Una Difícil Desición

Una Difícil Desición

Por: Sunaona Shiratori

Capítulo I

Comenzaba a amanecer, las ramas de los árboles de Lothlórien permitían que los suaves rayos del sol se colaran levemente entre sus ramas. Legolas, que se encontraba sentado en una de estas ramas, levantó la vista y sonrió, sus cabellos dorados resplandecieron bellamente ante la caricia del sol.

El hermoso elfo había despertado varias horas antes de que el sol saliera, no necesitaba dormir mucho; y sentía como si hubiese descansado el equivalente a todo lo que había pasado en los días previos.

Desde el día del Concilio, no se había sentido tan tranquilo como ahora. En los bosques de Lórien, donde otros elfos también habitaban. Se había sentido muy feliz de que la Dama Galadriel permitiese que la Comunidad se quedara.

Pero repentinamente bajó la mirada con una expresión de tristeza, había varias cosas que lo inquietaban aun, no sólo el destino que debía seguir por causa del anillo; eran problemas mas profundos para si mismo. Se trataba de sus sentimientos.

"Si tan sólo pudiese estar seguro…" suspiró.

Pero de pronto, la voz de Gimli lo sacó de sus pensamientos. "Legolas! Dónde estás?"

"Aquí!" respondió bajando del alto árbol con un salto. Sonrió nuevamente. "Buenos días, Gimli."

"Buenos días," Gimli respondió. "Vamos a desayunar y queríamos saber qué te habías hecho."

"Simplemente quería estar un rato solo…" Legolas dijo, pasando al lado del enano, y comenzando a caminar hacia donde los otros se habían quedado la noche anterior. Se detuvo un instante, y se volvió hacia Gimli. "Vamos a desayunar, quieres?"

Gimli lo siguió en silencio. Desde que habían llegado a Lórien, Legolas sólo se les unía para comer, pero no quiso preguntar nada respecto a esto.

El desayuno fue delicioso y fortificante. La Comunidad había pasado muchos días sin probar buena comida hasta su llegada a Lórien. Pero al finalizar, Legolas nuevamente se fue.

"Alguien sabe a donde va?" Boromir preguntó mientras observaba al elfo alejarse lentamente.

"Estaba en un árbol de un claro cuando fui a buscarlo." Gimli dijo.

"Su comportamiento me parece extraño." Insistió Boromir.

"Déjalo." Aragorn habló "Quizá el estar en los bosques con otros Elfos lo hace sentir nostalgia por el Bosque Negro."

"Tonterías... Creo que yo también iré a caminar un rato." Boromir dijo levantándose, pero a pesar de haber querido menospreciar lo que Legolas pudiera estar sintiendo, secretamente le importaba.

Caminó rápidamente hasta estar bastante lejos del resto de la Comunidad, y se sentó en un tronco que había en el suelo.

"Porqué me pasa esto…?" se preguntó mientras sus claros ojos se perdían en la distancia, entre los tonos verdes, grises y cafés del bosque.

Recordaba que había llegado al Concilio en casa de Elrond buscando respuestas respecto al anillo. Pero ya estando ahí, una sola presencia fue capaz de hacerlo olvidar todo, incluso a lo que había llegado. Y no fue sino hasta que Elrond lo presentó con Gandalf que regresó a su mente el porqué había llegado.

No fue tampoco sino hasta ese momento, que se dio cuenta de que desde su llegada, había estado viendo disimuladamente al ser que le pareció lo más hermoso de este y otros mundos.

Después, supo que su nombre era Legolas. Y se sitió momentáneamente feliz cuando fue elegido para ir junto con él en la Comunidad del Anillo.

Desde ese día habían pasado muchos mas, en los que se sentía cada vez más y mas atraído hacia el elfo. Pero así también, la apariencia a veces fría de éste, le dificultaba el acercársele.

"Pero qué estoy pensando?!" dijo de pronto. "Debo estar loco… cómo puedo esperar que un elfo, una criatura de luz; tan hermosa como no hay otras, pueda siquiera fijarse en mi…"

Se levantó y comenzó a caminar en otra dirección, de pronto escuchó la voz de Aragorn no muy lejos.

"Legolas… estás aquí?"

Boromir se acercó y se escondió tras unos arbustos altos, tratando de espiar lo que Aragorn hacía. Vio que Legolas bajaba de un árbol y se acercaba a Aragorn.

"Qué pasa?" el elfo preguntó. "Necesitas mi ayuda para algo?"

"Mas bien…" Aragorn comenzó. "Quería saber como te sientes."

Boromir pudo notar la sorpresa en los ojos del elfo ante esta pregunta de Aragorn. Y vaya que le pareció aun más hermoso en ese instante.

"Cómo me siento?" Legolas repitió la pregunta, como si no la hubiese comprendido.

"Sabes lo que quiero decir." Aragorn le dijo, "Aunque has tratado de esconderlo, se muy bien como te sientes."

La expresión de sorpresa de Legolas se transformó ahora en una parecida al miedo, y un leve rubor apareció en sus mejillas.

Aragorn caminó hacia un lado mientras veía hacia las copas de los árboles. "Se que estás triste." Continuó. "Extrañas el Bosque Negro, verdad?"

Legolas pareció tranquilizarse ante lo que escuchó, se apoyó en el árbol que tenía a su espalda y bajó la vista. "Pues… un poco."

"Lamento que hayas tenido que venir…" Aragorn dijo viéndolo nuevamente.

"Porqué?!" el elfo preguntó algo alarmado. "Yo mismo quise venir para ayudar, sabía perfectamente que estaría lejos de casa… quizá para siempre…" esto último lo dijo más como para si mismo.

Aragorn de pronto se acercó a Legolas y le tomó la mano. "Quiero que sepas que cuentas conmigo…" dijo. "No es bueno que guardes esos sentimientos para ti solo y te atormentes con ellos."

"Gracias." Legolas dijo, tratando de sonreír.

"También… quiero decirte que…" Aragorn dijo, apretando un poco más la blanca y suave mano del elfo con la suya.

Boromir sintió que los celos lo traicionaban, así que sin poder evitarlo, salió del arbusto en ese momento. "Aragorn!"

Continuará...

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