Su
relieve presenta sierras que forman una dorsal central divisoria de
aguas y que son el resultado de la erosión hídrica, típica de los
climas húmedos, sobre un relieve original amesetado, que alcanza su
mayor altitud al este (800 m en la localidad de Bernardo de
Irigoyen, extremo oriental del país). El clima es subtropical, con
precipitaciones abundantes que disminuyen de noreste a suroeste
(desde los 1.800 mm a los 1.500 mm) y se distribuyen
regularmente a lo largo del año. La temperatura anual alcanza un
promedio de 21 ºC. La selva y los suelos rojizos, por alteración
de las rocas en clima cálido y húmedo, son el rasgo característico
del paisaje. La formaci ón
selvática se presenta densa y muy diversificada en especies, cuyas
alturas variables determinan los diferentes estratos de vegetación
enmarañada, con enredaderas, plantas trepadoras y epifitos. Los
bosques y montes naturales ocupan casi la mitad de su superficie y
se encuentran muy alterados respecto a sus condiciones originales
por la tala selectiva o el uso agrícola. Las copiosas lluvias dan
lugar al nacimiento de innumerables pequeños ríos que bajan desde
la sierra central y se dirigen hacia las cuencas del Paraná o del
Uruguay. Las fuertes pendientes y saltos les otorgan una
potencialidad hidroeléctrica que ha permitido construir algunas
centrales a lo largo de su curso para su aprovechamiento hidráulico.
El río Iguazú, antes de desembocar en el Paraná, presenta un
fuerte desnivel, provocado por la presencia de un afloramiento de
basaltos, que conforma las conocidas internacionalmente cataratas
del Iguazú.
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