Claudia empezó a chupar al chico... y no paraba de mirar hacia el agujerito, ella deseaba que la viese en acción.
Yo me llevé mi dedo gordo a la boca y lo chupaba también.
La otra mano se me fué automáticamente a mi rajita... ¡ qué ganas tan ricas tenía.!
Mi rajita se había puesto suave, mi dedito se deslizaba dentro y no paraba de moverse.