de la próstata a través del pene dejando la corteza) no deja de ser un acto quirúrgico con anestesia (total o peridural) con todos los riesgos que ello entraña. En el caso del cáncer de próstata, ya mencioné que la oportunidad de la radioterapia o la cirugía se imponen, pero a veces el diagnóstico llega tarde y el tumor se ramifica por sus metástasis invadiendo los huesos por los que tiene predilección, en cuyo caso la cirugía no solucionará nada sino que apenas evitará la obstrucción de la salida libre de orina. Muchas veces la quimioterapia y las substancias antihormonas masculinas que se indican no consiguen detener el mal. Estos son los pacientes que en su mayoría me ha tocado ver y también a ellos podemos ayudarlos con la terapéutica homeopática sin crear falsas expectativas de curación, pero sí apuntalando sus defensas y su sistema inmunológico para brindarle una mejor calidad de vida, evitando los dolores, las fracturas óseas y deteniendo el mal. En algunos casos, si tenemos la posibilidad de acertar con el medicamento correcto, se han visto remisiones de afecciones cancerosas de próstata aún con metástasis óseas. Sin duda, deberíamos trabajar en conjunto con el urólogo, colega alópata, para hacerle saber que estamos en el camino común de luchar por la vida de nuestro paciente. Se pueden hacer los dos tratamientos al mismo tiempo sin ningún tipo de interferencia ya que el sistema y modo de actuar del medicamento homeopático no tiene ningún punto en común con el alopático. El alópata busca matar las células cancerosas o detiene su desarrollo por intermedio de substancias que no son inocuas de ninguna manera. El homeópata con su medicamento, trata al paciente que lleva la enfermedad de modo que él mismo al poner en juego todo su sistema inmunológico en grado máximo, pueda luchar contra su propio mal. Así he presenciado verdaderas curaciones homeopáticas o mejorías en la calidad de vida. Después de los 45 años el varón no debe dejar de hacerse lo que se llama el dosaje del PSA o antígeno específico de próstata, cada 6 meses. Este es un simple análisis de sangre que nos anunciará precozmente, aún sin síntoma alguno, la aparición del cáncer de próstata, el que diagnosticado en sus inicios es fácilmente dominable.


¿Es verdad que hay amores que matan?

Dr. Eduardo Kaufmann
Profesor Titular AMHA

En esta intención de presentar temas relacionados con la afectividad desde el enfoque y tratamiento del médico homeópata unicista hahnemanniano, nos ocuparemos del amor inspirado en la naturaleza, en el fluir del agua de un arroyo a través de la pluma vehemente y dramática de la poetisa montevideana Delmira Agustini, quien vivió entre 1887 y 1914. El arte y la naturaleza, en la cual aquél a menudo se inspira, ha provocado a través de la historia de la humanidad la aparición de sentimientos que tienen que ver con nuestra capacidad de relacionarnos con el otro, desde el amor propiamente dicho, pasando por la tristeza, la pena, la nostalgia y aún el rencor.

 


EL ARROYO.

Delmira Agustini

¿Te acuerdas? El arroyo fue la serpiente buena... fluía triste y triste como un llanto de ciego cuando en las piedras grises donde arraiga la pena como un inmenso lirio se levantó tu ruego. Mi corazón, la piedra más gris y más serena, despertó en la caricia de la corriente y luego sintió cómo la tarde, con manos de agarena (1), prendía sobre él una rosa de fuego. Y mientras la serpiente del arroyo blandía el veneno divino de la melancolía, tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza, la coroné de un beso fatal, en la corriente ví pasar un cadáver de fuego...Y locamente me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza. ¿Te acuerdas? El arroyo fue la serpiente buena... fluía triste y triste como un llanto de ciego.

(1) Agarena: AGARENA

De Agar: esclava egipcia de Abrahán, despedida por este luego del nacimiento de su hijo Isaac. Caminando con el desierto con Ismael, destinado a ser padre de la raza árabe, un ángel les indicó una fuente donde pudieron apagar su sed. La patética imagen de la tristeza en la contemplación del agua que fluye en el arroyo... tan triste como un llanto de ciego. Es como si la autora con un pincel y dos pinceladas hubiese pintado la imagen de la tristeza, poniendo color y forma a esa etérea e inasible sombra que tiene la palabra tristeza. Para el médico homeópata se trata de un síntoma mental que debe diferenciar de la pena. En la tristeza el paciente relata: —Dr., estoy así...triste, y no sé por qué, no sé qué me pasa. En la tristeza hay algo interno que no se sabe de dónde viene, es algo endógeno. En cambio en la pena sí aparece una causa externa (exógena), como puede ser la pérdida de un ser querido, la ruptura de un vínculo, etc. Volviendo a la poesía, la protagonista recuerda detalladamente un paisaje compartido seguramente con alguien que significó mucho en su vida, a la orilla de ese arroyo que llama la serpiente buena... ¡Quién no vio alguna vez un arroyo cuyas aguas que bajan van serpenteando entre las piedras! ¿Te acuerdas? El arroyo fue la serpiente buena... fluía triste y triste como un llanto de ciego cuando en las piedras grises donde arraiga la pena como un inmenso lirio se levantó tu ruego. Mi corazón, la piedra más gris y más serena, despertó en la caricia de la corriente y luego sintió cómo la tarde, con manos de agarena, prendía sobre él una rosa de fuego. Aparece la pena en la imagen concreta y poética de la piedra gris, como concreta es la causa que provoca en alguien la pena cuando tenemos en cuenta ese síntoma en nuestro consultorio homeopático. Esa piedra gris que se puede transitar y aún sentarse sobre ella cuando bajan las aguas, convertida en la poética imagen de la pena. Además está el corazón como el arquetípico refugio de la pena...que alivia con la refrescante caricia de las aguas del arroyo o con la tibia caricia del amado o de la amada... Mi corazón despertó... como si algo estuviera dormido y reviviera con la caricia de la corriente También Delmira plantea el alivio de la pena con la caricia del agua. Cuando alguien padece una pena y está en condiciones de aceptar la caricia de un ser amado o su compañía, o su palabra de apoyo o consuelo; y logra mejorar y aliviarse con ello, tiene su pena en proceso de cicatrización. Porque los médicos hoemeópatas sabemos que hay que poder asumir esa actitud, pues hay personas que por su naturaleza rechazan cualquier intento de consuelo o aún se agravan con él. En estos casos la persona amada ni siquiera puede acercarse. En la historia clínica homeopática es de importancia saber si nuestro paciente mejora ante el consuelo, lo rechaza o el mismo no le provoca ningún cambio. Y mientras la serpiente del arroyo blandía el veneno divino de la melancolía, tocada de crepúsculo me abrumó tu cabeza, Hermosa imagen de esa luz crepuscular, dorada y brillante sobre la cabeza del amado. Con el derecho que tiene un lector de hacer la relectura del texto, estos tres versos provocan la sensación de que se está terminando algo más que la luz del día. la coroné de un beso fatal, en la corriente ví pasar un cadáver de fuego...Y locamente me derrumbó en tu abrazo profundo la tristeza. El éxtasis de la tristeza de la pareja... como ese arrobamiento del alma que se siente transportada fuera del cuerpo... con esa misma luz crepuscular reflejada en el agua que simula un cadáver de fuego. Muy posiblemente el presagio del trágico final de Delmira Agustini quien se enamoró de un argentino, se casó con un hombre al que no amaba y murió asesinada a los 27 años. Relata su compatriota, el escritor Eduardo Galeano sobre la vida de Delmira Agustini, que el 6 de julio de 1914 en una pieza de alquiler fue citada por el hombre que había sido su marido; y queriendo retenerla la amó y se suicidó. Coherencia total con la poesía profética de Delmira. Hemos tenido la oportunidad de recorrer tres imágenes realmente muy destacadas: la tristeza en primer lugar, luego la pena que siempre tiene un motivo provocador y por último la posibilidad del amor, de la caricia, del consuelo. Esto es muy importante en la tarea del médico homeópata unicista hahnemanniano quien, luego de la búsqueda prolija y minuciosa del medicamento único que corresponde a su paciente, lo prescribirá con el fin de equilibrar su energía vital, ayudándole a restañar, a cicatrizar heridas abiertas, a veces de muchos años de antigüedad. Hay que destacar que esto no tiene que ver solamente con lo mental o emocional, ya que siempre esas heridas suelen manifestarse también en lo físico con distintos síntomas: reumatismos, eczemas, jaquecas, diarreas crónicas. etc. Está reconocido que las profundas alteraciones emocionales mantenidas a lo largo del tiempo provocan alteraciones de la inmunidad, dando lugar a la aparición de enfermedades como la artritis reumatoidea y aun el cáncer. Pero también está en la misión y posibilidad del médico homeópata incursionar en un aspecto de la medicina bastante descuidado como es la prevención. El equilibrio de la energía vital producido por el medicamento homeopático personalizado de cada paciente es capaz de cumplir ese objetivo. Nos queda una pregunta: ¿hubiera podido prevenirse el trágico final de Delmira Agustini?


De dónde venimos y hacia dónde vamos

Dra. Silvia C. Mercado
Docente adscripta a Cátedra AMHA

En este siglo de maravillosos adelantos científicos, donde con un mapa genético nos predicen las probabilidades de contraer tal o cual enfermedad, seguimos quejándonos de la Medicina. Y digo seguimos, porque cuando Hahnemann descubre la Homeopatía, a finales del 1700, los pacientes se morían entre lavativas, vejigatorios, exudatorios, purgantes, sanguijuelas y sangrías, por mencionar sólo una parte del arsenal mortificante con que se le hacía frente a la enfermedad. Ya asomaba el fantasma de la iatrogenia, es decir, la enfermedad originada por tratamientos médicos inadecuados. Y ya se oían quejas. Y fue justamente este médico genial, imbuído de un espíritu sabio y humanista, quien alzó su voz para defender a los desprotegidos: los enfermos. Por aquel entonces se imponían las enfermedades venéreas, las fiebres y las epidemias surgidas de los pantanos. No se conocían los diferentes gérmenes causales. Sin embargo, a cada afección se la consideraba una entidad aislada. Tampoco se tomaba en cuenta el clima ni el hábitat del paciente y mucho menos la posibilidad de que la vida anímica del sujeto tuviera algo que ver con sus afecciones. Hahnemann no era un médico más. Su formación contaba con una inteligencia poco común y un pensamiento lógico aderezado con un profundo y respetuoso sentimiento religioso, mezcla poco común de encontrar entre los hombres de ciencias en aquellos tiempos. Su espíritu investigador y curioso, guiado por una sabia fuerza superior, lo llevó a enfrentarse con los métodos científicos que, como él decía, no hacían más que aumentar los sufrimientos de la gente. Pero él jamás renegó de la ciencia. Muy por el contrario, trabajó incansablemente con meticulosidad, para demostrar lo que en la práctica de todos los días confirmamos constantemente. La ciencia que Hahnemann nos legó es una ciencia que ve la totalidad del ser viviente (hombres y animales). Donde cada órganos y tejido se relaciona con el resto de una manera indisoluble. Donde cada síntoma y cada signo que descubrimos es una palabra a descifrar dentro del intrincado lenguaje de los seres vivientes. Claro que esta ciencia es quizá mucho más difícil que mirar por un microscopio, o leer un análisis clínico, o informar una radiografía. Porque esta ciencia implica adentrarse en la esencia misma del ser humano, compartir un destino común. Si recorremos la historia de la medicina, veremos que en sus comienzos el hombre se curaba con lo que encontraba en la naturaleza. Nadie le enseñaba, tenía la capacidad intuitiva para buscar lo que le hacía falta. Posteriormente, se fue perdiendo ese don y la humanidad se amparó en los dioses supremos para conseguir la sanación. Las enfermedades y las curas provenían de esas fuerzas superiores a quienes se les rendía culto. Pero poco a poco, fueron apareciendo los filósofos científicos. Aquellos hombres que mediante la meditación podían captar los pensamientos divinos y traducirlos en verdades terrenales. Tales, Pitágoras, Heráclito y Empédocles, fueron algunos de los predecesores de dos figuras relevantes que sintetizan dos corrientes médicas en teoría contrapuestas: Galeno (padre de la actual alopatía) e Hipócrates (padre de las medicinas holísticas de Occidente). Los seguidores galénicos centraban la enfermedad en el órgano afectado. Los hipocráticos, en el paciente. A simple vista, parecen posturas irreconciliables. Y en verdad es un poco así. Si bien es cierto que la mirada organicista y materialista (sólo cree lo que ve), nos ha llevado a grandes adelantos en cuanto al diagnóstico clínico (aparatología) y en cuanto a técnicas quirúrgicas, no se puede dejar de reconocer que en nombre de este supuesto beneficio, se han cometido y se siguen cometiendo grandes errores. Creer que todo se reduce a un cuerpo, es pensar como lo hicieron los “iluminados” del siglo XV, que juzgaron poco menos que desquiciado a Cristóbal Colón por asegurar que la Tierra era redonda. Ellos no podían ver su inspiración ni la forma de la Tierra simplemente porque todavía no se había descubierto el aparato que lo hiciera. Hoy, en pleno auge científico, carecemos todavía del aparato para ver lo que no se puede ver con nuestros sentidos comunes: la fuerza vital que anima ese conjunto de sustancia muerta que es nuestro cuerpo. Parcializar la terapéutica en un solo aspecto de nuestra humanidad resulta a corto o a largo plazo en nuevos sufrimientos para la gente, similares a aquellos de la época de Hahnemann. Por eso todavía seguimos quejándonos de la medicina deshumanizada. Así como Colón tuvo que cruzar el Atlántico para confirmar al mundo lo que ya sabía, la Homeopatía sigue demostrando día a día su efectividad en el campo de la salud. Sin descuidar lo orgánico, pone énfasis en el tratamiento integral: mente y cuerpo. Y para ello cuenta con medicamentos naturales, porque estamos hecho de la naturaleza que nos rodea. La pregunta entonces es ¿hacia dónde vamos? A lo largo de los siglos la medicina oficial dijo y desdijo lo que en algún momento consideró verdades irrefutables. La Homeopatía Unicista siguió incólume con sus principios de siempre, a lo largo de dos siglos. Seguimos pensando en el enfermo y no en la enfermedad y seguimos creyendo que esta medicina, nacida de la mano de Hipócrates y llevada a su máxima expresión por Hahnemann, seguirá siendo la esperanza de quienes se sienten incomprendidos en su esencia humana.



Sufrimiento: otra mirada


El sufrimiento es un fenómeno que abarca múltiples escenarios y que no se restringe al lenguaje médico o al de enfermedad. Es una suerte de travesía humana que cuando se separa de motes y temores religiosos revela incontables rostros, algunos conocidos, la mayoría inimaginables. Es, asimismo, una vivencia intransferible, dolorosa, que horada las vías celulares y dobla los huesos. Cuando penetra el alma, las querellas adquieren otros rostros. Depresión, melancolía, ansiedad e incertidumbre son términos afines que pretenden traducir algunos de los significados del sufrimiento. Para unos, su presencia es cotidianidad; para otros, es un fenómeno aislado. Lo innegable es que "siempre" está.
Medir el sufrimiento, desde el diván, por medio del estetoscopio, la amistad o la paternidad, ofrece una aproximación de sus huellas y sus caras, pero nunca el cuerpo completo. Ni la ciencia ni la religión ni el amor han diseñado algún instrumento para medirlo. En muchos sentidos es una vivencia personal.
El sufrimiento es impalpable y abigarrado. Sólo quien lo vive conoce sus caminos, sus virtudes, sus quiebras. Algunos, al experimentarlo, resultan fortalecidos, encontrados. Otros, al padecer, miran hacia sus adentros con más profundidad, con más intensidad. A partir de estos "paseos internos" muchos encuentran que la vida deviene infinitas posibilidades. Cuando se sufre, suelen descubrirse algunas caras escondidas de la propia persona. Hay a quienes el sufrimiento los vence, los mata, los aniquila o los orilla a la inacción.
El "cuánto y cómo", términos en boga en la ciencia médica, pierden sentido cuando se analiza este fenómeno. Sería "idóneo" que existiesen escalas para medirlo. Con ellas se podría orientar "o recetar" al individuo. Pero, la realidad es que ese tipo de instrumentos nunca existirá. Por ende, una vía para desmenuzarlo, e incluso aproximarse a su tratamiento, podría partir a través de los legados literarios, las figuras del arte, o las escenas del teatro o del cine. Y no sólo eso, pues, lo inverso también es cierto: a partir del dolor, mucho se ha creado.
El sufrimiento, al igual que la experiencia, es intransferible. Esta aseveración es correcta, no por la naturaleza de los fenómenos, sino por la naturaleza del ser. Si uno mismo en repetidas ocasiones es otro o, al menos, distinto, ¿cómo compartir "con exactitud" lo vivido, cómo expresar lo que siente el cuerpo, el alma? Por eso, las mermas físicas, pero sobre todo las morales, son materia personal. Aunque el psicoanálisis o la filosofía se han dedicado a descifrar este entramado, con frecuencia fracasan. Lo mismo sucede con la ciencia médica: no basta. Las autopsias de quien muere por sufrir son yermas, vacías, no diagnósticas. Esas células, en el microscopio, están demasiado muertas, demasiado secas: el desmembramiento de la arquitectura molecular no traduce el desgaje del alma. El diagnóstico final de quien fenece por sufrimiento es "sin diagnóstico". El reto, para la medicina contemporánea o incluso para la amistad, consiste en interpretar lo que cada persona denomina "su sufrimiento", y después de entenderlo, penetrar en sus rincones e intentar cambiarlos. El sufrimiento recuerda al humano su vulnerabilidad. Vivifica la noción de la esperanza y descubre infinitos caminos. O destruye. Hay quienes mueren por sufrir y hay quienes viven por haber sufrido. Quizá su significado íntimo y su utilidad -que sin duda la tiene- dependa, sobre todo, de las modificaciones que se puedan imprimir a la vida a partir de esas experiencias. Es bien sabido que unos mueren por nada y otros viven a pesar de todo.
Nunca será posible trazar todos los planos del sufrimiento. Cada persona está constituida por demasiadas avenidas, por incontables calles y por infinitos callejones. De nada servirán el conocimiento genómico ni las "ciencias duras" para lidiar con ese tipo de dolor. Habrá que seguir hurgando en la piel de la persona y en el arte.
En La Plaga, Albert Camus escribió: "Doctor, ¿quién te enseñó todo esto?". La respuesta llegó pronto: "El sufrimiento". ¿Qué quiso decir Camus? Seguramente lo mismo que Herodoto, quien afirmaba: "mis sufrimientos han sido mis lecciones". Las tesis propuestas por ambos pensadores son inquietantes: a partir de las mermas y de las pérdidas, la visión de la vida, del tiempo y del ser humano pueden modificarse.


 

Homeopatia es uno de mis intereses
pues es una medicina respetuosa, cuidadosa;
por supuesto como todas las cosas bien utilizadas,
por eso me alegra difundir este mensaje recibido.


Agustín

 



Este es un mensaje destinado a médicos y público en general que deseen saber de qué se trata la Homeopatía Unicista.
Para ello he confeccionado una revista electrónica cuyo nombre es HOMEOWEB.
La misma se envía por e-mail en forma absolutamente gratuita, mensualmente.
Los puntos a tratar en este primer número responden a los temas que con más frecuencia me han sido solicitados.
Temas de Homeoweb1: Qué es la Homeopatía Homeopatía unicista y otras formas Homeopatía y medicina tradicional: diferencias principales Homeopatía en Argentina - Escuelas Mentiras acerca de la Homeopatía: Los tratamientos para adelgazar no son homeopáticos ¿Está seguro que se atiende con Homeopatía?: ¿Cómo saber si el médico que lo ha atendido es o no es homeópata? Homeopatía en la web: Hoy visitamos la página de la A.M.H.A. (Asociación Médica Homeopática Argentina)
Dra. Susana Orioli. Homeopatía Unicista

 

 

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