"Fort Apache" (1948)
Se rodó en Utah y Monumental Valley durante 6 semanas en el
verano de 1947. Es la primera de la trilogía que sobre la caballería del
Ejercito americano realizará John Ford, siendo sus continuaciones con
personajes diferentes, "La legión invencible" y "Río
Grande". Las historias originales fueron siempre de James Warner Bellah y
el protagonista de las tres es John Wayne.
Se ha escrito mucho sobre estas películas y, en especial, sobre "Fort Apache" a causa de su revisión del personaje del general Custer - inmortalizada en "Murieron con las botas puestas", de Raoul Walsh (1941), con Errol Flynn - ,aquí encarnado por Henry Fonda que interpreta al coronel Thursday, un hombre con rasgos semejantes a Custer. Por otra parte, "Fort Apache", después de narrar la verdad sobre lo sucedido - una masacre ocurrida por la imprudencia de un alto mando - termina con John Wayne exaltando a esa misma persona y a la institución militar, una clave básica para la construcción de los Estados Unidos de América. Esta idea se repite en toda la trilogía que puede considerarse como un canto emocionado, sincero y veraz al ejercito como símbolo de una nación y como columna vertebral de la misma. Obvio es añadir que este sentimiento de homenaje a la milicia y al patriotismo granjeó a Ford la enemistad de los llamados críticos progresistas, algo que, naturalmente, traía al fresco al genial director americano.
La acción transcurre en 1876, durante las guerras indias, y la historia contrapone el sentido rígido de la milicia, tal y como lo entiende Thursday, y el humano, que representa el capitán York (John Wayne). No falta la intriga romántica, representada por el joven oficial que interpreta John Agar y la hija del coronel Thursday, que es Shirley Temple en uno de sus últimos papeles para el cine. Y, por supuesto, Fort Apache está llena de toda esa entrañable galería de personajes fordianos: Jack Pennick, Pedro Armendáriz, Ward Bond y, sobre todo, el magnífico Victor McLaglen que borda su papel del veterano sargento Quincannon, toda una institución para la tropa.
Es estilo visual y estético de la película es sencillamente perfecto, alcanzando su más alta expresión en la secuencia de la matanza y, desde luego, en el discurso final de York que resulta doloroso, emocionado y sincero. Esta belleza formal se une a la profundidad psicológica con que están descritos los personajes y a las fabulosas interpretaciones de todos ellos; Henry Fonda tiene un papel más largo y en apariencia más importante que el de Wayne, pero es el de éste quien, a la postre, termina convirtiéndose en el central de la película.
Fort Apache no alcanza el tono mítico de la irrepetible "Murieron con las botas puestas" - tampoco lo pretendía - , pero no es la obra menor que los críticos de la época entendieron sino muy al contrario, una soberana lección de cine y una impresionante descripción de la vida militar, mucho más autentica asimismo de lo que los críticos quisieron hacer creer. Para Wayne, por su parte, Fort Apache inaugura junto a "Río Rojo", la definitiva escalada hacia lo más alto del estrellato en el mundo del cine.