El martes 23 de julio pasado, en las inmediaciones de La Ciudadela, se registró un pleito callejero e intrascendente entre estudiantes politécnicos de las Vocacionales Cinco y Dos y preparatorianos de la Ochoterena. Resultados: ciristales rotos, piedras cruzadas entre los dos bandos y amenazas.
Sin embargo, en vista de que el desorden continuó al día siguiente, las autoridades del Distrito Federal ordenaron la intervención de los granaderos, quienes en forma brutal asaltaron las dos Vocacionales y detuvieron y golpearon dentro de las aulas a los estudiantes y a los maestros que protestaron por el allanamiento. Y ardió Troya.
El jueves 25, los dirigentes de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos -organismo cuya directiva recibe subsidios del Gobierno Federal y se encuentra afiliada al Partido Revolucionario Institucional-, obligados por las inérgicas protestas de los politécnicos por los salvajes atropellos de los granaderos y a través de su líder José Rosalío Cebreros -elementos al servicio incondicional de las autoridades-, solicitaron el permiso para efectuar una manifestación.
El licenciado Rodolfo González Guevara, secretario del Departamento delDistrito Federal y amigo y consejero de Cebreros, advirtió que, en vista de la fecha escogida para llevar a cabo la manifestación de protesta -viernes 26 de julio-, existía la posibilidad de que se infiltrasen elementos "provocadores", "comunistas", etc.
El líder de la FNET se comprometió a que los mismos estudiantes impedirían cualquier desmán por parte de personas ajenas. Y con el conocimiento de que la manifestación se efectuaría en señal de protesta contra los granaderos, las autoridades del Departamento del Distrito Federal otorgaron el permiso.
Por otra parte, y también con el visto bueno oficial, la Central Nacional de Estudiantes democráticos organizó para el mismo día una manifestación para honrar a la Revolución Cubana, manifestación que partió del Salto del Agua y concluyó en el Hemiciclo a Juárez.
A la manifestación de la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos asistieron aproximadamente dos mil alumnos del IPN y, al sentirse desairados porque poca gente se enteró de su propósito, decidieron entonces dirigirse a la zócalo y protestar frente al Palacio Nacional.
Los de la FNET iniciaron su "ya costumbrado y casi normal secuestro de camiones". Pero, al hacerlo, rebasaron "las pretensiones , capacidad y compromisos" del líder José Rolía Cebreros, quien asustado, llamó por teléfono al licenciado González Guevara para informarle que "su" manifestación había concluido en forma satisfactoria y que, inclusive, había "rechazado" a un grupo de 200 agitadores". (Esta mentira es consecuencia de su servilismo y