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CYPHOTILAPIA FRONTOSA (Regan 1920)

Por Javier Suárez.


El género Cyphotilapia esta constituido por una única especie C. frontosa, sin embargo, tiene una amplísima distribución a través del lago, poseyendo múltiples razas geográficas.

Las primeras exportadas por Brichar a principio de los setenta, procedían de Burundi, siendo esta una de las muchas variedades de seis bandas. Poco mas tarde se comenzó a exportar una raza con siete franjas, procedente de Kigoma, Tanzania, siendo hasta el momento la única conocida con esta característica.

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Algunos jóvenes de Ciphotilapia frontosa de entre 5 y 7 cms de la variedad de Kigoma.

© Javier Suárez

Las posteriores variedades que fueron dándose a conocer, se caracterizan todas ellas por pertenecer al grupo de seis bandas; con cinco franjas negras verticales en el cuerpo y una que atraviesa el ojo. Pero todas ellas, poseen pequeños matices que las hacen diferenciables entre si. En Zambia, por ejemplo, además de tener un azul mas intenso que las del norte, poseen unas franjas horizontales en el espacio comprendido entre las fosas nasales y los ojos. Max Poll describió en Tumbure (Congo), otra variedad en la que las franjas verticales desaparecen, adelgazándose antes de alcanzar la región ventral.

En 1990 se descubrió quizás, la variedad más codiciada entre los aficionados, la "Blue Zaire". Esta variedad se encuentra distribuida a lo largo de la costa rocosa entre M’toto y Kapampa, en el sur de la franja costera perteneciente al Congo. Se caracteriza principalmente, por el intenso azul de todas sus aletas y el madre perla de la protuberancia frontal y zona superior del dorso, en los ejemplares de gran tamaño. Los juveniles son también muy atractivos, mostrando el intenso azul en cuerpo y aletas. Sin embargo, su hábitat se encuentra a gran profundidad, entre los 25 y los 70 metros, siendo mas abundante según aumenta esta, con lo se quieren al menos tres días de descompresión, para poder traerlos vivos a la superficie.

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Joven Cyphotilapia frontosa de 7 cm perteneciente a la variedad de 7 bandas, procedente de Kigoma. © Javier Suárez

Lo complejo y arriesgado de su captura, unido a su espectacular porte, han hecho de esta la variedad mas cara del mercado. Lamentablemente, este ya de por si elevado precio, se ha venido a encarecer mas en los últimos tiempos, al ser toda la costa del Congo zona de guerra, lo que ha hecho muy arriesgado su captura y limitado su oferta.

La última de las variedades en ser exportada, es otra extraordinaria Cypho, denominada como Blue Mpimbwe y procede del cabo con este mismo nombre situado en Tanzania. Esta Cypho posee también un brillante azul en sus aletas, pero le caracteriza el nacarado de las escamas de la región frontal de los grandes machos. Curiosamente Cape Mpimbwe y la zona de distribución de la Blue Zaire, se encuentra una frente a la otra, lo que ha llevado a pensar en un origen derivado de la migración de una de ellas. 

HÁBITAT NATURAL. 

En su hábitat natural suelen encontrarse a partir de los 15 metros de profundidad, siendo mas abundantes sus poblaciones entre los 40 y 60 metros. Aun así, hay alguna excepción, como la población del archipiélago de Kavala, donde se pueden encontrar densas poblaciones a tan solo 5 metros de profundidad. De cualquier modo, lo habitual es encontrar a los jóvenes y subadultos en aguas someras, y los ejemplares adultos a mayor profundidad

Habitualmente se encuentra formando grupos, que se desplazan lentamente por los fondos rocosos o las paredes de los acantilados. Estos grupos pueden ser en ocasiones muy numerosos, llegándose ha hablar en algunos casos de miles de ejemplares.

CONDUCTA.

Nos encontramos ante un cíclido totalmente atípico, el cual tiene una tolerancia absoluta hacia los miembros de su propia especie, aún siendo del mismo sexo. Este comportamiento es observable también cuando es mantenido en acuario, pero evidentemente, respetando una serie de reglas básicas, como son: la disposición de espacio suficiente y la no introducción de nuevos ejemplares dentro de grupos consolidados. Si alguno de estos aspectos no es tenido en cuenta, lo mas probable es que tengamos un disgusto. Actualmente mantengo 17 Cyphos de Kigoma en un acuario de 500 litros sin decoración de ningún tipo, donde se encuentran un macho adulto de mas de 30 cms., otros 6 machos, todos ellos de mas de 20 cms. y 10 hembras de diversas de tallas comprendidas entre los 15 y 25 cms.. Jamas he observado una pelea entre estos peces, y en los casi 10 años que mantengo Cyphotilapias, solo he conocido un caso de agresión con fatales consecuencias, ocurrido en el acuario de un buen amigo y ciclidófilo de mucho tiempo. En este caso se instalo una pequeña colonia de 5 o 6 jóvenes, en un acuario de unos 150 l. decorado con abundantes rocas. Durante casi dos años, estos jóvenes no dieron absolutamente ningún problema, pero lamentablemente, mi amigo se confío, viendo tan tranquilos a los peces y no se apresuro a darles otro recipiente mas acorde al tamaño de las jóvenes, que ahora podían tener entre 15 y 17 cms. Un nefasto día, y sin previo aviso encontró a todos sus ejemplares muertos, exceptuando al macho dominante. De cualquier modo, quiero insistir en que básicamente se trata de una especie sorprendentemente afable y social, y daré algún ejemplo mas adelante.

Finalmente decir que debido a su carácter, tranquilo en extremo, seria adecuado evitar instalar a las Cyphos, junto a peces excesivamente inquietos como Tropheus, Petrochromis, grandes Lepiolamprologus, etc... Este tipo de compañeros, no solo podrían desagradar a los adultos, sino que en el caso de tener alguna hembra incubando (generalmente jóvenes) podría provocar el abandono de la incubación.

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Macho adulto de la variedad de 7 bandas.© Javier Suárez

ALIMENTACIÓN.

En su hábitat natural, C. frontosa es básicamente ictiófaga, aunque puede alimentarse de pequeños invertebrados, sobre todo en lo que se refiere a los jóvenes. Los estudios de contenido estomacal realizados por Poll en 1956, revelaron que prioritariamente se encontraban restos de peces. Esto resulta chocante cuando se observa a las Cyphos, ya que ni se comportan como un depredador en velocidad, ni como un cazador al acecho. De hecho, como hemos manifestado anteriormente, este pez, parece no tener nunca prisa, siendo sus movimientos parsimoniosos. Siendo así, la pregunta es......¿Como consigue capturar a otros peces, un pez cuya máxima parece, el ahorro energético por encima de todo?. La respuesta a esta cuestión, se haya en los inmensos bancos de Cyprichromis que nadan durante el día en la columna de agua, sobre las Cyphos. Al caer la noche, estos bancos descienden a dormir sobre el substrato y este es el momento que aprovechan las astutas Cyphos para engullir a algunos de ellos, ya sea aprovechando la tenue luz del ocaso o del crepúsculo.

Esta conducta es también observable en acuario. En mi caso, cuando mantenía algunas Cyphos en un acuario comunitario junto con otras especies, introduje un grupo de jóvenes Cyathopharynx furcifer de unos 5 o 6 cms.. Al principio casi ni me di cuenta, pero al cabo de unos días me fije, que el grupo de ocho peces, había menguado y solo quedaban cinco. En este acuario se encontraba un macho, el mayor que tenia en ese momento, de unos 25 cms. y tres hembras adultas. Mi confianza en que estos peces no se comerían a los ágiles Cyathopharynx, la basaba en que ya con anterioridad, había probado a ofrecerles guppys, rechazándolos por completo, a pesar de dejarlos durante semanas en el acuario o de ofrecérselos ya muertos. En otra ocasión, había sucedido, que una pareja de Julidochromis marlieri había escogido como nido un hueco muy próximo a la cueva del macho. En cuanto los alevines de Julidochromis tenían un par de semanas, iban teniendo menor dependencia del substrato y comenzaban a atravesar la entrada de la cueva de lado a lado, y jamas vi a la Cypho, hacer el menor gesto por capturar a estos alevines. Para mayor desconcierto, en este acuario se encontraba un grupo de 13 Cyprichromis leptosoma Mpulumgu y 8 Paracyprichromis nigripinnis, los que a pesar de ser sus presas naturales, nunca fueron atacados. Sin embargo, los jóvenes Cyathopharynx, despertaron el instinto depredador de estos peces, ya que solo las Cyphos eran los únicos peces en el acuario, con tamaño suficiente como para poder engullirlos. Por otro lado, sabia que no habían muerto, ya que no encontré jamas ni rastro de los que desaparecieron y aun así, a la mañana siguiente de darme cuenta de lo que ocurría, volvió a desaparecer otro de los Cyatho, con lo que solo me quedaba intentar retirar a los supervivientes. Así y todo, creo que aun los mayores ejemplares, si están bien alimentados, no le prestaran atención a aquellos otros vecinos de menor tamaño. Lamentablemente los Cyathopharynx tienen los mismos hábitos nocturnos que los Cyprichromis y descansan sobre la arena en el espacio abierto, de lo que se aprovechaba el gran macho, para dar un bocado en su paseo matinal.

En cautividad las Cyphos son tremendamente voraces, comiendo absolutamente de todo: alimentos secos en escamas y sticks, trozos de pescado o marisco, mezclas congeladas caseras, artemias, krill, mysis, etc... 

MANTENIMIENTO EN ACUARIO. 

Debido a su tamaño, es evidente que no es un cíclido aconsejable para todo el mundo. Los machos adultos pueden alcanzar los 36 cm., mientras que las hembras tienen una talla máxima que no supera los 25 cm.. En el caso de la variedad de 7 bandas, parece ser que los machos son algo mas pequeños, pero aun así superaran fácilmente los 30 cm. Yo poseo un macho de 9 años de esta variedad, que ahora mismo tiene unos 33 cm. Este detalle, tendría que tenerse en cuenta, en el momento de adquirir las pequeñas y atractivas jóvenes de Cyphotilapia. Teniendo en cuenta su carácter comunal y pensando que rara vez se adquieren ejemplares adultos, tendremos la necesidad de adquirir al menos, media docena de jóvenes, que requerirán no menos de 500 litros una vez completado su desarrollo. Aun manteniendo una población mínima de un macho y dos o tres hembras, seguiremos necesitando un volumen no inferior a los 400 litros para conseguir alojarlas con cierta comodidad.

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Macho adulto de unos 30 cm, de seis bandas. © Javier Suárez

Contrariamente a lo que ocurre en la naturaleza, si se mantienen pequeños grupos de 5 o 6 ejemplares, resulta conveniente decorar el acuario con formaciones rocosas que creen cuevas donde los peces puedan refugiarse. Como peces de profundidad, no gustan de las luces excesivamente intensas, con lo que se mantendrán casi todo el tiempo en el interior de sus moradas, abandonándolas solo para comer o para buscar pareja con la que desovar. Estas cuevas ayudaran en el caso de que el acuario este algo escaso de espacio, para inhibir posibles brotes de violencia. Si el grupo es numeroso, como es mi caso, podemos prescindir de las piedras y solo dejar un lecho de arena en el fondo, moderando la iluminación del acuario. Como dije, mantengo 17 Cyphos en un acuario de 500 litros (200 x 50 x 50), con la esperanza de que en breve pueda ofrecerles un deposito mayor.

En mis comienzos con esta especie, los alojaba en acuarios comunitarios de este mismo volumen, donde tenia dos o tres machos, y de cuatro a seis hembras por tanque, junto a otros cíclidos como: Neolamprologus, Cyprichromis, Paracyprichromis, Chalinochromis, Cyathopharynx, Julidochromis y algún otro mas. Todos los compañeros de acuario son completamente ignorados, sobre todo si han crecido junto a las Cyphos. Si alguna otra especie es introducida posteriormente y su talla hace de ella un bocado apetecible, puede dar como resultado la perdida total o parcial de los recién llegados, como he expuesto anteriormente en el caso de mis jóvenes Cyathopharynx.

En lo referente a la filtración, utilizo siempre el mismo montaje en todos mis acuarios: dos filtros de vaso Eheim 2217 de 1000 l./h., con una masa filtrante constituida por conchas trituradas, cuyas salidas desembocan en un seco-húmedo situado sobre el acuario, con un soporte bacteriano de bio-bolas de flujo lento de la casa Aqua-Medic.

El pH se mantiene entre 8.0 y 8.2. El valor de dH (dureza total: cantidades de Ca y Mg ligadas a carbonatos, bicarbonatos y sulfatos) no tiene mayor transcendencia para los peces procedentes de los grandes lagos africanos, siempre y cuando se mantengan dentro de los valores establecidos como aptos para el abasto humano, entre 0 y 25 grados dH. Sin embargo, si resulta interesante el tener una dureza de carbonatos, kH (tasas de Ca y Mg ligadas exclusivamente a carbonatos y bicarbonatos) alta, de 13 grados hacia arriba, ya que este valor nos será muy útil, debido a su influencia directa en la estabilidad del pH. La posibilidad de mantener un pH estable por encima de 8.0, favorece la mas rápida eliminación de CO2 presente en el agua, lo que unido a la alta capacidad de oxigenación del filtro seco-humedo, hace casi inexistentes los niveles de este. Esto evidentemente hace muy complicado el mantenimiento de plantas en estos acuarios, pero estas últimas ni son necesarias para los peces, ni son propias de su medio natural.

Aquellos que no puedan hacerse con un soporte filtrante que pueda suministrar estos carbonatos (arena coralina, conchas, dolomita, etc...), pueden recurrir al tradicional recurso de añadir bicarbonato al acuario, pero eso si, siempre que los niveles de pH se encuentren por encima de 7.0 . El añadir este bicarbonato en un agua ácida, para elevar bruscamente el pH, significaría condenar a muerte a los residentes. En el caso de haber tenido un descuido en el mantenimiento de nuestro acuario, y que el pH haya descendido por debajo de 7.0, lo mejor es hacer un cambio importante (40-50 %), reponiendo con agua fresca, y llenando el tanque lo mas lentamente posible. En mi caso suelo dejar una manguera que vierta un chorrito muy fino, casi goteando, con lo que el acuario puede estar entre 6 y 10 horas para llenarse. Si una vez hecho este cambio, el pH aun fuese bajo, pero por encima de la neutralidad, por ejemplo 7.5, añadiremos el bicarbonato poco a poco, esperaremos unos minutos y mediremos los niveles de pH, hasta ajustarlo a los valores requeridos.

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Hembra subadulta de unos 10 cm. © Javier Suárez

Para acabar con este tema y por si alguien tiene curiosidad, decir que los valores naturales de pH en el lago son muy altos, entre 8.5 y 9.3, en tanto que los valores de dureza total están entre los 11º y los 17º dH, o sea medianamente dura y la dureza de carbonatos es bastante elevada, entre 16º y 19º kH. Por si a alguno tiene la tentación de llevar los valores de su acuario hasta estos extremos, sobre todo en lo referente al pH, solo decir que para un medio tan pequeño e inestable como es el caso un acuario, nunca convendría sobrepasar un pH de 8.5, ya que podría reportarnos mas inconvenientes que beneficios.

LA REPRODUCCIÓN

Para llegar a este punto, lo primero es disponer de una pareja adulta, lo que puede llevar de dos a tres años, si se adquieren con la talla mínima de venta, mas o menos entre los 3 y 5 cms. Las hembras mas precoces, pueden empezar a poner con 12-13 cms., mientras que los machos se muestran sexualmente activos con 16-17 cms.

El dimorfismo sexual en los adultos es bastante aparente, por el prominente chichón que suelen poseer los machos, aunque algunos autores hablan también de hembras con elocuentes protuberancias frontales. Esta protuberancia esta formada por la extensión de los músculos dorsales y se piensa que juega un importante papel en el reconocimiento sexual. El verdadero problema, radica en que generalmente, se suelen adquirir ejemplares muy jóvenes y aparentemente idénticos. Esto no debería de suponer ningún problema para el aficionado serio, ya que estos generalmente se curan en salud, adquiriendo un número razonable de ejemplares, que pueda asegurar la obtención de machos y hembras. Además, como ya hemos comentado, un correcto mantenimiento de estos peces requiere el hacernos con al menos media docena de individuos. Hay una regla, que generalmente se aplica a la selección de cualquier grupo de jóvenes cíclidos; seleccionar entre los mas grandes y los mas pequeños del cardumen, suponiendo que habrá una alta probabilidad de que los primeros sean machos y que de entre los segundos aumente la expectativa de obtener alguna hembra. En el caso de la Cyphotilapia, esta regla es totalmente valida y será muy raro que de algún error. A partir de los cinco centímetros, suele empezar a observarse una notable diferencia de tamaño entre los ejemplares procedentes de un mismo desove. En el 99% de los casos, los mayores serán todos machos y los mas pequeños serán todos hembras.

Aprovechando la coyuntura, de encontrarnos hablando de la selección de los jóvenes en su adquisición, me gustaría comentar la importancia, de fijarse que los ejemplares que hemos seleccionado, pertenecen todos a una misma variedad, comparando a todos los individuos del tanque entre si. Buscar que no hayan detalles muy aparentes que los diferencie, como el número de bandas negras laterales, o que estas no se encuentren fusionadas o partidas, o simplemente que su número sea distinto en cada costado. En definitiva, eliminar en lo posible a todos aquellos ejemplares que puedan tener algún tipo de defecto producido por la endogamia o por hibridación. Es evidente, que la decisión final de adquirir o no alguno de estos ejemplares "tarados" corre a cuenta de cada uno, pero permitiéndome emitir una opinión muy personal, YO NO COMPRARÍA NINGÚN PEZ, EN ESE LUGAR. Exigirle al comerciante, es la mejor manera para que este exija calidad a su proveedor, y para que este último se preocupe de ofertarla.

Habiendo solventado el tema de la elección y desarrollo de los peces, pueden darse dos posibilidades: 1-.que los reproductores se encuentren en un acuario comunitario, junto a otras especies. 2-. que se encuentre en un acuario especifico. En el primero la supervivencia de los alevines puede ser muy baja o nula. En mi caso, en pocas ocasiones consiguieron sobrevivir mas de dos o tres alevines, y solo si las piedras de la decoración eran muy irregulares (roca volcánica). Cuando empleaba como base del arrecife rocoso cantos rodados y pizarras, la supervivencia era nula. Si esta misma decoración, era empleada en un acuario especifico, las bajas era despreciables.

Partiendo de la base, de que mayoritariamente, se suele mantener a estos peces en comunidad con otras especies del lago, expondremos las posibilidades que ofrece la reproducción en una instalación de este tipo.

Partiremos del modelo que dimos para el mantenimiento de un pequeño grupo de 5 o 6 ejemplares. Necesitaremos un deposito de no menos de 400 l.. La totalidad de la pared posterior de acuario, estará ocupada de rocas formando los refugios de los adultos, y donde al menos, procuraremos que las rocas alcancen la mitad de la altura del acuario. El sustrato, será preferiblemente una capa de fina arena.

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Ciphotilapia frontosa, macho adulto. © Javier Suárez

Las hembras suelen mostrar el tubo ovipositor, uno o dos días antes del desove, siendo muy aparente pocas horas antes de la puesta por su tamaño. Probablemente liberan algún tipo de feromona en el agua, ya que los machos, que habitualmente pasan su tiempo en la cueva que ocupan, pasan a abandonarla y a frecuentar la entrada de la cueva de la hembra que muestra signos de un inminente desove. Prácticamente todos los desoves, se produjeron en horas de la noche, entre las 22 y las 24 horas. Mayoritariamente se producen en la cueva del macho, aunque también puede suceder en la de la hembra y menos frecuentemente en una zona neutral. Cuando la hembra esta preparada, suele ser ella la que vaya a la búsqueda del macho. Hay una extraña tendencia entre las hembras a desovar siempre con un mismo macho, y no necesariamente el dominante.

Se da un curioso comportamiento, cuando el macho elegido es de rango inferior. En este caso, el macho dominante, se mantendrá a cierta distancia, con sus colores mas vistosos, y extendidas sus aletas, pero sin hacer el mas mínimo gesto de intentar desplazar de su tarea al otro macho. Yo tuve oportunidad de observar este comportamiento entre dos machos; el dominante de unos 30 cms. y un joven macho, que escasamente podía tener una veintena de centímetros.

El proceso de desove, no tiene nada que ver con el típico que manifiestan la mayoría de incubadores bucales, como los Tropheus o Mbunas. Generalmente, los peces nunca están juntos en el interior de la cueva, sino que se van turnado para entrar y salir una y otra vez. El primero en tomar la iniciativa es el macho, el cual deja su esperma sobre el fondo de arena, generalmente en una pequeña, casi insignificante depresión en la arena y acto seguido abandonara la cueva (o el nido, si el desove se produce en el exterior, cosa rara... pero puede ocurrir). Después entrara la hembra, que pondrá en cada tanda uno o dos huevos, bastante grandes, entre 5 y 7 mm. de diámetro. Una vez los huevos están en la arena, la hembra no gira sobre si misma, sino que nadara hacia atrás, hasta dejar los huevos al alcance de su boca, y procederá a recogerlos, abandonando la cueva para que el macho vuelva a entrar. El proceso puede prolongarse, dependiendo del tamaño de la hembra, entre 45 minutos y 2 horas, pudiendo depositar entre 10 y 50 huevos de un color blanco amarilloso. En mi caso, nunca liberaron mas 28 alevines, siendo la menos productiva de solo 8.

Terminado el desove, la hembra se retirara a incubar a su cueva. Los huevos eclosionan a los 10 días y al igual que ocurre con los Tropheus y otros incubadores bucales, las hembras de Cypho pueden comer pequeñas partículas de alimento, después de las dos primeras semanas de incubación, aunque hembras experimentadas, comerán incluso al cabo de tan solo unas horas después del desove. Esto debe de tenerse en cuenta, si se opta por separar a la hembra, dejándola sola en un acuario de cría. Este suplemento alimenticio, aunque escaso, no solo tiene un efecto positivo en el estado de las hembras al terminar la incubación, sino que además los propios alevines tienen mejor aspecto, con lo que también podrían sacar partido de este aporte alimenticio adicional.

Dependiendo de la temperatura, los alevines pueden ser liberados entre los 24 y 35 días. A una temperatura de 26ºC, los primeros alevines aparecerán a los 28 días y si la temperatura es tan extremadamente baja como 21ºC, la incubación puede prolongarse hasta 45 días. La alimentación de estos alevines, no es nada complicada, ya que debido a su extraordinario tamaño, unos 20 mm. están capacitados para comer prácticamente cualquiera de los alimentos habituales.

Si se quiere obtener una producción elevada de alevines, no quedara mas remedio, que intentar aislar a la hembra a un acuario aparte. El mejor momento para hacerlo es durante la noche, una hora mas o menos, después de haber apagado la luz del acuario y dejando la habitación en completa oscuridad. Para esta tarea, necesitaremos de un salabre de tamaño adecuado, una varilla de plástico o madera y un recipiente que se pueda introducir en el acuario, y en el que por supuesto quepa la hembra. Preferentemente dejaremos todo este material preparado junto al acuario antes de apagar la luz. De igual modo, dejaremos la tapa del tanque abierta o en su defecto si esta fuese demasiado pequeña o incomoda, procederemos a quitarla.

Cuando encendamos la luz del acuario o la habitación, encontraremos a la hembra generalmente dentro de su cueva, rara vez hay algo mas de suerte y se encuentra en el exterior, descansando sobre la arena. Procederemos con suavidad a capturar a la hembra antes de que despierte. Si se encuentra en el interior de la cueva, introduciremos la varilla y con suavidad la iremos guiando hacia el exterior. Si se hace con el suficiente cuidado, el pez nadara lentamente hacia la entrada, donde tendremos el salabre preparado. Una vez dentro del salabre, llevaremos este a la superficie, sin sacarlo del agua y colocaremos debajo el recipiente y lo levantaremos con el pez dentro del salabre para trasladarlo hasta el acuario que tendremos preparado con agua del mismo acuario comunitario. El mejor momento para transferir a la hembra, es a partir de la tercera semana de incubación, ya que habrá menos posibilidades de que escupa las larvas, pero aun así, siempre resultara mas fácil sacar adelante a los alevines cuanto mas desarrollados estén estos, con lo que yo recomiendo hacerlo sobre los 25 días de incubación.

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Joven hembra de unos 15 cm de la variedad de seis bandas, probablemente tiene su origen en Burundi.   © Javier Suárez

Cuando las hembras son aisladas, suelen prodigar mayores cuidados a los alevines, soltándolos y recogiéndolos en la boca ante algún peligro, o simplemente para pasar la noche. En contrapartida, la reintroducción de estas hembras puede ser algo traumática, por lo que conviene alimentarlas generosamente durante algunos días antes de devolverla al acuario comunitario, y vigilar su reintroducción durante al menos otras 24 horas. Es posible que se lleve algún bocado, sobre todo de otras hembras, pero si todo va bien no tardara en encontrar su cueva. Si por el contrario, aparece dañada en la superficie o sobre la arena, lo mejor es volver a dejarla sola e intentar reintroducirla mas adelante. Esto es generalmente un problema exclusivo de acuarios muy pequeños.

Para concluir, solo decir que se trata de un magnifico pez, al que Walter Deproost, no sin motivo, califico hace tiempo como el Disco africano. Por su elegancia, espectacularidad y extraordinario comportamiento tanto especifico, como interespecifico. Siendo una especie altamente recomendable para aquellos amantes de los grandes cíclidos africanos y del Tanganica en particular, que posean, eso si... un gran deposito.

 

BIBLIOGRAFÍA

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Suarez Santana, F.J. (1996) Cyphotilapia frontosa. Aquamar nº 67, pgs. 13-18

 

Javier Suárez, enero 2000

 

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