Artículo publicados en el diario Síntesis por: Miguel Santiago Reyes Hernández Para
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Publicado en Síntesis el 20 de Abril del 2001 Xi Itziltia, Otlainmantic PARECIERA CONFABULACION Camilo Estrada Luviano En ocasiones hasta dan ganas de no enterarse de nada, porque uno no sabe si lo que esta escuchando es verdad o es lo que los poderosos quieren que sepamos y con eso hacer que nos ilusionemos pensando que estamos informados. Es la sensación de sentirse mentecato por el gran poderío que han acumulado los realmente grandes capitales; si leemos algo en la prensa siempre queda un saborcillo de que si lo que le están diciendo a uno es la verdad completa o hay algo más, y, quiérase o no, surgen las preguntas: ¿por qué me lo dicen?, ¿por qué se publica esto y no lo otro?, ¿contra o a favor de quién es la pedrada? Nuestra historia nos ha dejado muy malas costumbres. Esto viene a cuento por el sesgo que le dan casi a todas las noticias nacionales, casi todas ellas hacen aparecer al Presidente de la República como si no tuviera ninguna responsabilidad en lo que está haciendo el gobierno y en lo que hacen y dicen los personajes del equipo de Vicente Fox y Quesada. Que su consejero de seguridad nacional promete una cesión inteligente de soberanía; eso es asunto de Aguilar Zinzer. Que el canciller sea grosero con el Senado de la República; eso es asunto de Jorge G. Castañeda. Que el guadalupano titular de la STPS mueva sus influencias, aunque después lo niegue, para correr a una profesora de su hija por el delito de dejar como lectura textos del galardonado con el premio Nobel, García Márquez y Carlos Fuentes; eso es asunto de Carlos Abascal Carranza. Y así podría seguir el rosario. Pero que no haga o diga algo algún funcionario o representante perredista porque entonces sí es el PRD y casi que Cuauhtémoc Cárdenas el responsable de eso, ahí sí no hay opiniones personales y eso que algunos del PRD, últimamente, siguiendo la línea trazada por sus tribus mayoritarias, andan muy ufanos en congraciarse con el mero mero. Del Poder Ejecutivo es
depositario unipersonalmente el Presidente de la República y así como
no se vale que cualesquiera de los Secretarios se comporte como si fuera el
titular del poder ejecutivo, tampoco se vale que éste no sea responsable de
nada. Él es responsable de todas las actitudes y declaraciones que tomen o
hagan sus subordinados, él es el que tira
línea y no se vale nadar de muertito.
El que lo haga Vicente Fox y Quesada puede a él en lo personal serle muy cómodo
ya que así puede zafarse de situaciones comprometedoras, pero que lo hagan los medios deja mucho qué pensar; ahora,
que lo hagan los partidos políticos, por acción
u omisión, no deja qué pensar, sino que da para sospechar que algo se traen en lo obscurito. Que un partido político, o
algunos de sus dirigentes se traigan algo
en lo obscurito es asunto de tal partido y sus seguidores, pero que a pesar
de eso se digan que son de izquierda o que ellos no tienen nada que ver con lo
que hacen o dicen los hombres del
Presidente, cuando ellos, por la razón que sea, son los que prestaron el
membrete para que él llegara al lugar donde está, es, por lo menos, deshonesto
cuando no una bellaquería, porque de tal manera se está, quiérase o no, de
tapadera de todas las actitudes autoritarias y fujimorescas de Fox y su equipo
y si el PAN o algunos panistas quieren hacerlo no tendría nada de extraño,
porque ese partido, desde su fundación, siempre ha sido un partido de derecha y
reaccionario; pero que el PRD o algunos perredistas también lo hagan, eso si no
tiene nombre, porque la izquierda es otra cosa, nunca debe ser tapadera de nada
ni de nadie y mucho menos de actitudes antipopulares, retardatarias y de
decimonónicos íganaros. Ser de izquierda es luchar por las causas populares y
ese método no lleva a eso, sino a ganar posiciones dentro del rejuego
politiquero de la clase dominante y, por lo tanto, estar con ellas y no con las
clases populares a las que usan como pretexto, al hablar en su nombre, para
presionar dentro de la grilla y eso, quiérase o no, es una traición a esos, en
cuyo nombre se habla. |