Ofrendar, es compartir con los parientes difuntos ciertos goces de
la vida, algo de los frutos obtenidos en el año que pasó.
La ofrenda se prepara y se obsequia a las ánimas que en noviembre,
que es cuando se levanta la cosecha y los muertos vuelven a su antiguo
hogar a disfrutar de las buenas cosas que antes les gustaban.
Cada familia hace ofrendas según su situación económica
y la cosecha lo permite. Las ofendas poseen carácter social por
excelencia y mientras más personas estén presentes, más
honrradas serán las almas, puesto prueba que mientras vivieron tuvieron
muchos amigos.
Los preparativos empiezan a mediados de octubre, el jefe de familia
se va al pueblo más cercano y compra lo necesario para el altar.
La ofrenda maya, es un homenaje, para aquellos que ya no están
pero que se quiere recordar. Contiene ciertos elementos primordiales, estos
son, en primer lugar, la posición, en forma de pirámide.