Parte I
LOS MOVIMIENTOS PREVIOS A MI SALIDA A ESCENA
SE VIENE OTRA VEZ EL EXTRATERRESTRE JUGUETÓN
Mensaje de un extraterrestre, en una botella flotando
1995, enero. Al regresar de Capilla, en una
parada a la noche, tuve un momento de necesidad de dejar un testimonio
escrito de mi presencia en la Tierra; sin firma, anónimo, contenido
en un envase de gaseosa. Dejado flotando en una fuente de una confitería,
era como si fuera el mensaje de un náufrago queriendo que se sepa
algo de él, sin importar quién es o dónde está.
No dejaba de ser parte de ese juego de poner a la
gente ante la sorpresa; me divertía imaginándome lo que pasaría
con esa, en cierto modo, "maldad" de dejar pensativo al que encontrara
la carta, y motivarlo a reflexionar sobre estas cosas. Por aquellos días,
crecía en mi mente la idea de presentarme públicamente en
radio, sin nombre; manteniendo el anonimato, podía ser extraterrestre
ante un micrófono y humano "normal" en la calle. Y dentro de ese
juego mental que iba tramando, una Coca-Cola junto a una fuente, una mezcla
de soledad, de necesidad de comunicación, y de ese espíritu
bromista que a veces me aflora, fue la combinación inspiradora de
esta ocurrencia. Algo se estaba preparando en mi destino; la hora de mi
aparición pública estaba cerca.
Este fue el texto del mensaje:
Una fuente puede ser como un océano: alguien
puede necesitar enviar un mensaje, alguien puede recibirlo en una botella;
alguien que esté necesitando descubrir algo. Y yo necesito revelar
algo: algo que tal vez llegue a quien necesite saberlo.
He de revelar que en el océano del Universo,
cada mundo es una isla desprendida de un continente, y que en cada isla
todo puede ser tan diferente de las otras, tan particular, que "la Verdad"
puede parecer mentira según dónde, y que la verdad de la
vida en la Tierra es que lo real y lo ilusorio han sido divididos por la
mente humana. Se confunde realismo con escepticismo, y al ilusionismo con
engaño a los sentidos. Como soy extraterrestre y no creerían
que lo soy, engaño a todos bajo mi apariencia humana, que es engañosa
a los sentidos. Y el mundo, que sólo cree en lo que ve, ignora lo
que merece ignorar por falta de sentido común, que no es el más
común de los sentidos.
Tal vez alguien necesite saber si nosotros existimos.
Tal vez nos haya imaginado dejando un mensaje en las pirámides o
mandándolo por interferencia a las redes televisivas. Pero no creo
que haya imaginado a uno de nosotros dejando un mensaje en una botella
de Coca-Cola; supuestamente, no tomamos bebidas así y no naufragamos
por la vida en cuerpos humanos, pero este mensaje está más
allá de tales supuestos.
Domingo 12 de febrero en Capilla del Monte. La mejor
voz femenina de las radios locales está jugando conmigo en su casa;
jugando al extraterrestre y la periodista. La grabación quedará
guardada un tiempo. Algo se mueve en mi mente; algo se está preparando.
Nace "Clomro", por escrito
Terminaba febrero, y el diario La Prensa publicaba
una nota sobre el "Proyecto E.T." del CAIRP (Centro Argentino Para la Investigación
y Refutación de la Pseudociencia), consistente en recompensar con
U$S 10.000 al primero que presentara una prueba de la existencia de los
extraterrestres. Les escribí en el acto, no en mi condición
de humano, sino como extraterrestre que trataba de ridiculizar el referido
proyecto, explicando que nosotros no tenemos ningún interés
en hacer demostraciones de nuestra existencia. Lo hice tanto con intenciones
de burla, como con intenciones de que hubiera cosas veraces y serias en
el contenido. Hablaba de los extraterrestres que no son de mi bando y que
sí parecen interesados en ser vistos, y hablaba de los que preferimos
pasar inadvertidos, produciendo cambios desde adentro de la sociedad, viviendo
como si fuéramos humanos comunes y corrientes. Titulada como CARTA
ABIERTA DE UN EXTRATERRESTRE (ver Informe Clomro-2, CARTAS) estaba
pensada para ser enviada y entregada a toda persona a la que pudiera interesarle
la temática, de modo que imprimí cientos de copias, que por
la no caducidad temporal del contenido, estarían destinadas a circular
indefinidamente, lo cual continúa ocurriendo.
Así fue la primera manifestación mía
como Clomro el extraterrestre, en un papel impreso y fotocopiado. Este
sería, entonces, mi seudónimo para cuando efectuara mi aparición
en los programas de radio (seudónimo = "nombre artístico"
para unos, "nombre cósmico" para otros, ya que luego se plantearía
la discusión sobre si este personaje sería un actor o un
extraterrestre de verdad).
Parte II
UN HOMBRE ENTRE HOMBRES, QUE PREPARA SU APARICION
PEQUEÑAS EXPERIENCIAS PREPARATORIAS
La idea del encapuchado
No tardó en llegar la hora de las FM, (junio)
si bien tres meses puede parecer un poco demorado. La idea de ir a los
programas con pasamontañas, empezó como una medida precautoria
en resguardo de mi identidad ante quienes justo pudieran estar dentro o
a la entrada y la salida. Pero entre mi realidad y mi ficción, esto
del personaje encapuchado produjo un impacto que no sé si yo preveía.
Y
supe que debía explotar esta debilidad de la gente. Había
quedado definida una imagen visual. Aun cuando en radio a uno sólo
se lo puede escuchar, la descripción que hacían los conductores
de los programas, me ponía pasamontañas en la imaginación
de la audiencia.
La idea del uniformado
1996 me vería definir la imagen física
a proyectar. Tras un paréntesis de un año desde aquella experiencia
en dos FM, en junio el comandante extraterrestre tuvo una reaparición
en radio "con bombos y platillos", en cuanto a la propaganda primero y
la repercusión después, en la emisora y su audiencia. Dentro
del juego con fondo real, el hecho de que fuera comandante me permitía
utilizar un vestuario acorde con el rango. Más que permitírmelo,
era en cierto modo una exigencia: el imaginario colectivo no admitiría
un comandante en jeans y zapatillas. Podría haber ido de blanco
espiritual o de metalizado espacial, pero yo no era ni un guía espiritual
de onda gurú, ni un maestro cósmico bajado de una nave. Mi
mensaje era el combate, la resistencia a las fuerzas opresoras del cosmos
y sus ramificaciones en la Tierra con los imperialismos políticos
y económicos. Mi ropa debía ser la de un combatiente. Mitad
símbolo de las revoluciones guerrilleras que se rebelaron contra
el sometimiento de los pueblos, y mitad símbolo de una lucha que
en el cosmos también tiene rebeldes al imperialismo de las fuerzas
oscuras. Usé, en principio, ropas de color marrón claro,
con una gorra encima del pasamontañas verde. En los hombros, dos
"platos voladores" de metal dorado. En el pecho, una insignia, una estrella
plateada de cinco puntas (tanto usada por los izquierdistas, como por esotéricos
como los masones, siendo un símbolo cósmico, que en su sentido
mágico corresponde a la magia blanca), un extraño símbolo
de ocho puntas a modo de mandala o estrella cruciforme doble; en la gorra,
otra estrella de cinco puntas, dorada, un cristal, un angelito dorado (guardián
celestial) y un tiranosaurio dorado (guardián de "la pesada"); las
manos enguantadas, anteojos oscuros y... listo el personaje. Más
adelante, utilizaría un uniforme militar, verde, obsequio de un
héroe de guerra que enfrentó infringiéndole decenas
de bajas, a uno de los imperialismos que, en la Tierra, cumplen los propósitos
del imperialismo cósmico. Uniforme que, ahora, estaba otra vez en
combate, pero ya apuntando contra el enemigo cósmico, y contra sus
poderes que, en manos humanas, dominan a los pueblos y ocultan información
que destaparía la verdad liberadora.
La idea de un lanzamiento a gran escala
Una breve y superficial primera aparición
televisiva en cable (agosto), y la cuestión Clomro pasó a
retiro por unos nueve meses. Algo, sin embargo, se estaba gestando por
entonces. El juego del extraterrestre mandando cartas o charlando en las
radios o algún canal de poca audiencia, era tan sólo el entrenamiento
preparatorio para lo que vendría. Las radios, los medios televisivos
y gráficos de alcance nacional e internacional, serían la
rampa de lanzamiento. Pero salir a la escena para un público de
millones de personas, no sería lo mismo que llegar a algunos miles,
como venía sucediendo. Se acababa el juego de guerra y comenzaba
el verdadero combate.
Era inevitable en mi destino que yo mismo me estaba
programando, que mi aparición ante un gran público se produjera
en algún momento. Pero el momento de mi irrupción era tan
deseado como lamentable para mí. Tendría que hacerlo en algún
momento, y cuanto más tarde, mejor para mi tranquilidad. Pero no
para mi inquietud, que me impulsaba a apresurarme cuanto pudiera. Lo que
yo tenía que cumplir, cambiaría la visión de la historia
y la perspectiva del futuro. No porque yo solo fuera a cambiarlo todo,
sino porque en el gran cambio a producirse, mi papel sería clave,
como lo serían los papeles de todos los participantes en este Plan
en que estaba. Y esa importancia de los papeles de otros, llevaron a la
parte humana de mi ser a pensar muchas veces, en que si yo no hiciera nada,
habría quienes cumplirían mi parte. Por lo tanto, más
de una vez, ante las dificultades de mi vida, a mis superiores que me hayan
enviado, y a mis compañeros y subordinados de "allá arriba",
pendientes de mi operatividad, les dije: "¡váyanse
al diablo, y arréglenselas sin mí!". Pero nada me garantizaba
que, si no cumplía con lo que me era posible, otros pudieran lograr
ciertas cosas. No me creía irreemplazable, pero tampoco podía
estar convencido de que no lo fuera. Más aún teniendo en
cuenta que formar una mente con la aptitud de la mía para cumplir
esta función, costó décadas, planificaciones cósmicas,
y circunstancias que a nadie más se le brindaron del modo en que
ocurrió conmigo. Vine a este cuerpo para esto, mal que le pese a
mi parte humana.
El extraterrestre esperaba y buscaba su momento
de aflorar. El humano se lo postergaba, por su deseo de mantener su estado
terrenal y común, para seguir siendo uno más entre los demás.
Pero en esa dualidad, como el extraterrestre estaba humanizado, y el humano,
trascendido mentalmente, no podía menos que prevalecer el equilibrio
de las dos naturalezas, para que mis pasos se fueran cumpliendo en los
momentos precisos. Mientras tanto, un libro de Giovanni Papini (Lo
trágico cotidiano) dormía en mi biblioteca, para abrirse
a mi lectura recién en momentos en que mi trascendencia pública
ya se había empezado a materializar (1997). En él encontré
lo siguiente:
Hombre entre hombres
1
"Imaginaos a un hombre que proyecte una terrible
empresa que parecerá loca incluso a las más orgullosas imaginaciones;
un hombre que tenga en el corazón un secreto propósito de
realizar tales acciones que alterarán la historia, la vida y el
mundo, y que este hombre no pueda ni quiera todavía decir nada de
lo que piensa hacer y hará, y los que están a su alrededor
no comprenden nada de lo que prepara. Imaginaos, pues, el éxtasis
y el dolor de este hombre. Solo, mudo, a rápidos pasos, con los
ojos absortos, anda en medio de la multitud de los hombres y nadie lo mira
con maravilla, nadie lo sigue, nadie se aparta o lo contempla con estupor.
Por su aspecto es un hombre como todos los demás. Por sus vestidos,
por su rostro, por las formas de su cuerpo, parece en todo semejante a
ellos: ¡hombre entre hombres, y nada más! Va por las calles
densas de pueblo y no lo señalan con el dedo; lo miran y no lo ven,
y todo lo más algún ocioso sonríe a causa de sus cabellos
no demasiado bien peinados y de su aire de sonámbulo. Pero imaginaos
el alma de este hombre, de este hombre que pasa con su invisible secreto
por entre estos hombres ciegos, que pasa por entre ellos taciturno y lleva
dentro de sí aquello que puede cambiar toda su vida, su futuro y
su suerte; que se confunde con ellos, que los roza con el brazo, que los
golpea con su cuerpo, y que no quiere decir todavía la palabra,
que no quiere realizar todavía el acto que hará que todos
los ojos se dirijan hacia él, que hará que todas las voluntades
se doblen bajo la suya, que iluminará a todos esos ciegos y dará
nuevas palabras a todos esos tartamudos. El hombre sigue andando con sus
rápidos pasos y sus enormes sueños, y ya se ve a sí
mismo en el momento de la revelación y toda su obra está
delante de él por divino espejismo. Experimenta ya la viril alegría
de la creación; su gallardo corazón late a grandes golpes;
sus ojos grises se dilatan como en los arrebatos de la carne.
Imaginad, pues, la alegría de este hombre
del loco secreto. Imaginad la dureza de su placer mientras él pasa
por entre la multitud indiferente o burlona que no sabe nada de él,
que lo tiene por una parte cualquiera de sí misma, un átomo
de su gran cuerpo, hombre entre los hombres y nada más. La multitud
no sabe lo que se está preparando bajo la frente del hombre que
pasa. Ve sus vestidos grises, su paso desigual, sus cabellos abundantes,
su rostro descarnado, y no sabe distinguirlo de otros tantos semejantes
a él. Sin embargo, llegará un tiempo en que muchos intentarán
recordar cuándo y cómo lo vieron, e inventarán discursos
y palabras que él no dijo nunca, que jurarán haber estado
cerca de él y haber sido sus amigos durante el período de
su oscuridad. Pero, por ahora, éste no es él , éste
es un número, un elemento, una unidad, un ciudadano, un nombre,
una ficha del registro civil. Todavía no ha llegado su día.
Los hombres no saben ver más allá de sus ojos, y no piensan
que dentro de aquel cuerpo casi corriente hay un pensamiento capaz de iniciar
un nuevo capítulo de la historia del universo.
Se parece a un hombre que anduviera de noche
y llevara bajo su capa una lámpara encendida que deslumbrará
a los que la vean cuando la capa se abra. Es como un dios de incógnito
que hará temblar al que primero le dirija la palabra.
2
Imaginaos, pues, a este hombre y sus pensamientos,
¡oh muchos para quienes hablo, oh muchos de innumerables cegueras!
Y no os lo imaginéis como un sueño vano, como una fantasía
de un instante. Imagináoslo como una cosa posible, como algo que
podría ser verdad, como algo que acaso es verdad. Imagináoslo,
pues ¡oh muchos de breves miradas!, como algo verdadero, real, presente,
como algo que existe verdaderamente hoy, en esta hora, en este momento,
cerca de vosotros, ¡en medio de vosotros! ¡Yo os digo que este
hombre existe! ¡Os digo que este hombre existe y se prepara! ¡Os
digo que este hombre anda por vuestras calles, entra en vuestras casas
y mira a vuestras pupilas! Este hombre vela, piensa, se arma. Su día
no ha llegado, pero llegará. Su boca sólo pronuncia las palabras
habituales de los hombres, pero aquel día dirá otras palabras.
Pasa humildemente entre vuestros cuerpos en movimiento, pero un día
estará solo ante vosotros, y todos lo verán, y todos recordarán
haberlo esperado en algún efímero momento de su miserable
vida.
¡Guardaos de este hombre, oh, muchos! Su
secreto lo corroe y lo hiere, pero él no se retuerce ni demuestra
su dolor. Su sueño lo exalta, lo ensalza, lo beatifica, pero él
no sonríe y no demuestra su alegría.
Hombre terrible, hombre que parece una tumba
de esperanzas y es en cambio un fuego preparado para arrojar chispas e
incendiar todas vuestras ciudades sucias e inseguras. Sabedlo distinguir
en la multitud, corred detrás de él, apoderaos de él
enseguida, y acaso consigáis apagar su lámpara con vuestros
alientos, ahogar su llama con las cenizas de vuestros sueños muertos.
Estad alerta, vigilad por todas partes. Acaso
en este mismo instante está cerca de vosotros; acaso pase mañana
por debajo de vuestra casa y vosotros, desde la ventana, lo sigáis
con la mirada unos momentos; acaso es aquél que ayer se volvió
para miraros, como sorprendidos por una reminiscencia.
Vosotros no sabéis por dónde vendrá.
No sabéis cuáles serán sus nombres y su origen. Pensad
en todas las antiguas revelaciones precedidas por el silencio y por la
ignorancia universal; pensad en aquéllos que vieron a Cristo niño.
¿Cuántos de ellos habrán pensado que aquel niño
daría al mundo un nuevo sentido y a los hombres una nueva palabra
de vida? ¿Cuántos habrán adivinado que su rubia cabeza
se doblaría sobre una cruz y que de su pálida boca saldrían
las potentes palabras que harían mover a los enfermos y resurgir
a los muertos? Pensad en todos aquéllos que hablaron en un determinado
momento y se convirtieron en guías, en reveladores, en reformadores,
y que nadie supo distinguir de los otros hasta que dijeron e hicieron lo
que tenían que decir y hacer. Para todos los grandes y famosos,
para todos los renovadores y creadores ha existido un tiempo en que fueron
desconocidos y oscuros, en que parecieron semejantes a los demás,
en que parecieron hombres y nada más. Nadie se preocupó entonces
de su origen, nadie los miró maravillados, nadie procuró
recordar sus primeras palabras y describir su aspecto, sus costumbres,
su vida exterior. Y cuando, de repente, subieron por encima de todos vosotros,
¡oh, muchos de ojos velados!, os maravillasteis y os dolisteis en
el fondo de vuestro corazón por no haber adivinado el prodigio que
se preparaba. Y también hoy, os lo repito a todos, también
hoy, sin duda, se prepara algún prodigio. Cada edad tiene que tener
sus héroes y sus reveladores.
Hoy espera, en medio de vosotros, no visto e
insospechado, el héroe y el revelador de mañana. Es imposible
que este hombre no exista ya. Vive en la sombra, su luz está todavía
escondida, pero él es, él vive, él camina con rápidos
pasos en medio de vosotros; semejante a vosotros, no ya hombre entre hombres,
sino futuro pastor en medio de sus rebaños, futuro jefe en medio
de sus ejércitos.
Yo quisiera hacer nacer en vosotros la sensación
y la expectación de este dueño que vive nuestra vida, junto
a nuestra vida, y que vosotros no conocéis ni sospecháis.
Yo quisiera provocar en vosotros el estremecimiento de la improvisa llegada
de este Uno. Buscadlo en vuestras muchedumbres, buscadlo sin tregua, y
que nadie se os escape; que cada ojo os diga si tiene un secreto. Él
existe y os mira: ¿no notáis el peso de su mirada sobre vuestra
pequeña vida? Él existe y espera: ¿no notáis
la opresión de una espera ya demasiado larga?
Helo aquí en mitad de vosotros, solo,
mudo, con la mirada absorta... Se ha detenido un momento y os contempla.
Pero he aquí que reanuda su rápido camino y ahora ya no es,
en la multitud creciente, en la niebla que cae, sino un hombre entre hombres,
una sombra entre sombras, una esperanza terrible entre mil cegueras."
Salvo porque no pretendo ser un "pastor" conduciendo
rebaños, ni "jefe" de ejércitos, hay en Papini palabras que
parecieran caberle a mi propósito. Ser comandante de una tremenda
operación como la que vine a cumplir, implica ir movilizando gente
que se va adhiriendo a la causa. Pero eso no significa que pretenda
ser un conductor, un líder. No porque no sepa o no pueda hacerlo:
conozco bien los mecanismos psicológicos del ser humano, lo suficiente
para saber cómo atraer hacia mí a la gente y hacerla integrarse
en grupos y comunidades bajo una doctrina, que bien sé cómo
podría convertir en una pseudorreligión de la cual yo fuera
el "gurú" o "pastor" seguido por multitudes.
Pero no vine a ser seguido; el síganme
que lo propongan los que pretenden manipular a los demás; yo sólo
pretendo que me acompañen. Y eso supone igualdad con los
demás, y no autoridad sobre ellos; porque si de algo pretendo ser
comandante, es de una operación formadora y reclutadora de comandantes,
no de comandados; personas autodeterminadas que se comanden a sí
mismas, y que marchen conmigo, no detrás de mí. Que no
sigan directivas mías, sino que, siendo soldados como yo,
obedezcan principios, no órdenes; principios universales,
leyes cósmicas que reglan lo que un ser en evolución
debe hacer. Y que siendo comandantes como yo a partir del momento en que
decidan liberarse de las mentiras con que se manipula al mundo, no caigan
en el error de Papini, de creer que sea necesario un jefe conductor, y
crean verlo en mí. Si alguien viniese a ponerse a mis órdenes,
esperando que yo lo integre a mi "ejército" y le diga qué
hacer de su vida, sepa que lo decepcionaré al dejarlo solo, para
que no caiga en ese error; solo, por ser incapaz de conducirse, lo cual
es más difícil que ser conducido. Solo, como debería
estar todo aquel que siempre necesita estar creyendo en alguien, humano
o celestial, por no creer en sí mismo.
Cuando todos los que, marchando conmigo en conjunto
o a miles de kilómetros de distancia, sin que yo los conozca, integremos
ese ejército sin un jefe, porque será de jefes,
tal vez el alma reencarnada de Papini esté participando de este
movimiento revolucionario. Así como yo he participado de su literatura
que sirvió para activar y reforzar algunas de mis potencialidades.
Y verá que un "hombre entre hombres" era un "extraterrestre entre
extraterrestres" que estaban todos aquí sin saber que lo eran. O
algunos sabiéndolo como yo lo sé, dispersos, aislados y silenciosos
como hasta hace poco permanecí, y como todavía permanezco
en parte. Y saldrán a decir lo suyo cuando la hora llegue.
Y en cada rincón del mundo habrá alguno de ellos revelando
su secreto; hombres entre hombres, ignorados por quienes los rodean
o los ven pasar; imaginadlos...
DEL MENSAJE CÓSMICO
AL INTERÉS EN LO SOCIAL
Definiciones en
la propuesta mientras preparo mi aparición a gran escala
UN GRUPO AL MARGEN DEL SISTEMA
La chica clave en lo que pasó
Hasta no mucho
antes de presentarme como Clomro, pensaba que era necesario darles conocimientos
cósmicos a los seres humanos para espiritualizar a los pueblos y
elevar el nivel de vida de las sociedades humanas. Para eso, había
trabajado en varios proyectos tendientes a la difusión de temas
cósmicos y místicos. Pero desde el año siguiente,
algo pasó; algo definió un cambio de ideas y de planes, para
que tomara impulso algo que también venía pensando, más
social, más terrenal. Y en el camino del cósmico guerrero
que proponía un combate en el que la información, formando
conciencia, le ganara terreno a la ignorancia, apareció alguien
cuya propuesta no era cósmica, sino que estaba en el plano social.
Esta persona de propuestas aparentemente tan terrenales era, sin embargo,
lo más parecido que en la Tierra se puede encontrar a un ángel.
Muy linda, rubia,
con ideales que su madre traía de otros tiempos de más idealismo,
lanzó una invitación para que chicos y chicas se acercaran
a su grupo de amigas. Tímidas, sobre todo ella, con pocas amistades,
estaba en una búsqueda en la que la soledad debía tener alguna
solución. Y esta invitación pretendía establecer nuevas
amistades para llenar ese vacío. No vacío interior, sino
vacío de relaciones: justamente la falta de relaciones se debía
a que ella, interiormente, no tenía esa vaciedad de los adolescentes
perdidos en las propuestas del sistema, los cuales no tienen tanto interés
en relacionarse con gente de cierta profundidad y riqueza interior.
La propuesta
de esta chica y sus amigas consistía en que se acercaran a ellas
quienes no estuvieran de acuerdo con el modelo que propone la sociedad
de consumo, con sus modas, marcas y esas frivolidades. Este grupito empezó
a funcionar a fines de 1995. Mi ingreso fue a principios del enero del
año siguiente. No como Clomro, sino con mi nombre "oficial". En
el grupo, la historia del extraterrestre salió a luz más
adelante.
Las ideas que
se trataban en las reuniones de este grupito, no tardaron en darle espacio
a pensamientos tales como los de Leo Buscaglia, Antoine de Saint-Exupery
en El Principito, alguna literatura onda new age... y la chica que fuera
la impulsora de la propuesta, estaba siendo llevada inevitablemente al
campo espiritual: no era posible tener ideales de una sociedad más
justa, de saber estar al margen del sistema, sin que los ideales humanos
más nobles llevaran a los caminos de perfeccionamiento interior
propuestos por los más conocidos guías espirituales o autores
de libros de la temática. La propia personalidad de esta chica angelical,
la predisponía más a un Richard Bach que a un Carlitos Marx.
Por lo tanto esta rebelión que en cierto modo ella estaba "comandando"
contra la sociedad de consumo, tenía más perspectivas de
correr por lo espiritual que por el lado político.
Derivaciones de la idea
El proceso de
integración de los miembros del grupo tuvo problemas de funcionamiento,
por el hecho de que las charlas les parecían inconducentes a algunos,
que pretenderían algo más activo o concreto. Hubo en el medio
paseos, visitas entre unos y otros, charlas de café; todo lo cual
permitió que a pesar de los que se iban yendo, algunos fuérmos
estableciendo amistades. Pareció que los tres o cuatro que quedamos
fuimos poca cosecha para tanta siembra. Pudo haber sido un grupo enorme,
y flotó por un tiempo la idea de que este tipo de grupos pudieran
multiplicarse crecientemente en el país y en otros países.
Pero no, todo quedó ahí, en esos poquitos que nunca pasamos
de veinte y que cada vez éramos menos.
Dos de los participantes,
dedicados a la informática y con orientación de hackers en
potencia, pasarían a ser grandes colaboradores en buena parte del
que sería mi trabajo con Internet, enseñándome a utilizarla.
Con ellos, los ideales rebeldes a la sociedad manipuladora fueron tema
de conversación permanente. Y encontré, en ellos, oídos
para compartir pensamientos sobre lo que pasa en el mundo y qué
hacer ante eso como ciudadanos, al margen de qué hacer como seres
cósmicos.
Este par de personajes
fue influyente, si bien no determinante, porque estas ideas ahora visibles
en mi mensaje, ya estaban esperando aflorar. Por ejemplo, la idea de la
Organización de la Humanidad Unida (O.H.U.) era de 1993. Pero mi
idea de fundar un "Movimiento de Resistencia al Sometimiento Antinacional"
(M.R.S.A.), y de la Red Mundial de Libres Rebeldes (RMLR), emergió
favorecida por el impulso de las reuniones y amistades que la angelical
chica hizo posibles.
Decepcionada
por la ausencia de los resultados que hubiera esperado, y sobre todo por
la deserción de varias de sus amigas, la iniciadora de lo que parecía
ser un masivo movimiento revolucionario de libres rebeldes al margen del
sistema, dejó de invitar a reunión, se dedicó más
a sus estudios y no ya a poner sus expectativas e ilusiones en gente que
no daba la respuesta esperada. Los tres o cuatro que perduramos hasta el
final, ya estaban; ya eran amistades que no era necesario mantener a través
de un grupo que se reuniera, sino que se mantenían por sí
mismas. Y ya vinculados entre sí, estos "sobrevivientes" de la experiencia
grupal abortada, daríamos continuidad al intercambio de ideas sobre
qué cosas hacer en lo inmediato o algún día; proceso
durante el cual, como un Clomro de orientación rebelde, revolucionaria,
fui definiendo esta nueva perspectiva de mi mensaje.
Capítulo IV MI APARICIÓN PÚBLICA COMO EXTRATERRESTRE |
Capítulo II LOS TIEMPOS DE MI ALEJAMIENTO DE LA MISIÓN Parte III DEL ALEJAMIENTO AL RETORNO |
INICIO DE SUBSECCIÓN B |
INICIO DE SECCIÓN II |
INICIO DEL INFORME C-1 |
MAPA DEL SITIO |
BIENVENIDA AL ARCHIVO PÚBLICO |
PÁGINA DE INICIO |