· EL "PLAN" GALÁCTICO SEGÚN OBSERVADORES SUPERIORES A ÉL
· LA REVELACIÓN QUE LA MAYORÍA NIEGA
· UFOLOGÍA, ESCEPTICISMO E IGNORANCIA
· EL OCULTAMIENTO Y LA REVELACIÓN DE LA VERDAD
· CUESTIONAMIENTO, AUTORIDAD RACIONAL Y AUTORIDAD
INTELECTUAL
EL "PLAN" GALÁCTICO SEGÚN OBSERVADORES SUPERIORES A ÉL
Según información transmitida por entidades
cósmicas galácticas, cuando en la galaxia se detectó
que la evolución del ser había entrado en un estancamiento
inexplicable, se descubrió que esto se debía al empleo exclusivo
de la lógica con ausencia del complemento del sentir. Porque la
expresión del amor era a través de la racionalidad, desarrollando
la conciencia de lo mental, pero sin despertar la conciencia del corazón.
Aislamiento galáctico
Entonces fue trazado un nuevo Plan evolutivo, por
el cual se buscaría templar los espíritus sometiendo a los
seres a dificultades planetarias que los pusieran a prueba. No se sabía
con seguridad qué resultaría de este experimento, pero el
gobierno galáctico no permitió que las soluciones al problema
descubierto se buscaran investigando qué ocurría en otras
galaxias, para ver si podrían descubrir la solución que necesitaban,
en vez de organizar un nuevo Plan. "Los problemas de tu casa se arreglan
en tu casa, si no, no aprendes", se argumentó. A los que violaran
esa regla se les impediría entrar nuevamente en la galaxia hasta
no haberse superado la prueba.
Esto significa que, en caso de que el Plan fallara,
si alguien conseguía afuera de la galaxia soluciones que evitaran
la falla y las desastrosas consecuencias que lamentar, ese alguien y las
soluciones serían desaprovechados, en pro de una autosuficiencia
galáctica que, llegado el caso de fracasar el Plan, quedaría
evidenciada como una falencia y no como una virtud. Ahora que el Plan de
someter a los seres a situaciones adversas que superar, ha demostrado ser
un fracaso, por la degradación espiritual que esto ha generado,
cabe preguntarse: ¿es verdad que no se sabía que el experimento
podía fallar?, ¿y si se sabía? Si afuera de la galaxia
podía estar la solución que evitara el desastre que se produjo,
y si acaso la evolución en la galaxia venía fallando porque
su gobierno estaba contaminado o corrompido, y aisló a la galaxia
de posible ayuda externa, ¿por qué no sospechar que todo
este Plan fue para generar conflictos y no para mejorar la evolución?
Como este Plan sigue en pie (con retoques tales
como Planes de Ayuda salvífica, mesiánica o angélica,
transmutativa o evacuativa, a los mundos en conflicto), es de suponerse
que si de afuera de la galaxia llegaran mensajeros o información
que trajeran revelaciones superiores a todo lo galácticamente conocido,
que pudieran corregir el rumbo, esta ayuda externa sería rechazada.
A los que violaran la regla de restricción impuesta por el gobierno
galáctico se les impediría intervenir, "porque la prueba
no ha finalizado". El desastre total y los paliativos que se busquen no
deben contar con soluciones extragalácticas. Y si alguien o algo
llega desde afuera, se lo debe aislar, impedir que se divulgue, que se
sepa.
Inspección y transmisión "indebida" de información
En medio del proceso evolutivo pergeñado,
seres ajenos a todo nivel galáctico conocido, vinieron a parar a
un insignificante sistema planetario perdido en un rincón del espacio.
Encontraron que aquí se violaron todas las Leyes Universales, y
que eso se logró a partir de que el gobierno galáctico fue
corrompido al inicio de los tiempos, por agentes foráneos que trajeron
contaminación a la galaxia. Contaminación consistente en
someter a los seres a experiencias de supuesto "fortalecimiento espiritual",
que en realidad pretendían degradar espiritualmente a los habitantes
de los mundos físicos.
Mediante contactos mantenidos con personas en la
década de 1980, estos seres revelaron lo que verdaderamente se pretendió
hacer en la galaxia con este Plan disfrazado de "evolutivo". Dijeron que
la acción contaminante afectó a millones de galaxias. Y que
también fueron afectados millones de Universos procedentes de un
antiguo Universo Único que existía con anterioridad a los
actuales (que funcionan autónomamente cada uno con sus galaxias
en expansión, producto de un "Big-Bang" en cada uno de ellos). De
este modo, la concepción que aquí teníamos, de que
todo lo existente se reduce a un espacio intergaláctico y sus confines,
se vio reemplazada por la revelación de que más allá
del confín del Universo hay idénticos Universos en número
de millones, cumpliendo cada uno su proceso evolutivo en sincronía
con los restantes. Proceso evolutivo que se vio afectado por infiltración
de agentes contaminantes que procedían de una instancia evolutiva
anterior, cuando todos los creadores de los Universos participaban de aquel
Universo Único. En él, una falla dio origen a desequilibrios
que determinaron la actual experiencia evolutiva en Universos múltiples,
producto de la disgregación de aquel Universo, como medida preventiva
contra el agravamiento de la situación. Esa falla consistió
en la pérdida de control sobre el Universo por parte de sus más
altas jerarquías, pues en uno de los altos niveles jerárquicos,
se produjo una concentración de poder no autorizada, cometiéndose
excesos, impidiendo el normal flujo de energía-información
que, en vez de ser transmitida, era capitalizada por este nivel que abusaba
de autoridad y que ya no obedecía a los niveles superiores.
Cuando para protegerse de su accionar fue disgregado
el Universo, esta Alta Jerarquía se disgregó también,
en millones de gigantescas entidades a las cuales les dio una misión:
cada una se infiltraría en los nuevos Universos, para deformar en
ellos todo el Plan Evolutivo, corromper a los seres de los mundos, a sus
regentes, y a sus creadores. La capacidad defensiva de estos Universos
fue desbordada por el accionar de los infiltrados, pues éstos tenían
un poder superior al de los propios Creadores de Universos. Por eso fue
necesario enviar auxilio a los Universos, interviniéndolos con seres
de un potencial combativo mayor. Terribles guerras cósmicas se desarrollaron
a lo largo de millones de años.
La cabeza de la negatividad, aquélla que
se subdividió en las partes infiltradas en cada Universo, se instaló
en el nuestro, con cuartel general en esta galaxia, en el sistema planetario
en que estamos. Su acción devastadora fue incontenible, pero ilocalizable:
propagada hacia las otras galaxias, no era detectable que operaba desde
aquí.
Localizada luego de millones de años por
las fuerzas de intervención, se la puso fuera de combate, y los
gobernantes del sistema solar fueron destituidos y juzgados. Pero la "escuela
evolutiva" que implantaron permanece inamovible: sólo una porción
menor de los cómplices de esta experiencia rectificaron el rumbo,
en tanto la mayoría persiste en tratar de mantener el dominio que
ejercían.
Mientras tanto, alienígenas de diversos sistemas
planetarios que no deberían estar aquí interfiriendo, sino
que deberían haberse mantenido en sus propios mundos con sus experiencias,
se encuentran desde hace cientos de miles de años participando del
acontecer de éste y otros ámbitos del sistema solar. De ellos,
los seres que espiritualmente, por su degradación sufrida, pertenecen
a la oscuridad, trabajan en la "escuela evolutiva" del Plan galáctico,
como agentes causantes de conflictos, dolor, catástrofes planetarias,
guerras mundiales e interplanetarias. Y los seres de la Luz trabajan en
esa "escuela" como fieles ex-discípulos que, luego de aprender que
evolución es esto de someterse a pruebas extremas para "fortalecer
el espíritu", ahora son maestros que enseñan a otros que
esto es "bueno".
Ante la revelación que traen los seres ajenos
a todo este desorden galáctico implantado como escuela, los habitantes
de sistemas planetarios se resisten a aceptar que han sido víctimas
de la farsa más grande de la historia. Se resisten a aceptar que,
en los niveles más altos del Universo y de más allá,
es desaprobable, repudiable todo lo que aquí se ha hecho, que el
Plan galáctico no venía fracasando por tantos desequilibrios
ocurridos en los mundos, sino que venía triunfando: venía
siendo el triunfo de la negatividad que aquí lo manejaba todo ocultamente.
El poco resultado de las transmisiones hechas
Seres de diversos sistemas planetarios, que se comunican
telepáticamente con contactados de la Tierra, les dan información
que los muestra como fieles a ese Plan, e ignoran por completo lo que verdaderamente
sucedió. Estas revelaciones todavía no les han sido hechas
a los habitantes de otras esferas, si es que acaso en algún momento
se les harán. Porque las fuerzas de intervención han considerado
inútil toda tentativa de informarlos para hacer que renuncien al
sistema de evolución que cumplen, por ser el único que conocen
y al cual defenderán a pesar de todo lo que en contrario se les
revele.
No hubo por parte de las altas jerarquías
universales y extrauniversales ningún plan de contacto con los millones
y millones de mundos fuera de orden, de los millones y millones de galaxias
en involución. A la Tierra sí llegaron, porque debían
establecer contacto con seres de ellos, que estaban aquí cumpliendo
misiones enfrentando a la cabeza de la negatividad que aquí operaba.
Seres que estaban viviendo como humanos, con sus conciencias cósmicas
bloqueadas por haberse sometido a la condición humana. Razón
por la cual fue necesario contactarlos y transmitirles toda la información
necesaria para reactivarles su potencial que estaba anulado. La recepción
de los conocimientos cósmicos les fue devolviendo parte de la conciencia
de quiénes eran y qué estaban haciendo en este mundo, desde
numerosas reencarnaciones anteriores. Mientras tanto, reunieron personas
y divulgaron estos conocimientos, como es natural, con una mínima
adhesión de gente que tomó como cierto lo que se le decía,
y una máxima indiferencia o antagonismo por parte del resto. Era
observable que los discípulos terrestres del Plan galáctico
habían aprendido bien lo que se les enseñó con el
adoctrinamiento efectuado durante milenios, salvo unos pocos rebeldes que
tuvieron un margen de libertad de pensamiento vivo todavía, para
sospechar que el tal Plan evolutivo no era lo que las religiones o los
extraterrestres de mundos vecinos enseñaban como "Plan Divino",
sino una estafa. Y con esos pocos rebeldes se llevaba adelante la difusión
de la información que traían los mensajeros del confín
del Universo.
Sin embargo, siempre se supo que no se pasaría
de unos pocos adherentes a esta causa de la nueva lucha que se emprendía
en este plano. Que era inútil pretender que todo el mundo o que
todos los extraterrestres cumpliendo misiones en este mundo, pudieran siquiera
interesarse en recibir la transmisión de esta información.
Y así están las cosas: son pocos los beneficiarios de esta
transmisión que no se hizo en forma expansiva, sino puntual para
seres que no eran de estos niveles cósmicos y que vivían
como humanos en la Tierra. Hasta donde pudieron divulgaron el mensaje,
que otras personas seguirían retransmitiendo, con todas las limitaciones
e impedimentos. La transmisión finalizó hace un tiempo, el
mundo sigue igual, los otros mundos siguen igual, y en ellos nadie, hasta
ahora, ha aceptado el ofrecimiento que les está siendo efectuado,
de venir a recibir la información. Lo que sí seres de uno
de los sistemas vecinos han comunicado a poseedores de ella, es que quieren
contactarlos -físicamente- para "transmitirles información
de la de ellos" (léase: convencerlos de que el Plan galáctico
es bueno…). Sabido esto, queda claro que lo que escuchen de boca de unos
simples humanos de la Tierra les parecerá de poco interés.
Nada va a mejorar con tan mala disposición
a recibir información que, por ley gubernamental galáctica,
"no debe ser permitida porque es ajena a la galaxia" y porque "el experimento
aún no terminó"… Lamentablemente, cuando este experimento
termine con su irreparable tendal de víctimas, habrá de ser
demasiado tarde para enterarse de lo que afuera de la galaxia, en los altos
planos del Universo, se piensa de esta aberración evolutiva a la
cual se repudia y repudiará.
Comandante Clomro,
29 de mayo de 2000
LA REVELACIÓN QUE LA MAYORÍA NIEGA
El Plan de Evolución de los seres en el Universo, no requería el sometimiento a condiciones hostiles para ponerlos a prueba. La vida debía transcurrir en plena Luz y Amor, sin necesidad de que la oscuridad y el dolor fueran experiencias necesarias de ser pasadas por los seres para que evolucionen en conciencia.
Ese Plan Universal no fue modificado, aun cuando a niveles galácticos fue decidido que la oscuridad y el dolor debían ser experimentados por los seres, para que tuvieran nuevas experiencias evolutivas. Como que en el Universo habían cambiado los planes.
Esa decisión fue tomada en forma arbitraria, sin representatividad alguna con respecto a las Altas Jerarquías Universales, implantando nuevas leyes de evolución galáctica, que a los sujetos de la experiencia se los indujo a aceptar como algo correcto, necesario y no cuestionable a la autoridad que así lo determinó.
Los resultados de esta dinámica evolutiva no podían ser felices en lo inmediato: habrían de atravesarse prolongadas etapas de conflictos antes de llegar a la iluminación buscada. El excesivo tiempo demorado en experiencias que no estaban produciendo resultados deseables, mereció la reprobación de gobernantes de múltiples sistemas planetarios. Advirtieron que el proceso estaba resultando desfavorable a la evolución de los sujetos de la experiencia, cuestionando a las jerarquías galácticas ejecutoras de esa planificación que "había sido elaborada en nombre del Creador Universal", según ellas alegaban.
Los disidentes gobernantes de sistemas planetarios, consideraron que las jerarquías galácticas que decían actuar movidas por el Creador Universal, mentían al respecto, con el fin de mantener su poder. Por lo cual, dejaron de reconocerles autoridad y se declararon en rebeldía, constituyendo gobiernos autónomos. Numerosos sistemas planetarios se adhirieron a la rebelión.
Los defensores de su autonomía, al no reconocer la autoridad de quienes decían representar al Creador Universal, no podrían tener un proyecto de unidad y convivencia con ellos, desde el momento en que había evidencia de que algo estaba fallando en las altas esferas galácticas, por lo que se había perdido la confiabilidad y la armonía. La resultante desunión dejaba abierta la posibilidad del empleo de la fuerza en caso de necesidad. En la defensa de su principio de libre autodeterminación, para los rebeldes, ni el amor ni la fraternidad eran ya valores sustentables en el trato con los gobernantes galácticos y sus subordinados, a partir de la ruptura que se había producido con ellos.
Los rebeldes y los representantes del "oficialismo galáctico" llegaron a situaciones de conflicto, que derivaron en guerras cósmicas, aumento de la desunión, y consecuente degradación espiritual. Si bien la defensa de sus principios podría entenderse como algo justo, el hecho de desarrollar una dinámica de antagonismos y luchas, sin sentido de integración, pacificación y fraternidad, condujo a gran parte de los combatientes a bajar su vibración energética.
La pérdida de la Luz en estos seres, oscurecidos por todo ese proceso de antagonismos, ha hecho que muchos llegaran a extremos tales de negatividad, que sus acciones ya no representan a la antigua rebelión que luchaba por principios justos. Actualmente, y desde hace ya milenios, son seres que no tienen otra finalidad que perturbar, tratar de ganar posiciones multiplicando su especie, instalando colonias en diversos mundos, provocando allí conflictos a sus habitantes.
Diluidos, así, los propósitos de la rebelión contra las autoridades galácticas, éstas perduraron en su argumentación de representar al Creador Universal, y en el cumplimiento del plan evolutivo mediante el uso de la oscuridad y el dolor. Así, desde las antiguas transmisiones efectuadas por Yahvé y sus ángeles, hasta los actuales mensajes de jerarquías galácticas a contactados, el argumento sigue siendo el mismo: que el mundo obedece a al "Plan Divino", en el que la negatividad es necesaria para la evolución.
Con los primeros mundos experimentales para el conocimiento de la negatividad, se pretendía tener todo bajo control, para que no se produjeran derivaciones perjudiciales para el proceso evolutivo. Bajo el seguimiento y regulación de los experimentadores cósmicos, los habitantes de los mundos serían preservados de llegar a límites autodestructivos.
El problema del descontrol llegó asociado a la implementación del Libre Albedrío, como factor de conocimiento de hasta dónde los seres son capaces de actuar, correcta o incorrectamente, si se les permite plena autodeterminación. Cuando a las civilizaciones de los mundos se les concedió facultades ilimitadas de acción a la vez que estaban experimentando la negatividad, hubo que lamentar resultados desastrosos. Civilizaciones enteras se autodestruyeron, mundos estallaron o fueron devastados y tornados inhabitables.
Seres que, producto de conflictos anteriores, estaban espiritualmente degradados, aprovechando la posibilidad de acción en zonas galácticas de Libre Albedrío, incursionaron en mundos donde alteraron los programas evolutivos y generaron expresiones de vida distorsionadas, sometiendo a los seres a condiciones retrógradas de conciencia.
En este mundo de dualidad, han tomado parte del proceso evolutivo, entidades cósmicas de signos opuestos. Unas, pretendiendo corromper espiritualmente a los seres puestos en cuerpos físicos sobre la Tierra; otras, queriendo hacerlos aprender de la negatividad, para que llegaran a la Luz con el conocimiento de lo que es la degradación del ser y su posterior recuperación.
Para las entidades cósmicas que pretendieron hacer de este proceso una escuela evolutiva, sus similares de signo opuesto jugarían un papel del que se podría sacar partido. Porque mientras éstas obraran en perjuicio de la humanidad como un fin en sí mismo, esas acciones negativas le servirían a la humanidad como pruebas. Es algo así como un tácito acuerdo entre bandos opuestos, por el cual, si los que tratan de corromper logran su fin, se demuestra que los humanos son vulnerables; si no lo logran, "gracias" a los negativos los humanos vencen obstáculos y se autosuperan. Este planteo hace de las entidades negativas un "mal necesario", útil al propósito de que el mundo sea tan hostil como lo requiere una escuela de negatividad.
De ahí se deriva la mítica historia del permiso de Dios para que el Diablo (asistido por sus ángeles) haga lo suyo, poniendo a prueba a los humanos, cosa aparentemente útil al plan del mundo. Porque sin un agente de la negatividad, el mundo no sería mundo (al menos no el mundo de experiencias negativas que se pretendió), con "malo" incluido para oficiar de cuco o de verdugo. Es que "Dios" y sus ángeles "de Luz" no iban a mancharse de sangre, pudiendo usar para esa faena a las, para eso tan aptas, entidades cósmicas corruptas.
A los habitantes de mundos corrompidos, debido al Libre Albedrío que les fuera concedido, no se les podría abortar su fallida experiencia evolutiva y solucionarles el problema que ellos mismos produjeron. Habría que dejarlos llegar hasta las últimas consecuencias, fueran éstas de reparación de errores y retorno al orden, o de autodestrucción. Se les daría a estas civilizaciones un cierto grado de ayuda, por ejemplo, con mensajeros cósmicos de alta evolución, que introdujeran variables de ascención espiritual en medio de la desarmonía reinante. Pero esto sólo a niveles mínimos de interferencia, que permitieran a esas civilizaciones buscar su perfeccionamiento espiritual sin que la variable cósmicamente introducida sea sentida como intervencionismo, sino tan sólo como una guía.
Cuando Altas Jerarquías Universales descendieron a estos planos galácticos y encontraron tales niveles de corrupción, intervinieron para poner fin a este tipo de experiencias.
Por considerar que seres salidos de una escuela de negatividad, son un peligro para futuros ciclos evolutivos (a los cuales transportarían sus erróneos aprendizajes), las fuerzas universales de intervención procedieron a la total destrucción de centenares de galaxias.
En el caso de esta galaxia, fue intervenido su gobierno, y al sistema solar le fue cambiada la regencia, pasando a ser directamente ejercida por representantes de los altos planos del Universo. Esto no significaría que de la noche a la mañana el planeta Tierra pasara de la oscuridad a la Luz, sino que habría todo un proceso que cumplir, por largo que debiera ser.
Hacer que de la oscuridad, los mundos pasen a la iluminación, fue una experiencia reprobable por las Altas Jerarquías Universales. Sin embargo, éstas no procedieron a la interrupción de la experiencia, sino que permitieron que los gobiernos de los sistemas planetarios cumplan con el propósito de que los seres lleguen a la Luz, aunque sea por ese camino equivocado, pero que lleguen.
Por mal hecho que esté el mundo, si los responsables de la experiencia querían demostrar que ella sirve para la evolución, deberán entonces hacer ahora todo lo posible para que eso se logre. De no lograrlo, deberán asumir la responsabilidad de los daños provocados, a la hora del juzgamiento universal.
Ante los habitantes de la Tierra, seres de diversas procedencias cósmicas y razas, se mantienen insistentes en darse a conocer como "representantes de Dios", llegados con el fin de ayudar a la humanidad. Sostienen que el proceso sufrido en este mundo, con el uso de la negatividad como escuela de evolución de conciencia, es propio del Universo y sus Leyes, por designio del Creador. Todo como parte del "Plan Divino".
En disonancia, seres de diversas procedencias, quienes también en sus mensajes a contactados han dicho haber venido a ayudar, no dicen representar a ningún "Dios", sino que hablan de estar regidos por un Creador Universal que no es Dios. Que fue creado junto con muchos otros Creadores de Universos. Sin que quede claro -incluso para esos seres- cuántos Creadores puedan haber antes de los Universales, hasta llegar a lo que sería "Dios" como primer motor.
Estos otros seres, en cuanto a la Tierra, no admiten que el proceso aquí cumplido sea por obra del Creador del Universo, ni por "Plan Divino" alguno. Dicen que eso se le ha hecho creer a la humanidad para que se resignara, y se mantuviera bajo control de los planificadores cósmicos corruptos que aquí operaron desde el inicio. Que la realidad del mundo es su funcionamiento fuera del Orden Universal, no solamente sin que esto haya sido permitido por el Creador del Universo, sino hasta intervenido por Él mediante sus enviados.
Los unos, o engañan a la humanidad, o de buena fe dicen lo que creen cierto, en caso de que los primeros engañados sean ellos mismos. O los hay de los dos casos. Pero la mayoría de la gente dedicada a temas espirituales y extraterrestres, les cree. Y los otros seres cósmicos, pretendiendo esclarecer a la humanidad sobre lo que realmente ha pasado con la manipulación de este mundo, apenas logran una minoría de adhesión, y sufren un mayoritario rechazo a sus mensajes por parte de la gente dedicada a dichos temas.
La revelación de que este mundo no cumple un proceso evolutivo, sino corruptivo, parece ser inconveniente de ser efectuada en forma masiva. Aparentemente, habrá que dejar que el ciclo llegue a su fin, que los lamentables resultados estén a la vista una vez más. Como cuando otros planetas del sistema y otras civilizaciones de este planeta, conocieron la ruina. Habrá que dejar que de los escombros resurja lo constructivo, que se llegue a la Luz, que se haga una retrospectiva de todo lo ocurrido, y recién allí se comprenda mejor qué necesidad hay de que sea creada esta clase de mundos, pudiendo hacerlos mejor.
Mientras tanto, en los Altos Planos Universales, se deja que jerarquías galácticas sigan trabajando convencidas de que esta escuela es evolutiva, útil y necesaria. Que lleguen al final de los ciclos prefijados y recojan su siembra. Confederados, no confederados, o de donde sean, si dicen que trabajan para la Luz, que lo demuestren. Las cuentas que van a tener que rendir por su desviación de los normales lineamientos evolutivos, serán a su debido tiempo.
Si un nuevo Universo habrá de ser creado al término de toda esta experiencia cósmica en gran parte fallida, saldrá a la luz cuál de las dos escuelas habrá de ser instaurada como la necesaria para la evolución; si la del empleo de la oscuridad, o la de pura Luz, sin dolor ni negación del amor. Quedará claro, (quizá recién entonces para quienes hayan salido de mundos como éste), si todos los daños sufridos por haberse cumplido esta experiencia, eran "necesarios", o si fueron un sabotaje al Plan Evolutivo Universal.
Mientras tanto, desde los Altos Planos del Universo no se espera un cambio global de conciencia, sino que se sabe que el mundo seguirá igual. Sin que los que tengan bien claro el trasfondo de esta historia, deban tener necesidad u obligación de esclarecer a los que creen que lo tienen todo claro, y que han vivido en el error. Las Altas Jerarquías Universales apenas esperan que, a partir de los mensajes cósmicos esclarecedores, al menos algunos pocos que tan seguros creen estar de sus dogmas, empiecen a sentirse confundidos. Que la duda los mueva a replantearse las cosas. Y que los que han vivido confundidos, sin dogmas que los satisfagan, tal vez encuentren en esta revelación aquello que sí responda a sus dudas e interrogantes, y los esclarezca.
COMANDANTE CLOMRO,
AGOSTO 2000
UFOLOGÍA, ESCEPTICISMO E IGNORANCIA
Muchos ufólogos se quejan de los escépticos
que no creen en los ovnis. Así como muchos contactistas se quejan
del escepticismo de los ufólogos que no creen en los contactos y
mensajes extraterrestres. Pero lo más curioso, es que haya ufólogos
que ni siquiera creen en los extraterrestres. Que atribuyen ciertos fenómenos
a cuestiones internas del sujeto de una experiencia. Abducciones, por ejemplo,
son vistas, por esta clase de ufólogos, como producto de traumas
o situaciones intramentales de las presuntas "víctimas" de los "ilusorios"
secuestros alienígenas.
Cuando personas escépticas se dedican al
estudio de los ovnis, y hacen del escepticismo su medida de la realidad
estudiada, dan forma a una clase de ufología que no tiene por qué
coincidir con esa realidad, que es objetiva. Más bien es una ufología
que reproduce, en la investigación y divulgación de los fenómenos,
la realidad subjetiva del investigador.
No hay verdadera ufología en tanto el escepticismo
o la credulidad pretendan, respectivamente, negar o afirmar la realidad
estudiada. Cuando un escéptico que no puede aceptar que exista lo
que no constate con evidencias, o cuando un creyente que acepta lo falso
sin ponerlo en duda, puede ocurrir que se infiltren en la ufología,
una disciplina tan expuesta a ser invadida por gente que no respeta las
premisas necesarias para cumplir eficientemente su actividad. Escépticos
y crédulos se infiltran para luego mostrar "patente" de "ufólogos",
aprovechando que no hay matriculación, colegiación ni control
alguno para calificar idoneidad. Esto trae como consecuencia que haya "ufólogos"
desmintiendo lo que no comprenden, y otros "ufólogos", creyendo
comprender lo que en realidad ignoran y lo dan por cierto sin verificación
alguna.
Carl Sagan decía que la ciencia debe ser
rigurosamente escéptica. Quien sea científico, por lo tanto,
debería ser rigurosamente escéptico ante eso que ha dicho
Carl Sagan. No creerle. Tomar esa frase como una negación de Sagan
a la ciencia. Porque la ciencia no puede ser escéptica, no puede
ser crédula. Incredulidad o duda no son atributos de "la ciencia".
La ciencia nunca duda, nunca cree ni no cree. Ella es una herramienta cuyas
tres respuestas posibles con respecto a la existencia o inexistencia de
algo por lo que se indague, son: comprobación de existencia, comprobación
de inexistencia, y no comprobación ni negación de existencia
o inexistencia. En esta tercera posibilidad, el escepticismo no tiene cabida.
No cabe la incredulidad ante lo que no puede comprobarse o negarse. Sólo
cabe la ignorancia. Un escéptico dice: "no creo". Un ignorante dice:
"no sé". No creer, significa creer inexistente algo. No saber, significa
no creer existente ni inexistente algo.
El problema de todo esto, es que la ignorancia,
ha sido enseñada prejuiciosamente como un defecto, mientras que
el escepticismo ha sido enseñado como una virtud. Mientras la ignorancia
en la ufología no logre imponerse mediante la humildad del "no sé,
por lo tanto investigo y dejo abierta la posibilidad tanto al sí
como al no", seguirá ocurriendo que el escepticismo, con su soberbia,
siga carcomiendo a la ufología desde adentro con el "no hay pruebas,
por lo tanto no existe". Peor aun, cuando esos ufólogos saben muy
bien que a las mejores pruebas las ocultan los gobiernos y fuerzas armadas,
con la complicidad de científicos que han investigado naves y entidades
extraterrestres en bases militares, y que han guardado silencio. Científicos
de los cuales algunos, años después, cuando se animan a revelar
información al respecto, son desmentidos por los "ufólogos"
escépticos; falsos ufólogos que están infiltrados
en la ufología para desacreditar testimonios como ésos y
convencer a la gente de que "en medio siglo de investigación no
tenemos una sola prueba".
Se equivocó Carl Sagan. Es tremendo el daño
que el escéptico le puede causar a la ciencia cuando se infiltra
en ella. Cuando cree que ella debe ser escéptica y la manipula para
desmentir apresuradamente fenómenos cuya demostración de
inexistencia la ciencia no ha efectuado.
Por respeto a la ciencia, todo escéptico
debería quedarse afuera de ella; darse cuenta de que si no se tiene
mentalidad de científico por adolescer de escepticismo, es preferible
dedicarse a otra cosa. Es preferible dedicarse a refutar escépticamente
desde afuera, en una posición no científica, porque no es
científico ponerse a refutar cosas escépticamente. Es respetable
que alguien refute escépticamente reconociendo no proceder así
en nombre de la ciencia, sino en nombre de una postura que no tiene por
qué ser científica, porque es subjetiva. Es respetable que
alguien proceda subjetivamente, como escéptico, al margen de la
exigencia científica de objetividad. El "no existe porque a mí
me parece", por parte del escéptico, es tan respetable como en el
científico lo es el "ni tengo por qué creer ni por qué
no creer que algo exista o no exista, porque lo que no sé, puede
existir o no existir, me parezca lo que a mí me parezca".
Es respetable que la subjetividad escéptica
sea ejercida desde afuera de la ufología, lo mismo que la credulidad.
Por eso, para quien haya tenido experiencias con fenómenos
extraterrestres, es preferible polemizar con escépticos ajenos a
la actividad ufológica, que con los falsos ufólogos que son
escépticos trabando, mimetizadamente desde adentro, el avance de
la ufología. Lo cual no merece respetabilidad alguna.
EL OCULTAMIENTO Y LA REVELACIÓN DE LA VERDAD
La ignorancia humana siempre ha sido más que
suficiente para que debiera ser erradicada del planeta, como primer propósito
de todo gobierno, para que la sociedad funcione mejor. Sin embargo, siempre
se supo que ella es necesaria, útil y favorable a los gobiernos
para manejar a los pueblos. Por lo tanto, vemos la diferencia entre la
teoría política del logro de una mejor sociedad mediante
un mejor ciudadano, y la práctica pseudopolítica del logro
de una peor sociedad mediante un peor ciudadano, siendo que esa sociedad
peor es manipulable, controlable, utilizable, esclavizable y redituable
para quienes tienen el poder.
Pretender que una nación o que un mundo puedan
deshacerse de la ignorancia estando bajo el poder de quienes procuran mantenerla,
no es posible para los pueblos ni es permisible para sus gobernantes. Cuando
las personas menos ignorantes quieren iluminar las mentes más oscuras,
se dan cuenta de que el eclipse provocado por los poderes que favorecen
la ignorancia contrarresta toda luz que se pretenda brindar. Se llega a
la conclusión de que no hay que darle conocimiento a quien no lo
pueda asimilar.
Historia y perspectivas futuras
La humanidad ha tenido, durante milenios, sus diversos
transmisores de conocimiento para la iluminación del ser, y ninguno
de ellos ha pretendido que su mensaje llegara a todo el mundo. Tanto se
tratara de humanos en grado superior de conciencia, como de enviados a
la Tierra procedentes de otros mundos o dimensiones, ninguno vino a producir
modificaciones radicales en el agónico proceso decadente de la humanidad.
Más aun, hasta han anunciado las penurias a sufrirse hasta que el
ciclo de la actual humanidad concluya, sin que el conocimiento revelado
llegara a ser patrimonio de todos desplazando a la ignorancia. Es decir,
esos mensajeros de conocimiento cósmico, espiritual, no vinieron
a arreglar el mundo, a poner fin a la ignorancia, a dignificar la existencia
e implantar la justicia. Vinieron a decirnos que todo seguirá igual
hasta que termine, y que a lo sumo podrán encontrar la luz aquellos
pocos que serán los "elegidos" entre todos los llamados.
Ante semejante diagnóstico, surge la consecuente
resignación a que nadie vendrá de más allá
de la atmósfera a poner remedio a los males del mundo. Que los extraterrestres
seguirán sobrevolando el planeta, observando, contactando a unos
pocos para dar sus agoreros mensajes de los famosos tres días de
oscuridad, de las catástrofes para las que habrá que prepararse,
de la evacuación de los elegidos... Mientras que al resto de la
humanidad seguirán sin transmitirle mensaje alguno, pudiendo hacerlo
si quisieran, dada la tecnología de que disponen. No quieren intervenir
en el destino de la humanidad, porque la ley a la que obedecen les impone
no interferir en la evolución de las humanidades atrasadas, que
deben buscar por sí mismas su perfeccionamiento. No importa -no
les importa, parece ser- si esas humanidades, en realidad, no es que estén
atrasadas, sino que son vestigios de civilizaciones avanzadas destruidas.
Que poseen en los genes y en las memorias extracerebrales -en el espíritu-
un conocimiento superior, archivado, bloqueado. Que ese bloqueo les fue
producido mediante ingeniería genética, por agentes conspiradores
contra la normal evolución, que condujeron a la ignorancia a seres
con conocimiento, impidiéndoles utilizarlo. No parece importarles
a los extraterrestres que pasan en sus naves, que esta humanidad está
como está por lo que le ha sido hecho, y que eso debiera ser reparado
por alguien de afuera, ya que desde afuera es que fue operado el gran daño.
Pero la mayoría de los mensajeros extraterrestres no hacen mención
de tal conspiración de que ha sido objeto la especie humana. Y les
dicen a los contactados, que nosotros debemos arreglárnoslas como
podamos, porque hemos sido nosotros los causantes de todo lo malo que nos
pasa. Que ellos no pueden hacer nada por nosotros, porque es contra la
ley cósmica de la evolución autónoma de los mundos…
¿"No-interferencia" o no-revelación de la verdad?
Si la autonomía de la humanidad no fue permitida,
porque desde afuera hubo quienes vinieron a interferir sometiendo a los
seres a la ignorancia, debería haber alguien de afuera que viniera
a liberar a las víctimas de esa conspiración. Y no dejarlas
sufriendo lo que se les ha hecho, con el pretexto de que "no se debe interferir".
Esa liberación requeriría, ante todo, la revelación
de una verdad que en la mayoría de los mensajes extraterrestres
sospechosamente se omite: que aquí o algo ha fallado, o que en realidad
no es falla, sino un propósito maquiavélicamente bien orquestado
para que todo funcione anormalmente. En la mayoría de los mensajes
extraterrestres se da a entender que no hay ninguna falla, sino que hasta
en los hechos más catastróficos y las injusticias humanas
más atroces, "el plan divino se cumple al pie de la letra". Que
todo lo aparentemente negativo que sucede "es parte natural de la evolución".
Muchas personas no aceptan que lo dicho en tales
mensajes pueda ser veraz, que esto pueda ser parte de un plan divino, de
una natural evolución. Tales personas pueden preguntarse si los
extraterrestres están diciendo tal cosa porque pretenden mantener
en el engaño a la humanidad, para que persista el proceso de su
decadencia, o si será porque la humanidad no está preparada
para escuchar que aquí no rige ningún plan divino y ninguna
natural evolución. Y que, en tal caso, conviene decirle lo que quiere
escuchar. Para que todo parezca estar en orden y no haya motivo de alarmarse.
Después de todo, cuando todo el teatro del engañoso mundo
termine alguna vez, ya habrá tiempo, millones de años de
tiempo, para que las víctimas de esta experiencia anormal descubran
que todo fue una farsa, un proceso fuera del orden universal, durante el
cual había sido conveniente que no supieran la verdad, para que
sufrieran menos. Para que la ignorancia permitiera, al menos, una cuota
de dicha en el diario existir, manteniendo un cierto grado de paz, de frecuencia
vibratoria no tan baja; mientras que la revelación de la verdad
generaría conflictos, inestabilidad, peligro de bajar de frecuencia
y provocar males mayores que los existentes.
Reveladores
Sin embargo, aunque hay en el cosmos quienes piensan
así, manteniendo a la humanidad en los goces de la ignorancia, transmitiendo
mensajes que no cometan el error de revelar nada que provoque algún
conflicto, parece ser que allá arriba no todos piensan lo mismo.
Hay ciertos tipos de seres que sí han venido a revelar que aquí
las cosas no responden a ningún plan divino, a ningún orden
cósmico natural y normal, y que ha existido una conspiración
operada por mentes cósmicas enfermas que generaron los males del
mundo. Que la negatividad no sólo no es necesaria como escuela de
evolución de la conciencia, sino que hasta es contraria a las posibilidades
de evolución del ser. Por lo cual ha sido empleada para corromper
a los habitantes de mundos como la Tierra, y no para que evolucionen. Los
seres que en sus mensajes han transmitido esa información, sin embargo,
tampoco parecen empeñados en efectuar transmisiones masivas, permaneciendo
en sus selectivos y limitados contactos con algunas personas receptoras.
Vemos, entonces, dos clases de mensajes: los que
omiten y los que revelan lo que ha pasado en este mundo. Unos parece ser
que no están interesados en que se sepa lo ocurrido, o tal vez están
interesados en que, directamente, no se sepa. Los otros, parecen interesados
en que cierta gente lo sepa. Pero en ambos casos, la coincidencia es que
ni los unos ni los otros consideran que la humanidad, en su totalidad,
deba enterarse de la verdad. Por lo menos no en el actual ciclo decadente
de la civilización. Se habla del advenimiento de un "Nuevo Hombre",
una "Nueva Tierra", una "Nueva Era", con un grado de conciencia que podrá
comprender muchas cosas que recién entonces, tal vez, sean reveladas.
Qué puede pasar con una revelación masiva
Mientras tanto, ¿qué hacer con las
revelaciones aisladas, selectivamente efectuadas a ciertos individuos,
si no es conveniente que todo el mundo las conozca? ¿Qué
pude hacer un individuo de esos, con información reveladora, que
le ha llegado de extraterrestres que prefieren decir la verdad en vez de
omitirla en sus mensajes? Si tal verdad no es para todos, sino para algunos,
¿no irá contra ciertos planes cósmicos el hecho de
transmitirla por medios masivos? ¿No causará conflictos en
quienes puedan escucharla? ¿Qué sentido tiene transmitirla
si, de todos modos, el mundo seguirá su curso? ¿O acaso es
una verdad tan evidente que es capaz de cambiar el curso del mundo, y por
eso vale la pena transmitirla?
Para saber qué tan posible es que una verdad
llegada del cosmos, cambie el destino de la humanidad, veamos en qué
les ha cambiado el destino a ciertas personas el descubrimiento de ciertas
verdades transmitidas por extraterrestres. Luego de ser efectuada la referida
transmisión por parte de esa clase de extraterrestres que revelaron
lo que los de la otra clase no dijeron, los mensajes fueron difundidos,
muchos los aceptaron como ciertos, pero sólo una mínima parte
de esa gente se hizo activamente retransmisora de tal información.
Podría pensarse que una tal verdad es suficiente para movilizar
a cualquiera a ir contra la corriente del mundo y contra los molinos de
viento, para que todos la escuchen. Sin embargo, esto no suele suceder
en la mayoría de los casos. La mayoría de los que se dan
cuenta de que, al descubrir la trama oculta de la historia y prehistoria
de la humanidad, pasan a ser individuos diferentes, y temen ser descubiertos
como tales, por lo que se abstienen de hablar de lo que han descubierto.
Pretendiendo pasar inadvertidos en la sociedad, hacen que la verdad que
les ha sido revelada pase inadvertida por muchos que podrían enterarse
si la compartieran con ellos. Por lo tanto, esos poseedores de la revelación
no han cambiado radicalmente luego de recibirla. Siguen con sus temores,
siguen con sus precauciones para no arriesgarse a caer bajo el juicio ajeno,
siguen con sus rutinas esclavizantes, con sus vicios, con sus defectos
que ni siquiera procuran tratar de corregir. Y siguen siendo iguales a
cualquier persona que no posee el conocimiento cósmico y espiritual
del que ellos disponen. Así demuestran que si en ellos la verdad
cósmica recibida no ha tenido más fuerza que sus miedos y
que su falta de voluntad de lucha interior, lo mismo habrá de pasar
multiplicado por miles de millones, si toda la humanidad se enterara de
esa verdad oculta reservada a unos pocos.
También hay casos de individuos que, al recibir
la revelación, tuvieron transformaciones tales, que la divulgan
sin temor a lo que digan los demás, y que han hecho procesos de
perfeccionamiento interior, que parecen dar esperanzas al mundo: si ellos
pudieron cambiar gracias a esa verdad, el mundo puede cambiar…
Pero esos casos han sido y siguen siendo una minoría,
por lo que la realidad es que las posibilidades y esperanzas de cambio
para el mundo son proporcionales a esas cantidades. Si pocos reaccionan
positivamente ante la revelación, y muchos siguen su inercia, ni
la más grande y evidente verdad tiene la fuerza suficiente para
cambiar a la mayoría de la gente y al curso del mundo. ¿Vale
la pena transmitir tal conocimiento cósmico a todos? ¿No
será mejor mantenerlo fuera del alcance de la mayoría, donde
sólo puedan llegar quienes estén a la altura de él?
Por alguna razón (o sinrazón, el tiempo
lo dirá…) las informaciones sobre la gran manipulación cósmica,
transmitidas por los extraterrestres reveladores, están siendo divulgadas
en forma paralela a las transmitidas por los extraterrestres ocultadores.
Publicadas en medios de tanto alcance como Internet, van encontrando respuesta
a favor, en contra, neutra, y en cualquiera de los tres casos, un interrogante
en común: si acaso esto es verdad, ¿por qué los extraterrestres
no lo transmiten masivamente, en vez de a sólo algunos pocos contactados?
Los que ante esas informaciones se ubican entre el neutro y en contra,
se preguntan: ¿por qué va a ser verdad esto, y no lo de los
otros extraterrestres, que hablan de que estamos en el plan divino y en
un proceso evolutivo natural, donde la negatividad es necesaria como escuela?
Como, por parte de los extraterrestres reveladores, no hay planes de transmisión
masiva para ser más creíbles que los ocultadores, parece
ser que no les importara quiénes de los dos lograrán más
adhesión. Quizá por saber que, aunque dando mensajes y pruebas
convencieran a todo el mundo, no lograrían que el mundo cambie.
Y por lo tanto no tendría sentido ningún plan masivo de transmisión.
Reveladores-retransmisores extraterrestres encarnados como humanos
La pregunta, entonces, es: ¿para qué
una transmisión extraterrestre selectiva, a determinadas personas,
que operen una retransmisión masiva por Internet, medios de prensa,
libros, conferencias y otras vías de información? Si muchos
seres de otros mundos han tomado cuerpos humanos, naciendo como cualquiera
nace, sin ser conscientes de su procedencia (salvo algunos casos de quienes
sí lo son), se supone que entonces los extraterrestres están
aquí mismo, efectuando la transmisión masiva como humanos,
pasando inadvertidos hasta para sí mismos. Sin necesidad de que
bajen en una nave a decir las cosas, y asusten a medio mundo.
Si tal es la estrategia de transmisión de
información, podría entenderse, entonces, por qué
el mensaje llega en cuentagotas y por qué es retransmitido con tantas
limitaciones y dificultades, siendo rechazado por la mayoría y aceptado
por una minoría Se entendería que los extraterrestres que
transmiten desde el cosmos, no están interesados en transmitir la
información masivamente ellos mismos, porque esa tarea le corresponde
a los extraterrestres que reciben y retransmiten viviendo como humanos
en la Tierra. Por lo tanto, debería entenderse que el desarrollo
y crecimiento de la divulgación mundial del conocimiento revelado
no está en manos de seres que andan en vehículos espaciales,
sino de seres que usan vehículos corpóreos con los pies sobre
la tierra. Que son parte de la humanidad, por las circunstancias que los
trajeron a este mundo procedentes de otros lugares. Que les corresponde
hacer que la humanidad se entere de las verdades y de las mentiras de toda
la historia del mundo, si consideran que es conveniente, y si no, hablarán
lo estrictamente necesario en las situaciones adecuadas.
La revelación y el "orden establecido"
La ignorancia humana siempre ha sido más que suficiente para
que debiera ser erradicada del planeta. Para que la sociedad funcione mejor.
Para que el individuo tenga un pleno desarrollo biopsicoespiritual. Los
que tienen el poder político, religioso, económico y militar,
han procurado preservarla en los pueblos para beneficiarse con ella. Los
que tienen el poder cósmico de transmitir conocimiento, no lo han
hecho masivamente, porque saben que la ignorancia es a prueba de cualquier
sabiduría que la amenace, por lo que ella tiene sus mecanismos de
defensa, de supervivencia, y de ataque destructivo contra todo aquello
que pueda traer luz donde está la oscuridad. Contra esos mecanismos,
tanto los transmisores extraterrestres como los retransmisores humanos
saben que no se puede, razón por la cual son partidarios de que
el conocimiento revelado no sea para cualquiera.
Pero cuando cualquiera llega al conocimiento por
alguna vía de información, como Internet, un programa o algún
medio gráfico, es inevitable que a cualquiera que no esté
a su altura le moleste, le parezca engañoso, ofensivo, peligroso
para el orden público, para la estabilidad mental y emocional de
quienes lean o escuchen eso. Y como es mayoría la gente que reacciona
así, habría que preguntarse si es correcto exponerla a un
conocimiento tan conflictuante que sólo una minoría está
en condiciones de asimilar, y si por una minoría que sepa aprovecharlo,
vale la pena poner las cosas al alcance de todos. A la vista y oídos
de una mayoría a la que, de ese modo, no se le estaría respetando
su derecho a seguir en la ignorancia y en creencias engañosas.
Tiempos y reglas
Habría que preguntarse si se le está
dando a esa gente, miles o millones de años antes de tiempo, una
información que algún día, en éste o en otro
mundo, podrá recibir cuando las condiciones sean propicias, y no
como ahora. Habría que preguntarse si una revelación efectuada
en un mundo de ignorancia, no será acaso un salto que omite pasos,
y si saltearlos va contra reglas cósmicas. Reglas por las cuales
la ignorancia debería continuar, al igual que los poderosos de los
gobiernos, de las religiones, de la economía y de las milicias,
que se aprovechan de los pueblos ignorantes. En tal caso, habría
que preguntarse a qué directrices obedecen tales reglas, y si romperlas
es para mal o para bien del Universo. Si lo correcto es el ocultamiento
o la revelación de la verdad. O ambas cosas según el caso
y las circunstancias; según a quién, en qué situación.
Por lo pronto, estamos ante la evidencia de que
a nadie fuera de la Tierra le parece que haya que revelarle al mundo, a
todo el mundo, verdad alguna para que la ignorancia termine de la noche
a la mañana. Por lo cual, los que estamos como humanos en este planeta,
seamos o no de esos extraterrestres que han venido a tomar cuerpos, tampoco
tenemos por qué tratar de evitar que sigan pasando miles de noches
y mañanas con la ignorancia sustentando la cima del poder. Así
que, aunque haya llegado un conocimiento cósmico que pueda desenmascarar
la gran farsa de la obra de este mundo, y aunque esto esté a disposición
para ser retransmitido, ignorarlo, dejarlo guardado, callarlo, son una
alternativa respetable.
Si al final de esta existencia, algún jurado
cósmico nos reclamara por qué no divulgamos esa verdad pudiendo
hacerlo, tendremos la excusa de que "todo a su tiempo, paso a paso, y no
era el momento… ya se sabrá todo dentro de miles o millones de años".
Pero en caso de hablar la verdad en forma masiva, si algún jurado
cósmico nos recriminara por qué hablamos indiscriminadamente
para todos, si el conocimiento no era para cualquiera, tendremos la excusa
de que a nosotros no nos importaron los "cualquiera", sino los "no cualquiera"
que estaban en medio de ellos, como la fina veta de oro en la roca. Y que
al noble metal había que extraerlo a fuerza de golpes en la roca,
por más que a la roca le doliera que no fuera a ella a quien se
buscara, sino a lo que entre ella estaba aprisionado, escondido, invisible
e inutilizado. Fuera de la roca, el oro va camino a ser joya. Evitando
tener que esperar miles o millones de años para separarlo de lo
impuro, lo que vive a gusto con lo falso, con lo engañoso, con la
ignorancia.
Alternativas
Ambas opciones están dadas. El porvenir nos
clasificará en el Gran Juicio, según nuestro respeto a las
reglas de "paso a paso, tiempo al tiempo", o según nuestro desacato,
movidos por el "demos el gran salto, ahora o nunca". Las dos alternativas
parecen correctas. Por lo que el problema de las elecciones posibles no
plantea cuál es la que corresponde y cuál la que no. Quizá
no se vaya a medir con la misma regla al que habló que al que calló.
Cada uno habrá tenido su razón, quizá las razones
de ambos sean correctas, y la diferencia esté sólo en la
metodología. Hay en el cosmos quienes emplean una metodología
de transmisión de información que cambia las estructuras
mentales del ser humano, y quienes emplean una metodología que deja
esas estructuras como están. Hay en la tierra personas con metodología
transformadora, y otras con metodología preservadora. Hay mensajes
llegados del cosmos, que se pueden usar para operar transformaciones, o
que se pueden callar para que nada sea transformado antes de tiempo, considerando
que vaya a existir tal tiempo futuro de transformación. Y el problema
es tomar una posición absoluta: decir todo, o no decir nada. Porque,
en general, estamos en posiciones relativas en que hablamos o callamos
según la variabilidad de las situaciones.
Esa tendencia permite suponer que no habrá
en lo sucesivo, como no lo hubo hasta ahora, ni un ocultamiento absoluto
ni una revelación absoluta por parte de quienes posean el conocimiento
cósmico. Y que, si como es abajo es arriba, tampoco podrá
esperarse que el suministro de información desde el cosmos se corte
del todo o llegue en torrentes; seguirá en cuentagotas. Goteo que
seguirá provocando sed por escasez, a quien deseara que llegara
más caudal de mensajes, pero que lo mantendrá irrigado al
menos a niveles de subsistencia en un mundo donde eso ya es bastante. Goteo
que seguirá perturbando, como la gota de la tubería cuyo
ruido fastidia, a quien deseara la paz de la ignorancia, de la ausencia
de cualquier conocimiento que pueda cambiarle la visión de la realidad.
Gotas de luz para saciar la sed de una minoría, y para pasar inadvertidas
en medio de la oscuridad mental de la mayoría. Apenas una débil
lluvia llegada desde el cosmos para el riego de muchos, que no son mayoría,
pero que no son pocos, y que con la difusión creciente del mensaje,
son más cada vez. Que vinieran de allá arriba a desparramar
un gigantesco caudal de información para todos, no parece ser la
idea. Y, como es arriba es abajo, tampoco la idea es que personas que tengan
la información, abran las compuertas para que ella circule torrentosamente
por el mundo.
Así, entre la tan medida provisión
cósmica y la tan restringida difusión por los retransmisores
humanos, esta información, a la mayoría, no tiene forma de
parecerle tan real como la Coca-Cola o como cualquier cosa palpable del
mundo de la materia. A quien sepa que esto es así, porque sabe cómo
funciona el mundo, no le resultará incomprensible por qué
un conocimiento tan revelador puede parecer increíble, discutible
y falso, en un mundo hecho al revés, donde lo falso está
implantado como verdadero.
COMANDANTE CLOMRO
25 de noviembre de 2000
CUESTIONAMIENTO,
AUTORIDAD RACIONAL Y AUTORIDAD INTELECTUAL
No siempre, pero sí en ciertos casos, me parece
bien que sea cuestionado lo que difundo, y me parece bien que cuestionen
a mi mente por considerar que eso es verdadero. Mi propia mente tuvo que
cuestionar todo esto en su momento, para luego llegar a una conclusión
sobre veracidad o falsedad. Mi propia mente tuvo que cuestionarse a sí
misma, para comprobar si ella estaba a la altura de este conocimiento cósmico
para saber comprenderlo y aceptarlo. Porque esta mente osciló entre
etapas en las que se creyó a sí misma demasiado pequeña
para poder entender algo tan grande, y luego se creyó demasiado
conocedora de "la verdad" para tener que aceptar algo tan discutible, dudoso
y aparentemente contradictorio en ciertos aspectos, como lo es este conocimiento.
Posteriormente, esta mente que tengo, tuvo que juzgarse
a sí misma, evaluando sus etapas sucesivas en que creyó,
dudó y descreyó. Y, en la etapa de descreimiento con respecto
al conocimiento cósmico, tuvo que cuestionar lo que, en reemplazo
de eso, había aceptado como verdad de repuesto: el concepto de Dios,
de evolución y de mundo, sustentado por la metafísica, pregonado
por la new age, y surgido en la filosofía aristotélico-tomista,
con aquello de la sabiduría planificadora del Dios omnipresente
y omnisciente. Resultado del cuestionamiento a esos principios dogmáticos,
y a sí misma al evaluar las razones por las que los había
aceptado, esta mente dispuso de elementos que no había tenido, cuando
creía en los conocimientos cósmicos que luego reemplazó
por estos dogmas. Elementos de juicio que le permitieron comprenderse a
sí misma y comprender el conocimiento cósmico con una visión
más amplia. La suficiente para volver a aceptarlo y para no volver
a caer en los dogmas filosóficos y metafísicos que las mentes
no cuestionadoras portan como estandartes de la verdad.
Para esta clase de mentes, cuestionar al conocimiento
que transmito y cuestionarme a mí puede ser muy sencillo. Porque
este conocimiento y yo estamos situados fuera de la realidad en que ellas
se mueven. Cuestionar lo que pertenece a otra realidad, para no tener que
cuestionar la realidad propia, no es algo característico de mentes
cuestionadoras. El verdadero cuestionamiento no es el que se hace sólo
hacia afuera, sino también hacia adentro. Cuando una mente cuestiona
todo, excepto lo que para ella es cierto, esa defensa de la propia posición
no puede permitir el progreso de las ideas. En vez de dar lugar al pensamiento,
la reflexión, la búsqueda de aquello que demuestre que lo
que se sabía era incorrecto, una mente así trata de mantenerse
a sí misma satisfecha con estar en la verdad y repeler todo aquello
que pueda demostrar que se ha equivocado y que exija un cambio.
No estamos en una sociedad en la que la verdad sea
precisamente lo más fácil de descubrir. Sin embargo, en lugar
de admitir que, por la dificultad de encontrarla, se es un ignorante, un
confundido, un buscador insatisfecho, la mayoría de la gente prefiere
creerse y hacer creer a los demás, que son personas esclarecidas,
seguras, con conocimiento y sin necesidad de buscar nada, porque eso es
tarea de gente insegura y perdida. Quienes proceden de esta forma, creyendo
y haciendo creer que ya han encontrado la verdad, saben que pueden gozar
de los beneficios que la sociedad les concede. Es decir, ser vistos y tratados
como gente "normal" a la cual abrirles todas las puertas, por el hecho
de que, siendo que forman parte de la mayoría de esa sociedad, ayudan
a que prevalezcan los conceptos tradicionales, especialmente en lo religioso,
lo científico arcaico, lo político, lo económico,
lo jurídico. Nada de todo esto necesita ser cambiado para la sociedad
y para esta clase de personas, porque como las cosas están, están
bien para que todo siga funcionando igual.
El precio de cuestionar
Los que cuestionamos a ese sistema y a esa clase
de mentalidad que la mayoría de la gente representa, somos cuestionados
por esa gente. Gente que no se cuestiona a sí misma como nosotros
nos hemos cuestionado, pero así y todo cree tener autoridad racional
sobre nosotros.
Nosotros cuestionamos al sistema, con la autoridad
racional que nos concede el habernos, ante todo, cuestionado a nosotros
mismos, cuando éramos parte de ese sistema. Porque hubo un tiempo
en que lo fuimos y en que no nos cuestionábamos; simplemente enjuiciábamos
con mediocridad de no cuestionadores, a lo que no encajaba en lo que creíamos.
Hubo un momento en el que tuvimos que tomar una
decisión: seguir creyendo que estábamos en la verdad para
seguir gozando de los beneficios del sistema, o dudar de nosotros mismos,
reconociendo nuestra posibilidad de error, de haber sido unos engañados
desde que nacimos, de haber sido unos manipulados indefensos y de haber
sido víctimas y cómplices a la vez, de la continuidad de
las grandes mentiras de la sociedad. En vez de creernos dueños de
la verdad y creer en cosas tales como religiones o dogmas científicos,
optar por enjuiciarnos a nosotros mismos, requería convertirnos
en personas diferentes; personas de las que el día de mañana
se pudiera decir que si cambiamos, fue porque lo aprendido, lo vivido,
lo creído no nos sirvió para nada. Personas de las que se
pudiera decir que hemos tenido una vida que fue un desperdicio de tiempo.
Personas que pudiéramos, al darnos cuenta de todo, decirles a otras
personas que ellas también han vivido en el engaño. Lo cual
nos llevaría a ponernos en conflicto con la sociedad, a ser mal
vistos, a tener dificultades.
Entre la conveniencia de seguir como estábamos,
y los inconvenientes de cambiar, hicimos la típica elección
de la minoría de la gente, ante la típica mayoría
que, llegada al mismo punto al que llegamos los cuestionadores, prefiere
no cuestionarse nada y seguir siendo parte de esa mayoría. Mayoría
que le llama "cuestionamiento" y "espíritu crítico" al ataque
a los que cuestionamos con espíritu crítico; le llama "pensamiento"
a sustentar ideas ajenas sobre las que nunca ha pensado si son verdades
o embustes, y que toma como propias.
El "pensamiento"
El conocimiento cósmico que divulgo, y mi
capacidad mental, son permanentemente enjuiciados por gente que no sabe
lo que es "pensar". Gente que le llama "pensamiento" a la conservación
pasiva, sin actividad reflexiva, de principios, conceptos, juicios, razonamientos
que otros han establecido que son verdaderos. Aprenderlos, memorizarlos
y reproducirlos sin introducirles nada de elaboración propia, y
sin haberlos siquiera sometido a duda y verificación, es lo que
esa gente entiende como su forma de "pensar".
También el conocimiento cósmico que
difundo, y mi capacidad mental, son permanentemente enjuiciados por gente
que sí piensa, que se cuestiona a sí misma, lo cual me da
la pauta de que se trata de cuestionadores verdaderos, con espíritu
crítico. Me parece bien que, por parte de gente así, sea
cuestionado lo que difundo, y me parece bien que cuestionen a mi mente
por considerar que eso es verdadero. Mi propia mente también cuestionó
ese conocimiento en su momento; pero también tuvo que cuestionarse
a sí misma.
Por eso soy tan exigente con los cuestionadores,
como ellos pretenden serlo conmigo: si tan capaces son de ponerse en papel
de jueces de mí y de lo que divulgo, quiero que me den evidencias
de qué tan capaces son de cuestionarse a sí mismos y de dudar
de lo que creen. En caso de comprobar que estoy tratando con gente para
la cual toda la realidad es cuestionable, tanto la ajena como la propia,
observo que se trata de personas con las que se puede hablar y, quizá,
hasta llegar a puntos de coincidencia. En caso de comprobar que se trata
de gente para la cual lo único cuestionable es lo ajeno y no lo
propio, mi disposición de hablar es mínima o nula.
Quien desee debatir conmigo, tenga la seguridad
de que estará tratando con alguien que tiene muchas dudas sobre
muchas cosas del conocimiento cósmico que retransmite. Que no soy
un simple reproductor de información ajena que haya aceptado pasivamente
como incuestionable, indiscutible. Que soy alguien que cuestionó
ese conocimiento, alguien que tuvo que cuestionarse para salir de donde
estaba mentalmente situado. Podrá decirse que tengo mis convicciones,
mis seguridades, que soy inamovible en muchas cosas, pero ni siempre fui
así, ni es reprochable que ahora lo sea después de haber
hecho un esfuerzo mental. La convicción del que cree en algo sin
haber pensado, no tiene el mismo valor y autoridad que la del que tuvo
que pensar para convencerse.
La "inteligencia" y la "autoridad intelectual"
Los hombres suelen decir que las mujeres no son pensantes,
y las mujeres suelen expresar su preferencia de relacionarse con hombres
"inteligentes". Con hombres "pensantes", ellas nunca dicen. Demostrando
que ni ellas, ni los hombres que prefieren, son, en general, "pensantes".
Que no es éste un sistema social de gente "pensante", la cual sea
el ideal de los hombres y de las mujeres que como tales los deseen. Que
es una sociedad donde sobresalen y son deseados los inteligentes, en especial
si ser inteligentes les da dinero, para lo cual es menester que no tengan
una inteligencia conflictuada por actitudes pensantes que sean socialmente
inaceptables. Por lo tanto, el inteligente deseable no deberá tener
"ideas raras", sino ser un sujeto común y corriente, "normal", eficiente,
con un salario y una rutina que aseguren que seguirá estando indefinidamente
en su puesto en la sociedad, para mantener a la familia. Eso es ser "inteligente",
y con eso basta.
El razonamiento, no es precisamente la facultad
operativa mental que demuestra la mayor parte del comportamiento de las
personas en la mayor parte de su tiempo. El ideal de persona virtuosa no
fue, antes de Sócrates, el del ser pensante, cuestionador de su
entorno y de sí mismo. Y si bien sí lo fue en Atenas después
del gran filósofo, y luego en expansión por el mundo, ese
ideal suele no ser el de más adeptos. Está mejor visto el
ideal de la "inteligencia" que el de la reflexión. Ser "inteligente",
puede ser, sencillamente, actuar como las hormigas, sin necesidad de razonar
nada, obedeciendo a un instinto, a un programa genético, a un fin
común en el que la individualidad de ningún miembro de la
comunidad hará que nada colectivo cambie en millones de años.
Ser "inteligente" puede ser, actuando como hormigas, obedecer impensantemente
a un programa de educación en el que se memorice y se repita información
sin cuestionarla, para obtener la aprobación del que "enseña"
que eso es así, aun sabiendo que puede no serlo. Ser "inteligente",
entonces, logrando resultados que la colectividad considera buenos, sirve
para obtener beneficios; es mucho más favorable que ser "pensante",
porque el pensamiento, en las ligeras aguas de la sociedad, es algo tan
denso que puede hundirnos, mientras que las cabezas huecas salen a flote.
Desde su flotación en las aguas de la mediocridad,
las mentes vacías de pensamiento jamás se considerarán
así mismas, vacías, no pensantes y sin autoridad racional,
porque confunden autoridad racional con autoridad intelectual. En inteligencia,
esas mentes son muy expertas, lo demuestran permanentemente sabiendo cómo
sacar provecho del no pensar, sometiéndose al automatismo de hacer
lo que el status quo ha establecido. Son mentes con altísima autoridad
intelectual en materia de supervivencia de los más aptos y progreso
para logros sociales, ejecutando lo que ha sido previsto, sin cuestionarlo.
Esa "autoridad intelectual", que se la concede el saber cómo hacer
las cosas para moverse sin problemas en la sociedad, no necesita haber
hecho uso alguno de la razón. Ningún pensador podrá
tener autoridad intelectual alguna sobre el hombre de negocios, para hacerle
entender que mejor que el corporativismo es el cooperativismo. Ningún
pensador podrá tener autoridad intelectual alguna sobre un jerarca
del Vaticano, para hacerle entender que la madre Teresa de Calcuta entendió
a Cristo más que él. Porque ya en tiempo apenas posterior
a Cristo hubo quienes tuvieron inteligencia para deformarle sus enseñanzas
para convertirlas en fundamento de un opulento círculo de poder.
Y mientras gente como la madre Teresa nunca pudo tener, para repartir,
los millones que el Vaticano acumula no repartiendo, o mientras cooperativas
quiebran y corporaciones progresan, el pensador y su pensamiento no le
sirven para nada al "inteligente", cuya "autoridad intelectual" es la que
le dice cómo hay que actuar en la vida, y no la reflexión.
Como las hormigas, cumple su papel impensante y eficientemente.
"Autoridad intelectual" es el atributo que tenían
los que inventaron la bomba atómica. Los que diseñaron los
sistemas misilísticos de las grandes potencias. Los eruditos de
las religiones que retrasan el pensamiento humano. "Autoridad racional"
es otra cosa. La razón puede ir contra lo que el "comportamiento
inteligente" determina que conviene hacer. Sobre todo cuando la inteligencia
es enferma, porque la razón, que como tal es sana, no puede aceptar
conductas enfermizas de inteligencias programadas para logros que no contemplan
ni el bien ni el mal, sino tan sólo lo que conviene. El genocida
no tiene razón, pero puede actuar con inteligencia en el acto genocida.
Cuando identificamos la razón (el raciocinio) con tener razón
(estar en lo correcto), es donde la facultad mental y la acción
correcta confluyen en la "autoridad racional". El pensador podrá
darle al genocida argumentos que puedan demostrar que matar a gente inocente
es incorrecto, pero el genocida, cuyo pensamiento podrá admitir
eso, subordinará a éste a su inteligencia, que le determina
actuar contra ese pensamiento, en busca de un fin que haga necesario el
exterminio.
El ataque de los "inteligentes" no pensantes
El conocimiento cósmico que divulgo, y mi
capacidad mental, son permanentemente enjuiciados por gente que forma parte
de esa comunidad de "inteligentes". La "inteligencia" de ellos es la que
ataca al mensaje que estoy dando, porque él ataca al sistema social
para el cual trabajan y el cual los nutre. Así como cuando las hormigas
se ven amenazadas, las "inteligencias" del sistema social salen agresivamente
a defender los conceptos que rigen en el sistema, cuando observan que hay
otros conceptos con los que alguien llega a patearles el hormiguero.
Cada tanto ocurre que entre esta clase de gente,
haya quienes terminen dándose cuenta de haber estado defendiendo
supuestas verdades que no eran tales, y haber estado atacando a verdades
que creían falsedades. Hasta a los más convencidos de sus
creencias y de que es mentira, locura o fantasía lo que digo, en
ciertos casos les sucede que liberan su mente de lo que el programa mundial
les ha hecho "elegir" como su realidad, y observan que las cosas se pueden
ver de otra manera. Como si encontraran alguna clave que les faltaba para
darse cuenta de que todo lo que creían era falso, y de que esto
que les estoy mostrando puede ser cierto. Es que la victoria de la razón
sobre la inteligencia, tarde o temprano, se puede producir hasta en las
mentes más esclavizadas. De no ser así, el Universo estaría
condenado a la oscuridad eterna en los mundos retrógrados, sin perspectivas
de transmutación en los seres que han involucionado en vez de evolucionar.
Transmutar mundos enteros es mucho más difícil
que mi simple función de difundir un conocimiento para los que ya
están preparados, y para los no preparados que tendrán una
tarea más difícil que la mía de dárselos: transmutarse
del encasillamiento mental no pensante, al desarrollo del espíritu
reflexivo. Puede que si lo logren, muchos no acepten o no estén
seguros de aceptar que sea cierto lo que digo que he recibido del cosmos.
Pero al menos llegarán a estar muy seguros de que, en lo que respecta
a doctrinas ancestrales o información que otras fuentes cósmicas
han estado trayendo, hay tanta confusión, engaño y falsedad,
que por lo menos mi tarea habrá sido útil para que todo esto
que tan fácilmente la gente acepta, haya quienes empiecen a cuestionarlo.
Comandante Clomro
31-12-2000
Parte III 2001 |
Parte I 1997-1999 |
INICIO DE SUBSECCIÓN D |
INICIO DE SECCIÓN III |
INICIO DEL INFORME C-2 |
MAPA DEL SITIO |
BIENVENIDA AL ARCHIVO PÚBLICO |
PÁGINA DE INICIO |