Revista Horda
N° 1-Año 2000
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CIENCIAS SOCIALES: COLONIALISMO CULTURAL Y RESISTENCIA EN EL PENSAMIENTO SANTIAGUEÑO DE INICIOS DEL SIGLO XX

Daniel Guzmán
Prof. de Historia

     La intelectualidad santiagueña, a principios del siglo XX operó feroz resistencia  a la “hegemonía del proyecto progresista liberal”1, que no era otra cosa que la modernidad y el capitalismo en avance sobre el mundo periférico, trastornando las formas  de vida, eliminando o asimilando estilos culturales, en pos de la mundialización colonial europea.

     Ricardo Rojas en 1905 ya anticipaba la demolición de los bosques santiagueños  y de todo su escenario telúrico:
 ...”Tú lo has dicho...Dentro de pocos lustros, estos bosques habrán sido del todo exterminados”...2
     Pero Rojas no queda a salvo de la colonización cultural, admira a Europa y esto limita su lectura de la situación de América latina, en la cuál inserta a su Santiago, ante el imperialismo norteamericano.
 ...”Hasta los yanquis groseros y las púdicas inglesas han sido dominados por la pureza del desnudo, y es la mayor aptitud de estas sociedades para el culto del arte donde finca precisamente la superioridad de su civilización sobre la nuestra”3..
     Esto lo dice en 1908, aún reconociéndose un intelectual a la europea en un país marginal según el centro europeo, pues intuye que esa centralidad se está moviendo hacia Estados Unidos, sin descubrir que es el industrialismo proteccionista él factor que ha llevado a la nación del norte a convertirse en potencia.
     ...”Lejanas esperanzas de hegemonía intelectual anhelos de expansión literaria dentro de nuestro propio continente...todo esto no podrá realizarse por el entusiasmo de un día, ni por los esfuerzos de un año...4

    Siempre Rojas está advirtiendo que sólo fue a Europa para aprender y observar a la civilización planetaria, pues teme que se lo confunda con un escritor cosmopolita.
    ¿Pero cuál es su refugio, anta tanta avalancha de conocimiento eurocéntrico? Rojas decide apoyarse en la historia y en la geografía para producir un conocimiento sobre la nación, así las Ciencias Sociales funcionan como un discurso alternativo ante el cosmopolitismo en expansión.
...”Quiero esto decir que si la soberanía política define la nacionalidad, esta solidaridad de cada grupo humano, con su propio territorio, lo que crea, y el conocimiento de su geografía, su historia y su destino, lo que fortalece la conciencia colectiva de esa misma nacionalidad..5

    Rojas se aparta de la intelectualidad nacional centrada en Buenos Aires, piensa como un provinciano que no olvida su origen. Cuando adhiere al nacionalismo6, lo hace desde un culturalismo en permanente tensión entre su herencia provinciana y la europea cosmopolita, que envuelve al Buenos Aires del centenario.
    Rojas inicia a partir de 1917 un proyecto monumental, la Historia de la literatura argentina, la cuál  se apoya en la historia7, pues lo que se propone narrar, y a la vez resistir a la corriente histórica mundial, destacando la originalidad de un país, que necesariamente fusiona cultura y nación en un dispositivo complejo, que deriva en un nacionalismo cultural que es apuntalado por provincianos, como Joaquín V. González en “Tradición Nacional” de 1888, donde ya se percibe una rebelión al itinerario de la modernización liberal.
    ...”Yo he recorrido algunos rincones ignorados de nuestro suelo...he visto algunas de esas construcciones graníticas que aún el tiempo y la civilización no han destruido8...
    Una lectura negativa de lo civilizatorio desde la óptica europea, ya se instala en la intelectualidad provinciana, la que escribe en Buenos Aires, y en las provincias; J. Marcos Argañaraz profesor del Colegio Nacional de Santiago del Estero, en una conferencia de 1915 sobre “Nación y patria” decía lo siguiente sobre la historia:

    ...” Es imperios que la historia tenga su sentido; y este sentido se forma en el espectáculo de la vida diaria, en la nomenclatura tradicional de los lugares, de los sitios que se asocian a los recuerdos heroicos, en los restos de los museos y hasta en los monumentos conmemorativos, cuya influencia sobre la imaginación popular, Ricardo Rojas ha denominado, con genial acierto, la pedagogía de las estatuas..”9
    La formación histórica era una forma de responder a la hegemonía cultural colonial, y obligaba a la intelectualidad a un importante papel en cuanto productor de un discurso revisionista de las Ciencias Sociales, y esto en dos ejes, la historia como ciencia que da cuenta de la existencia de una nación, y un diálogo incomodo con la mundialización que seguía colonizando a los intelectuales americanos, convirtiéndolos en intérpretes10 de los cambios globales y la acomodación de las zonas marginales a los mismos.
    Opino que la intelectualidad santiagueña, como la provinciana, encontraron en las Ciencias Sociales, un resquicio por donde enfrentar a la occidentalización11 del mundo, logrando una unidad histórica-cultural que trabajo en nuevas construcciones12 de la identidad regional, y su relación con la Nación.
    Estas operaciones deben ser vistas como un movimiento que intenta despertar una conciencia social y cultural, ante el avance del capitalismo, y es interesante ver las coincidencias entre el socialismo y el nacionalismo en aquella época. Carlos Abregú Virreira en 1917(joven de 20 años) describe la explotación en la selva santiagueña:
clase ...”El obrero que trabaja en las ciudades, defendido por un centro que estudia los problemas sociales a la luz del positivismo científico y altruista, no es el miserable obrero que trabaja en el Chaco explotado y esclavizado por la clase pudiente...”13
Este escritor instala la cuestión social en Santiago, marcada por la diferencia entre la ciudad y el campo, está protosocioología positivista que dominaba la producción intelectual socialista, desnudaba una realidad, el desfasaje entre la urbanización de una parte del territorio argentino, y el abandono de la otra, la rural, la salvaje.

    ...”¡Hasta agua se vende!...Es lamentable ver, a las mujeres y a los niños, sucios, enfermos, en larga caravana, con tarros o bordalezas a buscar agua en los estanques del F.C.C.N. para tomar matecitos o para hacer hervir el puchero...14
    Pero pronto está mirada de la cuestión social santiagueña, se encontrará con el nacionalismo cultural que en el año 20, lleva a cabo una campaña de promoción de la música nativa,  porque de alguna manera Manuel Gómez Carrillo y Ricardo Rojas, en sus presentaciones en la “Facultad de Filosofía y letras de la UBA, en el Club de Mar del Plata, en la Universidad de Tucumán, en la Brasa de Santiago del Estero, en Salta, y Rosario”15, darán cuenta de que existe una cultura regional  en el norte que debe servir para repensar a la nación, dejando relegado pero no excluido el problema social de las poblaciones de las regiones más pobres de la Argentina.
 
 

NOTAS:

1. LANDER, Edgardo (comp.)  Ciencias Sociales: saberes coloniales y eurocéntricos. En: La colonialidad del saber: eurocentrismo y Ciencias Sociales.  CLACSO, Buenos Aires, 2000, p. 20.
2. ROJAS, Ricardo.   El país de la selva.  Eudeba, Buenos Aires, 1966, p. 158.
3. ROJAS, Ricardo.  Cosmópolis.  Granier hermanos, París, 1908, p. 199.
4. Id. ibid., p. 187.
5. Id. Ibid., p. 29.
6. VAZQUEZ VILLANUEVA, Graciana.  Orden y norma de una lengua, orden y norma de una Nación: el discurso del centenario.  En: NARVASA de ARNOUX, Elvira, y BEIN, Roberto (comps.) Prácticas y representaciones del lenguaje. Eudeba, Buenos Aires, 1999, p. 119.
7.ESTRIN, Laura.  Entre la historia y la literatura, una extensión.  En: ROSA, Nicolás (ed.)  Políticas de la crítica.  Editorial Biblos, Buenos Aires, 1999, p. 54.
8.GONZALEZ, Joaquín.  La Tradición nacional.  En: RIVERA, Jorge (Selección)  El ensayo de interpretación.  CEAL, Buenos Aires, 1980, p. 14.
9. ARGAÑARAZ, Marcos.  Orientaciones modernas.  Estudio gráfico Juan Paz, Santiago del Estero, 1916, p. 80.
10.ZYGMUNT, Bauman.  Legisladores e intreprétes.  Universidad de Quilmes, Buenos Aires, 1997, p. 179.
11. MENDOZA, Plinio, y otros. Fabricantes de miseria.  Plaza y Janés editores, Barcelona, 1998, p. 168.
12. VLASSERLAERS, Joris.  La reconstrucción de un pasado como legitimación.  En: AREA, Lelia, y otros (comps.)  Fin de un siglo: las fronteras de la cultura.  Homo Sapiens ediciones, Rosario, 1996, p. 67.
13. ABREGU VIRREIRA, Carlos.  La vida del peón en los obrajes del Chaco Santiagueño.  Talleres Gráficos de H. Maldonado, Santiago del Estero, 1917, p. 7.
14. Id. Ibid., p. 20.
15. GOMEZ CARRILLO, Manuel P.  Noticia biográfica sobre Manuel Gómez Carrillo folklorista y compositor argentino.  En: VENIARD, Juan (director).  Estudios y documentos referentes a Manuel Gómez Carrillo.   Dunken, San Isidro, 1999, p. 125.

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