LA PALABRA DEL OBRERO

Las masas deciden sus destinos: REFORMISMO O REVOLUCIÓN

El sentido de los movimientos sociales en los países tercermundistas exige con urgencia la participación total de las fuerzas populares en la toma de decisiones en los actos del gobierno central, en la dinámica político-social y socio-económica, y que los beneficios de la explotación de los recursos naturales deben quedar en el mismo país para resolver sus necesidades de desarrollo y no deben de servir para enriquecer las arcas de las transnacionales imperialistas, por obra y gracia de gobiernos afanados en ignorar las necesidades y urgencias de los pueblos, de gobiernos vendepatria, felipillos serviles al amo imperialista, como Gonzalo Sánchez de Lozada (a) «Goni», Alejandro Toledo, Lucio Gutiérrez, Vladimiro Montesinos, Diez Canseco, Alvaro Uribe, Jamil Mahuad, Carlos Menem, Fernando Belaúnde, De la Rúa, Dañino, Alan García, Kucinsky, Abdalá Bucaram, Augusto Pinochet y muchos otros más, amaestrados para servir y arrastrarse a los intereses yanquis con los cuales se identifican.

Las masas deciden: removieron presidentes en Ecuador, Perú, Argentina, Bolivia, defendieron y repusieron al presidente Chávez en Venezuela. En Bolivia las masas carecen de una dirigencia más firme y esclarecida, así como carecen de las suficientes estructuras ideológicas, orgánicas y políticas que acallaron sus consignas y aspiraciones; en el Perú las bases honestas, radicadas entre las masas, se dejan manipular por las burocráticas y aburguesadas dirigencias «izquierdistas», o las reivindicacionistas y reformistas dirigencias del SUTEP o de los agricultores, las movilizaciones de Arequipa contra EGESA Y EGESUR, la CONACAME con aspiraciones electoreras, todos afrontan dirigencias con desviaciones reformistas sostenedoras y creyentes del capitalismo explotador; en Ecuador la Confederación de Nacionalidades Indígenas (CONAIE) se dejó arrebatar el poder por el masón, miembro de la burguesía militar represora y agente de la CIA, el ex-coronel Lucio Gutiérrez, ahora lloran y se quejan que es traidor operador del programa neoliberal que perjudica al pueblo.Jamás hay que confiarse en los miembros de la burguesía.

El presente exige mucho más, el rebose de las masas contra aquellas dirigencias que se atrasan en la historia, dirigencias que juegan a la política, dirigencias sin conciencia neta del atroz sufrimiento al que someten al pueblo, dirigencias que tienen asegurados sus sueldos, pero que demuestran carecer de la suficiente conciencia política e ideológica, cuando se afilian al simple reformismo, son dirigencias que aún tienen esperanzas en los capitalistas, en su sistema, en su «democracia» opresora y explotadora de corruptos privilegiados.No hay capitalismo bueno, ni capitalistas buenos.

Las masas explotadas deben regirse por el siguiente principio: «Sin teoría revolucionaria no hay práctica revolucionaria», esto es, la ideología burguesa debe ser totalmente desechada para poder construir una nueva sociedad, la ideología burguesa porta diversos gérmenes contaminantes y corrosivos para un Nuevo Mundo. en primera instancia pone trabas y obstáculos reformistas, revisionistas, reivindicacionistas, economicistas, para impedir el acceso a la revolución, estas y otras desviaciones deben de ser combatidas arduamente para despejar el camino hacia la victoria de los pueblos contra el imperialismo explotador. Con el indispensable esclarecimiento ideológico, filosófico, teórico, interpretativo, se puede avanzar hacia la revolución. Sin embargo, la urgencia suprema a estas alturas es participar en toda organización popular, sindical, e impulsar y orientar todas las luchas del pueblo por los caminos de la revolución, las masas deciden sus propios destinos, ir por los caminos del reformismo es derrotero de continuismo explotador, asumir la revolución es derrotero de victoria para acabar con la opresión vendepatria, para construir una sociedad nueva y superior. Tenemos los ejemplos de los pueblos latinoamericanos, las masas pueden imponer su voluntad a las llamadas clases dominantes, siempre y cuando asuman posiciones ideológicas lúcidas que se eleven por encima del reformismo. La revolución de las masas organizadas es el único camino para su propia liberación.

 

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