La aparición de los Supermanes Rojo y Azul parece afectar el balance eléctrico del planeta, o así lo han manifestado los Guardianes Milenarios, que hacen referencia al heroe como una "anomalia". Estos Guardianes han permanecido durante años a la espera, cuando deban llamar a los Gigantes que limpiaran la Tierra de toda contaminación (léase "seres vivos"). Y ese día ha finalmente llegado.
Los Guardianes han llamado de su eterno descanso a los tres Gigantes Milenarios: Sekhmet, Cabraca y Cerne, quienes duermen en tres lejanos y diferentes puntos del globo: Egipto, México e Inglaterra. Estos gigantes se abren paso a través de la Tierra destruyendo todo a su paso, a pesar de los fracasados intentos de Superman (ambos, Rojo y Azul), los Jovenes Titanes, los Challengers of the Unknow e incluso la poderosa Liga de la Justicia, por detenerlos.
A esta altura, Lois recibe la sorprendente revelación que el Clark que ella amó es sólo una parte de lo que ahora son Rojo y Azul, pero el "real", se ha ido... quizás para siempre.
Los gigantes parecen seguir lo que los Challengers llaman las Líneas Ley de la Tierra, algo así como líneas de energía. Con la ayuda de un viejo Shaman, Superman consigue la clave para detener a los Gigantes. Pero cuando lo logran, comienza lo que parece ser la destrucción de la Tierra!.
De nuevo, el Shaman les indica que deben encontrar el Medallón Maldito que yace oculto en las entrañas de la Tierra. Como los dos Supermanes buscan en el núcleo terrestre el Medallón, llegan a la conclusión que sólo ellos pueden revertir el proceso de destrucción. Así, con la ayuda del Medallón, Superman Rojo usa su energia para limpiar los cielos mientras Superman Azul hace lo mismo en el centro del planeta. Con este acto heroico, los dos hermanos "que una vez fueron uno", salvan el planeta, pero el esfuerzo es tal que, una vez normalizada la situación, J'onn J'onz, el Detective Marciano, no duda en afirmar:
"Los Supermanes ya no existen".
