El Caminante Nº 14 - Página 2
EDITORIAL

Muchas veces nos han preguntado los vecinos del pueblo por qué razón no denunciamos al ayuntamiento de Montellano, sobre todo en lo referente a la información que estßn obligados a dar a los grupos políticos y en el despacho para atender a los vecinos, que se niegan a conceder desde el primer día de legislatura, cuando en todos los ayuntamientos democráticos es normal que los grupos de oposición puedan atender a los vecinos en un despacho, y así además lo marca la ley.

Pues bien, una cosa es denunciar una ilegalidad flagrante y palpable, que no requiere la necesidad de gastar dinero en un pleito, como por ejemplo el asunto del vertedero clandestino y otra iniciar contra ellos un contencioso administrativo. En el caso del vertedero todo se remite a confeccionar una denuncia y ponerse en las colas de media Sevilla, organismo tras organismo, para presentarla en el registro correspondiente. Ya sabrá ese organismo competente lo que hacer respecto a los hechos denunciados. En el caso del vetedero, tanto el SEPRONA como la Confederación Hidrográfica abrieron expedientes contra el ayuntamiento de Montellano.

Otra cosa es denunciar, por ejemplo, la negación de información. Hemos querido saber muchas cosas, por ejemplo, más vales de gasolina, las facturas de los autobuses, muchos proyectos de obras y muchos otros gastos que pensamos pueden interesar a los vecinos. En ese caso el alcalde suele no responder. Cuando esto sucede, como no hay un organismo para denunciar esto como en el caso anterior, lo único que queda es ir al juzgado de guardia. Pero ya se inicia un contencioso administrativo que puede durar varios años y costar mucho dinero. Ellos (llevan 20 años en política) saben que no tenemos 250.000 ptas. para poner un contencioso por cada papelito que no nos dan y por eso actúan impunemente, amparados en unas leyes que hizo el PSOE cuando tenían mayoría en el gobierno de la nación.

CAMBIA TU PUEBLO
Por Fernando Izquierdo.

Cuando falta un año para las elecciones municipales, quisiera recordar a todas las personas en edad de votar, la gran importancia que tienen las próximas elecciones municipales. Hemos vivido 40 años de franquismo y cerca de 20 años con el nombre de "socialismo", y sin embargo, en nuestro pueblo seguimos sin democracia, y al igual que antes el país pasó una transición, ahora Montellano tiene que pasarla también.

Actualmente es Izquierda Unida de Montellano la que tiene que hacerlo, pues es la única alternativa al PSOE de Montellano. Por lo tanto hay que apoyarla desde todos los sectores de la sociedad. Hemos de plantearnos que las mayorías no son buenas, y tenemos que perder ese miedo que todas las personas tenemos a los cambios.

Tenemos que tener muy claro que cuando vamos al ayuntamiento a arreglar algún papel, no nos hacen ningún favor, pues les pagamos para eso, y tienen la obligación de hacerlo siempre que sea su competencia y se les pida con respeto. Tengamos claro que ningún concejal del equipo que gobierne, por mucho que prometa, no da nada de su bolsillo. Tengamos muy claro que los dineros públicos que vienen a Montellano son de todos y que todos tenemos derecho a ver cómo se gastan debidamente.

Algunas personas no acostumbradas a que haya oposición en el pueblo manifiestan que se va a romper la paz. Pues bien, aquí no se va a romper ninguna paz, ni vamos a protagonizar enfrentamientos físicos, ni vamos a crear enemigos mortales, pero sí vamos a conseguir una democracia en Montellano. Muy pronto tendremos otra vez elecciones municipales, que no tienen nada que ver con las generales, autonómicas o europeas, y que son para el pueblo, para elegir a los vecinos que administren los bienes del pueblo. Y cuando pasen haciéndoles promesas y dándoles claveles, recuerden que estamos padeciendo las consecuencias de un basurero ilegal, de una feria desastrosa, de una circulación caótica y que se están despilfarrando cientos de millones.

Luchemos todos para que estos señores no sigan con mayaoría absoluta y no puedan continuar por ese camino. Es el porvenir de Montellano, de nuestros hijos y de nuestros nietos.


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