· QUÉ SE ENTIENDE POR "SERES DE LUZ"
· ENERGÍA-LUZ-AMOR
· CONTACTOS, MENSAJES, UFÓLOGOS Y CIENCIA
Escrito para un ufólogo al que un contactado le
dio como prueba la aparición de naves
· JESÚS
Entidad galáctica de un tipo que se envía
a mundos con problemas, para recuperar el orden: un usado más, engañado
para el cumplimiento de lo que creía una "misión divina"
· ¿ES LA UFOLOGÍA UNA CIENCIA?
Las razones por las cuales los investigadores del fenómeno
OVNI no gozan de respeto en la comunidad científica, ni se llevan
bien -en el extremo opuesto- con los presuntos contactados con extraterrestres
· De cómo lo angelical y lo diabólico
se confunden en lo divino
LOS DEMONIOS DE DIOS
Una cosmovisión para el desengaño
· Fenómenos comprobablemente extraterrestres
CÓMO PROCEDE EL REFUTADOR PARA DESMENTIRLOS
La paradoja de la refutabilidad de lo irrefutable
· Teología intergaláctica
engañosa
EL POR QUÉ DE LOS MALES
DEL MUNDO SEGÚN MENSAJES EXTRATERRESTRES
· Los límites de la lógica
académica
ANTE LA ILÓGICA DE LA EXISTENCIA
La "gran contribución" del escepticismo al desarrollo
humano
Dentro de las diversas líneas contactistas,
según las características mentales y espirituales de los
variados tipos de extraterrestres, éstos suelen ser clasificados
como "positivos" o "negativos", o bien -bajo un concepto de connotaciones
religiosas- como representantes "de la Luz" o "de las tinieblas"; "del
bien" o "del mal". A los que, además, se agregan las grisáceas
medias tintas en una gama en la que puede haber inclinación hacia
un extremo o el otro.
Definir qué es Luz y qué es tinieblas
u oscuridad, a primera vista, parece sencillo, dado que seguramente habrá
que manejar conceptos muy elementales para hacer la distinción.
Conceptos tales como el amor, la ayuda (dada a la humanidad por parte de
cierta clase de alienígenas), se corresponden con la idea de "Luz";
agresividad, malos tratos dados a personas abducidas, manipulación
psíquica, succión energética, destrucción,
están en correspondencia con la idea de negatividad u oscuridad.
Sin embargo, cuanto más profundicemos en los fines de los supuestos
seres de Luz, y en los medios que emplean para lograrlos, nos daremos cuenta
de que se hace bastante difícil distinguirlos de los seres que son
considerados como representantes de la oscuridad o del mal.
Cuando los mensajes de los seres de "Luz" oscurecen las mentes
Es sólo cuestión de observar las graves
consecuencias psíquicas ocasionadas a contactados y adeptos de diversos
grupos contactistas, para darse cuenta de que, aunque se trate de seres
cósmicos con buenas intenciones, manejan las situaciones de modo
inconveniente para la salud mental, física -y hasta espiritual-
de los instrumentos humanos de la difusión del mensaje que les transmiten.
Instrumentos para la ejecución de planes, de directivas impartidas
para hacer que la Luz entre al mundo y se propague. Instrumentos de lo
que empieza siendo una bonita propuesta de salvación, de elevación
espiritual, de humanización de la Tierra, y que muchas veces ha
terminado en las formas más insanas de delirio, en conflictos internos
y de los miembros de estos grupos entre sí, o con el resto de la
sociedad, sin olvidar extremos tales como abusos sexuales, crímenes
o suicidios.
Puede pensarse, después de estos hechos,
que si acaso era cierto que había seres extraterrestres detrás
de tanto descontrol, de ninguna forma podrían ser entidades bien
intencionadas para con la gente que resultó víctima de sus
cósmicos manejos. Esta visión condenatoria ante semejante
cuestión, es demasiado simplista frente a la complejidad que hay
por detrás de los hechos. Juzgar las causas a partir de las consecuencias,
parece lo más lógico, y por eso uno no va a andar con complicaciones:
nada que produzca daños puede ser bueno. Sin embargo, estamos tratando
con entidades cuya lógica no tiene nada que ver con la nuestra.
Cuya evaluación de las consecuencias de sus propios actos, no se
basa en la misma escala de valores que utilizamos. Sus conceptos acerca
de la Luz con que brillan y de la buena intención con que establecen
los contactos, no se alteran por el hecho de que una operación con
humanos de la Tierra termine en el más absoluto desastre.
Nuestra severidad para enjuiciarlos por las derivaciones
nocivas de sus mensajes, de sus instrucciones, no hace mella alguna en
la definición que mantienen sobre cómo hacer las cosas. Y
las seguirán haciendo a su modo sin autocrítica correctiva
alguna, por más gente que siga sufriendo las consecuencias. Más
aun, considerarán "opositor a la Luz" a todo aquél que les
cuestione sus metodologías de acción, por no obedecerlas
al pie de la letra.
Cuando la "Luz" Divina viene ya oscura desde las sagradas escrituras
Todo esto es muy común en los tiempos actuales,
con los numerosos grupos contactistas entre los cuales, cada tanto, algunos
aparecen en la página de policiales de los periódicos. Pero
no menos común y corriente fue en tiempos bíblicos, cuando
la experiencia del pueblo judío con los "ángeles" o con el
propio comandante celestial de ellos, derivó en todos los tipos
de sufrimientos, muerte, violencia y destrucción no sólo
para los enemigos de los judíos, sino también para ellos
mismos, los supuestamente "protegidos" de la divinidad que los conducía.
Una "divinidad" que tanto el judaísmo como el cristianismo continúan
reconociendo como tal, identificándola con la idea de lo que se
entiende por "Luz". No hay mejor muestra que ésa para ser lo más
explícito posible con respecto a que no es tan sencillo como parece,
distinguir entre un ser "de la Luz" y un ser "de la oscuridad". Porque
si tan sencillo fuera, y si a los hechos hubiera que limitarse, las penurias
de cuarenta años vagando por el desierto, el Diluvio, la destrucción
de Sodoma y Gomorra, la entrega de Job a Satanás para torturarlo,
y un sinfín de acontecimientos nefastos le tendrían que valer
al Dios bíblico, en la gama del blanco, gris al negro, la inevitable
calificación de oscuro como la tinta china. De hecho, hasta en la
misma Iglesia Católica lo han considerado así diversos sacerdotes
que, desilusionados ante tal evidencia, prefirieron dejar los hábitos.
Sin embargo, el grueso de la cristiandad es más
contemplativo que esos curas, para con el Dios bíblico y sus ángeles
del exterminio, el cual no terminó en aquellos tiempos, sino que
anunciaron que habrá más todavía en los tiempos finales
(supuestamente, los actuales). Aunque Abadón ya esté haciendo
de las suyas, él y su comandante Yahvé, o el comandante Ashtar
Sheran o el arcángel Miguel, son todos "seres de Luz". Porque la
Luz PUEDE -dentro de los conceptos religiosos a que estamos acostumbrados-
no sólo salvar a los justos, sino también mandar al mismísimo
infierno a los "pecadores".
Cuando la Luz puede ser destructiva o reparadora
También, aunque dentro de una mística
más afín a la new age, ronda la idea de otra clase de Luz:
la que no condena ni destruye a los seres negativos, sino que los transmuta
al bien. Esta idea de Luz, es una verdadera amenaza para los sistemas religiosos
que pregonan para los pecadores la condena al eterno castigo. También
es una amenaza para grupos contactistas que pregonan la salvación
de los "elegidos" y la destrucción de los "no merecedores". Porque
los extraterrestres "salvadores" no andan con ninguna paciencia para estar
esperando la conversión al bien en quienes tengan el alma corrupta:
éstos sencillamente no sirven, son un peligro de contaminación
para los "puros", y deben ser exterminados para evitar la propagación
de la negatividad por el Universo.
Ciertos tipos de mensajeros extraterrestres han
anunciado que, para los seres menos evolucionados espiritualmente (los
más oscuros) no habrá destrucción o condena, sino
que serán trasladados a mundos donde se los corrija, progresivamente
a través de millones de años, comenzando por las más
elementales etapas de civilización.
Entre los extraterrestres anunciadores de la destrucción
de quienes sean incorregiblemente negativos, y los extraterrestres que
anuncian los planes correctivos para esos seres, parece haber una clara
distinción entre cuál de los dos tipos de seres del cosmos
se aproxima más a la idea de Luz y cuál se aleja de ella;
la cosa parece simple. Sin embargo, la complicación se produce -una
vez más- cuando ya no se trata de que corregir a los malos sea Luz,
y destruirlos sea oscuridad, sino que tanto sea de una forma como de la
otra, seguimos hablando de seres de la Luz en ambos casos, más allá
de sus metodologías de acción.
Tanto se entiende por "Luz" al Dios bíblico
de las grandes matanzas, el que no perdonaba, como se entiende por "Luz"
al Jesús que perdonaba y que era incapaz de causar daños
como los de Yahvé. Hay un concepto de "Luz" que tanto se aplica
para Gandhi como para el Che Guevara; tanto para el pacifismo como para
la defensa armada de los derechos humanos. Tanto para evitar la destrucción
de los seres malvados, procurando hacerlos buenos, como para ponerles fin
antes de que causen mayores problemas. Ambas opciones coexisten en el "Universo
de Luz", y cualquiera de las dos que se aplique representará a una
razón, una lógica que no debe ser tomada de manera que haya
una correcta y otra incorrecta; las dos son correctas en sí mismas,
cada una responde a sus propios parámetros de lo que es conveniente
hacer.
Del mismo modo que un médico puede amputar
un miembro para evitar que se agrave, o darle tiempo para tratar de recuperarlo,
el Universo está dividido en seres que tienen por norma destruir
todo foco de propagación de la negatividad, y seres que sostienen
la posibilidad de revertir procesos de corrupción sin necesidad
de operar acciones destructivas. Y en ambos casos estamos hablando de seres
que representan a la Luz, que están del mismo lado haciendo las
cosas de modo distinto, y no seres que estén enfrentados entre sí.
Del mismo modo que un jurado que sentencia una pena de muerte representa
al mismo sistema judicial que otro jurado que, ante un caso similar, envía
a prisión al sujeto pensando en la posibilidad de que se corrija.
Llegados a este punto, podemos comprender que la
idea de "Luz" que, en principio, parecería no poder ir de la mano
con cualquier cosa que fuera destructiva, no está reñida
con ninguna de las formas de destrucción posibles de ser ejecutadas
por los seres del cosmos que controlan el orden en el Universo. Podemos
pensar que es más Luz la de los seres que hablan de corrección,
que la de los que hablan de la destrucción, pero entre ellos dos,
no piensan así. No se sienten los unos ni más ni menos luminosos
que los otros. No tienen a las acciones, contemplativas o destructivas,
como medida de la Luz. Como tampoco tienen como medida de la Luz o de falta
de Luz, a los efectos negativos de sus contactos con personas de la Tierra.
Si la Luz, entonces, no es medible por las acciones,
¿puede ser también "Luz" un ser cuyas acciones negativas
lo definan como inconfundible representante de la oscuridad? Aunque parezca
una paradoja, así es: no por ser maligno, un ser pierde su Luz.
Ni el mismo Lucifer ("portador de Luz", significa el nombre). El mismo
diablo puede, si quiere, presentarse como Luz, con la bondad que desee,
y pasar inadvertido entre los seres más angelicales del Bien, y
hasta eclipsarlos con su fulgor.
Cuando "Luz" y "Amor" son lo mismo, pero no lo son…
Se le ha dado al concepto de "Luz" un valor que ha
sido engañoso. No se ha profundizado en su significado. No se han
medido sus alcances. No se ha advertido la trampa que había en poner
al concepto de Luz a la par del concepto de amor. Trampa en la cual terminaríamos
por caer al confundir Luz y amor como una misma cosa, creyendo que un ser
de Luz necesariamente ama, o que en el momento de la manifestación
de la Luz no puede haber otra cosa que no sea amor.
La Luz no era, al fin y al cabo, otra cosa que una
calidad vibracional de la energía. Una alta vibración, que
no necesariamente emana del amor. Así como la baja vibración
a la que denominamos "oscuridad", no necesariamente emana de la falta de
amor. Puede un ser considerado como "oscuro", tener una manifestación
de amor. Y puede un ser considerado "Luz", tener una manifestación
de no-amor como lo puede ser la destrucción total de un mundo. En
un estado depresivo, de baja vibración (oscuridad), una persona
puede estar amando, mientras que en un estado de éxtasis, de alta
vibración (Luz), una persona puede estar cometiendo algún
acto en perjuicio ajeno.
Si viviéramos en un Universo de Amor, sólo
la vida sería posible, con imposibilidad absoluta de cualquier forma
de destrucción de mundos y seres desviados de la normal evolución
espiritual. Si seres de un Universo de Amor contactaran a personas de un
mundo como éste, tendrían los máximos cuidados en
tratar de no alterarlas psíquicamente, de evitarles cualquier daño
posible, y si algo grave les ocasionaran, admitirían el error, buscarían
repararlo o evitar repetirlo. Pero no estamos en un Universo de Amor, sino
en un Universo de Luz. De cuyos diversos planos galácticos y extragalácticos
no vienen seres de Amor, sino de Luz. Y como la Luz no necesariamente implica
amor, no necesita sensibilidad ante los daños que ocasione a personas
contactadas, ni necesita admitir errores, repararlos o evitarlos. La Luz
no procederá con el cuidadoso tacto con que procedería el
Amor, sino con la prepotencia -hermana menor de la ambición de omnipotencia-
que expone a frágiles mentes como las humanas a las presiones de
rigurosos mandatos derivados de un supuesto plan divino o de supuestas
Leyes Cósmicas.
Si tuviéramos que llamarle "Luz" tan sólo
al Amor, y tuviéramos que llamarle "oscuridad" a lo que no denote
Amor, nos encontraríamos frente al problema de que el Universo dejaría
de brillar en nuestras mentes, en tantos segundos como seamos capaces de
reflexionar al respecto. Si "oscuro" fuera todo ser del cosmos cuyos contactos
generen problemas serios en la gente contactada y dirigida por él,
llegaríamos a la conclusión de que los supuestos seres "de
Luz" que han contactado a tanta gente, le han provocado a ella daños
más visibles que los que pudieran causar lo propios alienígenas
negativos de los cuales supuestamente los "luminosos" han venido a protegerla
o a alertarla contra sus peligros.
Si tuviéramos que llamarle "seres de Luz"
a entidades cósmicas que verdaderamente hayan dado muestras de un
Amor tan puro y tan grande que fueran incapaces de participar en planes
de exterminio masivo, tanto en tiempos bíblicos como en tiempos
apocalípticos, veríamos que la hasta ahora enorme lista de
seres de "Luz", se nos acortaría a un tamaño menor que de
bolsillo.
Cuando los seres de Luz no se ponen de acuerdo en si la negatividad debe o no ser empleada
Más corta todavía sería la lista,
si como "seres de Luz" calificáramos tan sólo a aquéllos
que no estén de acuerdo con que el dolor y todas las otras manifestaciones
de la negatividad sean factores necesarios para la evolución y deban
ser empleados en todo mundo a ser creado para que en él habiten
seres y sean sometidos a la experiencia de la dualidad (luz-oscuridad).
Porque en la mayoría de los casos, los mensajeros cósmicos
que contactan personas hablan de que el sufrimiento, la violencia, la pérdida
de la unidad de los seres, es todo parte del "plan divino". Si tanto fueran
de "Amor" los seres que no tolerarían que se someta a la negatividad
a los mundos en evolución, como los seres que consideran que eso
es un proceso necesario con fines evolutivos, entonces o el Amor puede
expresarse tanto opuestamente como permisivamente ante la negatividad,
o en el caso permisivo no hay tanto amor como pueda parecer. Y, por lo
tanto, estaríamos hablando de que la mayor parte de los mensajeros
cósmicos no tiene parámetros claros de lo que sería
un amor verdadero: el incapaz de permitir, justificar y promover la idea
de una evolución que necesite del dolor y de todos los males del
Universo.
Cuando la Luz-no amor viene ya "brillando" oscura desde lo más alto de lo Alto
Si le fuéramos a poner el nombre de "Luz"
a la Luz del Amor, y a NADA MÁS, todo lo que hemos venido entendiendo
como luminoso, como "mensajeros de la Luz", y hasta como "Universo de Luz",
quedaría reducido a una ancestral estafa a la verdad. Una verdad
que se resumiría en que estamos en un Universo tan OSCURO, con mensajeros
tan oscuros, que es comprensible que hayan existido tantos conflictos cósmicos,
tanto desastre universal, tanto dolor, tanta ausencia de justicia, de soluciones,
de un final feliz para tan lamentable historia. El amor fue subordinado
a la Luz, y ésta pretendió brillar más que él.
Es decir, la Luz de la vibración de la energía a cierto nivel,
no la Luz del amor, que también es una vibración energética,
pero en otra escala. Como cuando comparamos la Luz blanca con la ultravioleta
o la infrarroja. Todas son Luz, pero vibran distinto.
En un Universo donde la Luz del amor fue subordinada
a la Luz de la otra clase, por algo estamos como estamos. Y por algo hemos
creído que eran amorosamente luminosos, los seres cósmicos
que han venido con sus agoreros mensajes a imponernos que nos ajustemos
a lo que tienen decidido para nosotros, sin que nada podamos decidir por
nosotros mismos.
Evidentemente, en un Universo fascista como éste,
debió ser todo un milagro que emergiera, en un insignificante rincón
galáctico, una democracia como la ateniense, una rebelión
como la de Lucifer (ver el "Manifiesto de la Libertad", en el Libro de
Urantia o en "La rebelión de Lucifer", de J.J: Benítez),
o un rebelde como quien escribe esta reflexión. Rebelde, porque
si bien recibió, ha divulgado, sigue y seguirá divulgando
los conocimientos cósmicos que trajeron seres autodenominados "de
Luz" en contactos, hay cosas con lo que no está de acuerdo con ellos:
la forma en que manipularon dictatorialmente al grupo contactista, y las
acciones y planes de exterminio que cumplen en el Universo para evitar
que la negatividad perdure y se expanda. Con lo cual demuestran no tener
Luz suficiente para iluminar lo oscuro en vez de aniquilarlo. Y lo cual
demuestra que, por sobre ellos, no hay una voluntad superior, un alguien,
que sea capaz de evitar este abuso de poder con el que esas jerarquías
cósmicas entienden que hay que resolver los problemas en el Universo.
Desde ya que la idea de un Dios omnipotente ha sido
siempre una mentira filosófica y religiosa, pues tal Dios "que lo
puede todo", nunca podría existir ante la evidencia de una tan malograda
obra creadora. De un primer Creador, cuyas limitaciones e imperfecciones
se reprodujeron en las respectivas creaciones de sucesivos Creadores por
Él creados, llegamos a estas instancias, de un Universo entre tantos
otros, con un Creador entre tantos otros, tan imperfecto como los demás,
evolucionando mediante su acción creadora, enfrentándose
permanentemente a su propia sombra. Porque también siempre ha sido
una mentira lo del Dios-Luz pura y lo del Diablo-sombra de esa Luz: desde
el Primer Creador hasta el último átomo de la energía
cósmica, la Luz y la oscuridad coexisten como potencialidad en toda
esencia existente. El Creador Absoluto tiene su sombra, como el supuesto
Diablo tiene su Luz. Y los creadores de Universos tienen la misma dualidad,
siendo el problema de ellos cómo hacer para que, ante descontroles
tales como el ocurrido en nuestro desastre universal, se encuentre remedio
en vez de amputar miembros; se utilice la Luz y no la oscuridad de esa
dualidad en la esencia. Esa oscuridad que, adoptando la forma de exterminio
preventivo de males mayores, no está reñida con la idea de
"Luz" que el Universo de Luz-no amor sustenta cuando así procede.
Cuando la Luz-Amor brilla en lo oscuro de lo más bajo de lo Bajo
Quizá, alguna vez, fuera de lo que aquí
está abarcado espacialmente y en tiempo como "Universo", haya seres
que se propongan crear un espacio existencial -llámese "nuevo Universo"-
en donde la única "Luz" digna de ser llamada como tal, sea la del
Amor. Con toda la ausencia de condenas y destrucciones que él -incapaz
de destruir- implica. Mientras tanto, el proyector de la película
de cuento de hadas se apaga definitivamente desde que comprendemos -de
una vez y ya era hora- que nos hicieron el cuento, porque la realidad es
muy otra; oscura en el cosmos, falsamente luminosa. El proyector se apaga
y queda a oscuras la pantalla, porque ya no nos pueden proyectar imágenes
falsas si sabemos quiénes son realmente esos mensajeros que venían
en nombre de la supuesta Luz.
Desde el momento en que empezamos a pensar que hay
seres humanos capaces de más amor que el de ellos, menos capaces
que ellos de destruir insensiblemente, vemos que aquí abajo, en
el pleno infierno del cual tan mal han hablado siempre, la evolución
universal ha alcanzado niveles que allá arriba, en la estratosfera
de las galaxias, estos gobernantes, vigilantes y jueces del Universo, no
han podido alcanzar. Quizá la mayor claridad acerca de qué
es realmente Luz, sea más fácil de lograrse en un planeta
de caótica confusión como éste, que en lo más
alto del Universo de orden. Porque aquí se hace necesario el proceso
del pensamiento crítico, cuestionador, para encontrar la verdad,
mientras que allá, en lo más alto de lo Alto, quizá
nunca hubo un verdadero proceso de pensamiento, reflexivo, progresista,
evolutivo. Quizá ha sido un estático dictamen permanente
de reglas, de orientaciones, de acción y reacción mecánica
basada en lo ya previsto e inmutable en sus posibilidades de soluciones
alternativas. La supuesta "Luz" no se cuestionó a sí misma,
no buscó en ella misma la razón de todos los errores en los
mundos que se corrompieron: señaló con el dedo acusador hacia
abajo, condenando a esos mundos. Y cuando los mensajeros de esa presunta
Luz llegaron a un mundo como éste a anunciar la salvación
de los elegidos y la destrucción de los corruptos, se encontraron
con almas humanas que supuestamente deberían ser incapaces de amor,
de perdón, de optar por dar posibilidad de corrección en
vez de destrucción a los corruptos. Pero esas almas les demostraron
lo contrario. Les demostraron un grado de evolución que esos mensajeros
de lo más Alto no alcanzaron allá arriba. Allá no
aprendieron esto de no destruir a los no salvables. Lo conocieron aquí
en la actitud y el pensamiento de humanos con la sensibilidad y mentalidad
necesarias, y en pequeños sistemas planetarios desde donde misiones
de intervención en ayuda de humanidades como ésta, tampoco
están de acuerdo con emprender acciones exterminadoras en nombre
de "la Luz". Porque parece ser que actúan en nombre del Amor. Al
menos de una clase de Amor que no destruye, si consideramos que es posible
-¿lo será?- una clase de Amor que tenga que recurrir a la
destrucción. Como esos seres de las altas jerarquías universales
que, diciendo ser de Luz, afirman haber tenido que obrar destructivamente
"por Amor", en resguardo de la parte del Universo amenazada por la expansión
de la negatividad. Habría que ver qué tanto "Amor" han sentido
en verdad, en el preciso instante en el que han hecho estallar las galaxias
que dicen haber pulverizado.
COMANDANTE CLOMRO
27 de enero de 2001
Hay un concepto de "Luz" que se corresponde con "vida", y éste a su vez con "amor". De donde se puede deducir que "Luz" es "amor". Un estado depresivo, triste, puede ser identificado con la negación a la vida, es decir, se hablaría de "muerte". Pero un estado de vitalidad, euforia, puede, si bien identificarse con eso que se entiende por "vida", expresarse de maneras egoistas, agresivas, pasionales, que no corresponden a la idea de "amor". Esta forma de expresión de la vida, si "vida" es "Luz", y "Luz" es "amor", ¿cómo se entiende que sea "Luz", si es una "vida" sin amor? Se entiende, si tomamos a esa energía lumínica-vital (energía de vida) como la energía del ser, de la esencia, de la existencia, que tiene tanto la polaridad del amor como la de sentires que se aparten del amor, tales como las pasiones. Ésa es la energía de la que puede nutrirse un ser, correctamente o vampíricamente, en este caso succionándola de las diversas formas de manipulación psíquica que Redfield refiere como "dramas de control" en "La Novena Revelación" o "La Profecía Celestine", tales como las discusiones, captar la atención de los demás, entre otras. Ésa es la clase de "Luz" que le interesa absorber de nosotros a los seres de baja vibración; no la Luz-Amor, que se trata de un estado de vibración alta de la energía y la conciencia dado por el sentir amoroso (hablamos de amor verdadero y no pasional, el falso amor, que baja la vibración del amor, aunque eleve la intensidad de la energía vital del ser).
1º de febrero de 2001
No deja de parecerme un tanto
extraño que los amigos ET de un contactado se presten para hacerle
demostraciones a alguien en particular, en este caso usted. Tampoco deja
de parecerme extraño que a mí también me hayan hecho
un par de demostraciones parecidas, una de ellas sólo quince segundos
después de que yo mismo lo pidiera mentalmente mirando un punto
fijo del cielo. En cualquier caso, teniendo en cuenta que ni usted ni yo
necesitamos estas pruebas para creer que ellos existen, lo que encuentro
contradictorio es que accedan a presentarse ante nosotros y no ante quienes
más les haría falta. Si aquí se trata de que ellos
le den a usted confianza en el contactado, será para que usted reciba
con mayor interés el mensaje que a él le hayan transmitido.
Y he aquí que ese mensaje sería el eje de toda la cuestión
fenomenológica. Una vez más, estaríamos ante una forma
de propaganda cósmica por parte de alienígenas de determinada
raza, procedencia y bando, con fines muy concretos con respecto a nosotros;
no necesariamente los mismos fines que los de otros transmisores cósmicos
de mensajes.
Este proceso de razonamiento
es el que invariablemente me lleva a la conclusión de que los que
estamos en estos temas debemos evitar dejarnos impresionar por los respectivos
shows de los extraterrestres diversos con sus demostraciones aéreas
vía contactados, llámese Bibondo, Sixto Paz Wells o yo mismo
si algún día fuera utilizado por "ellos" a tales fines persuasivos.
Porque más allá del espectáculo brindado a la prensa
o a investigadores para que comprueben y registren las apariciones, siempre
hubo y seguirá habiendo un propósito diversificado según
sean las entidades contactantes, a las cuales sus contactados rara vez
serán capaces de someter a sospecha de manipulación mental
y emocional, y seguirán obedeciéndoles ciegamente.
Esta clase de planteos podrá ser relativamente
reciente para mí, producto de mis propias experiencias con entidades
manipuladoras, y de la observación de experiencias ajenas similares,
pero son planteos ya efectuados hace bastante por gente como Freixedo o
Atienza. Por lo cual, considero que la ufología, contando desde
hace tiempo con tales aportes, debería estar, a estas alturas, mucho
más allá de las meras comprobaciones fenomenológicas,
y centrar más su atención en las causas del fenómeno,
en cuanto a las diversas clases de intenciones con las que las entidades
cósmicas están manifestándose.
Por no querer exponerse a
que se los confunda con los contactistas, a los ufólogos les suele
parecer necesario marcar una profunda brecha que los separe de ellos, negándose
a investigar los contactos y mensajes, a los cuales los descartan de plano,
considerándolos falsos. De ahí que suelo hablar de la mediocridad
investigativa de los ufólogos que así proceden, por su comodismo
de manejar herramientas limitadas, propias de la ciencia oficial, para
llevarse bien con ella, adorándola por sobre todas las cosas como
si fuera la diosa de este planeta. En cierto modo lo es, porque en el planeta
de los grandes engaños, esta ciencia deificada ejerce -junto al
dios dinero, el dios de la religión y el dios del poder político-
su dictadura absoluta, suprimiendo descalificadoramente todo saber que
exceda los límites de su mediocridad, y manteniendo a la ignorancia
como la esclava que le permite ejercer su poder. Puestos a sus órdenes,
los físicos nucleares fabrican bombas (porque es una ciencia sin
ética), los médicos de las autopsias alienígenas de
Roswell guardan silencio, los astronautas callan lo que vieron (porque
es una ciencia ocultadora y no reveladora) y los ufólogos desmienten
lo que no son capaces de comprobar con los medios técnicos de ella
(porque es una ciencia que no debe ser puesta en falta ante el mundo, mostrándosela
como limitada).
Por esto, un ufólogo
competente debe estar más allá de esa mal llamada "ciencia",
pues ella, por limitada, por falsa, y por mentirosa, es una caricatura
de la verdadera ciencia, y no ciencia verdadera.
17 de abril de 2001
Jesús, quien creía sabérselas
todas por venir de arriba, para cumplir con éxito una misión
de rutina para rearmonizar uno de los tantos mundos fuera de orden, se
encontró con un mundo atípicamente irreparable, manejado
por alguien que había llegado de más arriba que él.
Por lo tanto, Jesús era un ser galáctico de jerarquía
y poder inferiores a quien infectó este mundo. Una vez en el cuerpo
físico donde lo encarnaron para triturarlo y doblegarlo ante la
negatividad, se fue encontrando con que su paso por el mundo era un absurdo,
que la misión era una utopía y que la cosa iba a terminar
mal para él mismo y para los que predicando su mensaje serían
perseguidos.
Quizá por natural falta de omnivisión,
no vislumbró la persecución que luego cometería en
nombre de él y de su mensaje, una Iglesia cuyo oscurantismo él
no vaticinó. De haber tenido la más mínima visión
de los crímenes que en su nombre serían cometidos, le habría
dicho a Pedro: "sobre esta piedra no edificarás ninguna Iglesia".
Por lo tanto, el conocimiento que Jesús pueda
haber tenido del futuro, debía estar bastante limitado, y por eso
es comprensible que sólo anunciara las persecuciones a sus continuadores.
De lo contrario, si hubiera visto las catastróficas consecuencias
de la institucionalización eclesiástica e inquisidora de
sus enseñanzas, habría continuado con la carpintería,
Full-Time. Porque si es que supo esto y así y todo no dio un paso
al costado, su irresponsabilidad es sorprendente, condenando a generaciones
y generaciones pos siglos y siglos, bajo el poder de la Cruz. Buda no dejó
la base para el montaje una religión exterminadora; ¿por
qué Jesús sí? Prefiero imaginarlo víctima de
las limitaciones de su precognición, que victimario de millones
de condenados por la Iglesia, teniendo una clarividencia del futuro que
no le resultara motivo para frenar lo que estaba echando a andar y que
causaría semejante desastre.
Él era "Rey de los judíos" por derecho
hereditario, "Mesías" en un sentido nacionalista, y le correspondía
ejercer su autoridad sobre su pueblo. Pero su prédica atentaba contra
el poder de Roma, y el de los jerarcas judíos, al demoler las enseñanzas
del impostor Yahvé. Someterse a las humillaciones que las escrituras
anunciaban, era necesario para que ellas se cumplieran y él fuera
reconocido como el mesías esperado. Israel, sin embargo, no lo reconoció,
y de no haber sido por Constantino I, habría quedado como líder
de una secta religiosa más. Veamos esta historia de Constantino:
"En el 312, en la víspera de una batalla
contra Majencio, su rival en la península Itálica e hijo
de Maximiano, se dice que soñó cómo se le apareció
Cristo y le dijo que grabara las dos primeras letras de su nombre (XP en
griego) en los escudos de sus tropas. El día siguiente, la leyenda
dice que vio una cruz superpuesta en el sol y las palabras "con esta señal
serás el vencedor" (en latín, in hoc signo vinces). Derrotó
a Majencio en la batalla del Puente Milvio, cerca de Roma, en octubre de
ese año (312). El Senado aclamó al vencedor como salvador
del pueblo romano y le tituló primus augustus. Constantino consideró
que el Dios cristiano le había proporcionado la victoria, por lo
que abandonó sus anteriores creencias paganas. Detuvo la persecución
de los cristianos, y Licinio Liciniano, su coemperador, se le unió
en la proclamación del Edicto de Milán (313), que ordenó
la tolerancia del cristianismo en el Imperio romano y restituyó
a la Iglesia los bienes confiscados."
¿Cristo, el "manso y pacífico cordero",
metido en cuestiones bélicas? Si nosotros, con nuestros avioncitos
de mediados del siglo XX escribíamos mensajes en el cielo, ¿qué
no eran capaces de hacer con su tecnología los extraterrestres que
manejaron las religiones, inventando ahora una más, con un mensaje
para Constantino, y una proyección onírica de la imagen de
Cristo hablándole? El momento histórico y la situación
militar y política eran estratégicamente propicios para que
los que usaron a Cristo en vida, lo usaran tres siglos después de
su paso, para darle formato definitivo a la institución que en Roma
tendría la sede adecuada para implementar el plan de exterminio
de herejes que tendría lugar en posteriores siglos.
Jesús espíritu: una alta jerarquía
galáctica, no por eso informada de tantas cosas de las que era ignorante
en cuanto a los conflictos en el Universo y sus repercusiones en la Tierra,
por lo cual vino sin saber a qué se exponía realmente.
Jesús hombre: una mente con limitaciones
que le impidieron medir los alcances de sus acciones más allá
del tiempo en que vivió. Y que por lo tanto cumplió según
lo establecía el programa que le dieron a cumplir cuando vino. De
haberse negado a cumplirlo, sin la historia del madero, habría terminado
feliz sus días como viejo, y la religión más criminal
de la historia no habría existido.
Llegó a poner en funcionamiento su mente
crítica acerca de por qué el Padre estuvo ausente en la peor
hora, sin darse cuenta de que no era que el Padre lo hubiera abandonado,
sino que, en realidad, nunca tuvo nada que ver con ni con su venida a este
mundo ni con su vida en él; nunca estuvo como regente de nada que
tenga relación con este mundo, ni ha estado nunca ni siquiera como
observador. La idea del Padre que todo lo determina, continúa siendo
un parásito instalado en las mentes galácticas de jerarquías
que no han evolucionado lo suficiente para darse cuenta de que hay una
"Fuerza" que determina cosas en las galaxias, pero que no se trata de la
presencia actuante del Creador. Lucifer, al llegar a cierto grado de evolución,
se dio cuenta de esto, y de ahí su rebelión contra los que
decían obrar en nombre de Dios como si acaso tuvieran línea
directa con Él. También George Lucas llegó a cierto
punto de evolución mental, para que sus películas nos hablaran
de la "Fuerza" y no de un Dios que esté en todas partes. Por cierto,
en un mundo como éste es factible sacar tal conclusión sin
ser muy evolucionado espiritualmente. Como Jesús no procede de un
mundo como éste donde las cosas se descubren con sólo pensar
un poco, pese a estar aquí no terminaba de convencerse de que si
alguna Fuerza hay moviendo los hilos de estos mundos galácticos,
no se trata del Padre, distante a años-luz, en su posición
de comando central del Universo, ignorante de todo cuanto aquí suceda,
incluyendo el padecimiento de Jesús. Porque la ignorancia es también
un atributo de todo Creador, hasta del Supremo: la omnisciencia es un invento.
Jesús sabio, Jesús ignorante en proceso
de aprendizaje. ¿Qué podía saber de "su Padre", si
las altas jerarquías galácticas no tienen comunicación
con el Padre, sino con intermediarios en la cadena jerárquica universal?
¿Qué podía el Padre saber de Jesús, dado el
bloqueo de información que en estos planos se estaba haciendo para
que no se supiera lo que aquí ocurría? El Padre omnisapiente
no existe, es una mentira; nadie lo sabe todo, ni siquiera el Creador del
Padre de este Universo entre tantos Universos con sus Padres creados. Menos
mal que ya llegaron mensajes pleyadianos explicando esto de los Creadores
múltiples y de la ignorancia que existe en las galaxias sobre lo
que pueda haber más allá del Universo y dónde estará,
y cómo será, el Supremo Creador... mientras predicadores
de cuarta, en todas las religiones, dicen que conocen a Dios, que les habla
(a "ellos", tan importantes habitantes del mundo-centro del Universo)...
desde lo más alto de lo Alto...
21 de abril de 2001
"La ufología es una ciencia dedicada al
estudio serio y objetivo del fenómeno ovni. Los verdaderos investigadores,
ufólogos u ovniólogos, nos dedicamos a un análisis
serio del tema. La verdadera investigación consiste en comprobar
lo no comprobable", declaró un ufólogo.
"Seriedad"... una ciencia que comprueba "lo no comprobable"
(?), cuando la ciencia está para comprobar lo comprobable. Y la
comprobación, según el método científico, mediante
la experimentación, ¿la efectúan los ufólogos
experimentalmente? ¿Trabajan ellos en laboratorios estadounidenses
o rusos efectuando ensayos con naves alienígenas accidentadas, donde
aplicar el paso-"experimentación" del método científico,
para hacer comprobaciones? ¿Dónde realizan la experimentación
con el objeto de estudio, sometiéndolo a pruebas, ensayos, reacciones,
para medirlo, comprobarlo? ¿Cual es la "experimentación"
efectuable en una simple observación o registro fílmico o
fotográfico, únicas alternativas de estudio de los ufólogos?
De ser cierto que existan los laboratorios donde
se estudien -secretamente- ovnis accidentados, ¿por qué los
únicos testimonios de gente que ha dicho haber trabajado allí,
son de profesionales que nada tienen que ver con la ufología? ¿Qué
le falta al ufólogo para ser considerado "serio", y necesario para
los organismos gubernamentales de investigación aeroespacial que
estudian el fenómeno OVNI? ¿Por qué el Pentágono
y la NASA no recurren a los ufólogos, sino a profesionales entendidos
en navegación aérea y espacial cuando se ocupan de casos
OVNI? ¿Cuál es, entonces, la realidad de la supuesta cientificidad
de la investigación ufológica?
El estudio de los vehículos aeroespaciales y de sus tripulantes
La ufología no es ni puede ser una ciencia:
el estudio de naves interplanetarias no terrestres, puede ser hecho por
la mismas ciencias que estudian nuestras propias naves, y las leyes de
sus movimientos: la astronáutica, la aeronáutica y la física.
El estudio de sus tripulantes pueden efectuarlo la biología, la
antropología y otras disciplinas. A las cuales la ufología
debe necesariamente recurrir para estudiar esas entidades biológicas
humanoides. Así como debe recurrir a las otras disciplinas mencionadas
para estudiar las naves. Entonces, siendo que la ufología debe recurrir
a tantas ciencias por no ser autosuficiente, no hay bases para calificarla
como una ciencia en particular, por el hecho de que estudie el fenómeno
que configuran vehículos y tripulantes no terrestres, como si acaso
sus características y leyes regentes debieran estudiarse por separado
del estudio de nuestra tecnología y de nuestra biología.
Si la distancia que separa a nuestros transbordadores espaciales de un
plato volador, es proporcional a la que separa a un globo aerostático,
de esos transbordadores de la NASA, debería haber una ciencia que
estudiara los globos y otra los aviones aeroespaciales, y sin embargo la
aeronáutica es la misma para ambos vehículos. No tiene por
qué ser una ciencia aparte de ella y de la astronáutica la
que estudie los vehículos de civilizaciones extraterrenas. Si alguna
vez nuestra ciencia aeroespacial pudiera crear vehículos iguales
a los de los extraterrestres, para esa ciencia daría lo mismo estudiar
dos naves iguales, una de la Tierra y otra foránea. Así como
para la biología y la antropología, el estudio de las formas
de vida, en este caso antropomórficas, no tiene fronteras planetarias.
Por lo tanto, la ufología es una improvisación
de relleno, con un cartel de "ciencia" demasiado presuntuoso, pero sin
autosuficiencia científica. Y sin incumbencia posible a la hora
en que la astronáutica le confisque como propio al estudio de las
naves, y lo mismo le hagan la biología y la antropología
al estudio de los tripulantes. La "ufología" quedará desprovista
de objetos de estudio, derivados hacia dichas ciencias, que son las que
deben ocuparse de las naves y de sus tripulantes. ¿Y de qué
va a ocuparse la ufología, sino de efectuar su propia disolución?
El ocaso de los ufólogos
La desaparición de la ufología se podría
producir por una abierta manifestación mundial de los extraterrestres,
que vinieran a mostrarse, decir lo suyo y poner fin al misterio de los
ovnis y a la actividad de quienes los investigan, pues se quedarían
sin objetos de estudio: a sus naves las estudiarían ingenieros y
no ufólogos, y éstos tampoco serían quienes estudiaran
a sus tripulantes, porque para eso estarían las ciencias que estudian
la vida, la mente, la cultura y la sociedad. Pero antes de que tal acontecimiento
pueda ocurrir, si es que ocurriera, estará destinado a desaparecer
el hoy ufólogo que mañana no sea un poco físico, ingeniero
espacial, biólogo, antropólogo, y un poco más de toda
disciplina de las que tienen jurisdicción sobre las respectivas
áreas del fenómeno de "la nave y su gente a bordo". Para
temas puntuales sobre naves, la prensa y el público ya no querrán
escuchar a un ufólogo, sino a un ingeniero, un físico; para
saber sobre lo físico, lo mental, lo social y cultural de sus ocupantes,
preferirán no la palabra de un ufólogo, sino la de un biólogo,
un médico, un antropólogo, un psicólogo. No se puede
pretender que alguien domine todos los aspectos de la vida y tecnología
de seres de otros mundos, como no se puede pretender abarcar todos los
campos del conocimiento sobre astronautas de la NASA y sobre los vehículos
que utilizan. Nadie es especialista en todo, para saber desde dónde
van los cables y tornillos en los motores, pasando por tablas de cálculo
matemático sobre aceleraciones, masa, fricción atmosférica
y calentamiento, hasta los efectos de la ingravidez en el torrente sanguíneo,
o los procesos psíquicos desde el entrenamiento hasta el retorno
a Tierra. Sin embargo, los ufólogos estudian un fenómeno
en el que deben abarcar cosas parecidas a estas, lo cual en la práctica
resulta imposible. Entonces llega un punto en que el ufólogo debe
recurrir a diversos científicos para que le realicen trabajos de
estudio de los que él no es capaz. Si la ufología termina
donde empieza la Química para saber de qué está hecho
el pedazo de nave que el ufólogo lleva al laboratorio; si termina
donde empieza la Física para explicar los movimientos aéreos,
si termina donde empieza la ingeniería para tener alguna idea sobre
la constitución de esos vehículos, y si la ufología
termina donde empiezan las ciencias del estudio de la vida, para conocer
sobre la gente que viaja en las naves; entonces, siendo que la ufología
termina en tantos lugares, ¿qué queda de ella en esos límites?,
¿dónde empieza realmente?, ¿qué es al final?,
¿qué es lo que sólo ella y ninguna ciencia puede estudiar,
para ser "ella misma" y no un rejunte de convergencias científicas
ensambladas bajo un rótulo nominativo como si fuera una ciencia
autónoma?
Ser "ufólogo" por estudiar los UFO (ovnílogo
u ovniólogo por estudiar los OVNI) equivale a ser "globólogo",
"avionólogo", o "coheteólogo". No existe la "globología",
ni la "avionología", ni la "coheteología" (sí la "cohetería",
sin el "logos" de ciencia); sus métodos serían el mismo;
el mismo que debería emplear la "ufología". Curiosamente,
los "avionólogos" -por caso- si existieran y estudiaran los pilotos,
estudiarían lo mismo que los "globólogos" y los "coheteólogos":
seres humanos. Por lo tanto le dejarían esa parte a las ciencias
del ser humano y de la vida, y se ocuparían de los vehículos
nada más. Los ufólogos, en cambio, sí se ocupan de
los pilotos de las naves, debido a que aparentemente, por sus características,
escapan a las ciencias de estudio de la vida y del ser humano, como si
ellas estuvieran diseñadas sólo para estudiar vida y humanos
de la Tierra -que habrá que ver si somos de la Tierra, o si somos
descendientes de antiguas colonias alienígenas instaladas en el
planeta-, por lo que los ufólogos hacen un trabajo innecesario al
estudiar tripulantes, cosa que los cohetólogos no harían,
si existieran. Pero como la coheteología no existe, porque a los
cohetes los estudia la ingeniería aeronáutica y espacial,
la ufología se ha quedado sola, sin primos cohetólogos, globólogos
o avionólogos, porque ellos se han hecho ingenieros aeronáuticos
y espaciales, como correspondía. Será por eso que en la NASA
los ufólogos no caen bien: no se dieron cuenta de que querían
manejar "científicamente" un tema que, para manejarlo profesionalmente
hay que hacerlo con un aval de ingeniero, de piloto profesional, de astronauta,
u otras profesiones relacionadas con aparatos voladores. Sin ese aval,
ser ufólogo es simple afición; un hobby en el que muchos
han empezado como fanáticos de los ovnis, mientras a su vez podían
ser fanáticos de algún músico o de un club de fútbol,
pero en esto de la investigación ovni encontraron una ocupación
especial. Destinada a su propia disolución en caso de encontrar
elementos de comprobación científica que explicaran las causas
del fenómeno en estudio. Porque se trataría de elementos
medibles con las herramientas de las ciencias que pasaran a ocuparse de
ellos, por corresponderles el espacio de investigación, en el que
los ufólogos no tendrían nada más que hacer. Espacio
que los ufólogos pretenden -entre astuta e ingenuamente- ocupar
aprovechando el vacío que diversas ciencias están dejando
ante el fenómeno. Como en todas esas ciencias hay cada vez más
profesionales que están ocupándose del área que les
corresponde (tecnológica, biológica, antropológica,
etc.) del fenómeno "vehículo-entidad biológica", no
tardará en estar de más la ufología.
La ufología como actividad, puede, hasta
su desaparición, al menos registrar un avance, en tanto los que
la ejercen se dejen de andar presumiendo ser especialistas en una "ciencia".
Ese avance consistiría también en deshacerse de los escépticos
que desde adentro la frenan, negando cosas que es prematuro negar; y en
deshacerse de los crédulos que la ridiculizan. No obstante la depuración
y avance que pueda experimentar, su durabilidad será limitada, a
partir de lo anteriormente expuesto sobre su ocaso inevitable. Por lo tanto,
no se trata de salvar a la ufología de su futura desaparición,
sino de entender que es una actividad provisoria, inventada para rellenar
un hueco producido en un segmento de tiempo histórico en el que
las causas del fenómeno que estudia no han podido o querido ser
esclarecidas por las diversas ciencias que deben tener competencia en ello.
Las cuales, en cuanto se ocupen del asunto, habrán de llenar el
hueco y anular a la ufología. Lo que la ufología hace no
es otra cosa que estar reclamándoles permanentemente a las ciencias,
que se ocupen de lo que ella se está teniendo que ocupar. Para que,
cuando lo hagan, de una buena vez ella pueda dejar de tener que hacerlo,
y descansar definitivamente en paz, sabiendo que los científicos
ya han asumido toda responsabilidad en la materia.
La diferencia entre "estudioso de..." y "científico ...ólogo"
No hay que confundir esta desmentida a la cientificidad
de la labor ufológica, con descalificación absoluta al trabajo
de estudio, por parte de quienes han venido ocupándose del tema.
Ellos han hecho posible que dispongamos de mucha información, como
los mineros hacen posible -sin ser científicos- que dispongamos
de acceso a información sobre qué hay al final de un túnel.
La "excavación" efectuada durante medio siglo por parte de fanáticos
de los ovnis aficionados o con "oficio", rastreando testimonios, documentos,
evidencias, ha sido algo magnífico. Lástima la presunción
de cientificidad, para empañar tan romántica, informal y
desesquematizada búsqueda...
No es a la "ufología" como "ciencia" a lo
que debemos mucho de lo que se sabe sobre el fenómeno ovni-extraterrestre,
sino a "estudiosos de los fenómenos ovni-extraterrestres", cuya
labor (auxiliada por diversas ciencias que le dieron el respaldo que por
sí sola la ufología no tiene) no necesitaba rótulos
científicos para ser valiosa como lo ha sido. El minero que sale
del agujero con la pepita de oro no necesitó ser científico
para buscar y encontrar algo tan valioso. El estudioso del tema ovni-extraterrestres,
no necesita respaldarse en status científico para que tengan valor
sus búsquedas y hallazgos: los fenómenos que son objeto de
su estudio no tienen valor gracias a la ufología, sino que tienen
su propio valor, y las ciencias deben prestar atención a ellos y
no a la ufología. Porque si la ufología no existiera, los
fenómenos ovni-extraterrestres se podrían estudiar perfectamente;
las diversas ciencias encargadas del estudio de lo que les corresponda
de los fenómenos, cumplirían su labor sin que la ausencia
ufológica se notara en absoluto.
Ufólogos Vs. "contactados" y "misterio" Vs. "respuestas"
Muchos ufólogos -en especial los que dicen
ser "serios"- suelen desacreditar a los testigos que dicen haber sido o
estar siendo "contactados" por extraterrestres, en especial telepáticamente,
recibiendo mensajes. Como si acaso fueran los ufólogos la clase
de "profesionales" capacitados para emitir juicios autorizados, al respecto
de si es o no es posible este fenómeno parapsíquico. No corresponderá
a ufólogos, sino a los psicólogos, emitir un dictamen "serio"
y profesional al respecto de si puede existir telepatía entre un
sujeto receptor en la Tierra y un sujeto emisor fuera de la Tierra. Aunque
esto ya se demostró con la experiencia que la NASA realizó
en la misión Apolo XIV, con Edgard Mitchel transmitiendo desde atrás
de la Luna. Siendo indistinto que el sujeto emisor situado fuera de la
Tierra sea o no de este planeta, los psicólogos tendrán la
responsabilidad de extender las actuales fronteras de la psicología
hasta donde, por el momento, es la parapsicología la que se ocupa
de fenómenos telepáticos. Momento llegará para esa
extensión del campo de la psicología; momento que ya llegó
para psicólogos vanguardistas en el fenómeno en cuestión,
porque en la historia de la Psicología siempre hubieron quienes
se dieron cuenta antes que otros de las cosas, y por eso existió
un Freud, y no una colectividad con su mismo pensamiento en la que él
fuera uno más y nada más. La colectividad de psicólogos
que consideran posible la comunicación telepática con extraterrestres,
apenas empieza a multiplicarse. Pero si llegara el día en que alguien
debiera ocuparse profesionalmente del fenómeno y rendir cuentas
a la comunidad, no serán los ufólogos, sino los psicólogos.
Porque se tratará de cuestiones sobre estructuras y aptitudes mentales,
y no sobre platos voladores.
Quizá el tema de los presuntos contactos
telepáticos sea lo más a mano que tenemos para establecer
algún puente de comunicación con el cosmos -y no el proyecto
SETI-, y esto requiere investigación psicológica y parapsicológica;
no desmentidas "ufológicas". Si un estudioso del fenómeno
OVNI tuviera una experiencia de contacto telepático, distinta sería
su actitud; de hecho, no pocos son los contactados que fueron ufólogos
antes de su experiencia parapsíquica. A los cuales, desde entonces,
sus ex-colegas de la ufología a quienes los extraterrestres no les
interesó contactar, los declararon "no serios" y excluidos de la
ufología.
Si obtener evidencia extraterrestre mediante una
experiencia personal, es causa de discriminación, de "excomunión"
en el ambiente ufológico, nada más indeseable que obtener
una prueba: mejor seguir jugando al detective que no encuentra nada, porque
el "entretenimiento" consiste, justamente, en que haya "misterio" y no
respuestas. Por eso, con tantas respuestas que se han obtenido en medio
siglo de investigación OVNI, en las conferencias, libros y programas
los ufólogos prefieren usar las publicitarias frases "el misterio
de los ovnis", "el enigma de los extraterrestres", "la incógnita
de los platillos voladores", en vez de "respuestas a...". Mensajes transmitidos
por extraterrestres han dado muchísimas respuestas, y son los contactados,
y no los ufólogos, los que publicitan la difusión de sus
informaciones con la palabra "respuestas". Porque quieren terminar con
los misterios e interrogantes. Los ufólogos saben que ése
sería el fin del juego de misterio detectivesco. Y, para los que
lucran, el fin del negocio; para los que no lucran, el fin del pasatiempo.
La identificación de lo "no identificado"
Los contactados y los científicos son quienes
más rivalizan con los ufólogos, y éstos con ellos.
¿Queda claro, entonces, el por qué? Porque ante la posibilidad
de ser real un contacto, el ufólogo tiende a detractar, desmintiendo
lo que no tiene autoridad científica para enjuiciar. Y porque sin
esa autoridad, presume ser especialista en una "ciencia" que no es tal,
que recurre permanentemente a científicos verdaderos para saber
si un trozo de metal o una foto pueden revelar algo interesante, porque
ella sola, por sí misma, es hueca, es un rejunte multidisciplinario
que pretende disimular su inconsistencia, su insustancialidad como disciplina
autónoma.
Lo "no identificado" es la materia que esa gente
estudia. Como de esa gente hay mucha que piensa que ciertos casos han sido
identificados como de naturaleza no-terrestre, suena contradictorio que
un estudioso de lo "no identificado" se ocupe de lo "identificado como
extraterrestre". Si un objeto, por sus características, jamás
podría ser hecho aquí, ya no sería un OVNI, sino un
objeto IDENTIFICADO como "V.E.D." (Vehículo Extraterrestre Dirigido)
o un O.V.E. (Objeto Volante Extraterrestre). Y si es esta clase de objetos
de la que se ocupan esos investigadores, no deberían llamarse
"ufólogos" u "ovnílogos" sino "vedólogos" u "oveólogos".
De hecho, el autodenominado "estudioso de los O.V.E." Carlos Bustos -indio
huarpe Wayra Intiwatana-, de la Argentina, rechazó siempre la sigla
OVNI, y la denominación ufología u ovniología, a las
que reemplazó por "oveología".
Cuestión de especialidad
Quien efectúa las presentes reflexiones era
un estudioso de la astronáutica (tanto la nuestra como la alienígena)
que llegó ser testigo de experiencias de contacto extraterrestre,
que luego tuvo las suyas propias, y que no se autodenomina "ufólogo"
u "ovnílogo". Tampoco "oveólogo", porque -pese al innovador
y positivo paso dado por el referido estudioso- esto sigue siendo más
o menos lo mismo que ser un "avionólogo". Más bien, no soy
nada que termine con el sufijo "logo" agregado a los ovnis, oves o aliens:
tan sólo soy un simple estudioso de cuestiones extraterrestres,
entre ellas las naves y sus tripulantes, sin criterio científico
alguno que quiera ostentar en tal actividad. Por lo cual, desde esa posición
de estudio, no soy juez con autoridad alguna para dictaminar si un contacto
es o no es real, desmentirlo o afirmarlo. No desde un punto de vista "ufológico"
u "oveológico" como el que, a lo sumo, podría asumir desde
mi faceta de estudioso de fenómenos extraterrestres. En cambio,
desde mi faceta de entendido en cuestiones aeroespaciales, puede ser, aunque
sea mínimamente, respetable mi parecer sobre si un vehículo
pertenece o no a nuestra tecnología. Y desde mi faceta de entendido
-al menos en las más elementales nociones- en cuestiones de psicología
y de parapsicología, también puede ser mínimamente
respetable mi apreciación sobre presuntos contactados telepáticos,
abducidos o testigos en general; pero eso por lo que yo pueda saber acerca
de la mente humana, y no de cosas de otro mundo.
Siendo que hay muchos ufólogos que son psicólogos
o ingenieros aeroespaciales, lo que digan en favor o en contra de un fenómeno,
deberían hacerlo unos desde la psicología, los otros desde
la ingeniería, pero cuando lo hacen desde la ufología, amparándose
en ser profesionales de lo otro para parecer fundamentados, es ahí
donde cometen el error. Porque les bastaría con emitir sus juicios,
sobre fenómenos OVNI o contactistas, en carácter de profesionales
de lo que son, para merecer respeto, sin necesidad de sacar a relucir un
"título" de "úfólogos" que, en lugar de mostrarlos
como mejor fundamentados, los muestra como lo mal orientados que están.
Porque la orientación consistiría no en que la ufología
esté sustentada en dichas ciencias, sino en que el profesional de
dichas ciencias estudie los fenómenos en cuestión dentro
de ellas. No hablaría el "Ufólogo Fulano de tal, psicólogo",
sino el "Psicólogo Fulano de tal, estudioso de fenómenos
parapsíquicos-extraterrestres" o el "Ingeniero Aeroespacial Fulano
de tal", sin agregar "estudioso del fenómeno OVNI", porque a estas
alturas un profesional de la aeronáutica y el espacio que no tenga
conocimientos acerca de ovnis, no podría contestar a los interrogantes
que los gobiernos y fuerzas armadas, en especial la fuerza aérea,
procuran resolver mediante profesionales en este campo. De manera que para
explicar algo acerca del tema, pretender darse a conocer como "ufólogo"
para parecer entendido en la materia, no dejaría de ser una inútil
redundancia. Sin embargo, esto suele ocurrir.
Habiendo visto, hasta aquí, que "ufología"
y "ufólogos" son conceptos que por algo no se han podido ganar el
respeto de la ciencia, ni lugar en ella (ni en el diccionario), no hay
por el momento mucho más que decir, sino más bien que hacer...
o deshacer más bien: deshacer un falso concepto de presunta cientificidad,
en algo que no la tiene.
Comandante Clomro
24 de abril de 2001
De cómo lo angelical y lo diabólico se confunden en lo divino
"Los llamados "demonios" son ángeles que han venido en
misión -hacer evolucionar al hombre, tentándolo- y se les
ha borrado su memoria para evitarles este sufrimiento"
Siempre habrá un demonio más astuto
y más demonio que los pobres demonios usados como tales. Unos le
llaman "Dios", y creen que él se vale de estos instrumentos del
mal para poner a prueba a los mortales... Instrumentos que, al final, no
son malignos, sino angelicales luces disfrazadas con capa roja y cuernos...
A ese "Dios" que usa ángeles demonizados,
otros le llaman "Diablo", "Ahrimán", "Demiurgo", "Nefasto", etc...
Alguien que tiene por encima de Él a un Creador más Dios
que él -en tal caso más verdadero como Dios- al cual, mediante
la prueba del mal y sus angelicales diablillos, quería demostrarle
que su método de evolución espiritual era el mejor. Es decir,
si hubo un plan original de evolución espiritual en el amor, la
armonía, la luz, dispuesto por el Dios Padre del "Dios" de este
mundo, para que los seres vivieran felices sin sufrimiento, al "Dios" de
acá abajo -que vaya a saber Dios cómo vino a parar aquí-
se le ocurrió que sería mejor una vida con dificultades,
y para eso "inventó las lágrimas", como dijo el poeta argentino
Almafuerte. Para eso convirtió en "diablos" a esos ángeles
y les borró la memoria para evitarles sufrimiento, haciendo que
les provocaran sufrimiento a los humanos.
El éxito de este plan sería de dos
formas posibles: si los humanos lograran la ascensión interior luego
de la corrupción, Dios Padre debería aceptarle a "Dios" Hijo
su innovador método, reconociéndole un ingenio progresista
que merecería adjudicarle legitimidad a su clandestina trama; o
bien, si los humanos quedaran irreversiblemente corrompidos, la otra forma
posible de éxito de "Dios" Hijo consistiría en que él
tendría más soldados en sus ejércitos, para seguir
haciendo que el Mal gobierne en la Tierra. Es decir, la escuela del mal
o terminaría por formar chicos buenos reformados, o chicos malos,
y tanto de una cosa como la otra el Dios de este mundo podía sacar
partido para lograr el éxito por cualquiera de las dos vías.
Como los humanos estaban siendo tan manipulables
que demostraban ser débiles y valer poco, en los ejércitos
del mal sólo servían para soldaditos rasos, por lo que "Dios"
Hijo, con miras a formar ejércitos con combatientes que realmente
valieran algo, que fueran fuertes, grandes comandantes, mandó traer
a la Tierra maestros galácticos de luz, supuestamente para que vinieran
como guías espirituales de la humanidad, pero en realidad los traería
con el fin de ponerlos a prueba para corromperlos y sumarlos a sus huestes.
Así llegaron Krishna, Buda, Jesús...
convencidos de que era cierta esa misión que les encomendaron, pero
que era sólo un pretexto para tenerlos ocupados haciendo algo mientras
se los trataría de corromper. "Dios" Hijo usó sus ángeles
amnésicos demoníacos para ponerlos a prueba como lo hacía
con humanos cualesquiera... pero éstos no eran "cualquiera". Así
que le falló la táctica de corrupción; los maestros
de luz siguieron siendo y expandiendo luz. Si realmente fuera éste
un mundo evolutivo, la luz de esos guías estaría de más,
porque el propio proceso de aprendizaje humano llevaría al hombre
a sobreponerse por sí mismo de su corrupción. Un mundo "exitoso"
donde ángeles oficiando de demonios tentaran a los humanos, sería
aquél donde llegado un punto, los humanos dejarían de ser
tentables sin ningún Cristo que les tenga que venir a enseñar,
porque ellos habrían aprendido la lección por sí mismos.
La prueba de que este mundo no es un éxito, consiste en la gran
cantidad de mensajeros cósmicos que han tenido que enviar para hacer
reaccionar a una humanidad a tal punto corrompida, que por sí misma
no tiene capacidad de rearmonización. Por lo tanto, el plan de fabricar
diablos para luego mandar dioses a reparar lo que esos ángeles del
mal provocan, sería un absurdo si fuera "divino": los humanos no
se corrompen por culpa propia, sino por agentes inductores de negatividad,
y no se recuperan por mérito propio, sino por ayuda enviada. Y eso
no sirve, es simple acción y reacción, con mínimo
margen de autonomía de los sujetos de la experiencia. Si este plan,
en cambio, no fuera divino, sino diabólico, entonces sí sería
lógico: la astucia del Diablo hasta habría planificado el
envío de ayuda de seres de luz, para reordenar el desorden que provocó
y exhibir sus logros con una Nueva Humanidad en una Era Dorada... puro
oropel para engañar como de costumbre. Su astucia tanto impide como
permite grandes civilizaciones con esplendor espiritual, y tanto forma,
indistintamente, violentos guerreros de la oscuridad, como pacifistas mensajeros
del amor, para usar a los primeros en la provocación de desorden
en unos mundos, y a los segundos para poner en otros mundos cierto grado
de orden, con el cual fingir que se está trabajando por el Bien...
Cuando muchos creen que él sólo lidera
sus huestes del Mal contra ejércitos del Bien enviados por Dios
Padre, sucede que "Dios" Hijo tiene sus ejércitos del Bien y del
Mal, a los cuales hace enfrentarse como si fuera un Hitler todavía
niño con sus soldaditos de plomo, y a veces gana el Bien, y entonces
los habitantes de los mundos creerán que triunfaron las Fuerzas
de Dios, pero eso es sólo el respiro que les dará por unos
miles de años hasta generar nuevos conflictos en los que ganará
el Mal. Cíclicamente habrá alternancia de victorias de ambas
fuerzas, pero la sucesión de ciclos no será otra cosa que
la victoria constante del manipulador. Ése que es a quien realmente
están obedeciendo los seres de luz, las confederaciones galácticas
e intergalácticas, creyendo obedecer al Dios Padre. Creen que cuando
vencen en alguna confrontación a las Fuerzas del Mal, obtienen una
victoria para el Universo, cuando no están haciendo otra cosa que
jugar el juego que siempre beneficiará, -gane quien gane, incluso
los de la luz- al que juega con los soldaditos de las galaxias. Éstos
obedecen, engañados, a ése que juega a borrarle la memoria
a ángeles y a humanos para que ni nosotros ni ellos sepamos que
el Dios Padre no tiene nada que ver con estos manejos. Porque sería
sólo cuestión de recordar Quién nos creó y
con qué fin, para darnos cuenta de que hemos estado por milenios
cumpliendo aquí un fin que no es ése, a las órdenes
de alguien que no era Aquél que creíamos, sino el que pretendió
ser más siendo menos.
Comandante Clomro,
26 de mayo de 2001
Consideraciones complementarias
La lucha de fuerzas en el Universo,
generalmente es presentada como una confrontación en la que el Bien
y el Mal son presididos, respectivamente, por Dios y por el Diablo. Un
Dios con sus ejércitos del Bien, de la luz, y un Diablo con sus
huestes del Mal, de las tinieblas. Según esta cosmovisión
presentada por religiones y mensajes extraterrestres recientes, existe
una guerra cósmica de Dios con sus milicias contra el Diablo y las
suyas.
También hay una cosmovisión
diferente, en la que tanto las fuerzas del Bien como las del Mal, cumplen
un Plan Divino, en el cual Dios no está contra el Diablo, sino que
éste es instrumento de Aquél para que exista una lucha de
fuerzas. Lucha en la cual, ambos ejércitos obedecen a la voluntad
de Dios: los del Bien poniendo orden en el Universo, y los del Mal dándole
dinamismo a la negatividad que Dios quiere que haya para que todo funcione
en dualidad de polaridades. De esta suerte, los ejecutores del mal no están
contra el Plan de Dios, sino que permiten que se cumpla. De ahí
el concepto de que el Mal "no existe", que es algo "ilusorio", irrealmente
antagónico al Bien, pues todo es "bueno", hasta lo que creemos malo,
y que no es otra cosa que la sombra de la luz en el Todo que ambas conforman.
Al no haber antagonismo, sino complementariedad de fuerzas, de existir
alguien que oficie de "Diablo" comandando los ejércitos del "Mal"
que "no es mal", este personaje no sería otra cosa que un colaborador
de Dios en papel de antihéroe para que las legiones en papel de
perturbadores del orden tengan su jefe. Un jefe más aparente que
real, porque quien en realidad dispone que esta dualidad en lucha exista,
es Dios.
De la primera cosmovisión,
podemos resumir que Dios sólo gobierna los ejércitos del
Bien, y el Diablo sólo los del Mal. De la segunda, concluimos en
que Dios gobierna a ambas fuerzas, que el Diablo no gobierna, sino que
apenas intermedia, al frente del lado oscuro de la fuerza desdoblada en
bandos.
Pero a lo largo de la historia estuvo
faltando una cosmovisión que, una vez expuesta, dejará a
las dos anteriores como cuentitos infantiles para gente ingenua. Y no es
raro que en un mundo al revés, con sus falsos conceptos, estuviera
ausente tal cosmovisión; que veremos a continuación.
Si realmente existiera un ser Maligno,
no podría estar cumpliendo la voluntad de Dios haciendo que la negatividad
funcione para que a Dios le convenga. En tal caso, no sería realmente
maligno. Y si Dios fuera un ser Benigno, no podría estar sometiendo
a la negatividad a sus creaturas, presas de un "cuco", real o aparente,
y de sus ejércitos tenebrosos. Por lo tanto, o Dios es Bueno y el
Diablo realmente es Malo, o Dios no es del todo bueno y el Diablo no es
del todo malo. O existe una fuerza de la Luz y del Bien que legítimamente
lucha contra una fuerza que realmente es de la Oscuridad y del Mal, o el
Bien y el Mal ni son legítimos, ni luchan en realidad; son simple
"juego" -como enseñanzas metafísicas new age sostienen- y,
por lo tanto, la sangre y el horror no son problema: pura "ilusión"...
Esta ligereza con que se nos pretende hacer ver la existencia con un Mal
que "no es Mal" y un Bien que no combate al Mal, sino que "juega" con él,
más que una Verdad Universal parece una diabólica astucia
más para confundir.
Si realmente el Mal existe por sí
mismo y para sí mismo, y no para servir a los fines del Bien, entonces
el Diablo tiene sus propios fines y no es mero ejecutor de Planes Divinos;
más bien interfiere en esos planes. Tal interferencia no puede ser
otra cosa que un plan alternativo, que logre ser establecido en reemplazo
del plan del Creador. Si el Amor, la armonía, la ausencia de odio,
de egoísmo, de violencia, de dolor, definirían el Plan Universal
que el Creador pudo disponer para la vida en los mundos galácticos,
podemos deducir que el saboteador de ese plan tuvo que haber ingeniado
estrategias para que en los mundos se lograra imponer el uso del odio,
del egoísmo, de la violencia, del dolor. ¿Para qué
iría a servirle esto? Si la meta era dar un "golpe de estado", para
quedarse con el gobierno del Universo, lo primero que el saboteador debía
hacer para evitar rebeliones en los mundos, era interrumpir entre éstos
y el Creador los circuitos de información, bloqueando la llegada
de directivas superiores a las galaxias, y la salida de información
desde las galaxias a los planos superiores, para que no se supiera a altos
niveles lo que estaría ocurriendo en los mundos físicos.
Considerando que el saboteador -lejos de ser el que nos han mostrado infantilmente
como un rebelducho cualquiera con cuernos y tridente- debió ser
una poderosísima jerarquía lumínica con su séquito
de poderosas entidades, no debe parecer extraño que millones de
mundos y de galaxias se hayan sometido a su autoridad creyéndola
legítima por cuestiones jerárquicas. Una jerarquía
tal que, para simples habitantes de mundos como éste, debió
ser la de un verdadero "Dios". No debe parecer raro, siguiendo esta lógica,
que en carácter de "Dios", de Creador del Universo, se presentara
esta entidad tan poderosa, no meramente ante simples habitantes de planetas,
sino ante consejos estelares y hasta galácticos. Tengamos en cuenta
que el Creador debe estar mucho más allá de las posibilidades
de seres galácticos de acceder a Él, así como tampoco
va a bajar a las galaxias a darse a conocer. Por lo tanto, dentro de la
estrategia del saboteador para separar a las galaxias del Creador y manejarlas
a su propia conveniencia, hacerse pasar como un alto representante de Él,
con autoridad para disponer lo que quiera, o hacerse pasar por el Creador
mismo, pudieron ser tácticas muy sencillas de llevar a cabo. Por
lo menos con seres como los humanos, hasta a un simple extraterrestre con
mensajes telepáticos a contactados, o a un espíritu cualquiera
a través de un médium, les puede resultar un simple juego
convencer a personas de que es Dios quien les habla. Si hasta el extraterrestre
Yahvé lo hizo con los judíos, y se ganó su lugar como
Dios en las biblias judías y cristianas...
Por lo tanto, el saboteador del Plan
Universal no debería actuar como tan infantilmente se nos describe:
un maligno. Como representante del Creador, o bien como suplantador
de Él, sus planes y sus actos debieron ser aparentemente "buenos".
Sus métodos tenían que parecer, al menos, lógicos.
Si el engañador debía separar del Creador a los habitantes
de las galaxias, debería ingeniar algo que los alejara de Él.
Algo que hiciera que al usurpador del poder, los habitantes de las galaxias
le reconocieran como legítima su propuesta.
¿Y qué pudo ser lo que
les propusiera? Debería ser algo que lo hiciera reconocido como
el "Dios" que "sabe lo que hace", y que a la propuesta del Creador del
Universo los planificadores y los habitantes de los mundos terminaran por
ignorarla. Y que si llegaran a conocerla alguna vez, les parecería
irreal. ¿Qué sería entonces?, de la realidad circundante
podemos deducirlo: casi toda la gente cree que esta forma de existencia
que padecemos y que a veces disfrutamos, es producto del Plan de Dios,
y pocos creen que pudiera existir un Plan por el cual esta forma de existencia
no debía tener lugar. Si la mayoría está convencida
de esto, y si esto es el triunfo de la estrategia del saboteador del Plan
Original, la conclusión sobre qué fue lo que propuso es ésta:
una forma de evolución en la cual el mal fuera considerado "necesario",
y en la que mundos con ausencia de negatividad fueran considerados "faltos
de enseñanza útil a la evolución".
¿Cómo convencer a los
gobiernos galácticos de implementar el uso de perturbaciones a la
paz de los mundos, para implantar esta desconocida clase de escuela? Aunque
"ordenes son órdenes", y con eso era suficiente, no sería
mala idea, en vez de emplear el fascismo, un simulacro de democracia. Con
el cual, comprometer a quienes aceptaran el nuevo plan una vez convencidos
de su funcionamiento, dejando el fascismo, a lo sumo, como alternativa
en caso de que no se lo aceptaran, o para los que se negaran si hubiera
quienes lo aceptaran.
¿Cómo convencer a gobiernos
galácticos que nunca usaron la negatividad, de que ella sería
manipulable para fines positivos, y que los resultados serían mejores
que todo lo conocido hasta entonces? Nada mejor que experiencias de laboratorio:
mundos experimentales donde ensayar los procesos de perturbación,
para luego restaurar el orden y dejar que los sujetos de las experiencias
den el veredicto: si sirvió o no haber pasado por una prueba así.
Cumplidas las experiencias, emergidos
de la oscuridad los sujetos puestos a prueba, a los cuales se les enseñó
que sufrir es necesario, ellos terminarían por admitir que así
fue, que gracias a la oscuridad la luz se puede medir con otros parámetros;
que no hay victoria sin desafío, y que no hay desafío sin
riesgo. Pero que pese a los riesgos, e incluso pese a que al correrlos
se cometan errores, ya llegará el momento de la rectificación
del camino. Esos alumnos de tal escuela pasarían a ser maestros.
El éxito que esa escuela ha alcanzado en este mundo, viene asegurando
que muchos aprendices saldrán de aquí como maestros que enseñen
que mundos como éste sirven y son necesarios. Si seres de mucho
más arriba que estos planos, vinieran a decirles a esos habitantes
de la Tierra que hubo un Plan por el que mundos como éste no tenían
por qué existir, y que ese Plan sigue vigente en los mundos donde
no se alteraron las leyes, esos humanos no lo aceptarían y defenderían
lo que aquí aprendieron.
Si los primeros procesos existenciales
con uso de negatividad, tuvieron que depender de pruebas piloto, y éstas
fueron un éxito porque lo corruptible se enderezó, quedaría
la incógnita de si eso sería siempre así. Pero si
en principio no hubo objeciones y estos procesos se llevaron a cabo en
millones de mundos, sería cuestión de tiempo constatar los
resultados.
Mientras tanto, saboteado ya el Plan
Universal, y reemplazado por el plan con negatividad, el usurpador de los
espacios y tiempos galácticos podía ya llevar a cabo su estrategia
con todo el apoyo y la obediencia que necesitaba en las galaxias.
Con el paso de millones de años,
mundos fueron destruidos por sus habitantes al perderse todo control en
ellos, y las degradaciones espirituales de diversas colectividades de seres
llegaron a ser tan irreversibles, que el Plan supuestamente "evolutivo"
empezó a dejar a la vista incorrecciones tales, que podría
ser visto como involutivo, corruptivo. Y el diseñador de tal estrategia,
ya no podría ser visto como alguien con fines nobles. ¿Qué
se estaría proponiendo? Si lo que quería era tomar el poder,
corromper a los habitantes de las galaxias, expandir la negatividad como
lo hizo a niveles epidémicos en el Universo, tanto que ahora cuesta
demasiado sanar a los mundos enfermos, ¿por qué no vino directamente
como invasor, como claro y visible destructor de la obra del Creador, en
vez de presentarse como un constructor, un arquitecto de una nueva forma
de edificación de los procesos evolutivos? ¿Por qué
si su fin era eclipsar el Universo, permitió que mundos que cumplieron
las experiencias de oscuridad, luego resplandecieran? Cuando se dice -y
lo dijo Juan Pablo II- que "la estrategia del Diablo consiste en hacer
creer que no existe", lo que suele no pensarse al respecto, es que si lo
que él quiere es que se crea eso, es porque le conviene que también
se crea que mundos alterados como éste no son obra de él,
sino del Creador del Universo.
¿Desde dónde ejecutó
toda esta trama el suplantador? En las galaxias, podrían ignorarlo;
a cada una pudieron llegar representantes de él para hacer cumplir
su plan como si éste viniera de lo más alto del Universo.
Ni el Creador ni el impostor deben haber estado al alcance de nadie en
las galaxias, para comprobar quién era quién; cualquiera
de las dos directivas para la evolución, que llegaron a las galaxias,
pudieron ser tomadas como de fuente "divina": si primero se aceptó
que la evolución era sólo en la luz, y después llegaron
nuevas directivas implantando un sistema de evolución con oscuridad,
¿quién, en las galaxias, tenía autoridad para cuestionar
algo que venía de demasiado alto para saberse sus razones?
Producto de la falta de conocimiento
al respecto de esto, es que millones de habitantes de cada uno de los millones
de mundos de millones de galaxias donde se alteraron los programas de evolución
originales, seguirán, como lo hicieron durante millones de años,
ejecutando lo que siempre se entendió que era el Plan del Creador,
con sus "Leyes Universales" que requieren someter al dolor a los seres
para que evolucionen...
En conclusión, nunca existió
el tal Padre Universal Bueno que permitió el Mal para utilizarlo
con fines provechosos para sus hijos del Universo. Lo que existió
fue un Padre Universal que, si era "Bueno", lo fue porque al Mal no le
dio lugar alguno en su obra, ni sometió a sus creaturas a tener
que conocer la oscuridad. Y nunca existió el tal "Maligno" que sólo
hizo cosas malas liderando ejércitos del Mal: habría sido
poco estratega y poco astuto, porque habría sido demasiado evidente
lo suyo; lo que existió fue alguien aparentemente "Benigno" que
mezcló cosas buenas y malas presentándolas como necesariamente
coexistentes, por lo cual tanto los ejércitos del Bien como los
del Mal, eran dos extremos opuestos de una misma fuerza que él administraba.
Nunca existió el "Diablo" que pretendía tan sólo arruinar
mundos y hacer sufrir a las almas eternamente, comandando sus legiones
de las tinieblas. El verdadero "Diablo" hizo posible que la luz brillara
en cuanto mundo él quiso, y permitió que cuantas almas se
le antojara gozaran de la felicidad por la cual ahora le agradecen por
ser un "Dios" tan providente...
El verdadero "Diablo", "Dios" falso,
Ahrimán, Demiurgo, Nefasto, "Naturaleza" o etcétera, siempre
tuvo y sigue teniendo sus ejércitos del Bien, cuyos seres de luz
le obedecen, porque es el único "Dios" cuyo plan se ha venido cumpliendo
de tal forma, que nadie va a sospechar que otro Plan y otro "Dios" están
tan por encima de todo esto, que si esto es basura, y si no nos damos cuenta
solos de que hemos sido estafados con tal cosa como si fuera grandiosa,
¿merecemos que el Creador del Universo nos envíe mensajeros
que revelen la gran farsa aquí montada? ¿Qué, no hubo
en las creaturas del Universo capacidad de advertir que se las estaba engañando
y manipulando fuera de toda Ley Universal para la evolución del
ser? ¡Claro que sí la hubo!: ni siquiera en un mundo tan al
revés como éste han faltado pensadores que, filosofando,
llegaron a la conclusión de que todo esto es un gran engaño,
y no un escalón en la evolución.
Por lo tanto, si los mensajeros del
Creador no harían otra cosa que repetir lo que humanos pensantes
intuyeron, o dedujeron reflexivamente, ¿corresponde que vengan a
decirnos lo que tenemos demasiado a la vista para darnos cuenta solos?
Mientras esperamos que extraterrestres esclarecedores vengan a decirnos
la verdad, ¿no pueden ellos entender que esa verdad no debe -a través
de sus mensajes y contactos- descender hacia nosotros, sino que somos nosotros
los que debemos ascender a ella? ¿Qué tal si mientras muchos
extraterrestres siguen engañados, otros ya saben cómo fue
la cosa en realidad, pero éstos consideran que a mundos como el
nuestro es prematuro decirles la verdad?
Tal vez deban pasar miles o millones
de años para que todo se sepa. Quizá el propio Creador del
Universo haya evaluado la situación y haya considerado conveniente
dejar que los procesos en marcha se cumplan, pase todo lo malo que tenga
que seguir pasando mientras tanto. Que si bien Él había dispuesto
una evolución sin negatividad, ahora que la ha visto expandida por
el Universo, en lugar de mandar tropas a sofocarla, la deje seguir curso
hasta donde sea que ella pueda llegar, sea cuanto fuere lo que arrase a
su paso. No será, en tal caso, un Dios muy Protector que digamos
y, por lo tanto, tan Todopoderoso como para eliminar el cáncer universal
de una vez; pero sí, muy posiblemente, sea un Creador con limitaciones,
impedimentos, ausencia de fórmulas mágicas, y de omnipotencia.
Es decir, un Ser en evolución con problemas como los nuestros, pues
Él y nosotros estamos todos en un mismo problema cuya resolución
no es sencilla, ni para un simple humano, ni para un Gran Creador. El cual,
por no ser omnisciente ni omnipresente, ni supo que iba a pasar lo que
aquí pasó, ni podía estar aquí para evitarlo.
Fenómenos comprobablemente extraterrestres
Ante cualquier caso OVNI cuyos testimonios y evidencias
físicas puedan demostrar su naturaleza extraterrestre, es muy sencillo
hacer que la gente dude o de plano no crea, y los refutadores saben muy
bien cómo manejar la información para que eso suceda. Como
"guía para el aprendiz de refutador" (escéptico y ocultador
de la verdad), hay una serie de principios infalibles para desmentir
casos, desprestigiar testigos y lograr incredulidad pública, que
se han venido dando de Roswell en adelante. Para quien desee ser, desde
abajo, un eficiente colaborador de los altos niveles de desinformación
pública, aquí tendrá las orientaciones necesarias.
· 1- EL PRINCIPIO DE TENDENCIA A LA POLÉMICA
Si alguien presenta un testimonio, el público
estará bien predispuesto a darle crédito sin objetar lo que
diga, en tanto nadie presente una versión que ponga en duda su palabra.
El refutador sabe que "llevar la contra" llama la atención (debido
a la natural tendencia del público a prestar oídos a la polémica),
por lo que cuenta con la ventaja de que su desmentida, por infundada que
sea, colocará en duda los argumentos de la fuente a refutar, por
sólidos y comprobables que ellos sean.
· 2- EL PRINCIPIO DE MANEJO DE DATOS Y RUMORES FALSOS
Convertir un tema por evidencias indiscutible, en
arena de la discusión, no prosperaría, haciendo a esa arena
estéril para el refutador, si ella no fuera irrigada y fertilizada
con datos y rumores -verdaderos o falsos, no importa mientras sirvan al
propósito- que induzcan al público a la duda o el descrédito.
En caso de comprobarse la falsedad de los datos, el refutador, con sólo
admitir "haberse equivocado", quedará libre de culpa, pero el daño
ya estará hecho y habrá logrado su propósito de convertir
en cuestionable al blanco de su ataque.
· 3- EL PRINCIPIO DE NO OBLIGATORIEDAD DE VERIFICACIÓN
DE DATOS Y RUMORES DE DESCRÉDITO
Si las versiones que descalifican al testigo son
ciertas o no, al refutador, el público no le exige que lo verifique,
porque da por sentado que si está para refutar, usará cualquier
argumento para mantener su oposición, por dudoso que sea. Como el
refutador sabe que el público le da este handicap, lo aprovecha
sosteniendo lo dudoso que desacredita al testigo hasta que del lado de
éste alguien demuestre lo contrario. La "obligación" de demostrar
la falsedad de los datos o rumores contra el testigo, para el refutador
-y para el público- es tarea de aquél y de quienes lo apoyen.
· 4- EL PRINCIPIO DE CONCESIÓN PÚBLICA DE FACULTADES
PARA DESACREDITAR AL TESTIGO Y LA EVIDENCIA
El refutador usa y abusa de cualquier trascendido
infundado con que pueda cumplir su labor descalificadora, sin que nadie
le exija un manejo serio y responsable de la información, porque
él es conciente de que está públicamente conceptuado
como ni serio ni responsable en tal manejo. El público le hace al
refutador esa concesión, porque comprende que alguien debe cumplir
el rol de aportar todos los elementos contrarios a lo que expone el testigo,
siendo que la gente toma al refutador no como un evaluador de esos elementos,
sino como mero instrumento para que ellos sean dados a publicidad y luego
sean evaluados por quienes tengan la función de esclarecer el asunto.
No se ve al refutador como un "esclarecedor", sino como alguien que propone
otro punto de vista, que propicia la confusión, de la cual, duda
mediante, deberá salir la claridad, pero no a través de él
ni del testigo, sino de la referida "autoridad" cuya palabra final siempre
quedará en suspenso. Y el refutador saca máximo provecho
de esto, dejando para sus antagonistas la verificación de los datos,
mientras que él se limita a divulgarlos sin necesidad de verificar
absolutamente nada.
· 5- EL PRINCIPIO DE IMPERSONALIDAD DE LAS VERSIONES DESCALIFICADORAS
Si bien el refutador es públicamente considerado
(por la mayoría) como un mediocre de mente cerrada, e inclusive
en ciertos casos un agente encubierto de ciertas organizaciones ocultadoras
de evidencias extraterrestres (sea esto cierto o no), no por eso lo que
introduzca al debate sobre un determinado caso va a carecer de efectos
devastadores para la credibilidad de lo que se discute. Porque llega un
momento en que, para el público, en cuanto a datos o rumores contra
lo atestiguado, no queda ni claro ni recordable quién lo dijo -es
decir, el refutador, lo que sería suficiente para no creer en lo
que él diga-; quedará como que "se dijo", no importará
por vía de quién. Lo que el refutador dijo, ya no queda estrictamente
ligado a su persona: asume autonomía, termina siendo "de nadie",
algo impersonal dando vueltas de boca en boca, que no se sabe de dónde
salió, pero que quedará instalado como una opción
a tener en cuenta a lo largo de la discusión, incluso a lo largo
de los años.
· 6- EL PRINCIPIO DE DIFAMACIÓN
Si el testigo es alguien de inobjetable calidad
humana, y aparece un rumor que ponga en duda su reputación (y credibilidad),
el refutador no comprobará la veracidad del rumor, y lo reproducirá.
De toda versión que contradiga a ese rumor y que apoye la buena
honra de la fuente, el refutador no hará la mínima mención.
· 7- EL PRINCIPIO DE EXPLOTACIÓN DE DESMENTIDAS "OFICIALES"
Si voceros gubernamentales, militares u otros hacen
cosas tales como cambiar en el sitio del incidente aéreo, la evidencia
de restos metálicos extraños (luego desaparecidos sin rastro...)
por un globo sonda, o comunicar que el objeto zigzagueante era un nuevo
prototipo de tal base aeronáutica, el refutador sabe que apoyando
lo dicho por esas fuentes, no necesitará argumentos propios para
oponerle al caso en cuestión. Por lo tanto deberá sacar partido
de todo lo que "oficialmente" se comunique para desmentirlo. Esto le dará
una imagen de "respetabilidad" (e inmunidad) por parte del las "autoridades",
y le abrirá puertas en los medios de comunicación donde será
considerado "serio", pese a que para el público esa complicidad
con los poderes establecidos sea carente de toda seriedad investigativa.
· 8- EL PRINCIPIO DE USUFRUCTO DE LA AUSENCIA DE AUTORIDAD
CON VEREDICTO FINAL
El refutador no tiene la mínima autoridad
para desmentir una prueba: eso es algo que, según el público
tiene entendido, debe ser determinado por alguna autoridad en la materia.
Pero el refutador sabe que su tarea estará cumplida: habrá
hecho que lo indiscutible fuera puesto en discusión, y con ello
será suficiente para él, pues agitadas las aguas, por más
que muchos le hayan creído al testigo, también serán
muchos los que no sepan qué creer.
Esa "autoridad" que la gente tiene entendido que
debe ser quien tenga la última palabra, la "oficial", el veredicto
que confirme o desmienta un caso, nunca aparecerá, y como el refutador
sabe que esto es así, aprovechará para desmentir todo lo
que pueda, sin que la referida autoridad -por ausencia- ponga en riesgo
esa tarea desinformativa. Al saber que el público sólo le
dará la razón al testigo cuando la "autoridad" convalide
su testimonio (es decir, nunca), el refutador aprovechará ese vacío
dejado para llenarlo como único beneficiario de la polémica.
· 9- EL PRINCIPIO DE PROTAGONISMO MEDIÁTICO
El testigo es alguien que ha tenido una experiencia
concreta y la presenta; si va a los programas o le hacen entrevistas en
medios gráficos, es porque él ha sido protagonista de algo.
Ese protagonismo no se extiende más allá del hecho: cuando
él lo expone en los medios de comunicación, dice haber protagonizado
algo que pasó; ya no es "protagonista", a no ser mediáticamente,
pero esto como producto de lo que verdaderamente le importa al público
a nivel protagónico por parte del sujeto, y que es su vivencia.
El refutador no ha participado en el hecho, no ha tenido protagonismo alguno
en el caso que se está tratando, y sin embargo emite su juicio sobre
lo que no ha visto. Su único "protagonismo" consiste en ser alguien
públicamente conocido como contraparte de quien sea que exponga
su experiencia personal; alguien invitado permanentemente a programas o
consultado por la prensa gráfica "para que haya polémica",
pues "hace falta" que alguien contradiga al testigo "para hacer más
entretenido el show" (porque para los medios el asunto, por extraterrestre
y trascendental que pueda ser para la humanidad es un "show" más,
al cual exprimir durante los quince días que sea tema de actualidad).
Por lo tanto, el refutador no puede competir en cuanto a protagonismo,
con el rol protagónico del testigo en el hecho que relata; sólo
puede poner en competencia su protagonismo mediático (que el público
ya conoce y que es su aval) contra el protagonismo mediático del
testigo, que es nuevo y escaso. En esta pugna, el escéptico sabe
que lleva la mejor parte, porque él ya es "alguien" para el público
desde hace tiempo, mientras que el testigo es "nadie"; "un buscador de
fama", dirá el refutador para terminar por desacreditarlo.
·10- EL PRINCIPIO DE BORRADO DE ANTECEDENTES
Aunque son numerosos los casos en que no quedó
otra explicación posible que la de naturaleza extraterrena, el refutador
procurará que la memoria del público no sea reactivada, planteándole,
en cambio, la tesis de que "nunca se demostró nada"; todos los testimonios
que se aportaron a lo largo de décadas, para el refutador sencillamente
"no existieron", y tratará de que eso crea el público. De
esta manera, cada vez que la evidencia de un caso cubra las exigencias
del público para ser creíble, en cualquier caso posterior
ese antecedente será hecho olvidar por el refutador, haciendo que
en estos temas siempre todo sea un repetido "volver a empezar". Pese a
que los creyentes en la extraterreneidad del fenómeno OVNI suelen
rondar los tres cuartos en las encuestas, el refutador planteará
siempre las cosas como si acaso fuera cierto que "la gente no cree" o "duda",
para simular que cuenta con respaldo de un "mayoritario" público
escéptico o no definido, por falta de "evidencias", cuando justamente
por abundancia de ellas el único público mayoritario es en
realidad el creyente; realidad ésta que, con el borrado de evidencias
en su discurso, el refutador pretenderá contradecir aun sabiendo
la mentira de ello.
Cada uno de esos principios puede resumirse en unos elementales "mandamientos":
1- Generarás polémica.
2- Usarás datos que descalifiquen
aunque puedan ser falsos.
3- No verificarás si los datos
usados son falsos.
4- Asumirás abusivamente el rol
de "contra" que el público espera que cumplas.
5- Desacreditarás, aunque el
público rechace lo que digas, hasta que termine por creerlo posible
al olvidar que fue tuyo.
6- Difamarás.
7- Avalarás toda fuente "oficial",
en complicidad con los poderes establecidos.
8- Llenarás con tu labor descalificadora
el vacío de autoridad en la materia.
9- Desfilarás por los medios
para que tu protagonismo en ellos se imponga sobre los desconocidos a que
ataques.
10- Repetirás siempre que "nunca nadie presentó
prueba alguna", para convencer de ello a los no informados de las pruebas
ya presentadas.
Comandante Clomro
12 de agosto de 2001
Derechos Irreservables: reprodución obligatoria
Las tres opciones en que pueden
resumirse las legendarias discrepancias acerca de la realidad existencial
que nos ha tocado en suerte, y quién y para qué la ha diseñado,
se pueden expresar en éstas alternativas:
a) 1- si esta clase de mundos
obedece a un plan de evolución correcto, 2- de evolución
incorrecto, o 3- de involución intencional.
b) 1- Acierto evolutivo, 2-
error involutivo, o 3- intención involutiva.
c) 1- Experimento acertado,
2- experimento fallido, o 3- ningún experimento: se sabía
bien las consecuencias, previsiblemente nefastas para los habitantes de
estos mundos.
d) 1- Mundos atípicos
controlados dentro del orden universal, 2- mundos donde se ha perdido el
control, pero aun mantenidos dentro del orden universal, o 3- mundos enajenados
del orden universal, controlados por fuerzas fuera de orden.
e) Responsable: 1- un Creador
Bueno e infalible que sabe lo que hace, pese a lo que nos pase, 2- un Creador
Bueno pero no infalible al que algo le falló, por lo que nos pasa
lo que Él no quería que nos pasara, o 3- un creador no bueno,
pero sí infalible para haber ingeniado y obrado el desastre que
es esto; creador con minúscula, saboteador de la obra de un Creador
Superior al cual haya suplantado, religiones mediante, inclusive.
En alguna de las tres categorías
de opciones debe estar la explicación de lo que pasa en el mundo.
¿Cuál es la verdadera y cuáles las dos falsas?
Cada campana contactista suena distinto
Según fuentes pleyadianas
como B. Marciniak o B. Hand Clow, resulta que "todo estaba bien" hasta
hace medio millón de años, vinieron los reptoides y arruinaron
todo: la genética humana empobrecida, los chakras bloqueados, y
así, la decadencia. Pero el "todo estaba bien", ¿considera
que cientos de millones de años de especies comiéndose unas
a otras fueron algo "bueno"? ¿Había necesidad de someter
a espíritus cósmicos a millones de años de reencarnaciones
en dinosaurios carnívoros, o en herbívoros comidos por ellos?
¿Qué clase de evolución de conciencia se puede alcanzar
en ese estado de manifestación física del espíritu?
Brasil, 1981: llegan entidades
extragalácticas que, justamente, dicen que todo ese proceso de especies
frenadas en su evolución durante cientos de millones de años
se debió a que la falla se produjo ya en aquellos tiempos (no hace
sólo medio millón de años, con los reptoides), por
obra de entidades que ya estaban desviadas de la normal evolución
mucho antes de que empezara el proceso de vida en las galaxias, y que en
ellas introdujeron alteraciones.
Pero uno lee la Biblia o el
libro de Urantia, y no: "todo era bueno", (hasta los carnosaurios); "fue
Lucifer el que arruinó el cosmos"... Y listo; así de fácil.
Vía Satán, "Luci" trasladó la rebelión -el
mal- a la Tierra, y "desde entonces" -no antes- este mundo se salió
de curso (pero "Dios no evitó esto porque hasta el mismo demonio
funciona como agente suyo -incluso para poner a prueba a Job o a Jesús-
dentro de la 'experiencia evolutiva' del plan divino...").
Un Dios hecho a medida
Esta historia simplificada
que nos cuentan es una cortina de humo: así se encubre que la falla
es anterior; muy anterior a la famosa rebelión de Lucifer, y así
al mundo de las especies inútiles comiéndose entre
sí en el Jurásico y el Cretácico, se lo muestra como
útil, necesario, hasta, más que "bueno", magnífico.
Todo dentro del "plan divino" de un Dios que está "en todas partes"
y que, por eso, no se le escapa nada. Si los saurios fueran un error o
un mal intencional provocado a los espíritus en ellos encarnados,
Dios no podría ser omnipresente, ni omnipotente, porque siéndolo,
habría impedido el experimento de los grandes reptiles si ellos
fueran inútiles e innecesarios. Pero en nombre de la preservación
de la falsa idea de la omnipresencia, de la omnisciencia y de la omnipotencia,
para que Dios sea el vigilante, el controlador y el providente que la debilidad
humana necesita, había que inventarle a los dinosaurios una utilidad
y una necesidad de ser que los justificara y que les diera lógica
de existir. Era la única forma de mantener a Dios en la lógica
del humano necesitado de su presencia y super poder. Porque si en vez de
inventar una lógica artificial para Dios y para los dinosaurios,
se advirtiera la ilógica natural de esos animales en el Universo,
y la ilógica de la idea de lo ilimitado de las facultades de Dios,
habríamos tenido un Dios más lógico objetivamente,
menos operativo en nuestra realidad -que se le escapó de las manos,
tratándose de un Ser que, por estar en evolución, tiene sus
limitaciones- y por lo tanto, no responsable, ni culpable directo de lo
que aquí ha pasado. Lo cual nos habría servido para ser más
autosuficientes, pero esa lógica habría roto nuestras fantasías
de un Dios providente que, como Papá Noel con sus regalos, mientras
no se sepa que no es más que una fantasía, mejor que la verdad
no se diga y Dios sea absoluto y los dinosaurios sigan siendo tomados como
una creación suya con fines útiles que Él sabrá...
Porque nosotros, realmente, no sabemos qué función cumple
la vida aprisionada en cuerpos de especies imposibilitadas de no matar
a otras para subsistir, porque ése es el sitio que se les asignó
en la cadena alimentaria. A esto podría replicarse con que nosotros
somos más destructivos que cualquier animal, y que por lo tanto
hasta los tiranosaurios eran mejores que nosotros. Pero el hecho de que
seamos la obra maestra de la destrucción, no quita el error menor
de la creación de las especies como ésa, o como el escorpión.
La vida y la belleza, expresadas, pero atrapadas
Ahora que cada especie ocupa
un lugar en el ecosistema, debemos preservar hasta los alacranes para que
el equilibrio no se rompa. Pero eso no significa que, si pudiéramos
empezar desde cero, tuviéramos que ponernos a crear especies con
aguijones, garras y colmillos. Ahora que cada especie tiene atributos capaces
de maravillarnos, admirémosla; pero eso no significa que si pudiéramos
crear un mundo nos pondríamos a fabricar organismos parecidos a
los aquí concebidos para que se coman unos a otros: alguna forma
inofensiva de creaciones podemos concebir para que la vida se exprese.
El color de una mariposa o
el vuelo de un águila nos deslumbran tanto, que la sola existencia
de especies como ésas y tantas otras "maravillas", nos hace pensar
que la belleza expresada en esas formas les justifica la existencia en
el Universo. Sin embargo, esas formas, los colores, los movimientos, son
expresión de una belleza atrapada en la tridimensión de un
mundo hostil, donde ella a duras penas consigue expresarse. Pero si esa
belleza no estuviera aquí atrapada y limitada, la veríamos
expresarse en posibilidades mucho más ricas y deslumbrantes que
la mariposa o el águila. En esas formas biológicas de manifestación,
el ser apenas logra un esbozo, un mero bosquejo de todo lo que podría
manifestar en un mundo libre, sin los límites que la negatividad
pone a la vida. Si comparáramos lo que aquí nos rodea, con
lo que allí todo lo aquí materializado y limitado pudiera
desplegar sus facultades, ni por un momento nos parecería aceptable
que tanta energía y vida hayan sido aprisionadas en un plano de
tal densidad y corrupción como éste. Pero ignorantes los
humanos de la otra realidad y sometidos a ésta, la mariposa y el
águila no tienen por qué dejar de parecernos obras maestras
de la creación.
Mundos fuera de orden: revelaciones y silencios
En situación parecida,
mensajeros venidos de diversas partes de la galaxia tienen también
su lógica errónea (que les fue enseñada) con la que
se suplantó a la lógica natural del Universo y de lo que
realmente es Dios. A ellos también se les hizo creer que funcionan
dentro de un orden oficialmente establecido en el universo, para la evolución.
Duro sería tener que cambiar todas sus concepciones de lo que debe
ser la evolución en los mundos, si acaso descubrieran la verdad
oculta. Si una entidad extragaláctica llegara a los mundos de ellos
a decirles que todo ha sido equivocado, que lo que se ha operado en la
galaxia con el manejo de la dualidad, con la negatividad como agente en
la experiencia evolutiva, ha sido fuera de orden y no dentro del orden
cósmico, debería considerar si convendría o no decírselos.
¿De qué serviría, si no habrá forma de que
los seres de esos mundos modifiquen de la noche a la mañana sus
sistemas de evolución? ¿Para qué saber que todo está
mal, si seguirá mal hasta que el proceso culmine? ¿De qué
sirve una verdad que no pueda modificar el estado de las cosas, porque
ellas siguen pasos? Supongamos que un mundo dentro del supuesto "orden"
de ellos está atravesando la etapa de las guerras, y los seres están
muy corruptos para ser llevados de frente a la iluminación, la paz
y la restauración del equilibrio absoluto. Que eso fuera como quitarle
la venda de semanas a un operado de la vista, y ponerle un reflector en
los ojos. Entonces no: ninguna revelación para esa humanidad, mejor
procesos graduales. Por lo tanto, mejor que esta galaxia termine sus "procesos
graduales" de restablecimiento de la iluminación luego del apagón,
y recién cuando todo concluya y se normalice, habrá que decirles
la verdad: todo fue mentira, todo fue alteración del orden.
"¡Pero sirvió
como experiencia!", dirán. "Una experiencia que no era preciso cumplir",
se les dirá. La luz, para ir a la luz, puede ir por la luz; no necesita
ir por la sombra para saber que brilla. Ya el universo había experimentado
conflictos suficientes para tener una medida de lo que es la oscuridad,
para no seguir sometiendo a nadie a ella para que se sepa lo que es el
amor y la luz. No era necesario someter a los seres en las galaxias a más
horror del que ya se conocía. Sin embargo, necios los espiritualistas
de diversas doctrinas, si les dieran mundos nuevos para iniciar en ellos
a seres espirituales en procesos existenciales de tridimensión,
reproducirían lo hecho en la Tierra "porque es lo que aprendí
que servía, y debo enseñarlo", dirán. Eso les explicarían
a las víctimas de sus aberraciones creativas. Lo mismo hacen las
entidades cósmicas que contactan gente, cuando se les pregunta el
por qué de este mundo aberrantemente creado: "ninguna aberración;
el mundo es lo que debe ser según el Plan..."
¿Y qué hacen
los que están más allá de ellos, los que saben que
esto es incorrecto, que no vienen a decírselo a los encargados de
los mundos como éste para sacarlos del error? Quizá hacen
lo mismo que cualquier humano conciente de estas cosas, cuando está
ante gente fanática de religiones: callar. Sólo hablar a
quienes tengan oídos para esto. Los que están más
allá de la galaxia y niegan la verdad a muchos mundos, también
se la dicen a algunos individuos que ellos estimen receptivos. Tales entidades
callan o hablan según convenga o no que un sujeto sepa la verdad,
y han considerado que esa verdad sería inútil revelársela
a todos los seres de todos los mundos. Puede discreparse en eso y considerarse
que la verdad debería ser dicha a todos pase lo que pase, pero hasta
nosotros mismos no lo hacemos, tan selectivos en a quién le hablamos
de estos temas y a quién no, así que procuremos comprender
por qué ellos no lo hacen tampoco.
Los infradioses suplantadores
Por lo tanto, entidades como
Ashtar Sheran o los pleyadianos de Marciniak seguirán contando lo
que dicen que es la verdad (sin que, de serlo realmente, en ningún
caso sea toda la verdad), y habrá que creerles, o no creerles, o
dudar, porque la verdad TOTAL, no tuvo visa para ser traída masivamente.
Sin embargo, por pura intuición o por simple reflexión, a
través de la historia hubo siempre gente que pudo dar con algunas
de las claves de esa verdad oculta, cuando sospechó de algo turbio
en el trasfondo de la génesis del mundo. Almafuerte, Capdevila,
Cioran, y tantos otros, entre los cuales casi todos los humanos, si no
todos, hemos estado al menos por cinco minutos siquiera una vez en la vida,
percibiendo lo dañino de la creación del mundo y la falsedad
de la idea de un Dios que lo puede todo y que todo lo hizo y lo controla.
Si no fuera sólo por
cinco minutos que pensáramos o sintiéramos así, sino
permanentemente, estaríamos libres de religiones y de infradioses
suplantadores que las inventaron y que ahora llegan con la carta de presentación
de "extraterrestres", "hermanos superiores" o "ángeles".
Pero como la mayoría
de la gente apenas piensa o percibe la realidad tal como es, todo sigue
manipulado, bajo control, dividido por religiones y nacionalismos, por
neoespiritualismos dogmáticos que siguen comprando y siguen queriendo
venderle a la gente al Dios-imagen y semejanza de un falso arquetipo de
Creador que, por debilidad, el humano inferior necesita para sentirse protegidos.
Por su parte, el Creador verdadero necesita que seamos concientes de sus
limitaciones para que no lo involucremos en nuestros asuntos (incluidas
las guerras "en nombre de Dios") y obremos a título personal, autosuficientes
y con una responsabilidad de nuestros destinos no delegable en alguien
Superior a quien suponer que tiene nuestros destinos en sus manos. El Creador
verdadero nos necesita libres y autodeterminados. Las mentes débiles
necesitan al Dios inventado, para no asumir responsabilidades y derivar
a la fatalidad de sus designios las causas de nuestros males. Eso se puede
hacer de dos formas: comprendiendo a Dios (tratamos de hacerlo), o culpándolo
por su maldad para con nosotros (nos cuesta menos hacerlo). Por eso dice
Cioran: "El dios malo es el dios más útil que jamás
hubo. Si no lo tuviésemos a mano, ¿a dónde se encaminaría
nuestra bilis? Toda forma de odio se dirige en última instancia
contra él. Como todos creemos que nuestros méritos son desconocidos
o pisoteados, ¿cómo admitir que una iniquidad tan general
sea obra del hombre tan sólo? Debe remontarse más arriba
y confundirse con algún tejemaneje antiguo, con el acto mismo de
la creación. Sabemos, pues, con quién tenérnosla,
a quién vilipendiar: nada nos halaga y nos sostiene tanto como poder
situar la fuente de nuestra indignidad lo más lejos posible de nosotros."
El Dios histórico impostor y el Creador Supremo
Cioran se refería al demiurgo como ese dios malo, y no al Dios propiamente dicho. Pero la gente suele confundir al uno con el otro, y en última instancia es el verdadero, el superior, el inocente de lo aquí ocurrido, el que recibe los reproches humanos. "¡Dios hijo de puta!", "¡Me cago en Dios puto!", frases habituales de recriminación y queja salidas de tantas bocas, muchas de ellas de autodenominados "católicos" (¡bonita forma de manifestar el catolicismo!). Así se dirigen al de más arriba, creyendo que Él tiene algo que ver con los problemas humanos, e ignorando que el destinatario de los reproches debería ser un autodenominado "Dios" muy lejano de serlo. Estaba más cerca, se había manifestado (personalmente, o a través de alguno de sus agentes) ante Moisés, había condenado a los judíos a milenios de calamidades y a ser factor de crisis en el Próximo y Medio Oriente, para lo cual ese Dios impostor usó a Mahoma para armar un culto que sirviera para antinomias en la región; antes había usado a Jesús para armar un culto cuyo brazo evangelizador barrería con los nativos de todo un continente, luego de sumir en el oscurantismo a Europa. Ése era el Dios autoproclamado como tal -a falta del verdadero para desenmascararlo-, que el mundo sigue adorando con distintos nombres, pese a siglos de demostraciones de que todas las religiones que armó han conspirado contra la unión de la humanidad. Mientras el Dios verdadero, jamás inspiraría la creación de religiones para que nos dirijamos a Él, pues nos puso al amor como vía infalible de comunión con el Todo, haciendo innecesaria cualquier doctrina, rito o adoración, porque con amor es suficiente. Incluso es más digno de nuestra adoración (si algo hubiera que adorar) que el mismísimo Creador Absoluto, porque mientras hasta Él tiene su propia sombra, el amor es lo único que nos queda (y que le queda) como valor supremo a seguir. Conciente de sus propias miserias, hasta el propio Creador tiene al amor como lo supremo que hasta Él mismo debe adorar, al igual que nosotros. Por lo tanto, adoremos lo mismo que Él, y no a Él, y así estaremos con Él. "Hay que pensar en Dios, pronunciar el nombre de Dios para revertir la negatividad en el mundo", decía un adepto a Sai Baba. Mientras tanto, como Dios no pensaba en sí mismo, sino en el amor, el discípulo de Sai y los que siguieron su consejo no estaban pensando al unísono con Dios (por pensar tanto en Dios y en el nombre de Dios y no en el amor, se es capaz de llegar a una "Guerra Santa", "en nombre de Dios"). Pensemos al unísono con Dios, pensemos en el amor y no en Él, y estaremos con Él en el mismo pensamiento.
Comandante Clomro,
8-9 de noviembre de 2001
Los límites de la lógica académica
Es ilógico tener que estar explicando cosas
para que entienda la gente que no quiere entender. Que no quiere entender
que la realidad no es sólo cuanto pueda percibirse por los sentidos
físicos. Que no es sólo cuanto pueda explicarse con la lógica
científica. Somos seres ilógicos, habitantes de un cosmos
ilógico que, al igual que nosotros, emanó de una fuente ilógica:
cualquiera haya sido esa fuente-energía, ente-mente, ella no tenía
que haber existido -según la "lógica" que todo quiere explicarlo-
porque la lógica dice que sólo la nada tiene razón
de ser (por decir de alguna manera que la nada pudiera "ser" o "existir").
Que NADA "existiera", suena lógico; la irrupción de "ALGO"
a partir de la nada, o en medio de la nada, no tiene ninguna lógica.
Que el "ALGO" haya existido "desde siempre", tampoco tiene lógica:
¿de dónde "salió" (por decir que tuvo que salir de
algún lado) si lo que había era NADA? Conclusión:
la "NADA" nunca existió, sino, en su lugar, el "ALGO", cuya existencia
no iniciada desde la nada, sino que no tuvo inicio, se hace igualmente
ilógica como quiera que se observe. Ese ALGO, al emanar de sí
todo lo existente, multiplicó en cada partícula de existencia
su propia ilógica. Desde el momento en que existimos, para una comprensión
REAL de lo que somos y de lo que es el TODO, debíamos emplear todo
excepto la lógica para ver las cosas como son.
Pero no: hay que explicarles a los "lógicos"
del cientificismo una realidad nacida de la ilógica, llena de cuestiones
tan ilógicas como estar en más de un lugar a la vez, saber
lo que va a pasar cuando todavía no pasó, ver vivo a quien
se supone que murió, ver en la Tierra a seres que se supone que
nunca han venido porque -siguiendo la lógica académica- nunca
podrían llegar aquí porque "no se puede" -dentro de esa lógica-
ir más rápido que la luz, y si acaso en otros mundos pueden
hacerlo porque su ciencia es más adelantada que la de aquí,
la lógica académica persiste en que "no existen" hasta que
la ciencia humana progrese lo suficiente para elaborar tecnología
hiperlumínica que, entonces sí, les dé a los habitantes
de otros mundos viajando a la Tierra permiso para recién entonces
empezar a existir. Si hay humanos que no emplean la lógica de los
laboratorios, y saltean pasos para ir directamente y por otro camino, al
encuentro de la realidad que esa lógica tiene fuera de alcance,
a esos humanos los "lógicos" les dicen que no tienen fundamento
lógico, y es cierto: no un fundamento en la lógica científica
de ellos, miles de años atrasada con respecto a la lógica
de mentes más avanzadas en el cosmos.
La "gran contribución" a la ciencia y al
desarrollo cultural e intelectual de la humanidad, efectuada por los escépticos
que niegan "científicamente" las profecías, la existencia
del alma, la reencarnación, las visitas extraterrestres y tantas
"irrealidades", nos ofrece "vivir" como pedazos de carne andante sobre
hueso sin necesidad de tener alma, por una existencia efímera y
única -antes de la cual no éramos y tras la cual no seremos-
en el campo físico de tres dimensiones -único existente-
del único planeta habitado desde el cual salgan naves espaciales.
Si "vivir" así le satisface, acepte la oferta que los "refutadores
de la pseudociencia" nos hacen: aléjese de la "ilógica" y
viva desconectado del cosmos, de cualquier realidad extradimensional, incluso
de sí mismo, conforme a la lógica académica. A lo
mejor le dan un diploma…
Comandante Clomro,
22 de noviembre de 2001
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