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NOMBRE OFICIAL:
República del Ecuador

CAPITAL:
San Francisco de Quito

POBLACIÓN:
Aproximadamente 12'646.95 habitantes en el año 2000.
URBANA: 8'098.436
RURAL: 4'547.659

Estos datos son proyecciones del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos hasta el año 2000.

EXTENSIÓN:
La extensión del Ecuador según datos oficiales es de unos 256.370 Km2

IDIOMA:
El idioma oficial es el Español. Algunos grupos étnicos aún hablan dialectos del quechua.

ANALFABETISMO:
9.9% (1.995)

MONEDA:
Dólar Americano

RELIGIÓN:
Católicos 93%,
Otros 7%

GOBIERNO:
Se ejerce mediante tres funciones: Legislativa, Ejecutiva y Judicial. Es un sistema de gobierno Unitario, Republicano y Democrático

DIV. POLÍTICO ADMINISTRATIVO:
El territorio está dividido en 22 provincias, las cuales a su vez se subdividen en cantones y parroquias. Cada provincia cuenta con su respectiva capital.

El Ecuador se halla situado al Noroeste de Sudamérica, hacia el Océano Pacífico, en la zona tórrida o tropical y está atravesado por la Línea Equinoccial o Ecuador. Una pequeña parte del territorio se halla en el Hemisferio Norte, con extremo en la desembocadura del río Mataje, en el Océano Pacífico, y la porción más extensa se sitúa en el hemisferio Sur cuyo punto extremo es la confluencia de la quebrada San Francisco con el río Chinchipe, afluente del Amazonas.

Políticamente está limitado así:
Por el Norte, con Colombia.
Por el Sur y Este, con Perú.
Por el Oeste, con el Océano Pacífico.

Es uno de los países más pequeños de América del Sur, sin embargo, en este reducido espacio territorial cuenta con los aspectos físicos y humanos más variados del Continente, debido a excepcionales condiciones geográficas, entre las cuales se destacan: su limitación con el Océano Pacífico en el que moderan el clima la corriente fría de Humboldt y la cálida del Niño, la orientación de la Cordillera de los Andes y su situación en la zona tórrida de la Línea Equinoccial. La influencia climática de estas características geográficas se contrarrestan mutuamente, incidiendo de manera decisiva en la vida del hombre y en su entorno. En efecto, a su situación en la mitad del mundo que determinaría un clima exclusivamente tropical, se añaden la influencia de las corrientes marinas que modifican el clima de la zona costera y de las grandes elevaciones de los Andes que diversifican el clima de la Sierra, proporcionando pisos climáticos que van desde el cálido y húmedo de la Costa del Pacífico y del Oriente, pasando por el templado de los valles interandinos hasta el frío glacial de los páramos en los nevados de nieves eternas.

LAS CORRIENTES MARINAS
Tanto nuestras costas como el Archipiélago de Galápagos, está rodeado por el Océano Pacífico. Su temperatura es 7 grados mas fría que las temperaturas de otros mares de iguales latitudes. Humboldt descubrió la corriente fría que lleva su nombre y que más tarde se comprobó que asciende desde las profundidades hasta la superficie en nuestras costas. La característica de esta corriente es la rica vida animal que se nutre del plancton y Krill de sus aguas.

Una segunda corriente es la llamada de "El Niño" porque aparece en Diciembre mas o menos en la época de Navidad. Desaparece o se atenúa en Mayo o Junio. A veces esta corriente rompe el equilibrio creado por la corriente de Humboldt, ocasionando intensas lluvias con resultados a veces catastróficos en las costas de Ecuador y Perú. En estas ocasiones se observa gran mortalidad de peces y migración de aves como consecuencia de la disminución de su alimento. Como consecuencia de las alteraciones climáticas producidas por estas corrientes, el mar en el Ecuador se beneficia en sus costas de la presencia de fauna marítima y terrestre propia tanto de los mares tropicales como de los mares templados. De la misma manera se explica la gran riqueza ictiológica de las Islas Galápagos

LOS ANDES ECUATORIANOS:
La gran muralla de los Andes que corre más o menos paralela a las costas del Pacífico sudamericano se presenta con caracteres inconfundibles en el Ecuador, determinando en su sector continental los fenómenos geográficos de mayor contraste. Por esto, por su gran actividad volcánica y por su situación en la mitad del mundo, el científico y naturalista Alexander Von Humboldt afirmó que el Ecuador era un compendio de la geografía sudamericana.

Los Andes están constituidos por dos imponentes cordilleras: la Oriental y la Occidental, enlazadas de trecho en trecho por cortas cordilleras transversales llamadas nudos. Estas dos cordilleras dividen al país en tres regiones geográficas completamente diversas desde el punto de vista orográfico y climático. La Anteandina o Costa que corre a lo largo de nuestra costa del Pacífico y que posee un clima cálido; la Interandina o Sierra situada entre las elevaciones y depresiones del medio de las dos cordilleras y por lo mismo con una gran variedad de climas y ecosistemas y la Transandina u Oriente que forma parte de aquel gran pulmón de la tierra que es la Amazonía.

Estas gigantescas murallas montañosas se alzan a alturas que sobrepasan los 4.000 metros por encima de las llanuras bajas del Litoral y del Oriente, y sobre ellas se elevan un gran número de volcanes apagados y activos, haciendo de la Región Interandina Ecuatoriana una de las más volcánicas del mundo.

EL NOMBRE DE ECUADOR.
Este nombre escogido por los fundadores de la República, para designar al distrito de Quito cuando se separó de la Gran Colombia - unión de naciones liberadas por Simón Bolívar -, aparentemente solo tiene un sentido geográfico; sin embargo tiene su origen en un hecho de honda trascendencia en la historia de la ciencia.

En el siglo XVIII, la Academia de Ciencias de París se interesó en definir la verdadera forma de la tierra, es decir, si el achatamiento era polar de acuerdo a la teoría de Newton, o ecuatorial como suponían algunos geógrafos de la época.

Para dar solución a este importante problema, se enviaron dos misiones geodésicas, una a Laponia y otra a la Real Audiencia de Quito, con el encargo de medir un arco de meridiano tanto en la región polar como en la ecuatorial. La misión que llegó a Quito en 1.736, estuvo compuesta por tres académicos franceses: Carlos María de la Condamine, Pedro Bouguer y Luis Godin, a los que acompañaban dos marinos españoles: Jorge Juan y Antonio de Ulloa, quienes más tarde se revelaron como minuciosos observadores y luego cronistas de la vida colonial, observaciones que dejaron para el futuro en su libro "Noticias Secretas de América". También prestó su colaboración en esta investigación un estudioso criollo americano nacido en la ciudad de Riobamba: Pedro Vicente Maldonado, autor de un excelente mapa del país para aquella época.

En los círculos científicos europeos, en especial en Francia, al comentar los trabajos de la misión en la Real Audiencia simplemente se referían a las "Tierras del Ecuador" y no a la Audiencia o Presidencia de Quito, de tal modo que poco a poco fue asociándose el nombre de la línea equinoccial con el país. Cuando la Condamine publicó en París su libro sobre la misión en la Real Audiencia de Quito, la llamó "Journal de Voyage Fait par Ordre du Roi á l'Equateur", quedando consolidado al menos internacionalmente el nombre de nuestro país.

En la ley de División Territorial de la Gran Colombia, expedida en 1824, se designa con el nombre de Ecuador a uno de los tres departamentos que componían el distrito del Sur, y al separarse el distrito del Sur de la Unión Grancolombiana en 1830, los fundadores de la República escogieron el nombre del departamento cruzado por la línea equinoccial o Ecuador para designar al nuevo estado, olvidando que el nombre consagrado por la historia tanto de nuestros pueblos aborígenes como de la corona española durante 300 años de dominación fue siempre el de "Quito".

BREVE RESEÑA HISTORICA
La presencia de los primeros grupos humanos en el territorio de lo que hoy es el Ecuador, se remonta al pleistoceno en el que conviven con la fauna del período, y su presencia se evidencia en los restos materiales de puntas de flechas, lanzas, raspadores, raederas, perforadoras etc. que nos hablan de pueblos nómadas cazadores y recolectores cíclicos que buscaban recursos desde un temporal campamento base al pie de los bosques.

Posteriormente se volvieron sedentarios y cultivaron el maíz y otros vegetales y domesticaron animales, sin dejar por ello la caza y la pesca. Entonces desarrollaron una cultura propia y avanzada en conocimientos medicinales, astronómicos y agrícolas. Se asentaron en grandes poblados tanto en la Costa como en la Sierra, con una organización jerárquica dentro de cada poblado pero independientes entre sí.

La subsistencia de estos pueblos aborígenes se fundamentaba en la sabia utilización de los recursos de la tierra con la cual mantenían una relación de sagrado respeto: era la Pachamama, fuente de vida y por lo mismo proveedora de recursos. Su forma de producción era fundamentalmente de subsistencia, pero los productos que no existían en su medio eran adquiridos en el Tiangués o mercado por el sistema de trueque, donde los mindaláes o comerciantes traían desde largas distancias los productos que faltaban en la región correspondiente.

Pero el desarrollo de nuestra sociedad aborigen se detuvo violentamente por la invasión de los Incas del Sur, quienes tuvieron que vencer una tenaz resistencia de 17 años para tratar de consolidar su dominio. Sin embargo, las evidencias arqueológicas, la tardía situación cronológica de la prolongada invasión Inca y las crónicas que relatan la fuerte resistencia local al invasor, nos demuestran que la región no llegó a ser sometida al Tahuantinsuyo. Cerca de 60 años los Incas intentaron dominar políticamente estas tierras; impusieron su presencia por medio de grupos mitimaes - comunidades Incas trasladadas a vivir en las tierras conquistadas - algunos de los cuales fueron los encargados de implantar la estructura política y administrativa incaica. Sin embargo, tuvieron mucho cuidado de respetar los dioses lares locales, aunque sobreponiendo a todos ellos a su dios principal el Sol. La lengua Inca, el quechua, no llegó a difundirse masivamente porque para los Incas esta lengua debía restringirse a los funcionarios públicos y a las comunidades mitimaes. Construyeron fortalezas de avanzada, algunos templos, caminos y edificios administrativos, aunque poco quedó en estas tierras de su arte y cultura, principalmente por la renuencia de los pueblos aborígenes a aceptar su dominio.

Bajo el signo de la Cruz y la evangelización se llevó a cabo un cruento proceso de conquista y colonización en el que se produjo a gran escala el mestizaje racial principalmente en los niveles bajos de la pirámide social, y con el que se impuso una cultura extraña que destruyó, o por lo menos escondió, nuestra propia cosmovisión. El sentido misional se vio menoscabado por los intereses del Imperio Español y se transformó en una evangelización impuesta por la violencia, marcada por la destrucción de todo vestigio material o espiritual de la cultura aborigen, y el colonizador por sus propios intereses se transformó en arbitrario explotador del trabajo indígena al que además usurpaba sus tierras y bienes materiales.