Durante el proceso de deskulakización, sólo en 1930 más de 60 mil campesinos kulaks fueron eliminados. Los miles que fueron detenidos fueron transferidos mediante vagones de ganado a campos de trabajo y de concentración. Los deskulakizados llegaban a más de 700 mil personas a finales de 1930 y a más de 1 millón 800 mil personas a finales de 1931. Al menos 300 mil deportados murieron en la deportación.
Entre 1932-1933, y como a consecuencia del nuevo sistema de explotación militarizada del campesinado puesto en funcionamiento durante la colectivización forzada de los campos, tuvo lugar "la gran hambre", que causó más de 6 millones de víctimas, básicamente en Ucrania. Durante este período, se asiste a una multiplicación de los tiranos y de los déspotas locales, dispuestos a todo con tal de arrancar a los campesinos sus útlimas provisiones. Las exacciones se convirtieron en práctica cotidiana, los niños fueron abandonados, y el canibalismo reapareció con las epidemias y el bandolerismo.
Los años 1936-1938 son los del "gran terror". Se llevaron a cabo los procesos de Moscú que liquidaron la vieja guardia bolchevique, y una gran "purga" dentro del partido. Tales hechos provocaron cerca de 720 mil víctimas y afirmaron la dictadura totalitaria de Stalin sobre el partido y el país.
La política de campos de trabajos ocasionó unos 300 mil fallecimientos atestiguados en tales campos entre 1934-1940, a los que hay que sumar unos 600 mil más atestiguados entre los 2 millones 200 mil deportados, desplazados o colonos especiales. La cifra acumulada de entradas en los campos y colonias del Gulag durante la década de los años 30 fue de 7 millones de personas.
Centenares de miles de personas procedentes de Polonia, Ucrania, los países bálticos, Moldavia y Besarabia fueron deportadas en 1939-1945. En 1941 fueron deportados los alemanes del Volga, en 1943 los tártaros de Crimea, y en 1944 los chechenos e ingushes.
Acabada la II Guerra Mundial, Stalin sostuvo la "guerra fría" contra Occidente, se enfrentó contra los socialistas disidentes de sus países satélites y llevó a formas extremas el "culto a la personalidad". Desencadenó nuevas "purgas" y persecuciones dentro del mundo comunista.
El número de muertos en la URSS durante la existencia del
estado soviético sobrepasa los 14 millones.