Yo haré el comentario de la mayoría de los partidos, salvo de aquellos a los que no pueda concurrir (en estos casos el comentario será el del Diario Ole).
1º Fecha
Mas de lo mismo.
Platense 1 vs. San Lorenzo 2
Cancha: Estadio Ciudad de Vicente Lopez
Publico: 24.000
Arbitro: Salado
Goles: Saric (42m), Godoy (70m ), Nuñez (85m )
Amonestados: Sponton (P), Amelli (SL), Bochio (P), Estevez (SL), Herrera (P)
El partido comenzo con un San Lorenzo apabullando al equipo, hasta que mas o menos se acomodo la defensa, y empezo a funcionar el planteo para anular a Gorosito que ideo Marchetta.
Así el primer tiempo transcurrió de manera pareja, con un Platense jugando de igual a igual (aunque no por eso bien) a uno de los tildados como candidatos al título. Antes de la finalización del primer período San Lorenzo encuentra el gol, luego de un error de Lenguita al intentar salir jugando y un mal despeje, aunque con mala suerte, de Matias Bochio. Daba la impresión de que Platense no merecía irse perdiendo al descanso, pero como viene sucediendo muy a menudo la suerte no lo acompaño. Ya dijimos que en materia defensiva Platense logro, despues de unos primeros diez minutos desorientados, acomodarse y no pasar demasiados sobresaltos. Con respecto a la creación en ofensiva, daba la impresión de que Platense no lograba articular sus piezas fundamentales: Chatruc, Lenguita y Herrera, no combinaron en demasiadas oportunidades con Godoy y Sponton, como para inquietar a Passet. Además Platense evidenciaba la falta de un volante que se pare "de diez" y distribuya y/o abastezca a los delanteros.
Ya en el segundo tiempo Marchetta mando a la cancha a Coyete en lugar de Chatruc, intentando suplir la falta de conductor que tenía el equipo. Pero Coyete no tuvo un buen partido y Platense perdió sin Chatruc a su jugador más peligroso de los últimos tiempos. Godoy seguía sin pesar ofensivamente y Sponton intentaba pero no podía. Mientras tanto San Lorenzo lograba descifrar el planteo del calamar y llegaba con mas peligro que en la etapa anterior, haciendo destacar a Irusta.
Marchetta decide el ingreso de Maximiliano Zanello (creo debería ser titular) quien en su primera intervención cede la pelota a Spontón; este levanta un centro muy bien dirigido para que Alberto Godoy meta un cabezazo, lejos de Passet, con destino de gol. Restaba, como todos sabemos en los casos que Platense logra un empate, aguantar unos veinte minutos aproximadamente. Con el resultado igualado en uno, San Lorenzo estaba obligado a salir en busca del gol que le diese la victoria. Y faltando solo tres minutos para la finalización del encuentro Nuñez conecta de cabeza un corner ejecutado por Gorosito, y decreta el que sería el resultado final.
Platense empieza perdiendo un torneo donde necesita sumar puntos imperiosamente porque la situación no es nada facil. Pero demos credito al equipo, porque si juegan o se les da una oporunidad a los que tienen que jugar, llamese Bravo, García, Zanello, Platense puede hacer un buen campeonato y codearse con los de arriba. Confiemos, y seamos pacientes y no tan poco tolerantes, que nos va a ir bien. Yo por lo menos dejo abierta la ilusión de ver a Platense jugar, no como el Barcelona de Cruyff, pero si un futbol practico que nos lleve a olvidarnos del descenso.
No quiero abrir juicio sobre mingún jugador y menos sobre las recientes incorporaciones, pero Busto me dejo una buena impresión. No así Herrera, a quien vi medio pachorra.
2º Fecha
De no creer.
Talleres (Cdba.) 3 vs. Platense 2
Cancha: Olimpico de Córdoba
Publico: 14.000
Arbitro: Rodríguez Rojas
Goles: Godoy (43m), Herrera (70m), Garay (76m), Oliva (37m), Zelaya (41m)
Amonestados: Albornoz (T), Villareal (T), Busto (P), Erbín (P), Jiménez (P), Díaz (T), Coyette (P).
Ni el más optimista hincha de Talleres debe haber imaginado un mejor debut. A quince minutos del final, Platense lo tenía casi liquidado. Ganaba 2 a 0 y se comía goles. Pero la T con un coraje notable fue al frente y lo dio vuelta para terminar festejando a lo grande.
El partido debe dividirse en dos partes, que no son necesariamente los dos tiempos. Hasta los 70 minutos, fue la tarde perfecta para Platense, y los 20 finales fueron su pesadilla.
El Calamar, salió a plantearle sin inferioridad el partido a Talleres. Una defensa ordenada que se cerraba bien cuando el rival se venía, un Lenguita que robó mil pelotas hasta convertirse en el capo del medio y un Spontón inspirado que se hizo una fiesta con Lillo, fueron la receta de los de Marchetta.
Claro que para poder sentar supremacía, contó con la colaboración de un Talleres abúlico, como pocas veces se lo vio. Sorpresivamente mal Villarreal en el medio y demasiado imprecisos Garay, Albornoz y Oliva para manejar la pelota. Talleres no fue capaz de dar tres pases seguidos. Mucho menos de crear una situación de gol.
Por eso nadie se sorprendió cuando Godoy cerca del descanso metió el 1 a 0. De que se iban a quejar si Talleres no había rematado ni una sola vez al arco de Irusta.
En el segundo tiempo, Gareca acertó con los cambios. El ingreso de Cabrera le dio más presencia en el medio y el pibe Vega agregó frescura y atrevimiento. El local se adueñó de la pelota y comenzó a molestar al Marrón. Pero en un contragolpe, Platense se puso 2 a 0 y además, Herrera se perdió un gol imposible, que habría terminado la historia.
Talleres nunca llegó a funcionar como equipo. Y mientras los talentos no aparecían, Garay decidió ponerse el equipo al hombro y allá fue. El descuento, la igualdad y mientras Platense ya no existía, la hazaña de darlo vuelta.
Talleres terminó delirando, pero no puede confundirse. Para el futuro inmediato, debe mejorar mucho, muchísimo si quiere estar tranquilo. Platense no tiene resto al final. Ya le pasó ante San Lorenzo y ahora en Córdoba. Encima, en la tabla acusa cero puntos.
3º Fecha
Empate justo.
Platense 1 vs. R. Central 1
Cancha: Estadio Ciudad de Vicente Lopez
Publico: 5.000
Arbitro: Carlos Salado
Goles: Scotto (60m), Godoy (74m)
Amonestados: Marra (RC), Gonzalez (RC), Daniele (RC), Moreno y Fabianesi (RC)
Un empate que sirve para levantar un poco el animo de los jugadores luego de dos derrotas consecutivas, y para saber que, cuando se lo propone, Platense está en condiciones de ganar o empatar un partido. Porque en la cancha se vio eso; que con una actidud distinta a la de anteriores encuentros, el primer tiempo fue de absoluto dominio marrón. Ya en el segundo período Central debió reaccionar, porque veía que se le venía la noche; Platense soporto un par de ataques del conjunto rosarino, y luego del gol de Scotto, salió nuevamente en busca del partido.
Como ya dijimos, en el primer tiempo, Platense fue quien dominó el campo y la pelota, y quien tuvo las mejores posbilidades como para abrir el marcador. Con un buen juego de Lenguita, que pareció recuperado, mas la peligrosidad de Spontón y Godoy, Platense llegó varias veces hasta la puerta del gol. Primero Jimenez, desde el vertice del aréa chica, definió tarde ante el cierre de un defensor de Central; despues Spontón que no llega a conectar por muy poco, un muy buen centro de Jimenez; y otra vez Walter Jimenez se lo pierde, esta vez luego de una hermosa jugada del "Negro" Godoy, la tira por arriba del largero en la situación mas clara de la primera parte. Así se terminaba el primer acto, con dos sensaciónes en la tribuna calamar: la primera de injusticia por el resultado, y la segunda de bronca para con Jimenez, por los das increíbles jugadas que desperdició. Punto aparte creo merece la defensa de Platense, que si bien no fue un desastre, evidenció falta de cordinación. Lorenzón es algo impresentable y sólo intenta parar a los rivales por medio del foul; y a Busto se lo nota un poco perdido, como sin encontrar su lugar en el esquema.
Ya en el segundo tiempo, Marchetta hace ingresar a Zanello por Jimenez (era cantado), dandole a Platense más manejo. Pero Rosario Central volvió mas decidido del vestuario, y logro equilibrar la balanza con un par de llegadas. En uno de esos ataques, iniciado por Ezequiel Gonzalez y seguido por Daniele, Scotto, pone el uno a cero. Platense debía reaccionar, y en parte lo logró. Con el ingreso de Chatruc, el equipo gano en profunfidad, y a los 29 Godoy (otra vez de cabeza) puso el empate. A partir de ese momento el partido decayo, y terminó sin situaciones para destacar.
4º Fecha
Independiente 2 vs. Platense 1
Cancha: Doble Visera
Publico: 25.000
Arbitro:
Goles: Calderon (23m y 37m), Lenguita (40m)
Amonestados: Erbín (P), Mandrini (P), Herrera (P), Carrizo (I), SancheZ (I)
Con los pies en la tierra
Independiente sufrió un poco al final, pero volvió a ganar y ahora pisa más firme. De a ratos jugó muy buen fútbol y, cuando se le acabó el rollo, supo aguantar.
No es poco. Su fútbol, aunque sometido a los vaivenes de sus crónicos altibajos, sigue creciendo. Su goleador, poco a poco, está volviendo a ser el que fue hasta no hace mucho. Las virtudes conocidas, maquilladas tras un Apertura para el olvido, están reconstruyendo sus viejas formas, y con ellas los defectos se disimulan mejor. Con la autoestima en alta, el equilibrio no parece una quimera. Lo comenzó a mostrar en el clásico contra Racing. Y ayer, aun con la victoria comprometida por la reacción de Platense, tuvo el aguante necesario para no soltar los tres puntos.
A toda orquesta. Tardó menos de veinte minutos en transformar al arquero rival en figura. En ese lapso, el Mono Irusta le había sacado ya dos mano a mano al Zurdo López, otro a Hanuch y un cabezazo de gol a Calderón.
Hasta allí no hubo pausas en el fútbol de Independiente, ni las habría en mucho tiempo. Parecía mentira: a pesar de las urgencias -no ganaba en su cancha desde octubre del 98 y tenía que cortar la racha para subirse al tren del campeonato-, el equipo de Menotti sabía administrar la adrenalina y mezclarla equilibradamente con la paciencia, un cóctel que no siempre sabe bien.
La clave era buscar por todos lados y así lo hizo. De la mano de la precisión, encontró los resquicios de una defensa cerrada, pensada por Marchetta para complicarle la vida primero y confundirlo después. Pero Independiente no le daba oportunidad y mareaba al Calamar con toques rápidos, cambios de frente sorpresivos, proyecciones filosas y llegadas a fondo. Parecía una noche ideal porque la defensa, que suele terminar pagando los platos rotos de un planteo a veces demasiado arriesgado, se bancaba todos los espacios vacíos y mantenía a salvo a Scoponi.
El gol fue más cantado que el Gordo de Navidad y terminó por transformar un partido que pintaba lindo en otro espectacular. Porque Platense se entregó al palo por palo y, como en un buen duelo de fútbol inglés, la mitad de la cancha fue una zona franca para el tránsito de un área a la otra.
Y el frenesí pasó a dominar la escena. Es cierto, Erbín metió un zapatazo en el travesaño desde el área chica e Independiente pareció retornar a sus viejos fantasmas. Pero se aferró a su planteo y siguió generando llegadas en serie frente al pobre Irusta, que no terminaba de sacudirse la tierra y ya andaba por el piso de nuevo.
Pero el Rojo terminó pagando por su incontinencia ofensiva. A pesar de que Caldera metió el segundo, el descuento de Lenguita lo puso de cara a su realidad. Había llegado a posición de gol en una relación de 4 a 1 con respecto a su rival. Sin embargo, se iba derechito a los vestuarios con la sensación de que había tirado demasiada manteca al techo.
Vergüenza marrón. Sin tanta energía en las piernas, la maquinita de Independiente ya no marcó una diferencia tan notoria como en el primer tiempo. Platense se le paró en seco en la mitad de la cancha, el tránsito se ensució bastante y la pelota ya no tenía un dueño tan claro. A río revuelto, negocio del Calamar.
El Rojo tomó nota y se dio un baño de prudencia. En lugar de jugarse a buscar el tercero a riesgo de facilitarle al rival los caminos del empate, se paró unos metros más atrás, soltó gente a conciencia y apostó al contraataque.
Pero todavía no tiene aprendido ese libreto y terminó apremiado por la vergüenza de Platense, que con memos acabó forzando su suerte, aún cuando Cristian Gómez estuvo a centímetros de definirlo todo en el minuto final. El consuelo, como todo consuelo, suena a poco: al fin y al cabo Platense dio todo y no se llevó nada. Suma sólo un punto sobre 12 y sigue sin ganar de visitante en una racha que hace un mes ya cumplió un año.
La buena noticia para Independiente, esta vez, es que la defensa aguantó -Rotchen fue un león-, y la fiesta no se le hizo agua al final. Suficiente para un equipo que necesita más que nunca seguir pisando sobre seguro para soñar con algo grande.
5º Fecha
Platense 2 vs. Lanus 5
Cancha: Estadio Ciudad de Vicente Lopez
Publico: 2.000
Arbitro: Roberto Ruscio
Goles: Belloso (7, 25, 58m) Vilallonga (19 y 53m), Chatruc (64m), Zanello (87m)
Amonestados:
La misma receta con un golpe de horno
Lanús mantuvo el plantel, cree en el fútbol de su técnico y ahora tiene más experiencia. Con eso hundió más a Platense. Y con eso es candidato al título.
La receta de Lanús es la misma de los últimos cinco campeonatos pero con una dosis especial de suerte: un plantel sin grandes figuras, un técnico con perfil muy bajo, un presupuesto económico austero que permite que el equipo siempre esté al día y orden institucional. Con esto, los jugadores sólo deben jugar y eso hoy por hoy ya es una ventaja. Y más cuando enfrente está Platense que es casi la contracara. Entonces, Mario Gómez planteó el partido inteligentemente de contra y su estrategia fue que Platense se desesperara.
El DT de Lanús sabía de los horrores defensivos del Calamar y de la necesidad de buscar el primer triunfo del año (sacó un punto en cinco fechas) y por eso le regaló la pelota no bien empezó el partido. Gómez apostó a que con espacios, Belloso, Vilallonga y Hugo Morales iban a hacerse un picnic. Y todo le salió redondito porque Lanús demostró ser un equipo pragmático, efectivo y simple para liquidar un partido en veintiséis minutos.
Antes de que Lanús convirtiera el primero, el equipo de Marchetta había mostrado actitud para meter a su rival en el área desde la habilidad de Zanello y la persistencia de Godoy y Spontón. Pero bastó que Barrionuevo le tirará un pelotazo a Belloso, éste descubrió que era muy fácil hacerle un gol a Platense y el partido comenzó a desarrollarse como quería Lanús.
Salvo el pibe Zanello, Platense no supo jugar el fútbol ni tampoco realizar los relevos cuando los volantes o los defensores pasaban al ataque. Desconcentrado, impotente y sin ideas, fue muy fácil golpearlo. Cada vez que Lanús pasaba la mitad de la cancha era medio gol. Por eso, a nadie le extrañó que metiera cinco, ya que pudo haber hecho por lo menos ocho.
¿Qué hizo de bueno Lanús para golear, además de ser práctico? Su primera virtud fue la tranquilidad para hacer circular la pelota; la segunda, saber aprovechar la gran diferencia física; la tercera, definir cada jugada de gol con simpleza y no intentar "el gol del siglo".
Después del quinto, Lanús sacó el pie del acelerador. Mario Gómez comenzó a hacer cambios para cuidar a algunos jugadores y entonces, el Grana dejó de ser tan peligroso. Ese fue el único momento en que Platense intentó un poquito de juego asociado con el trío Chatruc-Zanello-Spontón y por eso pudo hacer dos goles.
Lanús está otra vez entre los de arriba. Hay dos diferencias con los años anteriores que lo hacen candidato al título: la experiencia de haber peleado arriba y tener el mismo plantel que el año pasado.
6º Fecha
Unión3 vs.Platense 1
Cancha: Unión.
Publico: 8.000
Arbitro: Villareal
Goles: Castillo (15m), Chatruc (31m), Noriega (65m), Mendoza (90m)
Amonestados: Zanello (P), Godoy (P), Mendoza (U), Lenguita (P), Viqueira (P), Cancelarich (P)
Unión lo sepultó en el fondo del mar
El Tatengue jugó mal, pero igual se quedó con mucho más que 3 puntos. Lo pasó al Calamar en el promedio del descenso y lo dejó en el último lugar de la tabla.
El partido, más que jugarse, se sufrió. Porque estaban en disputa mucho más que los tres puntos: se trataba de sacar una ventaja sobre uno de los rivales directos por el descenso. Antes de empezar, todos sabían que el encuentro incluía -además de los noventa minutos de fútbol-, una guerra de nervios de la que, a priori, Platense iba a sacar un mayor provecho. Es que el Calamar jugaba de visitante y no iba a contar con la desesperación que transmiten los hinchas, cuando el tiempo pasa y el resultado no se vuelca a su favor.
Por eso Capitano apeló más que nunca a la calma de sus jugadores y les puso imaginarios tapones en los oídos a sus dirigidos, quienes salieron a jugar tranquilos, tratando de hacer circular la pelota, volviendo a empezar el juego todas las veces que creían necesarias y esperando que se hiciera el hueco para hacer el primero. Y ni siquiera se desesperaron después de que Cabrol erró un penal a los cinco minutos del primer tiempo. Total, todavía faltaba mucho tiempo.
A simple vista, la receta daba resultado porque Platense no había dejado en el vestuario ninguna de sus limitaciones y facilitaba las cosas. Parecía que el gol de Unión iba a llegar en cualquier momento, y así sucedió. Pero en vez de aprovechar la ventaja, los Tatengues se cayeron y Platense aprovechó para empatar, poniendo nerviosos a todos y desatando una guerra de guerrillas en la mitad de la cancha.
El planteo mezquino de Capitano fue inexplicable. Y los hinchas se lo recriminaron a los gritos, clamando por el ingreso de Noriega y de Perezlindo. La pelota, si bien salía limpia porque Platense regalaba media cancha de terreno, era mal jugada por Unión y llegaba peor al área. Tenía a Gigena como único punta y, pese a que el técnico siempre dice que le pide a Castillo y Domizi que piensen más en el arco de enfrente que en el propio, sólo Castillo le hizo caso un rato en el primer tiempo.
Mientras los Tatengues reclamaban por un ejército de psicólogos o dos delanteros para jugarse a suerte y verdad, Platense (Deportivo Chatruc, mejor dicho), con muy poco los complicaba. Algún centro al medio del área para ver si Erbín la cabeceaba, una que otra corrida de Godoy, o varios amagues de Coyette eran suficientes para que los de Santa Fe se volvieran locos. Así fue hasta que Unión metió dos contragolpes y terminó la historia. No estuvo mal que ganara el local, porque Marchetta también se acordó tarde de ponerle compañía a Godoy. Al fin y al cabo, eso quería Unión: sumar los tres puntos. El problema es que lo hizo equivocando el camino y jugó mal.
8º Fecha
Gimnasia (J) 1 vs.Platense 1
Cancha: Tacita del Plata
Publico: 2.000
Arbitro: Claudio Martín
Goles: Verón (14m), Lobo (68m)
Amonestados: Viqueira (P), Mandrini (P), Busto (P), A. Gonzalez (G), Arzubialde (G)
Casi canta bingo
Pese a su actitud mezquina, Platense estuvo cerca de llevarse el triunfo de Jujuy. Hubiera sido un negoción, aunque el punto que consiguió no es para despreciar.
SAN SALVADOR DE JUJUY (CORRESPONSAL). La imagen final fue una síntesis del partido. El Lobo jujeño terminó jugando con tres delanteros y dos enganches, pero igual no pudo quebrar a Platense. El empate pareció sellado apenas comenzó a rodar la pelota. Por la actitud mezquina de Platense y por la falta de ideas ofensivas de Gimnasia, características que mostraron ambos equipos en partidos anteriores, la chapa final no podía ser otra que una pobre igualdad.
El equipo del Negro Marchetta llegó a Jujuy con la firme intención de llevarse un puntito. Todos metidos atrás, inclusive Spontón y Godoy, sólo apostando a la calidad de Chatruc para tratar de desnivelar. Gracias a una jugada personal de él -Mencia lo derribó en el área- Platense se encontró en ventaja en el primer ataque que generó.
A Gimnasia los nervios le volvieron a jugar en contra. Entonces confundió velocidad con apresuramiento y cada avance terminó con un centro frontal para la cabeza de Erbín o Bochio. El único que intentó poner la pelota contra el piso fue Astudillo, mientras que el resto corría sin sentido. Y todo esto generó que, por primera vez en el torneo, la gente despidiera a los jujeños con silbidos, reprochando la alarmante falta de ideas. El Calamar, en cambio, no tuvo la decisión de liquidar el partido de contragolpe. Obviamente se conformó con poco y, más aún, cuando una lesión hizo que saliera Spontón.
Los 90 minutos fueron como repeticiones de la misma escena: con Gimnasia atacando como podía, conciente de que una derrota ante un rival directo por el descenso lo dejaba muy comprometido, y con Platense sólo dedicado a mantener la ventaja, ilusionado con la idea de despedir a Marchetta con un festejo. Con el Cabezazo de Mario Lobo, que puso justicia en el resultado, al Calamar se le vino abajo la estantería, porque no estaba programado para ir por más.
Si bien Gimnasia es puro corazón y garra, carece de fútbol. Y Manfredi lo sabe. Por eso jugó los últimos 25 minutos con Lobo, Garnier y Comelles -tres puntas- y Morales Santos y Guiberguis -dos enganches-. Igual no pudo torcer el rumbo. Platense fue un equipo sin ambición, pero supo defenderse y eso también vale a la hora de sumar, aunque sea un punto.
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