Por Leandro Aput,
Natalia Paez, Lorena Ramirez,
Milca Vargas y Mariano Blejman.
Ellos nos hacen reír, nos divierten y nos entretienen. Nos muestran un mundo diferente a través de textos e imágenes. Hicieron y hacen la historia del comic tanto argentina como la propia mendocina.
Pero, ¿cómo lo hacen?, ¿qué técnicas utilizan?, ¿qué recursos tienen en la manga para sorprendernos?. Cada uno, en este tema, parece tener su propia libretita. Los historietistas argentinos, a 100 años del Yellow Kid, hacen un repaso por su historia y nos cuentan cómo es eso de atrapar a la gente cuando menos se lo esperan.
Quién no tomó en sus manos alguna vez una historieta?. Tal vez no haya nadie en este momento que pueda contestar que no a esta pregunta. La historieta se ha convertido hoy en un acompañamiento esencial en nuestros momentos de ocio. Desde el mítico Yellow Kid, hasta las recientes historietas electrónicas que se muestran en la gran red Internet, mucha tinta pasó por las rotativas.
Si tomamos en cuenta una definición del comic en relación con el lenguaje, podemos decir que se construye en forma sincrética. La parte expresiva, está acompañada de diferentes lenguajes de manifestación. Estos son el ícono visual y el lingüístico-verbal.
Pero, cada uno de los historietistas tiene una forma especial, muchas veces empírica y otras tantas estudiada, para atraparnos en sus narraciones.
En el marco del 1° Congreso Internacional de Comunicación Social, realizado en Rosario, el humorista Roberto Fontanarrosa, (Clarín, Revita VIVA, Inodoro Pereira, y escritor de cuentos "cuando se me ocurre algo") nos contó que "Todos tenemos un sistema, un método. Muchas veces son mecanimos, que son más fáciles de aplicar que de explicar. No son muy sencillos de transmitir. Principalmente, hay asociación de ideas, en donde tal situación me hace acordar a tal otra y a veces en esa comparación puede aparecer algo humorístico".
Por otro lado, Sendra construye el humor a través del juego de palabras. Es frecuente encontrar en él palabras de doble sentido y a los que se alude para provocar el equívoco. También, como Fontanarrosa, usa las asociaciones de ideas totalmente diferentes, pero que parten de una palabra común, o utiliza sinónimos que luego presentan la disociación a través del sonido de la palabra.
Otro recurso utilizado por este humorista son las palabras que se asocian a lo "eufórico" (relacionado con lo positivo, lo bueno), pero que también pueden tener, según el uso que se les dé, una asociación con lo "disfórico" (es decir lo negativo, lo malo, lo indeseable).
En Sendra, el dibujo casi no agrega nada, ya que sus chistes son fuertemente verbales. Este humorista va "tejiendo" el texto de manera tal que se entrecruzan constantemente los diferentes significados, alternando estos con las distintas imágenes acústicas que provocan los términos usados.
Pero al final del chiste, indefectiblemente, se aclara el equívoco. El lector, que había avanzado por el texto deslizándose por un significado determinado, debe volver atrás para comprender que, a partir de una palabra específica, el texto se bifurca en dos conceptos diferentes. Pareciera entonces que el autor se asoma entre los personajes haciéndole un guiño de complicidad al lector, por haberse permitido "tomarle el pelo" de esa manera.
Sin lugar a dudas, el personaje de mayor popularidad en la historia del comic argentino es Mafalda.
Un elegante ejecutivo, dueño de un cochazo exclama: "¡Cambiar el mundo! ¡Jah! ¡Cosa de la juventud! ¡También yo cuando era adolescente tenía esas ideas, y ya ve!..." Mafalda corre espantada a advertir a sus amigos: "Sonamos, muchachos! Resulta que si uno no se apura a cambiar el mundo, después es el mundo el que lo cambia a uno".
Filosofía pura, escanciada en cuadros de historieta. Humor puro, capaz de hacer reír y pensar en los sesenta, en los noventa y en el 2000. Eso es la Mafalda del célebre Quino, una de las más famosas tiras cómicas del siglo.
Los sociólogos coinciden en que Mafalda tuvo éxito y consolidación, en la llamada clase media intelectual. Docentes, estudiantes, profesionales y empleados de cuello blanco fueron el primer público de la tira, más tarde se agregarían amas de casa, jubilados y adolescentes. La trascendencia internacional iba a venir de la mano del mismísimo Umberto Eco, entrando a las Universidades como así también diarios y revistas. Fue traducida en Israel, Francia, Alemania, Dinamarca, Noruega, Suecia y Austria, por supuesto, traducción mediante. El humor del mendocino Quino es sutíl, profundo, elocuente y simple a la vez. Detallista y puntilloso, refleja con una capacidad asombrosa los conceptos más preocupantes de nuestra era.
Para la profesora de semiótica Estela Zalba "Quino es un gran observador de las costumbres y de los hábitos sociales, y sobre eso él ofrece una mirada en perspectiva y a partir de la comicidad te hace tomar conciencia de ciertos defectos o de ciertas caras de lo social. En Quino hay más equilibrio entre lo que aporta el dibujo y lo que aporta la palabra, incluso tiene algunos chistes que son mudos. En la construcción de sus personajes, él recupera lo que serían los tipos o estereotipos sociales y acentúa ciertos rasgos como para que uno pueda darse cuenta de esas caras sociales, de sus problemas y de sus hábitos o costumbres. Toma al empresario y le dedica una serie de chistes en donde va trabajando los defectos, las características. Pueden ser tipos sociales o tipos psicológicos como los introvertidos o los tímidos".
Pero si es por humoristas mendocinos, que se acercan a la historieta, Jorge Sosa es un referente importante de nuestra provincia. El nos cuenta que "el humorista es un crítico de la realidad, yo hago chistes y monólogos, para ello debo tomar un hecho que conmocione a la gran comunidad. Es decir si tomo un hecho parcial que sea de conocimiento de unos pocos, debo explicarlo. Por ejemplo: si ésta noche hablo del partido de Boca, es porque es un hecho del que todo el mundo está conversando, entonces dentro de eso doy la visión humorística. Por ahí tiene que ver con la realidad y por ahí tiene que ver con mi invención. Entonces pongo frases en boca de personajes que nunca las dijeron, pero que las podrían haber dicho y así creo toda una estructura de humor en torno a un acontecimiento para sacarle el jugo".
Sosa es desde muchos puntos de vista, un multimedio humorístico, lo cual requiere la utilización de códigos especiales para cada ámbito "no es lo mismo si se realiza un chiste gráfico en el diario en donde hay que buscar sobre todo síntesis, muy pocas palabras, un hecho consumado y alguna salida que le agregue o le dé aditamento al hecho que ha acontecido.
En la radio se trabaja mucho con la imaginación, por lo tanto las imágenes juegan mucho, yo tengo que dar muchas imágenes para que la gente se imagine situaciones.
En TV puedo ser más textual y jugar más con la palabra y como me están viendo, no hace falta jugar tanto con la imaginación, yo estoy disertando, como diciendo una conferencia.
Con respecto a los multichistes que hacía hace un tiempo para Primera Fila, nos comenta que "ahí se tomaba una situación colectiva, en donde se involucraban muchos personajes. Se presentaban en la cancha numerosas situaciones para el humor; la tribuna, el vendedor de gaseosas, el técnico, el jugador, el referí. Todo eso se ponía adentro de un chiste y se hacían pequeños subchistes. Eso no es una historieta, es un chiste unitario".
Todos estos son distintos códigos parten de lo mismo: "se toma un hecho importantísimo que ha acontecido y en torno a ese hecho vamos a joder, vamos a buscar la sonrisa, pero siempre respetando, teniendo un límite. Yo no voy a ofender, me voy a poner en el papel de quién estoy satirizando, no lo voy a insultar ni voy a utilizar palabras bajas. No lo necesito, porque si necesitara de eso, estoy demostrando que no soy humorista. Me voy a reír con él, de tal forma que cuando el tipo me vea no me pueda decir nada. A mí me ve Lafalla y me dice "Jorgito, cómo me hiciste sonar el otro día". Pero si yo le hubiera faltado el respeto, él me podría decir otras cosas o simplemente me podría hacer un juicio".
Uno de los más novedosos historietistas contemporáneos es sin duda Rep (Miguel Repiso), el cual más que nada, circunscribe su tarea a la actualidad y sobre todo la actualidad política, en la historietita que hace en Página 12. Se hace cargo de cierta categoría de lo que podríamos llamar los progresistas o los intelectuales y hace una sátira de sus costumbres. Rep además tiene toques surrealistas en las Postales del Suplemento No.
Otro de los entrevistados en Rosario, fue Carlos Trillo, historietista (dibujante) de -entre otras cosas- Clara de Noche, también en el Suplemento No, de Página 12, comenta sobre la polémica historieta que "la tira tiene por lo menos 20 denuncias por pornografía en la provincia de Córdoba. El juez nunca dió a lugar, porque no es una tira pornográfica. La pornografía está en los ojos del que mira. Con respecto a la metodología, primero escribo el guión y luego con el dibujo lo voy concretando".
Volviendo a Fontanarrosa, nos cuenta que "el objetivo que persigo cuando hago un chiste es fundamentalmente que provoque risa. Puede parecer simplista, pero la misión mía al laburar de humorista es producir la risa, porque yo puedo producir un trabajo periodístico y filosófico, pero si no provoca risa me van a reemplazar por un filósofo o un periodista, porque a mí me pagan para que provoque risa. Eso no quiere decir que sea una cosa meramente escapista, porque al estar muy depositados en la noticia casi siempre trabajamos sobre una información muy dura y pesada. La cosa es elaborarla de una manera que provoque risa aún siendo el material bastante amargo".
La profesora Zalba, explica que "el trabajo de Fontanarrosa se puede comparar con el de Quino. Tiene algunos personajes, como Booguie el aceitoso, que son una sátira a todo lo que serían los "boinas verdes" o los "Rambo". Ahí hay sátira y también parodia del matón a sueldo. Intenta desmitificar la idea del violento bueno, tipo Rambo. Fontanarrosa, tiene una visión humorística del mundo que hace resaltar los aspectos más negativos o más absurdos de una situación".
Son humoristas, son cuentistas, juegan tanto con ellos como con nosotros, nos llevan a donde quieren y en el momento menos pensado nos dan vuelta la tortilla. Ellos son, esto es lo que hacen, tienen su público y tienen su merecido bien merecido.
Volver a Comunicación Social
Ir
a la Universidad Nacional
de Cuyo.
Si usted tiene alguna duda, requiere de algún tipo de información o simplemente quiere comunicarse con nosotros escríbanos a comunicacion@oocities.com