autor : EDGARDO BARREIRO

Musa por una noche...



Musa por una noche.
Sólo eso fuiste.
Qué más podría pedirte
pequeña niña...

De todas las amantes
que yo he tenido,
fuiste jardín y rosa
de un sueño mío...

En una noche hermosa
del mes de octubre,
callaron los claveles
que el viento cubre...

Pasé una noche larga
junto a tu vientre,
la más hermosa noche
que yo recuerde...

Por una noche fuimos
sueño de amantes.
Por una noche sólo
y hoy tan distantes...

Por una noche, cási
como esta noche, 
alguién golpeó la puerta
de amor eterno...

Recuerdo que llovía
cuando golpearon.
Tan sólo dos amantes
del nuevo día...

Musa por una noche.
Sólo eso fuiste.
Musa por una noche,
casi una Diosa...


El vino del adiós...



Nadie tome jamás de este vino,
este vino nos hace llorar.
Nadie canta las viejas canciones
y el tránsito es corto a la eternidad...

Nadie tome jamás de este vaso.
Este vaso que rompe el adiós.
Un adiós que me trajo por siempre,
este recio y amargo sabor...

He reunido a los viejos amigos,
junto al fuego los traje a soñar.
Pero el vino es amargo y es triste,
si te exigen tener que olvidar...

Hago esfuerzos, levanto la vista,
miro al cielo, la calle, el lugar,
pero el vino me rompe en silencios.
Nadie sabe cuánto hay que llorar...

Nadie tome jamás de este vino.
Los amigos me habrán de escuchar,
pues también han bebido conmigo
tantas copas sin mirar atrás...

La guitarra me llama de adentro,
y en sus notas se crece el adiós.
La canción está viva en el verso,
y en el verso se ve un corazón...


La lluvia  es para las rosas...



La lluvia es para las rosas
como tus besos para mí.
Lluvias en tardes tan hermosas.
¿ Recuerdas tarde tan feliz ?...

La lluvia es para las rosas,
momento de felicidad.
Yo necesito días de lluvia,
de su belleza sin igual...

La lluvia es para las rosas,
lo que tú eres para mí.
Por un momento eres la diosa,
no sé si el tiempo piensa así...

La lluvia es para las rosas
como lloviznas de algodón.
No te propongo que me quieras,
aunque le gusta al corazón...

La lluvia es para las rosas,
pues la llovizna es tan gentil.
Vénte a espantar la mariposa,
de la tristeza que hay en mí...


 

Copyright ©  2003 Edgardo Barreiro
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