Bustiaren beldur denak ez du arrainik atxemanen

"El que teme mojarse no pescará"

Para algunos autores, Euskal Herria está dividida en dos partes: la costa y el interior. Es cierto que en la costa se han desarrollado unos modos de vida diferentes, que nada tienen que ver con los del interior.

Ya en las cuevas de Altxerri (Gipuzkoa) y Ekain (Gipuzkoa) encontramos imágenes de peces, pero todavía debían transcurrir muchos años para que la pesca se convirtiese en un modo de vida.

Entre los peces de mar que se han pescado desde siempre tenemos el besugo, la merluza, el atún, la sardina, etc; en los de río, el salmón, la trucha, la anguila, etc. Sin duda, fue la pesca de la ballena la más célebre de entre todas. Las primeras noticias nos llevan hasta el siglo XI, pues encontramos que en 1059 se vendía carne de ballena en Baiona.

Había en aquella época una ballena, la que los científicos llaman Balaena Biscayensis- que se acercaba a la costa; en los pueblos había un vigilante en la atalaya, mirando al mar, para ver cuando se aproximaba a la ballena. En cuanto la veía y hacía la señal, la noticia se extendía por el pueblo. Los marineros, cargando con sus aperos, corrían a las chalupas; una vez aproximados a la ballena y, cuando el arponero le había arrojado su arpón, se apartaban para que ésta no les golpease con la cola y sucediese un accidente. Joanes de Etxeberri de Ziburu (Lapurdi) publicó, en 1627, algunas oraciones específicas para la pesca de la ballena:

"Tráenos también a nosotros la ballena/para darle el golpe con más seguridad/Arriesgamos la vida por la vida;/haznos, por favor, la gracia de detenerla".

"Guri ere ekharguzu hurbillera Balea,/segurkiago armaren landatzeko kolpea./ Biziaren gatik dugu hirriskatzen bizia;/ arren egiguzu haren gelditzeko grazia".

Una vez en tierra firme, la ballena se repartía entre los que habían tomado parte en la captura. Más tarde, la ballena desapareció de la costa y los pescadores empezaron a ir hasta Terranova, al menos a partir del siglo XVI.

Además de la pesca, se ocupaban del transporte a través del Atlántico, ganando gran fama de marineros expertos. Para relacionarse entre marinos de diferentes lenguas, se desarrolló una lengua que mezclaba el euskara con otros idiomas como el inglés. La expresión más larga que hoy se conoce de esa lengua es:

"Christ Maria presenta for mi balia, for mi presenta for ju buztana" Que viene a decir que "si Cristo y María me presentan la ballena, te daré la cola".

Los pescadores estaban reunidos en las llamadas cofradías. Éstas, por medio de antiguas leyes, organizaban la vida de cada puerto. Los jefes de las cofradías eran los mayordomos, elegidos entre todos por un año y auxiliados por los maestros de chalupa; con todo, en las asambleas tenían un sólo voto, como los demás.

 Terranova

No todos los barcos que iban hasta Terranova conseguían regresar a Euskal Herria; a causa de los hielos o las tormentas, algunos se quedaron allí para siempre. Entre éstos está el galeón de San Juan; este barco de Pasai Donibane (Gipuzkoa) se hundió en Red Bay en 1565 a causa de una tormenta. Sus restos fueron hallados por un miembro de la institución Parks Canada en 1978. La investigación se prolongó de 1979 a 1985, encontrándose todos los veranos numerosos restos.

También en tierra forme se han hecho muchos hallazgos; hornos para fundir la grasa de ballena, talleres de toneleros, viviendas y cementerios. Era una vida muy dura y no todos la soportaban. En 1982, al sur del archipiélado Saddle se encontró un cementerio y algunos otros en otras pesquisas; en total, más de 60 fosas, con los restos de 140 personas.

Los pescadores pusieron nombres en euskara a los lugares que encontraron; entre los mencionados por Piarres Detxeberri (Donibane Lohitzune, Lapurdi) en su libro Itxasoko Nabigazionekoa encontramos: Ainguratxar, Portutxoa, Etxaide Portu, Punta mehea, Baleeteako baia, Balea portu, Sen Pieretako irlak y otros. Hoy muchos de esos nombres han desaparecido y otros se han transformado; por ejemplo, Portutxua se ha convertido en "Port au Choix", Aingura txar en "Ingonachoix", Punta mehea en "Longue pointe", etc.

En la literatura vasca hay noticias de estos viajes en una colección de cantares de 1798, he aquí dos estrofas de Partiada tristea, Ternuara -La triste partida hacia Terranova-:

Al zarpar para Terranova,

El barco apresta las velas

Y enfila el mástil

Aguardando el buen tiempo.

Patitzean Ternuara,

Unzia prest da balara.

Berga haut dago arradan

Denbor-onaren paradan.

Adios, mujer mía,

Querida joven esposa;

Parto triste

Quizá para siempre.

Adios, neure emaztea

Esposa maite gaztea;

Tristea dut partiada,

Sekulakotz, behar bada.

 

Los barcos

Los barcos pesqueros que podemos ver en Hondarribia, Lekeitio, Pasaia o Bermeo son en su mayoría merluceros y atuneros. En estos barcos podemos ver tres partes bien diferenciadas:

1.- El motor y los sistemas para guiar el barco

2.- El cuarto del timonel

3.- Los frigoríficos para el pescado capturado

4.- Las bodegas y los camarotes

La vida de los marineros es dura y llena de riesgos, sobre  todo en tiempos pasados; en 1878, por ejemplo, una repentina galerna ahogó a 95 pescadores en Bermeo (Bizkaia), 47 en Elantxobe (Bizkaia).... He aquí una estrofa referida a la tragedia

Semejante desgracia

nunca se ha oído,

todo el mar enfurecido

no cabía en su medida;

cristianos míos, el viento

y el agua tienen fuerzas

que hasta se aplacan

nadie puede rendir.

Desgraziarik orrelakorik

sekulan ez da aditu

itxaso ori asarretuta

neurrian ezin kabitu

neure kristauak, aiziak eta

urak indarrak baditu,

aplakatutzen dan urte bera

iñor ezin errenditu.

Los Piratas

Ser corsario era un oficio habitual en otros tiempos y no faltaban en nuestra costa. Se extendieron hasta tal punto desde Lapurdi hasta Bizkaia que, en el siglo XIV, el rey Eduardo III de Inglaterra se quejaba de las pérdidas que le ocasionaban los corsarios vascos. Los más famosos entre todos eran Joanes Suhigaraitxipi de Baiona, y también Etienne Pellot de Hendaia (Lapurdi).

A finales del siglo XVII, Suhigaraitxipi atrapó con una sola fragata cien barcos en seis años. Entre sus ayudantes estaban el capitán Loius Harizmendi, el capitán Larregi y el teniente Etxebehere de Bidarre (Lapurdi). En los últimos años escoltaba a los balleneros que volvían de Terranova y allí fue muerto en 1694.

Las aventuras de Etienne Pellot, de Hendaia, también fueron muy nombradas; los ingleses ofrecieron 500 guineas por su cabeza, pero nadie las cobró; Pellot murió en su pueblo en 1856, a los 91 años de edad.

La pesca de la ballena

La pesca de la ballena se practicaba desde antiguo en Euskalherria. Prueba de ello son los escudos de armas de algunos pueblos como Bermeo, Lekeitio, Ondarroa (Bizkaia), Getaria, Mutriku, Hondarribia (Gipuzkoa) o Miarritze (Lapurdi), en los que aparecen imágenes de ballenas.

En los cancioneros no faltan cantares sobre el tema (Donostia, 1854):

Dado el arponazo

por Luis el Malo

que para atrapar la ballena

es un hombre muy bueno;

fue propicia

semejante jornada,

nueve mil reales

fue el jornal.

Luis Gaiztoak'k emanik

lenengo arponada,

balia arrapatzeko

txit gizon ona da;

estimatzekoa zan

alako jornada,

beratzi milla errial

bazuen jornala.

Las angulas

Las angulas son un manjar muy apreciado de entre los peces de río. Su pesca se practica de noche, atrayéndolas con un gran fanal. La angula corresponde con el estado juvenil de las anguilas, que vienen emigrando desde el Mar de los Sargazos (Pacífico), hasta nuestros ríos. Una vez allí van creciendo y regresan de nuevo a la costa y de aquí realizan la migración hasta el Mar de los Sargazos en donde se produce el desove. Una de las poblaciones en donde había más tradición de capturar angulas era Aginaga (Gipuzkoa), a principios del siglo XX.

El bosque