Artículo publicados en el diario Síntesis por: Miguel Santiago Reyes Hernández Para
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Publicado en Síntesis el 5 de Abril del 2001 NEGAR LA LUCHA DE CLASES ES COMO MENTAR LA MADRE Camilo Estrada Luviano Clase social es un grupo de personas que tienen una misma cualidad, predeterminada por la situación que cada una de ellas ocupe con relación a los medios de producción en el proceso productivo, es decir, los que sean propietarios de dichos medios constituyen una clase social y otra está formada por aquellos sujetos que no lo sean. Esto sería así si la sociedad solamente estuviera formada por dos clases sociales y teóricamente es válido pensar con ese modelo, mas sin embargo, tal situación no la encontramos en ninguna parte del mundo, porque por medios de producción entendemos tanto todo aquello con lo que el hombre trabaja como aquello que se transforma en un objeto que satisface una necesidad humana por absurda o estúpida que sea y siendo así tenemos que no está fuera del alcance de cualquier individuo ser propietario de algún medio de producción bien sea en forma de instrumentos de trabajo, los primeros mencionados, o en forma de objetos de trabajo que son los anotados en segundo lugar. Pero dejemos claro que cuando hablamos de tener una determinada, y la misma, relación hacia los medios de producción señalamos que dicha relación se da en el proceso productivo; el tener una máquina, nueva o vieja, pero que no se usa no me hace pertenecer a la clase de los propietarios, pero el no tener nada sino solamente dinero sin el cual no se puede mover su empresa un capitalista sí me hace pertenecer a dicha clase aunque mi propiedad no es ningún instrumento ni objeto de trabajo. Esto que acabamos de señalar da píe a que muchos confundan la propiedad individual como propiedad privada, porque la segunda no tiene en sí ninguna repercusión en la trama social mas que a nivel de relaciones personales que pueden trascender sólo en lo psicológico, pero no en cuanto a la situación de dependencia de los individuos. Aclaremos: el hecho de que doña Lagartija posea un carro de lujo puede afectar a doña Costillas en cuanto que ésta no lo posee y envidia a aquélla, pero hasta allí; en cambio si don Chupasangre es el dueño de la fábrica donde forzosamente tiene que trabajar don Muertodehambre, aunque éste envidie o no a aquél, el primero siempre explotará al segundo y la riqueza del primero será exponencialmente mayor a la miseria del segundo. Esto es lo que significa la existencia de la propiedad privada sobre los medios de producción y lo paradójico es que los beneficiarios directos de tal existencia no lo niegan porque para eso tienen a su servicio toda una corte de supuestos intelectuales que les hacen el trabajo sucio. Estos supuestos intelectuales que le hacen el trabajo sucio a los dueños de los medios de producción van desde el simple e inocente predicador de las bondades de dios hasta los bien cebados dirigentes de las grandes instituciones de "cultura" donde se niegan las diferencias existentes entre los individuos originada por las distintas relaciones de propiedad y esta diferencia se adjudica a características personales y hasta a "la voluntad de dios" El trabajo de estos alarifes ideológicos es facilitado por la complejidad existente en las relaciones sociales por lo señalado anteriormente. Hay otras personas que si no llegan a comprender esto es por la falta de instrucción escolar para poder hacerlo, pero esto no significa que dejen de existir las clases sociales. Aquél que sí debe entenderlo y que no lo hace, ocupe la situación que sea, es un sujeto que está insultando a la inteligencia humana, incluyendo la suya propia y esto, aunque sea desde un "representante de dios en la tierra" hasta un miembro del gabinetazo del Presidente de la República lo hace, por este hecho, un miembro de cualquier zahurda. La piara de estos alarifes ideológicos se vuelve relativamente multitudinaria si nos referimos a los defensores de los dueños del dinero que, por las características propias del capitalismo son los que llegan a controlar toda la economía casi del mundo entero ya que ellos incurren en las aberraciones más obtusas al tratar de hacer su apología y descaradamente invocan la inevitable existencia de ellos para "que el mundo no se caiga". Por eso es que afirmamos que negar la lucha de clases es como mentar la madre, aunque se oiga feo. camiloel@minsky.eco.buap.mx |