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Limnochromis auritus
Por Javier Suárez.
El Género Limnochromis es endémico del Lago Tanganica. En origen contenia 11 especies, sin embargo siendo un género tan hetereogeneo, muchas de las especies contenidas bajo el mismo fueron transferidas a otros durante los 80. En el presente solo tres permanecen dentro de él: Limnochromis auritus, L. abeelei y L. staneri... Unicamente el primero: L. auritus es mantenido en acuario, pero aun asi, no es una especie común entre los aficionados.
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Limnochromis auritus |
BREVE RESUMEN DEL HABITAT Y COMPORTAMIENTO DE L. AURITUS EN LA NATURALEZA
En la naturaleza Limnochromis auritus habita las zonas costeras mas bien profundas, entre los 30 y los 50 metros, aunque hay registros de capturas por debajo de los 100 metros. Habita preferentemente las zonas lodosas. Principalmente, donde este se ha compactado lo suficiente, como para que los peces puedan excavar los túneles que les sirven de refugio. Estos túneles suelen tener mas de una boca de entrada, lo cual emplean los peces para eludir el posible acoso de depredadores, principalmente el de la cobra acuática Boulengerina annulata var. stormsi. No gusta de una iluminación excesiva, y según Ad Koning el pez suele pasar la mayor parte del tiempo refugiado en sus túneles, exceptuando a los ejemplares que viven a gran profundidad, los cuales permanecen en el exterior mas tiempo. Su alimentación natural esta basada en caracoles y pequeñas gambas del zooplankton. Su conducta, como cíclido es bastante inhabitual, mostrando ser un pez que gusta de la proximidad de sus propios congéneres (esto como veremos mas adelante llega a extremos realmente sorprendentes para un cíclido). Esto choca bastante en un pez de talla considerable, unos 18 cm y aspecto tan robusto. En la naturaleza el pez utiliza los túneles como lugar para desovar y criar a sus alevines, los cuales se cree, pueden alimentase en un primer momento de detritus entre otras cosas.
LIMNOCHROMIS AURITUS EN ACUARIO
Yo mantengo desde hace 2 años un grupo de 8 ejemplares en un acuario comunitario de 570 l junto con Cyprichromis sp. tricolor, Cyathopharynx sp. Mbiti, Neolamprologus longior, Julidochromis regani Kipili, Ectodus descampsi y Altolamprolus compressiceps Chaitika. La totalidad de la pared posterior de acuario esta llena de rocas hasta media altura de agua. El substrato esta formado por arena fina de tipo silicio. Las plantas solo son unos pocos ejemplares de Ceratopteris fijados a las rocas. La filtración esta compuesta por dos filtros tipo canister de 1000 l/h Eheim. El material filtrante de estos dos filtro esta compuesto en su totalidad por conchas trituradas, que actúan como buffer para estabilizar el pH del acuario, el cual es de 8.2. La salida de los dos filtros va a un seco-húmedo de 30 l de capacidad, instalado sobre el acuario y cuyo soporte bacteriano son Bio-bolas, colocando en lo alto un trozo de unos 5 cm de perlón para retener las impurezas mas finas.
La alimentación de estos peces consiste en Tetra-Min y OSI spirulina en escamas, asi como Artemia, Mysis, Krill y larvas de mosquito congeladas. Los peces son alimentados de tres a cuatro veces diariamente.
COMPORTAMIENTO.
Limnochromis auritus muestra un comportamiento realmente poco habitual en un cíclido africano, como comentábamos anteriormente, los peces gustan de sus propios congéneres, manteniéndose casi siempre agrupados en el interior de las cuevas o cuando patrullan el acuario en busca de comida. Solo a su llegada, mostraron algo de agresividad entre ellos. Esta agresividad inicial, en mi opinión, la justifica únicamente el establecimiento de una jerarquía existente en todas las especies, pero una vez queda establecido el rango entre los distintos ejemplares, la agresividad desaparece casi por completo, reduciéndose a alguna persecución de vez en cuando entre algún ejemplar. El resto de los habitantes son prácticamente ignorados. Su sentido comunal llega al extremo de que la pareja después de desovar, se integra en el grupo sin el mas mínimo sentido de la territorialidad, pudiéndose ver a ambos miembros de la pareja compartir el refugio con otros ejemplares en completa armonía. Esta solo se rompe una vez que los alevines son puestos en libertad, siendo este el único momento en que la pareja no dejara acercarse absolutamente a nadie.
LA REPRODUCCION
En mi caso fue algo inesperado, ya que al no mostrar los peces ningún comportamiento extraño que hiciese prever el acontecimiento, no preste mayor atención al acuario. Tenia la certeza de que al menos existía una pareja declarada, ya que dos de ellos llevaban un tiempo cortejándose en la forma típica de la mayoría de los cíclidos: despliegue de aletas y opérculos en paralelo entre ambos peces. Pero al no haber ningún comportamiento territorial, ni ningún incremento en la agresividad de la pareja, di por supuesto que nada iba a ocurrir de forma inminente. Asi mismo tampoco observe que los peces se emplearan especialmente en excavar algún hoyo en el interior de su cueva, como algunos autores han reseñado.
Asi pues, el día de Navidad de 1998, di de comer a los peces por la mañana y todos salieron a comer, sin ver en ellos ningún signo de una puesta inminente. Al ir a distribuir la segunda comida sobre las 17: 00 horas, me vi sorprendido, al ver a uno de los ejemplares con su boca claramente abultada y sin interés en la comida, este ejemplar, al cual yo supongo hembra, se movió por el acuario con el resto del grupo mientras comían, volviéndose a la cueva de la que había salido, ante mi insistencia por asegurarme que lo que mantenía en su boca eran huevos. El otro ejemplar, supuesto macho, se alimentaba sin ningún problema junto a los demás y contrariamente a lo que se ha divulgado sobre esta especie, no mantenía, ni mantuvo durante ningún momento la puesta, la incubación total de los huevos y alevines corrió a cargo del mismo ejemplar durante todo el proceso. Algunos autores sostienen que ambos progenitores participan activamente en la incubación de los huevos y alevines, e incluso se dice que los mismos pueden ser transferidos entre ambos padres cada cierto tiempo durante el periodo de incubación, para permitir a ambos alimentarse. En mi caso, esto no ocurrió en ningún momento, limitándose el macho a la defensa del territorio donde fueron liberados los alevines y solo durante este periodo.
La incubación duro 17 días a 25ºC, después de los cuales la pareja abandono la cueva que compartían con otros miembros de la especie y se apropiaron en el extremo contrario del acuario del nido de un macho de Cyathopharynx, el cual cedió su nido con una cierta mala gana, pero sin nada que objetar ante los dos miembros de la pareja de unos 15 cm cada uno. El número de alevines fue muy elevado. Por mi experiencia en ver cardúmenes y después de haber contado algunos de cíclidos americanos para comprobar el número exacto de crías, habían perfectamente unos 500 alevines, muy pequeños, de unos 5 mm., los cuales eran liberados por la hembra solo en el referido nido de Cyathopharynx, manteniéndose siempre dentro de la depresión y tan solo permitiéndoseles desplazarse verticalmente desde este, alcanzando la nube muchas veces la superficie del acuario, unos 65 cm de altura. Realmente era espectacular ver esa nube abarcando desde el suelo hasta la misma superficie.
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Al finalizar el día la hembra recogía en su boca a todos los alevines, con no cierto trabajo, ya que no siempre estos respondían a sus señales y se veía obligada a ir tras ellos. Solo la tarea de recoger a los jóvenes podía llevarle entre 8 y 10 minutos. En sus primeros días ante cualquier signo de peligro, producen una serie de movimientos bruscos con sus aletas desplegadas, a lo que los alevines responden agrupándose en el fondo y en cuanto la boca materna esta próximo a ellos, se introducen asombrosamente rápido. Cuando los alevines van cogiendo costumbre van respondiendo con menos prontitud a estas señales, favoreciendo la predación al resto de los habitantes del acuario. Con el transcurrir de los días muchos alevines fueron eliminados, hasta quedar unos 100 aproximadamente, cuyo control se hizo mas fácil para ambos padres. La alimentación de estos alevines, sorprendentemente, corrió a cargo de los propios recursos del acuario, alimentándose estos, de lo mismo que el resto de los peces del mismo y sin dar muestras de desnutrición en ningún momento, por lo que tal vez sea cierta la afirmación de que los pequeños se alimentan de los detritus que pululan por el agua y fondo del acuario. Los intentos por distribuir nauplios de Artemia fueron totalmente infructuosos, ya que debido a la altura del acuario y a la excesiva timidez de los padres, en cuanto me acercaba abandonaban en la depresión a los pequeños, aprovechándose otros habitantes del acuario de este hecho para darse un pequeño banquete. Afortunadamente los padres reaccionaban con prontitud y acudían al lugar en cuanto hacia el menor gesto de alejarme. Intente dejar un tubo de los utilizados para los difusores de aire colocado permanentemente en el lugar escogido por los padres para liberar a su prole y como ya había hecho otras veces, con la ayuda de una jeringuilla llevar los nauplios hasta las proximidades del cardumen, pero una y otra vez, tan solo mi proximidad ponía frenéticos a ambos progenitores. Finalmente desistí de intentar alimentar a los alevines de forma especial y procuraba desmenuzar al máximo parte de la comida de los adultos para que los pequeños pudieses alimentarse. Solo al mes de estar los jóvenes nadando, me permitieron los adultos acercarme y distribuir algo de alimento especialmente a los alevines.
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Después de estas cuatro primeras semanas, el banco se había reducido a una cuarta parte aproximadamente, asi pues dos semanas mas tarde y viendo que el número se iba reduciendo aun mas opte por separar medio centenar de alevines y criarlos aparte. El resto del cardumen fue dejado con los padres y aun asi consiguieron sobrevivir a la predación del resto de los habitantes durante otras dos semanas, al cabo de las cuales, todos desaparecieron.
Lamentablemente, debido a un descuido por mi parte, perdí a los ejemplares aislados.
En definitiva, un excelente pez para quienes gusten de los cíclidos africanos tranquilos y que dispongan de un acuario de al menos 300 l. Por mi experiencia con diversas especies de Ciclidos del Tanganica, creo que junto con Cyphotilapia frontosa es uno de los peces mas tranquilos que he mantenido, evidentemente, siempre y cuando sean respetadas sus exigencias mínimas en cuanto a espacio y alimentación. Quizás en acuarios de dimensiones mas reducidas el temperamento de este pez al igual que el de Cyphotilapia frontosa, pueda ser muy diferente.
Bibliografía
Staeck, W & H. Linke (1994). African Cichlids II. Cichlids fron Eastern Africa. Tetra Press
Konings, Ad (1988) Tanganyika Cichlids. Cichlid Press
Koning, A. et al (1993). Enjoying Cichlids. Cichlid Press
Brichard, P. (1989) Cichlids and Other Fishes From Lake Tanganyika. TFH Publications
© Javier Suárez.
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