ESTADISTICAS: EL IDIOMA ESPAÑOL
EN FILIPINAS
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10. DESPUES DEL SEGUNDO GENOCIDIO, ¿QUE HACER?

Después de la terrible segunda guerra mundial, en 1945, mediante el bombardeo WASP usense de Manila y de cabeceras provinciales de Filipinas, el censo de 1950 todavía decía que los filipinos de habla-española constituían un seis (6%) porciento de la población, por la que la legislatura pasó dos leyes por las que se incluyeron 24 unidades de español y literatura filipina en el nivel universitario puesto que este idioma seguía siendo oficial a la par del inglés y del tagalo.

Pero vino la nefasta constitución Cory de 1987 y unilateralmente suprimió la oficialidad como la docencia regular de este idioma en los colegios filipinos. Esta medida "legal" constituye, a sabiendas o no, otra fase más de la agenda genocida en contra de los filipinos de habla-hispana, estén vivos o muertos; porque lo que se persigue, como objetivo final, es privar al entero pueblo filipino de su memoria como pueblo para luego entorpecerlo y económicamente explotarlo de forma absoluta.

A pesar de esas medidas, quedan casi medio millón de filipinos que todavía son de habla hispana fuera de los de habla criolla que suman más de un millón aparte. Éstos se reparten entre Zamboanga, Basilan, Cotabato y Cavite. Su ventaja es vivir como una comunidad separada. Estos actuales supervivientes de habla-hispana podrían potenciarse mediante un atinado programa recastellanizador por parte del gobierno español de nuestros días mediante la Agencia Española de Cooperación Internacional y el Instituto Cervantes de Manila.

¿Lo harán? Porque si lo hacen, España e Iberoamérica tendrían una nueva y permanente base amistosa en el Asia del futuro.