El Sábado

Seis días se trabajará, y el séptimo día sábado de reposo será, convocación santa: ninguna obra haréis; sábado es de Jehová en todas vuestras habitaciones (Levítico 23:3)

 

 

ORIGEN Y CELEBRACIÓN

La palabra sábado proviene del hebreo Shabat y significa descanso o cesación.

El origen de éste día se remonta al tiempo de la creación, cuando Dios hizo los cielos y la tierra en seis días, y descansó en el día séptimo de aquello que había hecho; por ésta razón bendijo y santificó el sábado, señalándolo de una manera especial para su culto (Génesis 2:2-3).

En el libro de Éxodo, Moisés recuerda al pueblo de Israel el mandato de guardar el sábado y las sanciones a que se hacía merecedor quien infringía el día de reposo (Éxodo 16:22-30, 31:14-17).

La observancia del sábado era de tarde a tarde y debía ser santificado, cuidando hacer de la horas que este tiempo abarcaba, horas sagradas dedicadas a Dios, no haciendo las actividades cotidianas (Éxodo 23:12, Levítico 23:32).

 

 

EN EL NUEVO TESTAMENTO

El sábado era celosamente guardado por el pueblo judío, siendo las sinagogas los lugares de reunión en éste día de reposo (Hechos 15:21).

Nuestro Señor Jesucristo, como judío y por lo tanto súbdito a la ley, observó el mandamiento, y en varias ocasiones hizo ver la necesidad de utilizar éste día santificado para hacer sólo lo bueno delante de Dios (Marcos 1:21, 6:2; Mateo 12:9-14).

El celo de los judíos por éste día era utilizado para atacar a Nuestro Señor, porque consideraban que Él y sus discípulos profanaban el sábado, pero el Señor Jesús les hace ver su potestad como Señor aún del Sábado (Juan 7:23, 9:14; Lucas 14:1; Mateo 12:8).

En los apóstoles podemos observar continuidad en la guarda del día de reposo, pues consideraban que cumplían la voluntad de Jesús. En el libro de Hechos se les menciona predicando a Cristo en las sinagogas los días sábado.

En los viajes de Pablo, el apóstol de los gentiles, podemos apreciar que el estudio de la voluntad divina no se hacía únicamente en las sinagogas, sino en cualquier lugar de reunión para este fin (Hechos 9:20; 13:5,14,42,44; 16:13).

Los gentiles convertidos, al recibir la instrucción acerca de la observancia del sábado como día de descanso, obtienen la oportunidad de participar de las bendiciones del cumplimiento con la ley (Hechos 13:42; Hebreos 4:2, 4, 10-11).

 

 

EN LA IGLESIA DE DIOS

La Ley de Dios es Eterna y por lo tanto lo que Dios estableció no lo puede modificar el hombre.

La Iglesia de Dios cumple fielmente con la voluntad del Omnipotente expresada en el cuarto mandamiento (Éxodo 20:8-11).

Nuestro Señor Jesucristo, a quien se dio toda potestad tanto en el cielo como en la tierra, fue hecho súbdito a la Ley, cuanto más los que anhelamos participar de la promesa hecha a Abraham (Gálatas 3:29).

Nosotros, los que hemos venido a tomar parte de la buena oliva, hallamos en el Antiguo y Nuevo Testamento las razones dadas por el Omnipotente para la observancia del día de reposo, así como la forma en que debe guardarse:

 

 

 

¡Alégrate hermano!

Es fiesta a Jehová.

Acudamos juntos a la Casa de Oración en el Día Sábado de reposo, día Santificado, señal entre Dios y los hombres

 

 

 

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