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Texto 011 - LOS SIGNOS DE UN DISCÍPULO 
LOS SIGNOS DE UN DISCÍPULO
(fragmento del libro: "El discípulo: su desafío esencial" de Torkom Saraydarian. Editorial Kier, Buenos Aires, 1ª edición, p. 148-153)
Cuando elijas discípulos no te apresures demasiado. A quienes se te acerquen, asígnales tres pruebas, para que se revelen insospechablemente. Que la primera tarea sea la afirmación del Bien General; que la segunda sea la defensa del Nombre del Maestro; y que la tercera sea la evidencia de la independencia de acción. Si durante la tarea, uno empezara a amenazar, recházalo. Si uno murmura en el rincón, recházalo. Si uno se deprimiera, recházalo. No hablo sobre los traidores. Mediante el cumplimiento de la tarea, comprobarás la capacidad de los sometidos a prueba. El libre albedrío mora en todos, y el planeta mismo está en la fuerza del espíritu humano.
La vida espiritual es vida de disciplina. Quien se somete a disciplina llega a ser discípulo. Disciplina significa poner tu vida física, emocional y mental a las órdenes de tu Yo Interior; o adecuar tu vida a tu visión espiritual de la perfección. Cuando tienes una visión de perfección, esta visión ejerce presión sobre ti mismo y ordena que vivas una vida según tu visión. La visión tiene un anhelo de manifestarse a través de tus cuerpos físico, emocional y mental, sometiéndolos a disciplina para que, poco a poco, se sincronicen con las exigencias de la visión.
Los discípulos son los seres humanos que tienen visión y se esfuerzan muchísimo en concretar su visión a lo largo de sus vidas. El discipulado es una etapa de realización que uno gana a través de sus propios esfuerzos. Nadie podrá convertirte en discípulo. Es imposible ser discípulo asistiendo tan sólo a las clases de un Maestro. Puedes ser un discípulo cuando concretas la disciplina presentada por el Maestro o por tu visión de la perfección.
Los discípulos no pueden ser iniciados en misterios o revelaciones mayores hasta que son aceptados por el Maestro. Es importante conocer los signos del discipulado por tres razones:
1) para reconocer si eres un discípulo;
2) para reconocer si otra persona es un discípulo; y
3) para observar los signos y ser un discípulo aceptado.
Si eres un Maestro, es mejor que sepas con quién estás tratando. Un gran Maestro recalca vigorosamente: "Cuando elijas discípulos, no te apresures demasiado". Esto significa que el Maestro debe tomarse su tiempo y observar la vida del discípulo. El Maestro debe preguntar:
1) ¿Quiere realmente ser un discípulo?
2) ¿Quiere someterse a la disciplina?
3) ¿Evidencia una vida de disciplina en sus modales, palabras, reacciones emocionales, pensamientos e ideas?
4) ¿Evidencia una vida de disciplina en sus relaciones?
5) ¿Tiene la disciplina de empeñarse para trascender su nivel?
6) ¿Cómo actúa bajo tentaciones y pruebas?
7) ¿Cómo actúa en crisis y bajo presión?
Estos siete puntos deben ser observados por el Maestro durante largo tiempo para asegurarse de que el discípulo está listo para ser aceptado.
¿Qué pruebas debería aprobar el discípulo?
1) "Que la primera tarea sea la afirmación del Bien General". Nadie podrá realmente ser un discípulo si no se consagra al bienestar de una sola humanidad, de una sola vida. El cimiento sobre el cual el discípulo trabaja es el Bien General de toda la humanidad y toda la vida. Su corazón debe estar cargado con bondad, y debe irradiar bondad hacia todas las formas vivas. Si este cimiento no está construido, todo lo que el discípulo aprende o logra, trabaja para su propia destrucción. Si este cimiento no está construido, el discípulo aumenta los dolores y sufrimientos del mundo porque emplea mal sus fuerzas con fines egoístas y separatistas.
2) Un discípulo debe manifestar a través de su vida "la defensa del Nombre del Maestro". Un discípulo defiende los principios, la Enseñanza y los valores que su Maestro le da. Protege y defiende la Imagen de su Maestro, viviendo una vida de Belleza, Bondad y Verdad. Defiende la Enseñanza manteniéndola pura, no vendiéndola en las ferias. Defiende la Enseñanza no explotándola para sus intereses egoístas y sus fines personales. Defiende la Enseñanza contra sus enemigos con su propia vida. El discípulo aboga por la Enseñanza y el Maestro. Su solemnidad, su magnanimidad, su sabiduría y su coraje reflejan su sinceridad y dedicación a la Enseñanza.
3) El discípulo también demuestra que tiene "independencia de acción". Este signo es importantísimo.
Ningún Maestro de verdad reúne ovejas alrededor de sí. Reúne discípulos. Un discípulo es quien puede pesar y emprender una acción. No es una oveja; no es un seguidor ciego; no es una máquina. Un discípulo real inicia acciones, proyectos y planes. Cultiva ideas y visiones a su modo, en su tiempo apropiado y con su propia celeridad.
La mayoría no conoce el significado real de la palabra independencia. Independencia no significa hacer cosas contra el bienestar de los demás. Independencia no significa ser barato, ridículo y desconsiderado; o hacer cosas contra los principios de la Belleza, la Bondad y la Verdad; o vivir contra el principio de la justicia; o hacer cosas que lo conduzcan a uno al fracaso y causen sufrimiento a los demás.
El Maestro es la imagen de la belleza, la bondad, la verdad, el desinterés, el sacrificio, la justicia, la solemnidad, la inofensividad y el entusiasmo. El discípulo no es independiente de estos principios, sino que es independiente en la acción.
Independencia significa ubicarse en el sitio apropiado en la sinfonía de la perfección en avance de la vida espiritual. Uno gana su suprema independencia en la acción cuando descubre el secreto de cómo relacionarse con el mecanismo total, de modo que su acción es parte integrante de la acción del mecanismo total, puesto en movimiento hacia una meta suprema.
El Maestro quiere que seas independiente. Quiere que veas por qué eliges estar en esta o en aquella relación. Quiere que sepas que debes comprender conscientemente las razones de tu acción. El Maestro quiere que aprendas, elijas, discrimines, descubras y seas un miembro consciente de sus esfuerzos, no un mueble sobre su espalda.
La independencia debe llevar a su tiempo hacia la armonía y la cooperación conscientes. En el más alto sistema de cooperación, tienes a tu individualidad en armonía perfecta con los colores y sonidos de todas lasa otras individualidades, que están animadas con un solo propósito.
4) "Si durante la tarea, uno empezara a amenazar, recházalo". Este es un gran signo por el que podrás reconocer a un discípulo. Cuando un discípulo no aprecia la carga creciente sobre su espalda y trata de encontrar modos y medios para herirte, o si te amenaza con que puede dejarte o abandonar la disciplina, debes saber que no está preparado. Si lo conservas más tiempo por lástima, tal vez se convierta en un peligro real para quienes están realmente consagrados al sendero de la perfección espiritual. Los que amenazan emanan a menudo partículas descompuestas de sus auras, que transportan enfermedades psíquicas contagiosas a otros discípulos.
Un día a un "discípulo" le dieron un libro de 1.200 páginas para que controlara si cada página estaba correctamente impresa y encuadernada. En la mitad de su tarea, empezó a quejarse y amenazar a su Maestro, diciéndole: - Tal vez no concluya este libro porque me acordé de una cita. Pensé que tú sabías lo que yo quería hacer aquí.
El Maestro le contestó muy cortésmente: - Tienes permiso para irte y cumplir con tu cita. Pero no vuelvas más aquí hasta que aprendas a apreciar y amar el trabajo y la disciplina que se te dio.
El ascenso en el sendero del discipulado se basa en la realización de tus tareas tan cerca de los niveles esperados de perfección como sea posible.
Si quieres ser un piloto, debes completar tu instrucción y ejercitar tu conocimiento con paciencia y aprecio por lo que haces. Si fracasas en tus estudios y prácticas, y por casualidad te ascienden al puesto de piloto, causarás un desastre a centenas de personas.
La disciplina existe solamente para prepararte a fin de que cumplas tareas más elevadas y asumas responsabilidades más serias.
Cuando un discípulo amenaza a su Maestro por la tarea que éste le dio, eso significa que es un grave peligro para el futuro. Cuando un discípulo ama las tareas que le dieron y las cumple con amor, paciencia y alegría, es un signo de que va a avanzar por el sendero de la perfección y el liderazgo.
5) "Si uno murmura en el rincón, recházalo". Esa persona no amenaza directamente al Maestro pero se oculta d diferentes modos. Chismea acerca del Maestro, se queja de la tarea, y condena los métodos de manera encubierta o subrepticia. Es muy peligroso porque no tiene ganas de mejorar y sólo quiere flotar en las olas del trabajo de los demás.
6) "Si uno se deprime, recházalo". La depresión es el signo de que una persona:
a) se cree inadecuada para la disciplina de la tarea o para la visión;
b) cree que estaba esperando una vida fácil y no la encontró;
c) está obsesionada en cierto grado;
d) tiene problemas en su sistema físico, emocional o mental, que crean inercia en él.
El Maestro no necesita de esa persona porque estorbará la labor de la Enseñanza y desarrollará vanidad dentro de la persona.
7) "No hablo sobre los traidores". Los traidores deben ser rechazados por todos los medios. Si una persona fue traidora en cualquier otro grupo o traicionó a otros Maestros o amigos, es muy probable que ejercitará el mismo vicio con su Maestro actual.
Cuando un Maestro permite que un traidor trabaje entre sus discípulos, probablemente tendrá que desperdiciar el tiempo y la energía de otros discípulos para poner en orden lo que el traidor desordenó. Un traidor es un canal de fuerzas y entidades destructivas.
A menudo, la conmiseración por parte del Maestro permite a un traidor que trabaje dentro del grupo de discípulos, pero luego el Maestro paga un muy alto precio por su conmiseración. A un traidor sólo se lo permite entrar en un grupo de discípulos avanzados para que brinde a éstos una experiencia y in cocimiento de primera mano sobre cuáles son los métodos y los planes de él. Pero incluso esto es muy riesgoso.
8) "Mediante el cumplimiento de la tarea comprobarás la calidad de los sometidos a prueba". Los sometidos a prueba son los que están ya aceptados. Hasta los aceptados deberán ser sometidos a prueba para averiguar cuán grande es la carga que podrán transportar en el trabajo espiritual. Si la carga es demasiado pesada, la culpa será del Maestro, porque uno no puede contener más allá de la capacidad de su recipiente.
9) "El libre albedrío mora en todos". Someter a prueba a un discípulo y darle varias tareas no tiene como propósito violar el libre albedrío del discípulo. Por el contrario, la voluntad se templa y fortalece en varias tareas y pruebas, y el libre albedrío sólo se desarrolla cuando el discípulo aprende a no herirse ni estorbar el progreso de los demás con su voluntad.
Un gran Sabio dice que hay cuatro tipos de discípulos:
1) "Algunos siguen las indicaciones del Maestro y ascienden en orden legítimo".
Es muy importante que los discípulos asciendan en orden gradual y legítimo. En otras palabras, no deben ser promovidos ni demasiado rápidamente ni demasiado lentamente. No deben saltar posiciones sin ser promovidos paso a paso. Sólo deberán ser promovidos cuando hayan aprobado sus anteriores tareas con honor y estén listos para empezar una nueva tarea.
Tales discípulos expanden sistemáticamente su consciencia. Expenden su radiactividad y el campo de su servicio abnegado. Son los fieles discípulos del Maestro para servir al un plan noble.
2) "A espaldas del Maestro, otros sobreacentúan las indicaciones y de ese modo a menudo se dañan".
A veces por su vanidad o egoísmo espiritual, tales discípulos tratan de apresurarse y avanzar hacia la luz mayor, olvidando entretanto que el desarrollo armonioso es el único método seguro de lograrlo. El Maestro los dice que ayunen un día y ellos ayunan diez días. Les dice que estudien unas pocas horas, y ellos se ponen a estudiar hasta la mañana; Les dice que ayuden a los demás y ellos se matan haciendo cosas que pueden hacer otros. Los dice que estén contentos, y ellos se van a sus casa, y beben y bailan hasta mañana.
Esto conduce a la desarmonía. Se dañan y con el tiempo no pueden ser útiles para sí ni para los demás. Tales discípulos mezclan la Enseñaza con sus ilusiones y engaños a través de un falso fervor.
3) "Otros, en ausencia del Maestro, aprovechan la ocasión para parlotear y de ese modo destruyen lo andado".
Estos son también discípulos peligrosísimos. Hablan demasiado por vanidad, complejo de superioridad o intereses encubiertos. La Enseñanza echa raíces en tu corazón si eres persona silenciosa que primero trata de comprender y vivir la Enseñanza, en vez de parlotear acerca de ésta.
Cuando un discípulo trata de imponer a los demás sus propias interpretaciones, los descarría, construyendo en su mente y en la mente de los demás montones de ilusiones. Al mismo tiempo, trata de concentrar la atención sobre sí mismo, en vez de concentrar la atención sobre el Maestro. Tales discípulos reciben a veces el apelativo de cabezones o cabezas de zapallo no porque su Maestro los quiera insultar o humillare con estas palabras sino porque el aura en torno de sus cabezas tiende a aparecer hacia la parte arriba como una pelota ovoide, debido a la presión de su vanidad. Uno puede digerir la Enseñanza sólo mediante humildad, silencio, estudio y disciplina.
Silencio significa meditación y contemplación reflexivas. Hasta que uno sea aceptado, no deberá difundir la Enseñanza, sino que deberá tratar de vivirla y expresarla a través de su vida.
4) "Otros, desde el rincón, condenan al Maestro y lo traicionan. Terrible es el destino de estos últimos".
Alrededor de casi todos los Maestros merodean personas de esa clase. A veces tienen un plan definido para traicionar al Maestro; en ocasiones, se los comisiona para que realicen esta tarea. A veces, sus celos y su amor por ocupar una posición los fuerza a ser traidores porque crean un karma bajo el cual no es fácil vivir.
Quienes trabajan contra la luz; quienes tratan de destruir grandes posibilidades del futuro; quienes construyen paredes contra la corriente caen a su tiempo bajo las paredes de su propio karma, y una vida tras otra pagan altos precios de sufrimiento y dolor. Por esto se previene a los discípulos para que nunca trabajen contra la Belleza, la Bondad y la Verdad, para que nunca destruyan el seno que los nutrió, y para que nunca bloqueen las corrientes que dieron vida a muchos jardines y huertos.
Quien nade deberá bucear intrépidamente en el agua. Y quien haya decidido dominar el Agni Yoga, deberá transformar a través de él su vida entera. ¿Por qué piensa la gente que le podrá acordar al Yoga una porción de alguna hora de ocio, permaneciendo el resto del tiempo en el pensamiento impuro? En verdad, todas las acciones deberán estar imbuidas del ardiente esfuerzo purificador.
(...) pon a tus discípulos dentro del campo del dominio del Yoga Ardiente. Como los escultores, empieza a tocar las diferentes superficies de la materia prima. Así, de pronto y continuamente, de la superficie del caos brotan chispas del fuego de la vida.
Si uno quiere realmente ser un discípulo, deberá arrojar toda su existencia dentro del trabajo; deberá bucear y nadar. No deberá poner su dedo en el océano de la Enseñanza y jugar, haciendo como si nadara. Uno no puede poner los dedos de sus pies en el agua y decir: "Soy miembro de un grupo de discípulos; estoy nadando en la Enseñanza". Nadar significa llevar todo tu "cuerpo", arrojarlo al agua y no hundirse. Algunas personas acumulan los libros de la Enseñanza y jamás los leen ni los aplican; pero anuncian ufanamente que tienen los libros en los anaqueles. "Quien decidió dominar el sendero espiritual deberá transformar la vida entera."
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