La Solidez

LA SOLIDEZ, EXACTITUD Y VERACIDAD DE SUS ENSEÑANZAS

 

A. Es exacta y veraz en Historia

La Biblia menciona reyes, imperios, costumbres, civilizaciones, fechas, etc.  Todo lo que se ha podido comprobar, por arqueología, por historiadores          contemporáneos u otras referencias, demuestra que la Biblia es un registro exacto y veraz.

Dice Dave Hunt, en su libro “Global Peace and the rise of the Antichrist”, page 29:

“Los antiguos escritos sagrados hinduistas o budistas, por ejemplo, existen en muchas versiones y ofrecen muchas filosofías contradictorias y aún registros controvertidos de supuestos eventos pasados, los cuales en realidad nunca sucedieron.  Caracteres y aventuras en las escrituras clásicas hinduistas, tales como el Baghavad Gita o Ramayama, son pura ficción.  En contraste, la Biblia se refiere a personas reales, lugares, naciones, y eventos que pueden ser investigados y verificados”.

Confiar en la Biblia no es fe ciega, ella se basa en hechos históricos reales, en personas reales, eventos reales.

 

B. Es exacta y veraz en Geografía

La Biblia menciona una gran cantidad de elementos topográficos de manera contundente e insistente, pero con toda la naturalidad de los describen los lugares propios en que viven.  Montes, ríos, mares, valles, desiertos, cuevas, sitios de ciudades y poblados, murallas, nombres de árboles, cultivos, y productos, etc..

Además no sólo los menciona como cosas del pasado, hoy permanecen y esperan ser escenario del cumplimiento de los anuncios proféticos de la Biblia.  El valle de Armagedón, el Monte de los Olivos, Jerusalén, el Mar Muerto, son tan solo algunos de ellos.

En asombroso contraste se puede observar el Libro del Mormón.  Por décadas y a un costo de millones de dólares, la iglesia mormona ha llevado a cabo todo un despliegue de trabajos arqueológicos para comprobar las afirmaciones de su libro, sin encontrar rastros siquiera.  Ninguna moneda, ni inscripción, ni piedras, ni cimientos se han hallado de ninguna de las ciudades que el libro cita.

Lo mismo sucede con otras religiones y leyendas.

En cambio, la Biblia habla de lugares comprobables y comprobados, relatos confiables, no leyendas ni relatos mitológicos

 

C. La Arqueología la confirma

Hoy en Ankara, Turquía, hay un museo dedicado a los Hititas, pueblo del que hasta hace poco no se tenía rastro y los escépticos señalaban como leyenda bíblica.

De Pilato también  dudaban los incrédulos hasta que hace poco se descubrió una antigua inscripción romana que menciona su nombre y que hoy se pueda contemplar en las ruinas de Cesaréa.  Se han producido videos documentales de las excavaciones de los caídos muros de Jericó.  Innumerables son las excavaciones en Jerusalén atestiguando 3000 años de historia.  Públicamente conocidos son los videos, libros y artículos que atestiguan la presencia del arca de Noé en los montes Ararat.  Conmovedoras son las ruinas de Capernaúm sobre el Mar de Galilea, las comprobaciones de la existencia antigua de Sodoma y su destrucción repentina y total, los hallazgos en Qumrám, etc, etc..

Lucas fue un detallado historiador que a lo largo de sus 2 libros menciona reyes, gobernadores, procónsules, tetrarcas, sacerdotes, censos, decesos, infinidad de lugares con exactas características, sinagogas, teatros, lugares en diferentes mares y costas, etc.etc.  Cuanto más se descubre y estudia, más se confirma la exactitud impecable de sus trabajos como historiador.

Voluminosas enciclopedias, numerosos documentales en videos, cada vez mayor cantidad de museos, comprobaciones que se pueden efectuar en simples viajes turísticos, atestiguan sin lugar a dudas la veracidad y exactitud de las Escrituras Judeo-cristianas.

 

D. Es Honesta al presentar sus protagonistas y confrontar sus lectores

Abrahám con sus dudas y mentiras, Jefté y su voto absurdo a Dios, David y sus graves pecados, Isaías y sus labios inmundos, Pedro y sus errores, Tomás y su incredulidad, son sólo algunos datos que ilustran que la Biblia no presenta sus protagonistas como héroes mitológicos impecables sino como pecadores falibles.  Dicho sea de paso, la Biblia declara e insiste en que todos los seres humanos somos pecadores por igual, con una sola excepción.

 

E. Es singular y consistente al presentar al Mesías

En marcado contraste y con asombrosa consistencia, a través de todos sus libros la Biblia insiste en presentar a un sólo ser humano como impecable y perfecto:  el Mesías, el Dios-Hombre, el Señor Jesucristo. 

Fue anunciado así proféticamente comenzando desde Moisés y avanzando por los Salmos y Profetas.  Fue identificado así públicamente en los libros que narran su despliegue personal en el mundo.  Es señalado de la misma manera aún para los futuros eventos anunciados para cielo, tierra y eternidad, cuando regresará y será Juez, Rey y Señor.

¿Cómo podrian los escritores haber coincidido en condenar la humanidad toda y señalar entre millones al único Santo y Digno si no hubiesen sido guiados por un mismo Espíritu? 

Escribiendo en el desierto, o en Babilonia, o en Israel, o en una cárcel en Roma, o en la isla de Patmos en el Mar Egeo, ¿cómo pudieron desplegar las virtudes del Mesías, sin consultarse y sin contradecirse, si el mismo Espíritu de Dios no hubiese estado con cada uno de ellos guiándoles e inspirándoles al escribir?

 

F. Los cumplimientos de sus anuncios proféticos han sido precisos y extraordinarios.

Leamos Is.44:6-7.  Este es el gran desafío del Dios de la Biblia.

Desde las promesas a Abrahám hace 4000 años, pasando por el nacimiento de la nación en Exodo, y basado en la monumental profecía de Dt.28-30, Israel ha sido y es el mayor tópico de la profecía bíblica y el mayor testimonio de la fidelidad de Dios al mundo entero.  Luego de 70 años de cautiverio, después de 1900 años de dispersión mundial, pasando por matanzas, persecuciones, guerras, resucitaron como nación en 1948 como Ez.37 lo anunciaba y se preparan para ser protagonistas centrales de asombrosos eventos abundantemente profetizados en las Escrituras.

Libros enteros se pueden escribir, y de hecho se han escrito, acerca de las profecías ya cumplidas sobre Jerusalén, su presente de 3000 años de dominio judío desde que la tomó David, y su futuro terrible por un lado y extraordinario por otro. 

Del mismo modo la Biblia profetizó eventos que se cumplieron en forma exacta, sobre ciudades, personas y pueblos específicos.

Pero sobre todas, se destacan las profecías acerca del Mesías de Israel, el Salvador del mundo.  Su nacimiento, su despliegue en Galilea, su muerte como Cordero en Jerusalén, las 33 profecías que se cumplieron el día de su muerte, son solo rasgos superficiales del asombroso caudal y el preciso cumplimiento de las profecías bíblicas.

Los cumplimientos exactos de las Escrituras son pruebas indubitables (Lc.24:44, Hch.1:3) de que el plan y la Palabra de Dios eran y son absolutamente precisos.

Sobre la base del desafío de Dios en Is.44:6-7, el abundante registro de las profecías bíblicas ya cumplidas no sólo es testimonio innegable de la existencia del Dios de Israel, sino que también es comprobación contundente de que la Biblia es la Palabra profética más segura (2 P.1:19-21), la Palabra del Dios de Israel.  No cabe otro razonamiento, no existe otra conclusión.

 

G. Son abundantes e incomparables sus profecías para el futuro

No hay profecía en el Corán, ni en el libro del Mormón, ni en los libros de religiones orientales, en cambio, el amplio caudal de las profecías de la Biblia da un testimonio apabullante de que sus libros deben haber sido inspirados y revelados por el Gran Dios de todos los tiempos, de todos los Cielos y de toda la tierra.

Abundantes y específicas profecías sobre el arrebatamiento de la iglesia, el futuro de Israel y sus enemigos, un cercano tiempo de padecimientos sin precedentes sobre el mundo entero llamado la tribulación, incalculables calamidades ecológicas, la reconstrucción del Templo judío en Jerusalén donde el anticristo se declarará Dios para el mundo, el reinado de una falsa iglesia mundial con sede en Roma, Armagedón, el regreso de Jesucristo a Jerusalén, sus juicios y su Reino, son solo algunos titulares principales de un vasto material profético que supera de manera abrumadora a cualquier otra religión o forma alguna de adivinación.  Ambiguas e inciertas son las profecía de nostradamus, absurdas e insignificantes son las predicciones de los astrólogos frente al inmenso, objetivo y preciso panorama de las profecías de la Biblia.

Por sí sólo, esto es prueba contundente de que la Biblia es Palabra del Soberano Dios.