Las opiniones cruzadas, en ocasiones contrapuestas, de Coltrane y Parker sobre el disco del mes. No te lo pierdas.

Este mes...  
"QUESTION AND ANSWER"
(Pat Metheny - Dave Holland - Roy Haynes)

MUSICOS: - PAT METHENY: Guitarra
                  - DAVE HOLLAND: Contrabajo
                  - ROY HAYNES: Bateria

TEMAS: 1-Solar, 2-Question And Answer, 3-H&H, 4-Never Too Far Away, 5-Law Years, 6-Change of Heart, 7-All The Things You Are, 8-Old Folks, 9-Three Flights Up.

DATOS GRABACION: Grabado el 21 de Diciembre de 1989 en los estudios Power Station de Nueva york para GEFFEN.


COLTRANE DICE:

Tan solo una electroacústica, contrabajo y batería. Ante una fórmula aparentemente escasa de recursos (faltando la reconfortante base armónica de un piano) uno podría ventear el aburrimiento y la falta de alicientes. Nada mas lejos de la realidad: este tipo de trios tienen una cierta tradición jazzística. El mismo historial de Pat Metheny no es ajeno a ellos; baste recordar dos magníficas grabaciones como "Bright Size Life", junto a Jaco Pastorius y Jack DeJohnette, y "Rejoicing", con Charlie Haden y Billy Higgins. Por no mencionar la variada serie de trios del guitarrista sobrio y elegante por excelencia que es Jim Hall, o los "Poll Winners" Barney Kessel, Ray Brown y Shelly Manne.

Naturalmente, para que la cosa resulte se deben dar dos condiciones básicas: Primero, los músicos que intervienen han de ser excepcionales, brillantes, superiores a la media. Segundo, deben entenderse a la perfección. Si queda algún lector dubitativo me permito recomendarle la atenta escucha de esta excelente sesión, alumbrada en ocho intensas horas en los estudios Power Station de Nueva York por unos inspirados Metheny, Holland y Haynes. En ella, la improvisación deviene auténtica obra maestra, transformación que es la auténtica esencia del Jazz pasado, presente y futuro. Improvisación en la planificación de la grabación ya que en un principio no estaba previsto sacarla a la venta, e improvisación en la música. Estructuras libres enraizadas en el bebop como "Law Years" del iconoclasta Ornette Coleman, baladas inmortales del Metheny compositor como "Never Too Far Away", standards del calibre de "Old Folks" o "All The Things You Are", se transforman en aventuras fascinantes de la mano de un guitarrista cuya improvisación es de una precisión milimétrica y no tiene fín en su lógica interna e inspiración. La interrelación con el golpeo, a veces intenso, a veces sutíl, de un excepcional e infravalorado batería como Roy Haynes (que se jugó los cuartos en los 40 y 50 con monstruos de la talla de Max Roach o Kenny Clarke) y con la rocosa base de acordes de un competente Dave Holland es de una efectividad apabullante. Escuchense si no las largas series de "cuatros" en temas como "H&H" o el mismo "All The Things You Are".

Energía, valentía, honestidad, riesgo... A veces los envoltorios sencillos encierran joyas de intrincado diseño y extraordinario valor. Olvídate por un rato de las miles de guitarras amplificadas de los discos de serie de Pat Metheny y vive esta experiencia de 62 minutos. No te arrepentirás.
 
Y ahora, señoras y señores, damos paso a la polémica...
 



PARKER DICE:

Si mi buen amigo Coltrane dice que un album es excepcional, eso es algo que, a priori, no debe tomarse a la ligera. Por ello, cuando me propuso incluir este album en el fuego cruzado por el impacto que le había causado, decidí que debía desempolbar este acetato que compré  a principios de los noventa sin que me causará mayor impresión y volver a escuchar atentamente esta, presuntamente, obra maestra.

Antes de dar mis opiniones sobre el album debo advertir a los fans irreductibles,  y a los fetichistas de enciclopedia, que no me duelen prendas en criticar a nadie, se llame Parker, Coltrane o Armstrong. Esta no es home page de ningún músico sino que es una página de opinión y de libertad de expresión aún cuando las opiniones puedan, en ocasiones, ir en contra de todo lo oficialemente establecido. Quien quiera escuchar las alabanzas de los músicos consagrados, le remito a las páginas de Blue Note o Verve; sin duda alguna se sentirán mas a gusto que escuchando anatemas.

Bien, no se trata de determinar si los músicos que intervienen en la obra son grandes técnicos o algunos de los mas grandes músicos del Jazz moderno. Eso es algo comprobado. Metheny, Holland y Haynes, lo son y en este album lo demuestran sobradamente. Se trata de determinar la grandeza de esta obra, su mayor o menor interés,  su originalidad o trascendencia. Para ello creo que es necesario situarla en su contexto temporal. En 1987, Metheny había sacado al mercado su album "Still life". Con esta obra, acababa una etapa en su carrera protagonizada por sus algunas veces maníficos y otras veces irregulares, albums para la discográfica alemana ECM. Durante esta etapa Metheny se mostró como un músico innovador, experimentador y tremendamente interesante. Con Still Life, Metheny cambia de tercio hacia una música mucho mas comercial y fácil, sin duda apartada del Jazz ortodoxo que sume a sus seguidores en la duda y en la incertidumbre. Otros albums posteriores, como "We live here", "Secret story" o "Imaginary day", han confirmado a Metheny en esta línea de World Music, cercana al News Age.

En este contexto, el album que analizamos, grabado en 1989, parece intentar dar una de cal, tanto a los seguidores incondicionales del músico, como a su propio ego. Pasa del denso y ,sin duda apasionante, ambiente del Still life, repleto de electrónica, coros y sisntetizadores, overdubbings y otro sin fin de rellenos varios, a la pureza del sonido acústico, que para Metheny debió tener los efectos de un purgante, unos ejercicios espirituales o un ayuno de quince días. El resultado es el de un músico arropado por una rítimica impecable, que intenta demostrarse asimismo y a los demás que es un verdadero músico de Jazz, pero que solo consigue darnos cosas que otros nos dieron hace mucho. La verborrea de Metheny resulta en ocasiones tremendamente aburrida y otras, absolutamente convencional. Nos plantea un escenario de presunta pureza jazzistica, con escasas concesiones a lo romántico o a lo fácil, sin acompañamiento cromático, con escaso recurso a los acordes en un punteo inacabable e inexpresivo que sume en el tedio.

No es extraño que en este injusto mundo del Jazz que ya ha olvidado que un día existieron músicos como Barney Kessel o Jimmy Raney (aunque todos los citen como indudables influencias), este album se considere excepcional, aún cuando todo los que dice lo dijeron otros mucho antes y de una forma menos prepotente y mas sincera. Músicos, a veces anónimos, que pasaron sus vidas tocando en clubes, en agotadoras giras o grabando albums en precarias condiciones y para discográficas desconocidas, sin forrarse los bolsillo con el comercialismo fácil en el cae Metheny cuando acaba su terapia con albums como el que nos ocupa. Músicos que le dieron a Metheny todo hecho para que pudiera recuperar su prestigo y autoestima en este tipo de experiencias que, de vez en cuando, repite.

El aficionado encotrará en este album tres magníficos músicos, un Jazz impecable y sobre todo uan gran vacío que parece ocupar la mayor parte del tiempo ("Three fllights up" es una de las escasas excepciones),  todo el trasfondo del escenario. Un aburrimiento tan grande que incluso hará pensar a los menos críticos que debe tratarse de una obra maestra.  Pero si  buscas al Metheny de Offramp, Travels o First Circle, olvídalo, se fué para siempre.


Fuego cruzado del mes pasado 
 
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