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"Cichlasoma labridens" es un cíclido que llama la atención, sus hermosos colores de cría lo hacen uno de los mas hermosos cíclidos Centro americanos, y sin embargo, es también un cíclido del que se conoce poco, habiendo mucho que conocer. Las observaciones que aquí escribo han sido llevadas a cabo por mi durante varios años, en los cuales he pasado incontables horas sumergido en las aguas de su hábitat. He también tenido la experiencia del mantenimiento y reproducción de esta especie en mis acuarios.
Taxonomía
"Cichlasoma" labridens fue conocido por la ciencia cuando el profesor de la Universidad de Guanajuato, Alfredo Duges, también un ávido explorador y colector, envió los especímenes colectados por el mismo en el valle de Rioverde, al Ictiólogo Francés Jacques Pellegrin, quien lo reconoció como una especie nueva y publicó su descripción formal en su escrito "Description de cichlidés, nouveaux de la collection du Museum" publicado en 1903 en el boletín del Museo de historia natural de París (Pellegrin, 1903), los tipos de la especie fueron depositados en el mismo museo. Aunque la mojarra caracolera fue inicialmente colocada en el género Heros, posteriormente fue re-clasificada al género Cichlasoma por Tate C. Regan en 1904 (Regan, 1904), en donde permaneció hasta la restricción que Sven Kullander hizo de ese género en 1983 (Kullander 1983,1986), a algunas especies emparentadas con la especie tipo, Cichlasoma bimaculatum. Desde entonces y hasta la fecha esta especie (y las demás relacionadas cercanamente) han permanecido sin género, esperando su nueva clasificación.
Tradicionalmente ha existido confusión en relación a la identidad de la mojarra caracolera. La localidad típica establecida para la especie fue especificada como la Huasteca Potosina, lo que representa un área muy grande, en donde habitan varias formas relacionadas. Consecuentemente, especímenes señalados en estudios posteriores a la descripción proceden de varias localidades, como el escrito de Miller y Taylor (Miller y Taylor, 1983), en el que se consideran variedades, las cuales muy probablemente sean diferentes especies del mismo grupo, todas en conjunto como "Cichlasoma" labridens, aunque especificando las diferencias entre las distintas localidades.
El considerar a la variedad del valle de Rioverde como el labridens original, se deriva del hecho de que el profesor Alfredo Duges llevo a cabo su colecta en dicho valle, y envió los tipos de la especie simpátrica, "Cichlasoma" bartoni, a Bean (Bean, 1891) para su descripción, con especímenes provenientes de la misma colecta.
El nombre específico de la especie proviene del latín; labrum, lo cual significa labio superior y dens; lo que significa dientes, haciendo referencia a las pequeñas falanges que se pueden observar en el labio superior del pez. Algunos otros rasgos característicos del grupo de especies de "Cichlasoma" labridens son además: la ausencia de escamas en una zona inmediatamente detrás de la base de las aletas pectorales, la que toma un color que va del rojo al púrpura obscuro, dependiendo de la variedad o especie en cuestión. La forma de la boca, pequeña y ligeramente volteada hacia abajo, con el labio superior un poco sobresaliente, este último aspecto solamente ausente en "Cichlasoma" steindachneri del Rio Gallinas. Otro rasgo es un delicado patrón de puntos color café distribuidos sobre la cabeza.
Es mi opinión que el grupo de especies relacionadas con "Cichlasoma labridens", habitantes todas del sistema hidrológico del Rio Pánuco, exhiben los suficientes caracteres únicos como para garantizar la erección de un genero propio, lo cual en su momento deberá ser analizado en un estudio formal. Al momento del escrito (1996), el profesor emérito de la Universidad de Michigan Robert Rush Miller, se encuentra llevando a cabo estudios de la taxonomía de los cíclidos centro americanos.
Distribución
La mojarra caracolera tiene su hábitat en las partes altas del sistema del Rio Pánuco, en la cuenca de los ríos Verde y Santa María, al oeste de la desembocadura en el estado Mexicano de San Luis Potosí. Existen dos formas geográficas, aquella habitante de los manantiales de valle de río Verde, y otra mas habitante de los ríos de referencia. Ambas formas difieren externamente en su morfologóa, la forma riverina posee un cuerpo ligeramente mas alargado y la forma de la cabeza es redondeada, en contraste con la frente recta y el pronunciado hocico de la forma de los manantiales, adaptada a la alimentación en los mismos.
En el valle de Rioverde, la mojarra caracolera se puede encontrar en manantiales repartidos sobre la árida superficie, siendo algunos de ellos; La media luna, los anteojitos, manga larga, los peroles, las tablas, laguna de San Bartolo y el aguaje, separados en una área de hasta sesenta kilómetros en el árido valle.
La forma del cíclido de los manantiales tiene una población reducida, solo unos cuantos se encuentran en cada manantial. Habitan en la compañía del endémico "Cichlasoma" bartoni, quien los supera por mucho en número. Otros peces que comparten el hábitat son Ataeniobious toweri, Ictalurus mexicanus, Astyanax fasciatus, Cualac Tesselatus, Dionda mandibularis, Dionda dichroma y Poecilia mexicana. Las especies exóticas también son abundantes, aunque afortunadamente no se encuentran presentes en todos los manantiales, ellas son Herichthys carpintis; el que representa una amenaza a la población de la mojara caracolera en la Media Luna, Sarotherodon aureus; la mas distribuida en los manantiales, Poecilia latipunctata; amenazada en su hábitat natural en el rio Tómesi y abundante en la Media luna y Gambusia panuco.
En el río verde y río Santa María "Cichlasoma labridens" es una especie abundante. Comparte su hábitat con Ictalurus mexicanus, Astyanax fasciatus, Poecilia Mexicana y Gambusia panuco. Así como con las especies exóticas Herichthys carpintis (Quien habita naturalmente las partes bajas del río Pánuco), Sarotherodon aureus y Micropterus salmoides, una verdadera amenaza para "Cichlasoma" labridens. Estas especies solo se observan en secciones del río verde, y se encuentran ausentes a la fecha en el río Santa María, quizá con la exepción de S. Aureus, al que se le puede encontrar en algunos tramos.
Los manantiales presentan en su totalidad un suelo cubierto con capas de detrito y en algunos casos lodo (El aguaje, Las tablas). La madera sumergida se encuentra también en algunos de ellos (Los peroles, manga larga). también se puede esperar vegetación, la mas distribuida será ninphaea, aunque también otros tipos se observan (El aguaje).
Las condiciones del agua en los manantiales y aquellas del río difieren significativamente. Los manantiales se caracterizan por un agua muy clara de una temperatura constante que varia de 26 a 32 grados centígrados, dependiendo del manantial en cuestión, aunque con poca variación en cada uno de ellos. La química del agua presenta lecturas de extremada dureza, de 50 DH o más, y aquellas de pH serán superiores a 7.5. El río verde presenta agua de una claridad mucho menor, con temperaturas que resultan ser muy variables dependiendo de la temporada del año. Un rango estimado de mis lecturas se encuentra entre los 20 y los 28 grados. La dureza del agua es significativamente menor en el río aunque el pH presenta lecturas similares.
Biología
La forma de "Cichlasoma" labridens de los manantiales es la de uno de los cíclidos mas atractivos que se pueden observar. Su coloración variable y sus hábitos interesantes hacen de este cíclido una verdadera joya. La coloración normal es un amarillo dorado con cinco o seis manchas negras acomodadas en una forma longitudinal en la mitad posterior de los flancos, la cabeza presenta un color azulado y sobre la mayor parte del cuerpo y aletas se pueden observar puntos de color azul. La variabilidad de la coloración a llevado incluso a sugerir (Staeck & Seegers, 1984), la existencia de una especie adicional, lo cual no es el caso.
La mojarra caracolera pasa su tiempo cerca del fondo de arena o detrito de los manantiales en busca de su alimento favorito, caracoles. Para este fin cambia su coloración a un negro casi total en donde solo se pueden observar algunos puntos azules repartidos en el cuerpo. El cíclido pasa su tiempo nadando cerca del fondo de los canales o manantiales poco profundos en forma solitaria o acompañado de individuos mas jóvenes de su especie, deteniéndose de vez en vez para examinar una pequeña área. Entonces, con su cuerpo y aletas sacude el detrito hasta llegar a la capa arenosa en donde selecciona con su hocico los pequeños caracoles que engulle y tritura con su poderosa musculatura branquial, la que puede ser apreciada en una vista desde arriba. Al engullir los caracoles expulsa por las agallas el detrito o arena que acompaña a su presa, y las conchas trituradas de los caracoles son mas tarde expulsadas por la boca. Durante la cacería los mas jóvenes de "Cichlasoma" labridens siguen a los adultos para tomar ventaja de los caracoles mas pequeños que no son considerados por su guía, quien también ignora a los pequeños que lo acompañan.
La situación para los contrapartes del río es diferente. Estos se mueven en pequeños grupos de individuos de varias edades en las zonas de flujo mas rápido, buscando continuamente entre las rocas pequeños invertebrados o crustóceos, principalmente langostinos, a los cuales engullen con una rápida bocanada.
La coloración de los "Cichlasoma" labridens del río es similar a aquellos de los manantiales, aunque la fase de coloración negra al alimentarse no se observa en los primeros. Los machos de la mojarra caracolera alcanzan una longitud total máxima de alrededor de 20 centímetros, mientras que las hembras alcanzan una longitud total ligeramente menor, de alrededor de 18 centímetros.
Reproducción
La reproducción de la mojarra caracolera toma lugar durante todo el año para la forma de los manantiales, dadas las condiciones constantes que se encuentran en ese hábitat, sin embargo, se puede observar una ligeramente mayor actividad durante los meses de enero a junio, cuando debido a la temporada de secas la temperatura aumenta ligeramente. Las parejas de la mojarra caracolera se forman con machos con una longitud total mínima de alrededor de 15 centímetros, y hembras de no menos de 12. Esto sucede con anterioridad al establecimiento de un territorio, lo que puede tomar algunos dóas posteriores al acoplamiento del par, quien habrá para entonces examinado varios sitios potenciales de desove. Una vez elegido alguno, los que en mis observaciones ha sido generalmente la parte inferior de una hoja de ninphaea (lirio acuático) o alguna pequeña piedra calcárea (escasas en los manantiales), ubicada en una zona aislada. Procederán a su limpia y al posterior desove de un estimado de dos a trescientos huevecillos ovoides color amarillo-naranja. Con una tamaño aproximado de dos milímetros en su eje mayor. Los huevecillos adhesivos son colocados con alguna separación entre ellos, generalmente sobre una superficie vertical o incluso invertida, lo que presumo se lleva a cabo para evitar la acumulación de detritos sobre de ellos.
La coloración de cría que exhiben estos cíclidos es quizá la mas hermosa que se puede encontrar en un cíclido Centro Americano, solo rivalizada por su compatriota, "Cichlasoma" bartoni, y por algunas especies de Thorichthys. El cuerpo tomará un aspecto bicolor, con un brillante amarillo canario en cuerpo y aletas, contrastado con una zona negra en la mitad inferior de la cabeza y vientre, y una zona mas en la zona posterior de los flancos hasta el pendúnculo caudal. Tanto las aletas anal como caudal mantienen el amarillo brillante. Los extremos de las dos o tres primeras espinas de la aleta dorsal también se tiñen de negro. En realidad, un espectáculo digno de observarse.
Los huevecillos serán esmeradamente cuidados por la hembra quien se mantendrá junto a ellos impidiendo que se acumule sobre ellos alguna partícula. El macho se mantendrá en el perímetro del territorio alejando a los intrusos, aunque no estará dispuesto a hacer frente a grandes peligros como puede ser el acercamiento de un ser humano. Dado el caso, el macho se alejará del territorio, solo la hembra se mantendrá imperturbable. Los huevecillos tomarán un par de días para su eclosión y entonces las crías serán colocadas en un pequeño agujero previamente excavado, generalmente en la base del sitio del desove. En este sitio permanecerón por alrededor de cinco días mas hasta que los alevines hayan consumido su saco de yema, con el que nacen y el cual les provee de su primera alimentación.
Una vez la crías comienzan a nadar serán llevadas por los padres a través del hábitat, nunca regresarán al mismo sitio del desove. Las crías son guiadas por medio de movimientos espasmódicos del cuerpo y las aletas de los padres, los cuales siguen las crías. El macho será el que lleve la dirección general, mientras la hembra se mantendrá justo sobre los alevines. En esta fase el macho sentirá mas apego por sus crías y se mantendrá cerca de ellas, dado que ya ha sido invertida una buena cantidad de energía en su cuidado. Cuando los peligros se encuentren presentes, se les enfrentará. Incluso la presencia de seres humanos, será tolerada sin huir.
El método de alimentación de las crías, es algo fascinante. Los padres en forma alternada enterrarán parte de su cuerpo en el suave detrito orgánico del fondo de los manantiales o el río, sacudiéndolo para con esto provocar una pequeña nube de detrito, sobre esta las pequeñas crías se abalanzarán inmediatamente. Este comportamiento se continuara interminablemente.
Al acercarse alguna amenaza, inmediatamente el par procederá a guiar a sus crías a la cubierta protectora que brindan las plantas de ninphaea, bajo cuyas hojas se refugiaran hasta que el peligro haya pasado.
Las crías finalmente abandonarán a sus padres cuando hayan alcanzado un tamaóo que les permita sobrevivir por si solas, alrededor de los dos centímetros. En este momento buscarón el refugio de las plantas acuáticas, alrededor de las cuales se mantendrán comunmente. Un poco mas grandes se unirán a los adultos en la bósqueda de caracoles, como aprendices. La pareja, una vez dispersadas sus crías, se separará quizá permanentemente, volviendo a su comportamiento habitual.
Predadores
Los potenciales predadores naturales de "Cichlasoma" labridens son varios, aunque ninguno de ellos preda sobre la mojarra caracolera en una forma especializada. Podemos hablar de pájaros piscívoros, como los Martines pescadores y algunas grullas, aunque estos prefieren peces mas pequeños, siendo quizá su favorito Astyanax fasciatus. Otros predadores potenciales son las tortugas y las serpientes acuáticas. El ser humano no suele considerar a la mojarra caracolera un alimento deseable, dado que la totalidad de la pesca de los lugareños se enfoca a la especie introducida, Oreochromis aureus. Por lo que "Cichlasoma" labridens no sufre de una presión muy fuerte por parte de los pedradores.
Consideraciones de mantenimiento en cautiverio
La mojarra caracolera puede ser mantenida con éxito en cautiverio, una pecera de un tamaño adecuado siendo quizá el principal requerimiento. La agresividad de este cíclido nos lleva a no poder considerar peceras de un longitud menor de 1.20 metros, por lo menos no lo sugiero yo. Peceras mas grandes de 2.0 metros de longitud nos permiten incluso observar un comportamiento mas natural en esta especie. Si se obtienen especímenes silvestres, se debe de considerar un tratamiento de cuarentena, dado que una enfermedad que existe en forma natural en la cuenca del Rio Pánuco y que generalmente no se manifiesta en los peces salvajes, bajo las condiciones de ansiedad del acuario seguramente lo hará, una vez lo cual será difícil de erradicar. Por lo que siempre es preferible la cuarentena. La enfermedad se manifiesta por medio de un desprendimiento de escamas en una parte de un flanco del pez, la cual se va agrandando con lo cual provoca una úlcera en la piel, la que crece hasta matar al pez. Al principio este parecerá no notar la úlcera, pero en unos días dejará de alimentarse, y este será un punto sin regreso. Para esto he descubierto que el parásito puede ser prevenido o hasta tratado con la ayuda del parasiticida "Clout".
La alimentación no es problema, aceptara cualquier cosa que se le ofrezca, aunque siempre es preferible evitar alimentos con grasa o alto contenido de proteónas de animales terrestres, lo cual puede provocar desordenes digestivos.
La quómica del agua juega un papel secundario siempre que no se presenten extremos. Sin embargo, la calidad de la misma no lo juega. Es decir, al menor deterioro de esta el pez perderó el apetito y se haró susceptible a las enfermedades, por lo que es importante mantener un acuario bien circulado con agua de buena calidad. Los cambios frecuentes de agua son una gran ayuda a este respecto.
Conclusión
Quiero concluir este artículo con una reflexión relativa a la conservación de esta especie. Los manantiales en zonas desérticas sufren de la presión de la extracción de agua cada vez mayor para uso humano. Esto ha hecho desaparecer muchos de ellos con la consecuente extinción de muchas especies, lo que en si no solo es deplorable, sino que no resuelve ningún problema. Es solo cuestión de tiempo para que los mantos acuíferos no puedan soportar la cantidad de agua extraída y se tenga que limitar o incluso detener por varios años su extracción, con lo que no habrá mas agua para las actividades humanas. Los mantos acuíferos, finalmente se recuperarán pero no así la fauna desaparecida de los manantiales. Además de la riqueza ecológica que representan estas especies, también nos hacen posible comprender los mecanismos de evolución y los procesos geológicos. Es por esto que en algún punto tendremos que hacer conciencia de la conservación de los manantiales. Otro peligro es la introducción de especies exóticas, como ha sucedido en el popular manantial de la media luna. Las especies no nativas de un hábitat, no harán nada mas que poner en peligro e incluso hacer desaparecer a las especies nativas, sin con esto ayudar a nadie. Este también es un peligro para las especies, por lo que tenemos que hacer conciencia de no introducir especies que no pertenezcan a un hábitat, sino disponer de ellas si así lo deseamos de otra manera.
El número reducido de los individuos de la mojarra caracolera en los manantiales del valle de Rio verde la hacen un blanco susceptible de desaparecer en cualquier momento por la alteración de su hábitat natural. Esto es algo de lo que debemos hacer conciencia.
Referencias
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