EL PROFE
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Capitán y símbolo del <<Quinquenio>>, Pablo Bengoechea estuvo 10 puntos. Quedó unido para siempre a la historia de Peñarol. Como Piendi, Schiaffino y Rocha...
La historia del romance entre Pablo Javier Bengoechea y la hinchada del Manya nació a partir de su llegada al club en el inicio del 93' justamente cuando comenzo a construirse el sueño del quinquenio.
Es uno de los protagonistas directos de la hazaña. Estuvo en las 5 vueltas olímpicas. Desnivelante, con cero falta de los clásicos. Así surgió su idolatría y el aliento permanente de los hinchas aurinegros.
- H I S T O R I A -
Nació en RIVERA, el 27 de Junio de 1965 para ser bi-campeón sidamericano con Uruguay y penta-campeón Uruguayo con Peñarol. Por la precisión de su remate con pelota quieta y su trato de pelota tanto en el pase como en el remate muy bien fundamentado le llaman el profesor. Es uno de los espejos que aparecen en el milagroso fútbol Uruguayo para que la juventud mire, imite, copie, estudie y aprenda. No es un proceso fácil sino que requiere de mucho sacrificio trabajo y paciencia, basta observar un día de entrenamiento del profe.
Llego a Montevideo Wanderers con apenas 20 años buscando un lugar en el plantel y lo encontró rápidamente ya que a los 8 meses ya estaba citado por el profesor Omar Borrás para representar a Uruguay, debutando en la Copa Orangel Bowl en Miami, frente a Canadá el 2 de febrero de 1986.
No concurrió al mundial de México, pero a pesar de ser muy joven brillo en el Montevideo Wanderers dirigido por el maestro Oscar Washington Tabárez. Después del periodo de Borrás nuestro fútbol conquistaba el mercado mundial con individualidades trascendentes, así llego el momento de los repatriados. El profe fue uno de ellos ya que jugaba afuera de casa. La selección lo llamo siempre y su respuesta fue trascendente.
Se armo la selección para el Preolímpico dirigido por Roberto Fleitas en el año 1987 y Pablo participo aunque el equipo celeste no alcanzo para clasificarse para los juegos. Allí (en Bolivia) anoto su primer gol celeste ante Brasil.
Ese mismo año llego la Copa América en Buenos Aires, donde el profe logro su primer titulo continental y anoto el gol importante ante chile.
Pasó de inmediato al fútbol español, al Sevilla, siendo llamado para los partidos importantes de la selección, como el mundial de Italia, donde volvió a dirigirlo el maestro Tabárez.
En 1991 regreso a América, jugando en Gimnasia y Esgrima de La Plata pasando al Glorioso Club Atlético Peñarol en 1993 para empezar a sumar campeonatos de la mano de Don Gregorio.
En 1995 vistiendo la casaca celeste, convirtió el gol del empate en la final frente a Brasil por la Copa América, que a la larga fue de vital importancia para la conquista celeste, convirtiendo también un penal en la serie de los 5. Ya sumó 50 partidos internacionales vistiendo la casaca celeste, siendo capitán varias veces.
Estuvo presente en el Quinquenio aurinegro a pleno, jugando 118 partidos y anotando 48 goles en lo que hace exclusivamente en la estadística de la Copa Uruguaya.