Hogar accesible: familia seguralunes, 27 de marzo de 2000 Sila M. Calderón DURANTE EL curso de la pasada semana, conocí a la familia Batista cuando inauguré uno de los nuevos proyectos de vivienda del Municipio de San Juan llamado Dos Pinos Plaza. Los Batista son una familia de tres miembros que tiene un hijo que se llama Jan. Sus padres, Carlos y Sandra, son una pareja joven que residía en el Residencial López Sicardó en Río Piedras. Esta familia es una de las 40 nuevas familias que se convirtieron, por primera vez, en propietarios de un hogar en un proyecto de vivienda del Municipio de San Juan, en coordinación con la banca privada. Cuando Carlos y Sandra nos abrieron las puertas de su nuevo hogar, la tranquilidad y paz que reflejaban sus rostros era una muestra de la satisfacción de haber alcanzado su aspiración de una vivienda propia, segura y adecuada. Al igual que los Batista, miles de familias puertorriqueñas aspiran a tener su propio hogar. Se ha calculado que la nueva demanda de vivienda es de 12,000 hogares al año. Actualmente hay 101,000 viviendas inadecuadas en la isla, habitadas por familias que desean y necesitan un mejor hogar. Aunque han surgido numerosos esfuerzos para que cada familia tenga su hogar propio, las familias más necesitadas tienen poca, si alguna, capacidad para cualificar para el financiamiento de un hogar. Atender el problema de falta de vivienda adecuada en Puerto Rico requiere imaginación, creatividad y la habilidad de unir a los diversos sectores de nuestra sociedad para maximizar los recursos disponibles. Recursos fiscales gubernamentales, financieros y comunitarios, entre otros. La falta de un hogar adecuado de una familia nos afecta a todos colectivamente y será uno de los retos más grandes que enfrentará el primer gobierno del siglo 21. Por tal razón, he presentado mi propuesta para fomentar la vivienda de interés social llamado Vivienda Accesible como parte del Proyecto Puertorriqueño para el siglo 21. Mi propuesta de vivienda accesible incluye medidas para canalizar mejor la demanda, facilitar su financiamiento y estimular la construcción de más hogares. Canalización de la demanda de vivienda - Apoyo para un Hogar El elemento central será el programa Apoyo para un Hogar. Servirá como instrumento para apoderar a las familias de ingresos bajos (de $8,400 o menos para una familia de cuatro miembros) que cualifiquen a base de sus ingresos, su posición en el hogar y el tiempo que llevan esperando para vivienda. Se ayudarán mediante: • Certificados de $3,000 para el pronto pago de un hogar. • Asistencia del Departamento de Vivienda en la búsqueda de viviendas. • La creación de un Inventario de Viviendas que incluya unidades disponibles y en desarrollo, compatibles con la capacidad de pago de la familia. Para estimular la participación del sector privado en la formulación de estrategias de financiamiento y de implantación del programa, se creará una Junta Público/ Privada Asesora en Vivienda con representantes del sector gubernamental, de la banca hipotecaria y de los desarrolladores. Crearemos, también, una unidad especializada en el Departamento de la Vivienda para canalizar los fondos federales disponibles de la manera más efectiva. Incentivos para aumentar la oferta de vivienda de interés social Creo firmemente en que el gobierno tiene que ser socio facilitador del sector privado, particularmente en la construcción de vivienda de interés social. Mi objetivo es que los desarrolladores puedan encaminar propuestas de vivienda a bajo costo con la confianza y estabilidad necesarias para hacerlas viables. Para esto, incluiremos:
Construcción de nuevas unidades
Educación, adiestramiento y capacitación
La vivienda es una necesidad básica de la familia puertorriqueña. Es parte de la realidad de muchas personas que en Puerto Rico no tienen recursos suficientes. El sueño alcanzado por los Batista puede ser una realidad para miles de puertorriqueños si contamos con un gobierno sensible a sus necesidades. Asegurarles al mayor número posible de estas familias acceso a un hogar adecuado será uno de los mayores empeños de mi administración. © 2000 El Nuevo Día - Derechos Reservados |