CIUDAD DE DOS AGUAS


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Barrios recostados a una rambla

que es el más espacioso mirador

para descubrir los mil matices

de las tibias tardecitas de sol.

Detrás, otros barrios que se yerguen

como queriendo cobrar altura

para saber como continúa

el romance entre el río y la luna.

Y, de nuevo, el celeste cielo…

Ah, tan bonita Montevideo,

yo nací, yo crecí en tu seno,

sos tuyo, sos mía, nos entendemos…

Montevideo, de las callecitas

que desembocan todas en el mar,

Montevideo, de las tardecitas

con el sol tenue, a medio ahogar,

vos sos también esa otra ciudad

de calles salpicadas de verdín

lejos del mar, más lejos de ganar

en la ardua porfía del vivir.

Barrios con pibes a la deriva,

girando erráticos ,sin centro.

Barrios del medio litro'e vino

con una gaseosa adentro.

Barrios de alambres oxidados

por donde trepan enredaderas;

de galgos flacos, de tungos cansados,

de resquebrajada media suela.

Y la basura que da de comer

Ah, tan querido Montevideo,

cuándo te veré limpio de culpas,

más lindo de lo que hoy te veo…

Montevideo, de las callecitas

que desembocan todas en el mar,

Montevideo, de las tardecitas

con el sol tenue, a medio ahogar,

vos sos también esa otra ciudad

de calles salpicadas de verdín,

lejos del mar, más lejos de ganar

en la ardua porfía del vivir.

Poema de Hugo Giordano