A la Izquierda de mi Pecho
Sergio Cutuli
 
        Una  información  decía  que  hoy, 30  de junio de 1994,  a  las 8:59
los relojes se  debían  detener un  segundo  debido  a una  variación  en  la
rotación del planeta. Creo que los relojes no se detuvieron, pero sí  lo hizo
el mundo y muy especialmente los  corazones de  todos  aquellos que habitamos
este bendito  país.  Esto  ocurrió  pasado  el  mediodía y  se  debió  a  una
conferencia de prensa en la que nos  informaban  que el más grande jugador de
fútbol  de  todos  los  tiempos  dejaba  imprevistamente  este  mundial. ¡Qué
increíble! Cómo puede ser que 35 millones de personas vibremos, nos alegremos
y suframos presenciando un encuentro  deportivo en  el  cual  participan once
tipos como nosotros,  corriendo  detrás de una esféra de  material  sintético
inflada con aire y vistiendo unas camisetas con los  colores de la bandera de
nuestro  país. Sin  olvidar  que  los vemos  por  televisión, y  a  miles  de
kilómetros de distancia. La respuesta está en que somos argentinos, y que uno
de esos tipos, el que lleva el número 10 en su espalda, nos llena de orgullo.
A él le perdonamos todo,  menos que sea un ser humano, mortal, como nosotros.
Cuando la vida me dé un hijo, sólo me restará  contarle y mostrarle en videos
lo que hacía ese genio, mi único ídolo, el que hoy me han  arrebatado. Me doy
cuenta, que injustamente no estaba pendiente de ese  grupo de  argentinos que
cada cuatro años nos representa, sino de uno solo. De ese "monstruo" que supo
levantarse  cuando se  cayó,  que se  esforzó  para  demostrarle al mundo que
estaba vivo, con más fuerzas que nunca y que la única adicción que  tenía era
la del amor. El amor  por su mujer, sus hijas, sus  viejos y  sus dos eternas
amantes: la pelota y la celesta y blanca.
      Cómo le voy a  explicar a ese  hijo  que  hoy  me  dolía el pecho,  que
tenía lágrimas en mis  ojos  como  si  estuviera de duelo por una persona que
ni siquiera conocía. Y a  esa  persona le  digo  que lo quiero, y mucho.  Que
le agradezco todo lo que  me  dió,  porque  así  como  hoy  me hace llorar de
tristeza tantas otras lo hizo  por  emoción.  No  me  resigno a verte  sin la
de  la selección puesta ni la  banda de  capitán  en tu  brazo, pero aun  así
sé  que estarás junto a mí.  Acá,  justo acá, donde  me duele, a la izquierda
de mi pecho. 

Sergio Cutuli, periodista deportivo - (30/06/94)

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