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Hijo del
procurador judicial Francisco Rosario Santucho de la
maestra Manuela del Carmen Juárez, nació en la ciudad
Santiago del Estero el 12 de agosto de 1936. Don
Francisco tuvo diez hijos, siete de los cuales nacieron
de sus primeras nupcias con El. mina Isabel Juárez y
los tres restantes -el mayor de los cuales era Mario
Roberto- del segundo matrimonio con una hermana de
la fallecida primera esposa.
Desde muy joven, prácticamente en la adolescencia,
comenzó a interesarse por las ideas políticas
como consecuencia permanente debate en el seno de
su familia en un momento trascendente de la vida
nacional, corno fue la década de los 50. El
conflicto ideológico que se generalizaba en al ámbito
social ante la evidente caducidad de una forma de
producción y de vida -la fase premonopólica del
capitalismo- conducía al cuestionamiento de valores
burgueses, generando contradicciones y la búsqueda de
nuevas formas de convivencia.
Los cuestionamientos no sólo se referían a lo
económico y político, sino que se extendían a lo
ideológico. Los cambios que se producían en el mundo
al concluir la guerra contra el fascismo, exponían ante
los pueblos nuevas y promisoras experiencias al
desmoronarse la barrera de ocultamiento y desinformación
erigida por el imperialismo.
El enfrentamiento bélico permitió conocer la
realidad de la construcción, del socialismo en la URSS,
desenmascarando las patrañas que difundían los
confabulados en la defensa del ya agotado orden burgués.
En un hogar profundamente católico con sólidas raíces
nacionales, nivel económico y prácticas de vida de las
capas más .populares de la pequeña burguesía del
interior, los nuevos vientos encontraron inmediata
receptividad, disipando confusiones, unificando puntos
de vista aparentemente opuestos y aportando procesos
sintetizadores que, repitiéndose en muchos otros casos
similares, definen una tendencia digna de un análisis más
detenido.
Sus primeras inquietudes de participación se
canalizaron a través de su acercamiento al Centro de
Estudios e Investigaciones Socio-Económicos de la
Provincia de Santiago del Estero y a la revista Dimensión,
donde desempeñaba un papel prominente su hermano
Francisco René, quien años después como
dirigente del PRT, fuera secuestrado y desaparecido en
la ciudad de Tucumán durante el gobierno de: Isabel Perón
(abril de 1975). Ya comenzaba a interesarse por el
marxismo aunque todavía desde una posición crítica,
que fue matizando en las relaciones con militantes de
izquierda e intelectuales que participaron en las
actividades culturales que se desarrollaron en esos círculos.
En esas circunstancias conoció, entre otros, a Bernardo
Canal Feijoo, Rodolfo Khun, Héctor Agosti, Miguel Angel
Asturias, Hernández Arregui y al intelectual polaco
anticomunista Witold Gombrowicz, quienes contribuyeron a
fortalecer su aspiración de profundizar el conocimiento
de la problemática social y política.
Ya estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad
de Tucumán, interviene activamente en las luchas
universitarias participando en la fundación del MIECE
(Movimiento Independiente de Ciencias Económicas) que
-surge como alternativa entre el Movimiento Reformista
-constituido fundamentalmente por corrientes radicales,
comunistas y socialistas- y el Humanismo, que expresaba
a sectores católicos y a la derecha conservadora.
Su bandera de lucha estaba en el cuestionamiento a las
vacilaciones y el abandono de las reivindicaciones del
estudiantado del Movimiento Reformista que dirigía el
Centro de Estudiantes, absorbido por una estéril polémica
principista con el Humanismo. Priorizó la
lucha por las reivindicaciones principales del conjunto,
interesados fundamentalmente en encontrar motores
condiciones para avanzas en sus estudios , y el apoyo a
la Revolución Cubana, aún no definida como,
socialista.
El MIECE triunfó en las elecciones de 1959
ganando el Centro de Estudiantes y consagrando a
Santucho como delegado estudiantil al Consejo
Tripartito. La experiencia se extendió a otras
facultades, con distintas denominaciones, alcanzando en
varias de ellas importantes éxitos generando el
nacimiento de una tendencia distinta a las tradicionales
del estudiantado.
Comenzaban ya a definirse muchos de los atributos que
caracterizaron su personalidad en las luchas
posteriores. Su pasión por el estudio, muchas
veces obstaculizado por las exigencias de una intensa
militancia, trataba de ser satisfecha con organización
y constancia, robándole horas al
sueño y hasta utilizando métodos de lectura veloz, no
siempre acordes con una necesaria
profundización. Una confianza ilimitada en
las masas lo dotaba de optimismo y una dinámica
contagiosa, lo que le permitió enfrentar ambiciosos
objetivos generando energías y despertando fuerzas,
muchas veces ignoradas, en los que acompañaban en sus
esfuerzos.
A
comienzos de 1961, y con la aspiración de llegar a Cuba,
viaja en compañía de su esposa Ana María Villarreal a través de
varios países de América latina; esa experiencia resulta
determinante para su futuro.
En Perú conoce al líder aprista Raúl Haya de la Torre, cuyas ideas
influenciaban en el naciente Frente Revolucionario Indoamericano Popular
(FRIP). Sale decepcionado de la entrevista. El propagandizado
antimperialismo de Haya de la Torre, en esas circunstancias
enmarcado en la "guerra fría' de la potencia imperialista contra el campo
socialista, se ha transformado en un mero desarrollismo vergonzante que lo desenmascara ante sus
visitantes.
Llega a los EE.UU., participa en debates y da conferencias en
algunas universidades, conociendo desde adentro el bastión del
capitalismo, palpando las falencias del progresismo de su
intelectualidad y las increíbles limitaciones que manifestaban las
individualidades más contestatarias al sistema. Hace escala en México donde palpa el descarnado rostro
de la inicua explotación a la inmensa mayoría del pueblo, en una democracia
capitalista con estabilidad política, presentada por la
burguesía como modelo a imitar al resto del continente.
Desembarca en Cuba en un instante decisivo de su Revolución,
cuando se proclama el avance hacia el socialismo. El contacto
esa realidad, las conversaciones con los líderes
fundamentales y el contraste que advierte con todas las
que conociera hasta ese momento -incluso la de la Argentina
peronista- definen sus
aspiraciones revolucionarias y su adaptación de la ideología
marxista-leninista. Regresa convencido y, con su característica
decisión, impulsa los pasos para su plena integración a la lucha por la revolución argentina.
En su ausencia, -el 9 de julio de 1961, se había fundado
formalmente el FRIP como materialización de la concepción amercanista antimperialista, con reivindicaciones
indigenistas que profesaban algunos de los componentes, fundamentalmente
Francisco René.
La opción que enfrentaba en esas circunstancias Mario Roberto, estaba en incorporarse a alguna de las organizaciones que invocaban, el marxismo o trabajar
para construir una nueva organización con objetivos
definidamente revolucionarios. Se decide por la más arriesgada, por la única que consideraba factible en ese momento a pesar de las
enormes dificultades que presentaba.
Visualiza al FRIP como el embrión a desarrollar hacia el objetivo del partido revolucionario. Fue necesario un intenso debate ideológico interno para superar las profundas diferencias
existentes entre su proyecto y las convicciones y metas
de muchos de sus
compañeros. El poder de convicción del ya conocido "Roby", su ya
mentada tenacidad y una práctica conjunta con sectores marxistas en Santiago del Estero
(PC y PS) en apoyo a la Revolución Cubana, permitieron
importantes avances políticos en los principales componentes de la
organización, no sin que se produjeran dolorosas deserciones. Particular importancia
reviste, en ese paso, la evolución de Francisco René quien, desde su visión
filosófica idealista en un complejo proceso de profundo análisis y debate,
concluye enrolado en la concepción materialista dialéctica, donde su producción no fue
lo rica que era de esperar al ser víctima, justamente
en esa etapa, de la represión de la derecha fascista.
Se lanza intensamente a la actividad de construcción
política de la organización. Por ese entonces, el FRIP se extendió a
Tucumán, volcándose Mario Roberto al trabajo entre los obreros
azucareros. Participando activamente en las luchas que libraban en defensa de la fuente de trabajo y del nivel salarial, amenazados por el proceso de
concentración que impulsaban los grandes ingenios monopólicos de Salta y
Jujuy.
En la misma época, escribe un análisis marxista, estudiando la estructura económica
y de las clases sociales del norte del país, el peso en su economía
de la industria azucarera y el importante rol de los
trabajadores del ingenio y del surco por su concentración y experiencias de luchas; en él se planteaba la necesidad de la
alianza del proletariado azucarero con el campesinado pobre y
medio y la importancia de neutralizar a otros sectores medios
y pequeño burgueses para aislar a la gran burguesía azucarera. Dicha investigación fue conocida
como "Cuatro Tesis sobre el Norte Argentino".
La permanente dedicación al estudio de los clásicos fue complementada con una riquísima práctica social,
en la que fue forjándose definitivamente su personalidad, afirmándose sus convicciones y el
temple revolucionario que lo erigieron en el símbolo que hoy es.
Al mismo tiempo, su profundo internacionalismo caracterizó toda su
militancia. Ya vimos con qué inquietudes conoció la Cuba revolucionaria; también fue un incansable estudioso y
propagandizador de los procesos de Vietnam y todo el sudeste asiático, además de la "Revolución de los
claveles" en Portugal que "Roby' miraba con particular esperanza. De la misma manera, fue uno de los principales impulsores de la unidad de los revolucionarios del cono sur de nuestro continente, cristalizada en la
Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR) que agrupó al MIR
de Chile, el MLN Tupamaros del Uruguay, al ELN de Boliiia y a nuestro Partido.
Integra plenamente su militancia y sus luchas con su vida
familiar y de relación. No concebía la práctica política aislada y su
confianza, seguridad y poder de convicción
influenciaron a todos los que lo conocían. Su
compañera Ana María fue erigiéndose en un
importante dir¡gente, lo que la convirtió en víctima de la
represión, habiendo sido herida de bala en un reparto
de alimentos en un barrio obrero y luego detenida dos veces. En la primera fue liberada en
la fuga del Buen Pastor en Córdoba y en la segunda
oportunidad, luego de la fuga de Rawson, fue asesinada junto con otros 15
revolucionarios en la base naval de Trelew el 12 de agosto de
1972. Del matrimonio nacieron tres hijas: Ana, Marcela y Gabriela, las
que compartieron casi todas las vicisitudes de la vida de
sus padres.
Fortalecido el FRIP, Santucho se preocupa por establecer relaciones
y acercamientos con otras organizaciones marxistas, en la
búsqueda de un diálogo que permitiera acercar posiciones y tácticas
diferentes. Son conocidos los permanentes esfuerzos que
impulsó para generar un debate fecundo con el PCA a quien, pese a las vitales diferencias que mantenía, calificaba
como el aliado estratégico en vista a la formación del partido del
proletariado.
Los primeros intentos comenzaron antes del nacimiento del PRT, en
Santiago del Estero, pero se frustraron por la negativa de los
dirigentes comunistas locales a mantener relaciones con trotskistas. Con posterioridad -y sobre todo a
partir del desprendimiento de los grupos que seguían a
Nahuel Moreno- se produjeron avances, aunque con polémicas
poco constructivas por su antagonización. No obstante ello, en base a las relaciones que fue estableciendo Mario Roberto en la cárcel, se logró
un buen nivel de discusión, materializado no sólo dentro del penal sino también en la atención desde el exterior, a cargo del responsable político del PC de
Trelew, compañero Bel, que luego fuera secuestrado y desaparecido durante el golpe de 1976.
Esas relaciones
prosiguieron siempre polémicas, pero con pasos constructivos (como la conmemoración conjunta del primer aniversario de la
Masacre de Trelew en agosto de 1973 ) hasta cortarse con la acción militar en el Comando de
Sanidad, el 6 de septiembre de 1973.
En el camino del acercamiento a otras corrientes marxistas, participando en
las luchas de los trabajadores tucumanos, comienza a establecerse vínculos
con militantes de Palabra Obrera, organización de tendencia trotskista que desarrollaba el
"entrismo" en el peronismo obrero tucumano. Esas vinculaciones a niveles de
base fueron facilitando el acercamiento de ambas
organizaciones en la región, donde incluso se participa
conjuntamente en una experiencia electoral que permite incorporar a
dirigentes obreros a la legislatura de la provincia en 1964. En ese
proceso y a pesar de las profundas diferencias que advierte
Santucho entre las posiciones de ambas organizaciones ¡mpulsa
la unificación en la Fundación del PRT (25 de mayo de 1965) alentado por las
grandes coincidencias que encuentra en la vinculación con la
base de P.O. En
la lucha interna que inmeediatamente se desata en el PRT, Santucho desempeña un rol prominente en el enfrentamiento
a las fundamentales posiciones del trotskismo. Su papel
en el III, IIV y V Congreso son vitales en las
decisiones que se adoptan, rechazando la política del
"entrismo", definiendo el tipo de partido como marxista-leninista e impulsando en la práctica la lucha en apoyo a la
resistencia de los trabajadores azucareros ante la violencia de la dictadura militar de
Onganía.
Durante ese período, Mario Roberto es detenido en dos oportunidades. Primeramente en Tucumán donde es trasladado permanentemente en diversas
comisarías del interior para prevenir intentos de fuga o de liberación por parte
de sus compañeros. Finalmente es alojado en la Penitenciaría de la ciudad de Tucumán, junto con todos los presos pertenecientes al PRT. Mediante un ardid para lo cual, con la ingestión de un
medicamento, se provoca los síntomas de un ataque de hepatitis, logra su traslado al Hospital Provincial; allí logra fugarse aprovechando un
descuido de la guardia, en un cambio de turno. Viaja
inmediatamente a Buenos Aires para participar en el V Congreso que estaba
en preparación.
Posteriormente, en agosto de 1971, es nuevamente detenido en la ciudad de Córdoba cuando se aprestaba a
viajar junto con otros militantes para apoyar la fuga de sus
compañeros de la Penitenciaría de Villa Urquiza de Tucumán, donde estuvo alojado. Inmediatamente trasladado a la prisión de Villa Devoto en Buenos Aires, es
mantenido bajo un riguroso control. Poco tiempo
después es detenida en Tucumán su compañera Ana María, quedando sus tres
hijas bajo la atención de sus abuelos.
En la cárcel, Santucho impulsa el estudio la formación política de los varios centenares de militantes de
la organización, al mismo tiempo que se esfuerza por mejorar las relaciones
políticas conlos prisioneros de otras organizaciones populares,
especialmente PC, Montoneros, FAR y FAP. Se destacan sus
esfuerzo para unificar posiciones -a veces notablemente
enfrentadas- entre las diversas tendencias políticas, sobre todo entre el PC
y las organizaciones peronistas que desarrollaban la lucha
armada. Asimismo, establece sólidos vínculos con destacados
militantes políticos y sindicales como Raimundo Ongaro, Armando Jaime,
Pujadas y sobre todo Agustín Tosco, con quien mantuvo una fecunda vinculación hasta el final de
sus vidas.
Trasladado a Rawson, penal de máxima seguridad, prepara minuciosamente el
plan de la fuga que se efectiviza el 15 de agosto de 1972. En su elaboración, prevee al
máximo los diversos detalles de la operación, viéndose precisado a insistir y argumentar reiteradamente,
con las dificultades naturales de su prisión, ante la indecisión
y la falta de confianza de los que ocupan transitoriamente la Dirección del Partido.
La operación en el penal se consumó a la perfección,
lográndose el pleno control interno. Pero la falta de fe y las debilidades de los
que comandaban las fuerzas de apoyo exterior generó un serio
problema. Al intentar el grupo de vanguardia dominar la última
guardia externa, se produjo un breve intercambio de disparos que
ocasionó, en la jefatara de operaciones externas, la decisión de
retirarse con los vehículos para el traslado de los
liberados ante la visión de que habría fracasado el intento interno. Consecuencia de tan nefasto error fue la tardía llegada del segundo contingente de
liberados al aeropuerto de Trelew (donde estaba copado y retenido el avión
regular de Austral), su obligada rendición y el
ulterior asesinato por fuerzas de la Marina de 16 de los
19 revolucionarios allí encerrados.
Los seis dirigentes principales de las organizaciones
participantes -ERP y FAR en la planificación e implementación y
Montoneros solamente en la fuga de sus presos- lograron
llegar en el avión secuestrado a Chile, donde
obtuvieron asilo del gobierno la Unidad Popular de
Allende para ser trasladados posteriormente a La Habana.
Dichos dirigentes fueron nuestros compañeros Santucho,
Domingo Mena y A. Gorriarán Merlo, además
de Marcos Osatinsky y Roberto Quieto por FAR y Fernando Vaca Narvaja por
Montoneros. Casi
inmediatamente, en noviembre de 1971, retornó al país, poniéndose al frente de
la organización que pasaba por una situación crítica a causa de la notable reducción
cuantitativa de sus integrantes (gran cantidad de
militantes estaban en prisión) y por la debilidad
política de la Dirección transitoria. Se impulsa a partir de
entonces un proceso
de incesante desarrollo y crecimiento de la organización.
La situación era sumamente compleja: el abandono por el peronismo
de su política nacionalista burguesa y las manifiestas
divergencias de las propuestas de las fuerzas populares, no obstante la
combativa resistencia de los trabajadores y distintos sectores del
pueblo a la política de concentración, van creando las condiciones
para el golpe fascista favorecido por la división de las
fuerzas políticas y el repliegue de las masas, sin conducción, frente a la
agresión del terrorismo de estado. La
instalación del gobierno constitucional de Cámpora inicia una compleja coyuntura en la política del País, en la que la agudeza
que adquiere el enfrentamiento social y el acelerado
desarrollo del PRT y del ERP imponen un ritmo absorvente a la
actividad. La vida de Santucho se liga cada vez más indisolublemente a la lucha partidaria, resultando casi imposible
remarcar hechos personales separados de la política del PRT, de sus análisis y de
sus propuestas. Participa en todas y cada una de las decisiones fundamentales, correspondiéndole la fundamental cuota en los errores y en la trascendente presencia que manifiesta en la
decisiva fase de la vida nacional que transcurre entre 1973 a 1976.
Constituye pareja con Liliana Delfino, integrante del CC de la
organización y responsable de Propaganda Nacional, que lo acompaña
hasta su muerte, circunstancia en la cual es secuestrada y desapareciera por las fuerzas militares que asaltaron su
vivienda de Villa Martelli. De esa unión nació Mario Antonio.
El PRT caracteriza correctamente las posibilidades del gobierno de Perón desde el punto de
vista de los intereses de clase que representaba y del objetivo de contener la lucha
de masas, para lo cual se vería precisado a seguir el rumbo
antipopular. La justeza de ese análisis y la activa presencia del
Partido y del Ejército en la lucha de clases concita la confianza de las capas más politizadas
-que comienzan a participar en su lucha- y el respeto del
conjunto de las masas. Al
mismo tiempo, desarrolla esfuerzos para el acercamiento con otras organizaciones populares en procura de acuerdos
unitarios que permitan coordinar actividades conjuntas. Los
pasos en ese sentido resultan poco fructíferos, no solamente por
las diferencias de propuestas políticas sino por los profundos desacuerdos en el análisis de la situación, lo que exacerba
el tradicional sectarismo en la izquierda argentina.
Además de ello, la incomprensión de la etapa democrática la
subsistencia le la visión en el PRT, determina la implementación
de la táctica de grandes operaciones militares para fortalecer
el enfrentamiento a los avances de la derecha fascista,
después de la renuncia de Cámpora.
Las falencias de esa política comienzan a advertirse al poco
tiempo y ello induce a Santucho a profundizar el análisis
de las propuestas que permitieran la participación de
las grandes masas -que comenzaban a desencantarse de las
posibilidades del gobierno luego de la muerte de Perón- en el
ya generalizado enfrentamiento de las clases. "Poder Burgués
y Poder Revolucionario" constituye el producto de
esa reflexión y es aprobado en el Comite Central "Antonio
del Carmen Fernández" de septiembre de 1974. Pero
ya resulta irreversible la inercia del proceso, no solamente
por las dificultades, sino también por la dinámica de
cada una de las organizaciones, que limitaba las posibilidades de
una modificación táctica. Sin embargo Santucho persistió en sus
objetivos de unificación con las fuerzas afines, aún reduciendo la
amplitud de las alianzas. Hasta sus últimos momentos, bregó
incansablemente por concretar un acuerdo con Montoneros, Organización
Comunista Poder Obrero (OCPO) y Partico Comunista Marxista
Leninista (La Plata), con el proyecto de la Organización para la Líberación de Argentina (OLA).
En ese esfuerzo fue sorprendido por el ataque militar a su
vivienda, donde en esa circunstancia se encontraba junto a Liliaria Delfino, Domingo Mena, su compañera
Ana María Lancillotto de Mena y Benito Urteaga. Fiel a
sus convicciones y manteniendo la conducta de toda su
vida, no obstante la inferioridad numérica y de armamento, junto con
Urteaga enfrentó el ataque militar. Domingo Mena, Liliana Delfino y
Ana Maria Lancillotto fueron secuestrados. Era el día 19 de julio de 1976. |
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